Iván Ljubetic
Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
SALVADOR ALLENDE GOSSENS UN
REVOLUCIONARIO
Salvador Allende Gossens
nació en Valparaíso el 26 de junio de 1908. Por entonces, Chile tenía una
población de tres millones de habitantes. La clase obrera cumplía 80 años de
combativa existencia y sumaba 250 mil trabajadores. De su seno había
surgido Luis Emilio Recabarren, quien desde hacía 15 años participaba en la
lucha social.
Al nacer Allende, habían
transcurrido seis meses de la masacre de
la Escuela Santa
María de Iquique.
El joven Salvador tenía 18
años cuando ingresó, en 1926,
a la
Escuela de Medicina de la Universidad de Chile.
Un año más tarde se inició la dictadura del
general Ibáñez.
Los sectores más
consecuentes se opusieron a la tiranía. Entre ellos, los estudiantes
universitarios. En primera fila estuvo Allende.
El 26 de julio de 1931 un amplio movimiento democrático hizo caer al
dictador.
Chile vivió impactantes
acontecimientos. A comienzos de septiembre de 1931 se sublevó la marinería de
la flota de guerra.
En junio de 1932 un golpe
cívico-militar dio nacimiento a la República Socialista ,
que duró doce días, siendo
derrocada el 16 de junio de 1932. Ese mismo día, Allende fue detenido y
encarcelado. Estando en prisión, falleció su padre. Le autorizaron para
asistir una hora a los funerales.
Ante la tumba de su
progenitor hizo solemne promesa: “Desde este momento
consagraré mi vida a la lucha social”. Era el 8 de noviembre de 1932. Cumplió
con ese compromiso hasta el fin de su existencia.
Allende fue uno de los
fundadores del Partido Socialista de Chile, surgido el 19 de abril de 1933.
El 6 de mayo de 1936 se
constituyó el Frente Popular, primera coalición de izquierda de nuestra
historia.
En los comicios
presidenciales del 25 de octubre de 1938 triunfó el abanderado del Frente
Popular, el maestro radical Pedro
Aguirre Cerda. El 28 de septiembre de 1939, cuando tenía 31 años, Allende
asumió como Ministro de Salubridad. Ese mismo año, contrajo matrimonio con
Hortensia Bussi.
En 1951 surgió el Frente del
Pueblo, formado por el ilegal Partido Comunista y el pequeño Partido Socialista de Chile.
El Frente del Pueblo
proclamó a Salvador Allende candidato a la Presidencia de la República.
En las elecciones
presidenciales 4 de septiembre de 1952 se impuso el exdictador Carlos Ibáñez
del Campo, apoyado por una amplia coalición, en que había desde marxistas hasta fascistas.
Allende perdió. Sacó algo
más de 50 mil votos (el 5,43% de los sufragios válidamente emitidos). Pero no
fue derrotado. Siguió luchando.
En febrero de 1956 nació el Frente de Acción Popular, FRAP, que
proclamó la segunda
candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República. Perdió
el 4 de septiembre de 1958. Quedó segundo, detrás del derechista Jorge
Alessandri Rodríguez. Pero, el avance de las fuerzas populares fue enorme. Los
51 mil votos de 1952 se convirtieron en 356 mil (el 28,51% de los votos
válidamente emitidos).
El imperialismo tomó nota de ello. A partir de
ese momento, adoptó una enconada
posición anti allendista. Esto quedó
comprobado en la campaña presidencial que debía culminar el 4 de septiembre de
1964.
Ya en 1962 el Presidente
John Kennedy señaló “que era de interés de la seguridad nacional norteamericana
que resultase elegido en 1964 el candidato Eduardo Frei Montalva”.
Esta insolente intervención en nuestros asuntos
internos fue respaldada por decenas de
millones de dólares, según afirmó
Edward Korry, ex Embajador estadounidense en Santiago.
Por su parte, la jerarquía de la Iglesia Católica
chilena emitió, con fecha 18 de septiembre de 1962, un documento donde se
sostenía que “de una victoria del comunismo en Chile, la
Iglesia y todos sus hijos no pueden esperar otra cosa sino
persecuciones, lágrimas y sangre”.
Triunfó Frei en 1964, con el apoyo del imperialismo y de
la derecha criolla. Pero las fuerzas
democráticas continuaban creciendo. Ahora Allende, candidato del FRAP, obtuvo 997.902 votos (el 38,64% de los
sufragios válidamente emitidos).
