viernes, 9 de octubre de 2020

CARMEN VIVANCO: UNA LUCHADORA INCLAUDICABLE


  

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                               Centro de Extensión e Investigación

                                               Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 


Carmen Rosa Vivanco Vega nació en Ovalle el 28 de agosto de 1916. Tenía tres años cuando su madre falleció. Cuatro años después con  su padre y su hermano Hugo se trasladaron a Antofagasta.  Luego partieron a la oficina salitrera Ana. Después su padre trabajó en otras oficinas como Aníbal Pinto, Arturo Prat. Carmen se crió en la pampa salitrera y sólo alcanzó a estudiar hasta el tercero primario. Pero desde pequeña cursó la escuela del sindicalismo revolucionario. Relata Carmen Vivanco: 

“Mi padre era de la Federación Obrera de Chile, la FOCH, una vez al mes nos llevaba a las reuniones que se hacían en Pampa Unión. Allí llegaban los fochistas de varias oficinas. Se juntaban como mil trabajadores; de diferentes partes venían. Mi papá nos llevaba a mi hermano (Hugo) y a mí, y escuchábamos las intervenciones, todas las denuncia y lo que se pedía. Así íbamos creciendo y aprendiendo lo que era la organización. Así nos quedó para siempre clavada una verdad: que para mejorar su condición los trabajadores tienen que luchar”. (José Miguel Varas: “Los tenaces”, página 72) 

Esos encuentros eran de noche, muy lejos, a kilómetros de distancia, porque estaba prohibidas las reuniones de toda índole en las oficinas. 

Continúa relatando Carmen Vivanco: “Mi padre compraba un diario chico que se llamaba ‘Justicia’. Era la prensa de Recabarren. Como yo aprendí a leer desde muy chica, mi papá me despertaba como a la una de la mañana, la hora en que pasaba un compañero dejando ‘Justicia’ en cada casa en donde debía: ‘Hija, despierte’. Yo con todo el sueño, obedecía y él me decía que le leyera todo ese diarito.”  (Íbidem. Página 72)

Ambos niños se encargaban de de distribuir la prensa obrera y, también se la leían a los trabajadores analfabetos. Su hermano Hugo fue detenido en varias ocasiones por leer ‘Justicia’ a alta voz en plena calle. 

El padre no militó en el Partido Comunista, pero fue un decidido fochista cuando la FOCH estaba prohibida y perseguida en las oficinas salitreras, lo que obligaba a  sus miembros actuar clandestinamente. Se reunían de noche en grupos de hasta diez compañeros en una hondonada. 

Carmen Vivanco se incorporó a la filas del Partido Comunista, también clandestino, en la oficina salitrera Cecilia. 

Participó activamente por el triunfo del Frente Popular y los sucesivos gobiernos radicales. Fue designada en la Presidencia del XIII Congreso (Santiago, 8 al 15 de diciembre de 1945) del Partido Comunista, representando a Antofagasta, junto a Elias Lafertte y Riquelme (éste último por las JJCC). 

En 1946 se casó con Oscar Ramos Garrido. El 4 de septiembre de ese año había triunfado en las elecciones presidenciales el radical Gabriel González Videla con decisivo apoyo comunista. Antes del año de asumir la Presidencia traicionó el programa jurado y el 21 de octubre de 1947 inició la persecución contra el Partido Comunista. Una de las víctimas del traidor fue Oscar Ramos, el compañero de Carmen Vivanco, que fue relegado al Campo de Concentración de Pisagua. Donde permaneció un año.

 

 

               

Oscar Ramos Garrido



Carmen  Vivanco  siempre recordaba y subrayaba la importancia de la huelga de cocinas apagadas, iniciada el 17 de enero de 1946, en un campamento de la Oficina Mapocho, cuando las mujeres llegaron a la pulpería y encontraron que todo había subido de precio, sin considerar el acuerdo tomado con el sindicato. La COSATAN (Compañía Salitrera de Tarapacá y Antofagasta) no atendió las demandas de los trabajadores. mantuvo los precios y expulsó a varios de los que protestaban. Los obreros de las oficinas Mapocho y Humberstone pararon en solidaridad. El 22 de enero, el gobierno quitó la personalidad jurídica a los sindicatos en conflicto. 

