jueves, 6 de agosto de 2020

A 50 AÑOS DEL TRIUNFO POPULAR: IV.- DERROTANDO AL IMPERIALISMO Y A LA REACCIÓN CRIOLLA






                                                Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                               Centro de Extensión e Investigación
                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER





El gran enemigo de la Unidad Popular tenía su sede en el exterior. Era el imperialismo estadounidense.  Hacia 1970, 110 empresas estadounidenses tenían inversiones en Chile por un total de alrededor de 1 mil 500 millones de dólares.

Por ello, en cada ocasión en que se evidenció la posibilidad del triunfo del candidato antiimperialista Salvador Allende, aumentaron su intervención en Chile la CIA, la ITT y otras entidades de Estados Unidos. Y ese peligro para los consorcios extranjeros estuvo presente desde las elecciones del 4 de septiembre de 1958, cuando quedó demostrada la gran fuerza electoral de la Izquierda chilena.

LA “SANTA ALIANZA” CONTRA LA UNIDAD POPULAR

En plena campaña presidencial del 70, ante la envergadura que tomaba la campaña de la Unidad Popular, la CIA y la ITT coordinaron sus acciones. El 16 de julio de 1970 se reunieron Harold Geneen, Presidente Mundial de la ITT, con William Broe, director de la CIA para América Latina - servicios clandestinos.
Esta conversación tuvo lugar en el Hotel Sheraton Carlton de Washington. Geneen informó que la ITT estaba dispuesta a entregar a la CIA más de un millón de dólares para impedir un posible triunfo de Allende. 
Ya estaba constituida la "santa alianza" contra la Unidad Popular. La formaban el gobierno de Estados Unidos, la CIA, las transnacionales con inversiones en Chile; más sus aliados locales: la oligarquía, la derecha de la Democracia Cristiana y el sector fascista de las Fuerzas Armadas. Los unía sus intereses de clase, reflejados en su anticomunismo.

Según antecedentes entregados en  el  Informe de la Comisión Church del Senado norteamericano, la CIA invirtió en acciones de técnicas encubiertas en Chile, entre 1963 y 1973, la cantidad de13 millones 400 mil dólares.

LUIS CORVALÁN MAÑANA DEBEMOS TRIUNFAR

El 3 de septiembre, Luis Corvalán, Secretario General del PC, pronunció un discurso por cadena de radioemisoras. Llevaba por título "Mañana debemos triunfar" y en él afirmó:
"El momento que vivimos es favorable al triunfo y al éxito... El día de mañana es decisivo. De la movilización masiva y a primera hora hacia las urnas, de la vigilancia de los apoderados en cada mesa, del control de los cómputos, del desbaratamiento de toda martingala, de la actitud de cada uno de nosotros puede depender, en último término, el resultado que arrojan las urnas...
"En manos del pueblo está su futuro. El Partido Comunista lo llama a emplearse a fondo en la batalla de mañana, a elegir a Salvador Allende presidente de la república y a seguir caminando unido en pos de sus nuevos destinos." 

VIERNES 4 DE SEPTIEMBRE DE 1970
Desde antes de las 7,30 comenzaron a llegar los vocales y apoderados de las mesas en los diversos lugares de votación. Había nerviosismo, tensión, expectación en el ambiente.
A las 8, empezaron a desfilar los ciudadanos. Emitían su voto, algunos después de hacer fila durante horas. Las radios y la televisión hacían reportajes, entrevistas, adelantaban vaticinios.
Las mesas que habían iniciado su funcionamiento a las 8, cerraron la votación a las 16. Las otras debían seguir recibiendo electores hasta cumplir las 8 horas establecidas en la Ley de Elecciones. Comenzaron los escrutinios. En cada mesa se repetían las mismas escenas: alegría en los rostros de los partidarios del candidato, cuyo nombre leía el presidente de la mesa en la Cédula Única.

Ni un alma en las calles. Toda la gente junto al televisor o la radio. La mayoría, en sus casas. Los dirigentes en los locales de las candidaturas.

A las 20 horas, según escribe Ignacio Gayango en “Chile: el largo camino político al golpe”, página 8:  "El Ministro del Interior, Patricio Rojas, avisaba telefónicamente a Jorge Alessandri que su candidatura iba triunfando; al mismo tiempo, el Subsecretario retardaba por varias horas la entrega de cómputos." 
Los resultados parciales daban leve ventaja a Salvador Allende, que no votó en esa ocasión por estar inscrito en Punta Arenas. Los periodistas de radio y televisión contribuían a crear confusión, algunos repetían una y otra vez que” Allende lleva la delantera, pero que aún falta la mayor parte de los resultados de las mesas de mujeres y ahí...”

A las 22 horas tanques del Ejército aparecieron en el centro de Santiago. Rodearon La Moneda.