El 9 de octubre de 1969 se
constituyó la Unidad
Popular.
Y la cuarta fue la vencida.
El 4 de septiembre de 1970 triunfó Allende. Obtuvo el 36,22% de los votos
válidamente emitidos.
Cuando amanecía el día 5, dijo en emotiva improvisación pronunciada desde los
balcones de la Federación
de Estudiantes:
”Esto que hoy germina es una larga jornada. Yo sólo tomo en mis manos la antorcha que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y por el pueblo...
“A la lealtad de ustedes,
responderé con la lealtad de un gobernante del pueblo; con la lealtad del Compañero Presidente...”
Después de 60 días al rojo,
en que el Imperialismo y todos los
enemigos del pueblo recurrieron hasta al crimen para impedir la llegada de
Allende a La Moneda , el 3
de noviembre de 1970 se inició el Gobierno Popular, el período más brillante de
la historia de Chile.
Salvador Allende encabezó el Gobierno Popular, la hasta ahora más grande conquista del
movimiento obrero chileno Fue el período de mayores avances económicos,
sociales y políticos para el país y el pueblo.
El 2 de diciembre de 1971, en
el acto de despedida de Fidel Castro en el Estadio Nacional, un día
después que el fascismo mostrara
sus garras en Santiago, el compañero Presidente dijo:
“Yo no tengo pasta de
apóstol ni tengo pasta de Mesías, no tengo condiciones de mártir, soy un
luchador social que cumple una tarea, la tarea que el pueblo me ha dado...
Que lo sepan, que lo oigan, que se les grabe
profundamente: defenderé esta revolución chilena, y defenderé el Gobierno
Popular porque es el mandato que el pueblo me ha entregado.
No tengo otra alternativa.
Sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad que es hacer cumplir
el Programa del pueblo”.
11 de septiembre de
1973. Atacado por las tropas fascistas,
Salvador Allende proclamó a través de
Radio Magallanes:
“Ante estos hechos sólo me
cabe decirles a los trabajadores:
‘¡Yo no voy a renunciar!
Colocado en este tránsito histórico pagaré con mi vida la lealtad del pueblo”.
Lo dijo y lo hizo. Fue
leal hasta el último minuto de su
existencia.
Levantemos en alto su
ejemplo, sus ideales y su obra. Completemos
la gran tarea que nos entregó cuando dijo:
“¡Sigan ustedes, sabiendo,
que más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por
donde pase el hombre digno para construir una sociedad mejor!”
Agregó: “Seguramente Radio Magallanes será acallada y el metal
tranquilo de mi voz ya no llegará a ustedes. No importa. La seguirán oyendo.
Siempre estaré junto a ustedes”.
En las masivas y combativas acciones de la rebelión
popular contra el neoliberalismo, iniciadas el 18 de octubre de 2019, Salvador
Allende estuvo presente, junto al himno “El Pueblo Unido”.
Su ejemplo de revolucionario impulsó y seguirá
impulsando los combates por abrir de
nuevo las grandes alamedas.
SALVADOR
ALLENDE, UN CONSECUENTE INTERNACIONALISTA
Para Salvador Allende, patriota
e internacionalista, no hubo
causa progresista en el mundo, especialmente revolucionaria, con la cual no
haya solidarizado.
En 1954, cuando tenía 46
años y era Senador representando a las
provincias de Tarapacá y Antofagasta, visitó la Unión Soviética y
China Popular. Eran los tiempos de la guerra fría, en que el
imperialismo tendía una cortina de hielo
a los países socialistas. El líder chileno con ese paso desafió al Imperio.
El 1º de enero de 1959
triunfó la Revolución cubana. Allende, a la fecha Vicepresidente del
Senado, viajó de inmediato a entregar su apoyo a los revolucionarios de la Isla. Llegó a La Habana el 20 de enero.
El 17 de abril de 1961, apenas
conocida la noticia del ataque de los mercenarios a Cuba, Allende voló
inmediatamente a la Isla.
El 13 de diciembre de 1972,
el comandante Fidel Castro, en un mitin de solidaridad con el pueblo de Chile y
con el Presidente Allende, efectuado en la Plaza de la Revolución ‘José Martí’ de La Habana , dijo:
“Este acto tiene para
nosotros un especial significado. Al triunfo de la Revolución en 1959, una
de las personalidades que primero que llegó a Cuba fue Salvador Allende,
que ya ocupaba un lugar destacado en la
política de su país...