Se produjo la protesta nacional y el llamado a la concentración del 28 de enero de 1946, convocada por la CTCH (Confederación de Trabajadores de Chile). 

Concurrieron  veinte mil trabajadores a la Plaza Bulnes a protestar contra la decisión del gobierno de Alfredo Duhalde de quitarles la personería jurídica a los sindicatos en conflicto. (Duhalde era el vicepresidente de la república, en reemplazo del muy enfermo presidente Juan Antonio Ríos) La concentración se realizaba con permiso de las autoridades. Se desencadenó la represión brutal y los carabineros mataron a seis trabajadores, entre ellos, a Ramona Parra.

En 1948 Carmen Vivanco fue detenida. Estuvo tres meses en el Regimiento Esmeralda de Antofagasta. Después, relegada a Chillán, de donde escapó en una temeraria acción preparada por el Partido. 

Las duras experiencias  de la vida obrera y militante la hicieron forjarse con un temple único, y junto a eso, por su modestia y generosidad, fue homenajeada con la medalla Luis Emilio Recabarren, en 1969.

Por su parte, Hugo Vivanco dedicó toda su vida a la prensa del partido comunista; su trabajo consistía en recorrer el país de punta a cabo cobrando las platas del diario y buscando nuevos distribuidores. Recuerdo que, siendo dirigente regional  del Partido Comunista de Cautín, acompañé muchas veces al compañero Hugo cuando iba a visitar a los distribuidores de ‘El Siglo’ en diferentes localidades de la provincia. Era muy amable, fraternal, con un sano sentido crítico, responsable y muy activo.

 

                           

Hugo Vivanco Vega

 


Carmen Vivanco trabajó esforzada por el triunfo de la Unidad Popular del 4 de septiembre de 1970. El 3 de noviembre asumió la Presidencia de la República Salvador Allende. Este designó en 1972 a Oscar Ramos, su compañero, como Intendente de la Provincia de Llanquihue. 

Se produjo el golpe cívico-militar del 11 de septiembre de 1973. Se impuso la dictadura fascista. El terrorismo asoló Chile y golpeó duro y cruelmente a la familia de Carmen Vivanco. El 4 de agosto de 1976 fueron secuestrados su hermano Hugo y su esposa Alicia Herrera. Al día siguiente corrieron igual suerte su esposo Oscar Ramos y su hijo Oscar Arturo. El 10 de agosto fue detenido su sobrino Nicolás Vivanco Herrera. En tres días perdió a casi toda su familia. Nunca más supo algo de ellos. 

Igual que los familiares de otros secuestrados por la dictadura no dejó puerta por tocar. Se incorporó a la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Allí trabajo estrechamente con Sola Sierra. Iba todos los días a la sede. Cumplía tareas.

 

      

                              Sola Sierra                            Carmen Vivanco

 

Estuvo doce años viviendo sola en su casa. Pero nada la apartó de su senda. Ha cumplido 103 años y sigue aportando. 

Terminó la dictadura  y Carmen Vivanco sigue en la lucha. Tenía 78 años cuando sufrió, una vez más, la represión. Así lo cuenta ella: 

“En la Plaza de la Constitución me quebraron un brazo. Eso fue en 1994, ya en tiempos de democracia. Fue un palo democrático. Me tuvieron detenida varias horas con el brazo así. Habíamos como diez o veinte personas. Y no me llevaban a la posta a pesar de que las compañeras que estaban presas les decían: ¡Hasta cuándo tienen así a esta señora! Y el brazo se me seguía hinchando. Al final, me llevaros detenida a la Asistencia Pública, donde me atendieron y me enyesaron, pero tuve que volver a la comisaría, todavía detenida, en el mismo furgón de los carabineros”. (José Miguel Varas: “Los tenaces”, páginas 85-86) 

Y finaliza la entrevista realizada por José Miguel Varas: “Como sea, vamos a seguir la pelea. Ahí vamos a estar. Siempre”. (Íbidem, página 86) 

El viernes 2 de octubre el aguerrido corazón comunista de Carmen de 2020 Vivanco  dejó de latir. 

¡Honor y gloria eterna a la comunista ejemplar!