Cerca de la medianoche, Chile estalló en gritos, abrazos, lágrimas de alegría y banderas. Faltando cinco minutos para las 24 horas, el general Camilo Valenzuela, comandante general de la Guarnición de Santiago, comunicó a Salvador Allende, en nombre del ministro del Interior y de las Fuerzas Armadas, que había obtenido la primera mayoría relativa y que el Gobierno autorizaba la celebración de un mitin de sus partidarios a las 0 horas y 30 minutos.
Jóvenes democratacristianos salieron a la calle y se abrazaban con los de la Unidad Popular. El candidato de su partido fue el primero en reconocer el triunfo de Allende. En un gesto generoso y de hidalguía envió a éste un telegrama en que le dice: "Salvador, felicitaciones por la victoria. Más honrosa mientras más dura y difícil. Ella le pertenece al pueblo, pero también es tuya. Radomiro Tomic." (Citado por José Lavretski en “Salvador Allende”, página 118)
Pero la derecha del PDC no tuvo igual actitud. Al contrario.
Por su parte, la reacción -asustada con su propia propaganda del miedo- se escondía en sus casas y palacetes. Cerraron a machote puertas y ventanas. Algunos preparaban las maletas para salir del país. Otros, comenzaron a conspirar para cerrarle el camino hacia La Moneda al pueblo. Esa misma noche crearon el grupo fascista "Patria y Libertad".
La gente allendista salió a la calle, alegre, entusiasta, eufórica, pero serena y disciplinadamente. No hubo nada parecido al caos, a la invasión de los barrios de los ricos, que anunciaba la campaña del terror.

MADRUGADA DEL SÁBADO 5 DE SEPTIEMBRE DE 1970

El acto del 4 se inició al empezar el 5 de septiembre. Fue en la Alameda, frente a la sede de la Federación de Estudiantes de Chile, FECH.
Desde uno de sus balcones habló Allende al país. Agradeció el apoyo recibido. Recordó que esta victoria es fruto de una larga y difícil lucha. Evocó a quienes la hicieron posible.
“Esto que hoy culmina es una larga jornada” –dijo el candidato triunfante. “Yo sólo tomo en mis manos la antorcha que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y por el pueblo”.
Tenía razón, una vez más, Allende. Lo ocurrido ese 4 de septiembre no fue algo espontáneo.  Era el resultado de un largo proceso de unidad y de luchas. Un camino iniciado, en los albores del siglo XX, por un obrero tipógrafo llamado Luis Emilio Recabarren. Y en ese proceso los comunistas jugaron un importante rol.

Esa madrugada, Allende contrajo un compromiso:
"Para los que están en la pampa o la estepa, para los que me escuchan en el litoral, para los que laboran en la precordillera, para la simple dueña de casa, para el catedrático universitario, para el joven estudiante, el pequeño comerciante o industrial, para el hombre y la mujer de Chile, para el joven de la tierra nuestra, para todos ellos, el compromiso que yo contraigo ante mi conciencia y ante el pueblo -actor fundamental de esta victoria- es ser auténticamente leal en la gran tarea común y colectiva. Lo he dicho: mi único anhelo es ser para ustedes el Compañero Presidente."

Más adelante, emocionado, señaló:
Y finalizó categórico:  "A la lealtad de ustedes, responderé con la lealtad de un gobernante del pueblo; con la lealtad del Compañero Presidente."  (Editora Quimantú: “Allende. Su Pensamiento Político”, página 13)

Horas después, se conocieron los cómputos oficiales. Concurrieron a las urnas 2.954.799 electores. Allende obtuvo 1.070.334 votos, un 36,22% del total; Alessandri, 1.031.159 votos, un 34,9% y Tomic, 821.801, un 27,81%. Votos nulos y en blanco, 31.505.

La victoria del 4 de septiembre de 1970 abrió el camino, un difícil  camino, hacia el Gobierno Popular encabezado por Salvador Allende. 

COMIENZAN LOS 60 DÍAS AL ROJO
Difícil, complicado, lleno de peligros, fue el período comprendido entre el 4 de septiembre y el 3 de noviembre de 1970.
La "santa alianza" del imperialismo y la reacción criolla no escatimaron  esfuerzos ni medios en sus maniobras para impedir que Salvador Allende llegara a La Moneda. Los fascistas civiles se organizaron el mismo 4 de septiembre.

LOS DOS PROYECTOS DE LA CIA
La CIA elaboró dos proyectos principales para que sirvieran de base a las acciones contra el movimiento popular. Sus nombres en clave eran Track I y Track II (Vía I y Vía II).
Para contribuir a su realización, llegaron a Chile 400 agentes de la Agencia en septiembre, que se agregaron a los de la Estación de la CIA, que funcionaba desde antes en Santiago.

LA “FÓRMULA ALESSANDRI”
El Proyecto Track I fue conocido como "Fórmula Alessandri". Según el Informe Church "consistía en inducir una cantidad suficiente de votos parlamentarios para elegir a Alessandri, en el entendido que éste renunciaría de inmediato, abriendo así el camino para una elección especial en que Frei podría legalmente presentarse como candidato."  (Informe Church, citado por “El Siglo”, del 11 al 17 de septiembre de 1993, página 2)
Jorge Alessandri, el derrotado abanderado de la oligarquía, dio su aprobación al plan de la CIA.