Por eso hemos recibido en
estos días –y saludamos en el día de hoy en este magnífico y multitudinario
acto- al amigo que supo durante estos años duros permanecer firme y fiel a la
causa revolucionaria de nuestro pueblo; al combatiente internacionalista que
desde todas las trincheras denunciaba la agresión y el bloqueo contra nuestro
país y que uno de sus primeros pasos al asumir la Presidencia de la República fue el
establecimiento de las relaciones diplomáticas con nuestro pueblo...”
En esa ocasión, Salvador
Allende señaló en parte de su discurso:
“Levanto mi voz con profunda
emoción en esta Plaza donde tradicionalmente se reúne el pueblo para escuchar
la palabra de Fidel y de los dirigentes de la Revolución , frente a la
estatua de Martí, que cobra vida y presencia con el calor del pueblo.
Lo hago con el sentimiento
agradecido, porque hace unos pocos minutos el Gobierno Revolucionario de Cuba
ha honrado a Chile en mi persona, al otorgarme la más alta distinción que
pudiera recibir en mi vida de revolucionario: la Medalla de José Martí.
Ella pertenece al pueblo chileno, que siempre estuvo y estará junto al pueblo
de Cuba y a su proceso revolucionario...”
Más adelante Allende relató:
“Creo que tengo derecho que me honra de decir
que fui amigo del Comandante Ernesto Che Guevara. Guardo un ejemplar de su
libro Guerra de Guerrillas, que dedicara fraternalmente. Con su espíritu
amplio, me decía allí con su letra dibujada por la fraternidad ‘A Salvador
Allende, que por otros medios busca lo mismo. Afectuosamente. Che’.”
El líder chileno había
conocido al Che en su primer viaje a la
Isla después del triunfo de la Revolución en 1959.
El 8 de octubre de 1967 en
el combate de la Quebrada
del Yuro, Ernesto Che Guevara fue herido
y tomado prisionero. Al día siguiente, asesinado en La Higuera.
La muerte del comandante
estremeció a los sectores progresistas. Allende le tributó un combativo homenaje en el Senado
chileno.
Soldados bolivianos,
asesorados por agentes estadounidenses, iniciaron una implacable cacería contra
los guerrilleros que habían sobrevivido. Estos logran eludir hábilmente la
persecución en el difícil territorio boliviano. Los primeros en ofrecer ayuda
concreta fueron Allende y los comunistas chilenos.
El 17 de febrero de 1968
cinco guerrilleros, tres cubanos y dos bolivianos, lograron ingresar a Chile.
Fueron detenidos por carabineros y enviados a la cárcel de Iquique. Salvador
Allende, entonces Presidente del Senado, se dirigió a ese puerto nortino.
El 22 de febrero los
guerrilleros pidieron asilo político.
Allende junto con otros
dirigentes de izquierda, se entrevistaron con Edmundo Pérez Zujovic, ministro
del Interior de Eduardo Frei Montalva. Finalmente el Gobierno decidió
expulsarlos del país, facilitando así el viaje a Cuba. Pero ningún país de
América del Sur ni de Europa Occidental les concedió visas de tránsito. El
vuelo debió hacerse vía Tahití y Nueva Zelandia. Allende acompañó
a los guerrilleros del Che.
La gesta vietnamita la
sintió como suya. Tuvo especial aprecio y admiración por Ho- Chi-Minh.
En 1968 estuvo en Vietnam
durante más de un mes. Poco después, concurrió a la Conferencia de
Solidaridad con Vietnam realizada en Canadá.
Cuatro años más tarde, el 4
de mayo de 1972, siendo Presidente de la República , Salvador Allende les habló a los estudiantes de la Universidad de
Concepción de su encuentro con Ho-Chi-Minh:
“¡Nunca
me olvidaré de su figura, nunca dejaré de recordar la transparencia de
su mirada y la bondad de sus palabras! Al saludarnos (yo iba con el compañero
Eduardo Paredes), nos dijo: ¡Gracias por venir de tan lejos con tanto
sacrificio, a traernos el apoyo moral de su pueblo!”.
El 4 de octubre de 1972 se
efectuó en Santiago un solemne acto en
que una delegación del Movimiento Mundial de Partidarios por la
Paz , encabezada por su secretario general Romesh Chandra, le
entregó a Salvador Allende la Medalla “Juliot Curie”,
que le había otorgado ese organismo por su contribución a la paz mundial y a la
solidaridad con los pueblos.
