HACE 106 AÑOS NACIÓ JULIO CORTÁZAR
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Escritor argentino, Julio Cortázar fue uno de los grandes
autores en castellano del siglo XX, siendo especialmente recordado por su
maestría del lenguaje y su dominio del relato, siempre en el borde entre lo
fantástico y lo real.
Nació en Bélgica, el 26 de agosto de 1914. Su padre trabajaba para la
embajada argentina en ese país. En 1918, a los cuatro años de edad, Julio Cortázar
se trasladó con su familia a Argentina,
estableciéndose en el suburbio
bonaerense de Banfield.
Completó sus estudios primarios. Continuó con los de magisterio y letras. Durante cinco años fue maestro rural. Pasó
más tarde a Buenos Aires. Su posición política le llevó a abandonar la
universidad con la llegada al poder de Perón, dedicándose a la escritura y a la
traducción, colaborando con numerosas revistas especializadas en cultura.
En 1951, Cortázar publicó “Bestiario”, su primera
antología, que le valió cierto reconocimiento. Sin embargo, decidió abandonar
Argentina. Viajó a París con una beca. Concluida ésta, trabajó como traductor
de la UNESCO. Ello le permitió establecerse definitivamente en la capital francesa, en un
exilio autoimpuesto que le llevaría a vivir en diferentes países, tanto en
Europa como en América, a partir de entonces.
Julio Cortázar ya había publicado en Buenos Aires el
poemario Presencia con el seudónimo de «Julio Denis», el poema dramático “Los
reyes” y la primera de sus series de relatos breves, “Bestiario”, en la que se
advierte la profunda influencia de Jorge Luis Borges.
En la década de 1960, Julio Cortázar se convirtió en una
de las principales figuras del llamado «boom» de la literatura hispanoamericana
y disfrutó del reconocimiento internacional. Parte de los
derechos de autor de su obra fueron utilizados para ayudar a presos políticos.
Su nombre se colocó al mismo
nivel que el de los grandes protagonistas del «boom»: Gabriel García Márquez,
Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Jorge Borges,
Ernesto Sábato…
Cortázar sumó a su
sensibilidad artística su preocupación social: se identificó con las clases
marginadas y estuvo muy cerca de los movimientos de izquierda.
Su visita a Cuba en 1962
constituyó una experiencia decisiva en su vida y el inicio de un radical cambio de actitud que influiría
profundamente en su vida y en su obra: el intelectual introvertido que había
sido hasta entonces se convierte en
activista político.
Fue así como en noviembre de
1970 viajó a Chile para estar presente en la toma de posesión como presidente
de Salvador Allende. Después fue a Nicaragua
para apoyar al movimiento sandinista.
Julio Cortázar intervino con
firmeza en la defensa de los derechos humanos, y fue uno de los promotores y
miembros más activos del Tribunal Russell.
Escribió numerosos artículos y libros. Entre ellos “Dossier Chile: el libro negro”,
sobre los crímenes del régimen del
general Pinochet; “Nicaragua, tan violentamente dulce”, testimonio de la lucha
sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza.
Falleció en París el 12 de
febrero de 1984, poco después de enviudar de su segunda mujer, Carol Dunlop.
Cortázar volvió a Argentina
tras la instauración de la democracia, pero había establecido su hogar en
Francia, país cuya nacionalidad obtuvo en 1983.
El autor argentino murió de
leucemia, en París el 12 de febrero de 1984. Fue enterrado en el cementerio de
Montparnasse.
De sus numerosas obras se pueden destacar
títulos como “Rayuela”, “62 Modelo para armar”, “Historias de cronopios y de
famas”, “Octaedro”, “Bestiario o Final del juego”, entre otros muchos.
Su obra es considerada hoy en día de gran importancia en
el desarrollo de la narrativa contemporánea y ha influido de manera enorme en
posteriores generaciones de escritores.