En su discurso de saludo, el
Presidente de Chile señaló:
“Como mejor homenaje y como
agradecimiento personal, por la alta distinción que al pueblo de Chile se le ha
conferido en mi persona, a todos aquellos que han luchado y luchan por la paz,
rindo homenaje al pueblo de Vietnam…”
Una de las primeras medidas
adoptadas por el compañero Presidente
fue ampliar las relaciones diplomáticas a todos los países del mundo. El
Gobierno Popular tuvo una activa
participación en el Pacto Andino y un exitoso manejo de las relaciones
internacionales. Allende visitó a países
como Argentina, Ecuador, Perú, Colombia,
México, Cuba, Unión Soviética y Argelia.
El 4 de diciembre de 1972
pronunció un histórico discurso en las Naciones Unidas, donde los delegados a la Asamblea General
ovacionaron de pie al Presidente de Chile.
LAS
RELACIONES ENTRE ALLENDE Y LOS COMUNISTAS
El Partido Comunista fue la única colectividad
política que proclamó, trabajó y votó
por Salvador Allende en las cuatro campañas presidenciales.
En junio de 1948 se discutía
en el Senado el proyecto de Ley defensa Permanente de la Democracia , enviado
por Gabriel González Videla. El 18 de ese mes, levantó Salvador Allende su voz en la sala y denunció
el carácter antidemocrático de la ley en discusión. Defendió el derecho del
partido de los comunistas a la vida legal, tanto como las demás colectividades
políticas.
Como lo señaló Luis
Corvalán, esta actitud consecuentemente democrática nunca ha sido olvidada por
los comunistas.
Diez días después de la
intervención de Allende, el 28 de junio de 1948, fue aprobado el proyecto en el
Senado. Votaron a favor: liberales, radicales, conservadores, radicales democráticos,
agrarios laboristas y el militante socialista Domínguez.
La traición de González
Videla hizo comprender a Salvador Allende y al Partido Comunista la necesidad
de forjar un movimiento dirigido a conquistar el poder en que la clase obrera, los trabajadores, debían ser
los actores principales.
Fue así, como el 13 de
noviembre de 1951 el ilegal Partido Comunista y el pequeño Partido Socialista
de Chile liderado por Allende,
suscribieron un pacto político que dio vida al Frente del Pueblo.
Este es uno de los hitos más
importantes en la historia de la
Izquierda chilena.
Allende fue proclamado
candidato a la Presidencia
de la República
por el Frente del Pueblo. Perdió, en los comicios del 4 de septiembre de 1952. Pero ni él ni
los partidos que lo apoyaban dejaron de luchar.
Orlando Millas escribió
sobre las relaciones entre Allende y los comunistas:
“Lo conocimos y nos conoció. Nuestras relaciones
fueron de gran intimidad política, amistosa y de mutuo respeto. Nos unió no
sólo el antiimperialismo y la lucha por las libertades y las reivindicaciones y
los derechos de la clase obrera y del pueblo, sino además la aspiración del
socialismo para Chile. Naturalmente, siendo un hombre de otra formación
ideológica y de otro partido, aunque prevalecieron abrumadoramente las
concordancias con él, también hubo desacuerdos, no siempre pensábamos lo mismo
ante determinados acontecimientos. Y, en tales casos, no transigimos él ni
nosotros, mantuvimos nuestros respectivos puntos de vista; pero con la
necesaria deferencia y poniendo el acento en el inmenso margen de nuestros
criterios coincidentes sobre asuntos fundamentales”. (Orlando Millas: “De
O’Higgins a Allende”. Ediciones Michay. Madrid, 1988, página 366).
A partir de 1951 la amistad
entre Allende y los comunistas se fortaleció día a día.
En 1953, el Partido
Comunista viendo que era probable que
Allende no fuera reelecto sólo con el
apoyo de su partido, lo apoyó como candidato por el Norte Grande. Esto, porque consideraba de vital importancia
que el líder del Frente del Pueblo siguiera en el primer plano de la política
nacional.
Salvador Allende fue elegido
Senador por una importante mayoría en marzo de 1953.
Los esfuerzos unitarios de
Allende y los comunistas por ampliar el Frente del Pueblo culminaron
exitosamente.
El 29 de febrero de 1956 se
fundó el Frente de Acción Popular, FRAP.
El FRAP levantó en dos
ocasiones la candidatura de Salvador Allende a la Presidencia de la República : en 1958,
cuando se impuso el abanderado de la derecha Jorge Alessandri, y en 1964, donde
triunfó Eduardo Frei Montalva de la Democracia Cristiana.
En el XXII Congreso,
realizado en Chillán del 24 al 26 de noviembre de 1967, el PS resolvió que: “Las formas pacíficas o legales
de lucha (reivindicativas, ideológicas, electorales, etc.) no conducen por sí
mismas al poder. El Partido Socialista las considera como instrumentos limitados de acción, incorporados al proceso
político que nos lleva a la lucha armada”. (Alain Labrousse: “La experiencia
chilena”. Gijalbo. Madrid,1973)
En ese mismo evento se
acordó la Tesis
del Frente de Trabajadores, que en la práctica descartaba todo entendimiento
con el Partido Radical.
Para Allende y los
comunistas, la vía electoral para llegar a La Moneda seguía vigente. Además, estaban
convencidos que para triunfar era necesario ampliar el FRAP con radicales y otras fuerzas que no estaban
incorporadas en el Frente de Acción Popular.
Dentro del PC no había
mayores problemas. Pero Allende los tenía en su partido. La mayoría de los
delegados al XXII Congreso se habían pronunciado por la vía armada y en contra
de aceptar al PR en el bloque de las fuerzas de izquierda.
“Pero Allende seguía sin desanimarse por la
incomprensión de la mayoría de los
dirigentes, de la mayoría de sus cuadros jóvenes, de sus dirigentes
intermedios, seguía discutiendo con cada uno, convenciendo, recorriendo el
país, los regionales de su partido, explicando sus concepciones ante las bases
y así fue ganando al Partido para la política que él planteaba” (Rolando
Calderón: “Discurso en el 68 aniversario del nacimiento de Salvador Allende,
Berlín, RDA, 22 de junio de 1976)
En las tres ocasiones
anteriores, la candidatura de Allende fue considerada desde el comienzo como
indiscutible. En 1969 no ocurrió así.
El 29 de agosto, un Pleno
del Comité Central del PS, en la que la mayoría de sus miembros se abstuvo, acordó presentar la postulación de Salvador
Allende.
Luis Corvalán recordando ese
tiempo dijo: “pensábamos que de los precandidatos no comunistas, Salvador
Allende era el mejor por muchas razones... En un momento decisivo, retiramos la
candidatura de Neruda y dimos una opinión categórica a favor de Allende”.
Salvador Allende fue
proclamado abanderado de la
Unidad Popular en un acto convocado por el Partido Comunista el 22 de enero de 1970. Resultó un excelente candidato.
La campaña electoral fue breve
pero a la ofensiva. Se constituyeron 14.800 comités bases de la UP , de los cuales –según el
historiador estadounidense Mark Falcoff-
el 80% estaban dirigidos por comunistas. (Mark Falcoff: “Modern Chile
1970-1989. A
Critical history. New Jersey, 2000).
Durante la administración
Allende, las relaciones entre él y los comunistas continuaron siendo de mutua
franqueza y comprensión.
Según Corvalán, “Existió una gran coincidencia en la línea
gruesa, especialmente en cuanto al carácter de la revolución, a sus etapas, a
la política de alianzas, a la combinación de la presión de masas desde abajo
con la actividad del Gobierno desde arriba para llevar a la práctica el
programa que teníamos el deber de cumplir” (Luis Corvalán: “El Gobierno de Salvador
Allende”, páginas 150 y 151).
El compañero Presidente y el Partido Comnunista estuvieron siempre por no salirse el programa
de Gobierno de la UP
y rechazaron las actitudes provocadoras de algunos sectores de la coalición de
izquierda.
En enero de 1972, en un acto
de masas del PC realizado en el Estadio Nacional, Allende afirmó:
“Hoy el Partido Comunista
comparte responsabilidades de Gobierno, y sus personeros más destacados cumplen
a cabalidad y con plausible eficiencia las tareas que el pueblo y el Presidente
de Chile les han encomendado... Sé que en la lucha en que estamos empeñados
seguiré contando con la lealtad del partido de Recabarren...”
En septiembre de 1973 el PC
fue una de las cuatro colectividades de la UP , junto con el PR, MAPU Obrero-Campesino y el
API, apoyaron la iniciativa de Allende de llamar a un plebiscito. Se opusieron
el PS, la IC y el
MAPU.
Durante todo el Gobierno
Popular hubo tres ministros comunistas.
La lealtad del Partido
Comunista con Allende se ha prolongado más allá de su heroica muerte. Es un
partido que se mantiene fiel a la herencia,
pensamiento y obra del querido compañero Presidente.