El entonces presidente de la República y la derecha del PDC apoyaron este camino. Un Memorándum de la ITT afirmaba:
"Frei y su partido (por lo menos el grupo que él comanda) tiene un profundo interés en esto (la "fórmula Alessandri". Nota del autor) por dos razones: bloquearía la asunción al poder de un Marxista, y también daría a los democratacristianos una posibilidad de retomar el poder, respaldados esta vez por los partidarios de Alessandri."  
(Documentos Secretos de la ITT, página 13)

En otro  Memorándum  se sostiene:
"Los diarios de 'El Mercurio' son otro factor clave. Es extraordinariamente importante mantenerlos vivos y publicando entre ahora y el 24 de octubre. Son la única voz francamente anticomunista que queda en Chile y están bajo gran presión, especialmente en Santiago. Este puede resultar el talón de Aquiles de la gente de Allende."    (Ibidem, página 10)

LAS FUERZAS POPULARES A LA OFENSIVA
La ciudadanía que había dado a Allende la primera mayoría relativa estaba  decidida a no dejarse escamotear la limpia victoria. Las fuerzas populares se movilizaban. Actuaban activamente los comités de la Unidad Popular, CUP.
Tuvieron lugar actos de apoyo al triunfo de la Izquierda. Especialmente impresionante fue el mitin efectuado en Santiago el domingo 13 de septiembre. En esa concentración Salvador Allende afirmó:
"La Unidad Popular no se niega al diálogo con la Democracia Cristiana... Los puntos de duda que pudieran albergar están resueltos con claridad meridiana en el Programa que hemos entregado al pueblo."   (Revista “·Ercilla” N. 1834, 16 a 22 de septiembre de 1970, página 15)

El 14, el Partido Comunista realizó un Pleno de su Comité Central. En el Informe, entregado por Orlando Millas, se sostuvo:
"El Partido Demócrata Cristiano tiene perfecto derecho, de acuerdo con su gravitación electoral, parlamentaria y política, a participar en este diálogo con la Unidad Popular. Lo que nosotros hemos objetado es que pretenda erigir cualquier especie de monopolio sobre la democracia, que no pretendemos ejercerlo los partidos de la UP y que nos parece que tampoco corresponde que los vaya a ejercer otro partido."   (Revista “Ercilla”N.1840, 23 a 29 de septiembre de 1970, página 11)

LA DEMOCRACIA CRISTIANA
En el seno del PDC existía una dura confrontación entre las posiciones de izquierda y de derecha. Radomiro Tomic, líder de la primera, había señalado:
"El resultado del 4 indica que un tercio se pronunció por el pasado con Alessandri y dos tercios se volcaron por seguir en la acelerada política de cambios estructurales que inició Frei."  (“Ercilla” N. 1839, 16 a 22 de septiembre de 1970, página 8)
Consecuente con ello, el excandidato democratacristiano, planteó la necesidad de apoyar a Allende en el Congreso Pleno del 24 de octubre, a condición de que éste aceptara el Estatuto de Garantías.

Se llamaba así un documento elaborado por una comisión formada por los senadores Prado, Fuentealba y Aylwin; además del vicepresidente del partido Jaime Castillo y el diputado Luis Maira.
Las principales garantías planteadas por la DC eran:
1.      Respeto por el Estado pluralista chileno:
2.      Mantener el carácter no deliberante de las FF.AA.;
3.      Educación pluralista;
4.      Funcionamiento de la organización sindical;
5.      Garantías administrativas;
6.      Precisión de las reformas constitucionales; y
7.      Respeto a los principios y organización del PDC.

Todos estos puntos no sólo estaban contemplados en el Programa Básico de Gobierno de la UP, sino que eran postulados levantados por los partidos de la Izquierda.
Como una manera de garantizar el cumplimiento del Estatuto, la DC puso como aval a las Fuerzas Armadas y exigió la incorporación de sus demandas a la Constitución Política del Estado.

El lunes 22, la DC ratificó el Estatuto con una plataforma concreta. Al día siguiente, se iniciaron las conversaciones entre Salvador Allende y los dirigentes democratacristianos.
El Partido Demócrata Cristina acordó apoyar a Allende en la votación del Congreso Pleno. Ello sepultó la “fórmula Alessandri”.

MOVIMIENTO SEDICIOSO DE MILITARES CRIOLLOS

Los enemigos de Allende estaban desolados. Un documento de la ITT, fechado el 16 de octubre y enviado por Hal Hendrix a E.J. Gerrity, advertía:
“A menos que haya un movimiento por parte de elementos militares disidentes a mediados de la próxima semana, el consenso en Santiago es que Salvador Allende triunfará fácilmente en el Congreso Pleno del 24 de octubre y asumirá como presidente el 4 de noviembre.” (“Documentos Secretos de la ITT”, página 40)

Entre los uniformados de “alto rango” involucrados en el movimiento sedicioso estaban el General de División, comandante de la Guarnición de Santiago, Camilo Valenzuela Godoy; el Vicealmirante y Comandante en Jefe de la Primera Zona Naval, Hugo Tirado Barros; el comandante de la FACH, Carlos Guerraty, y el Director General de Carabineros, Vicente Huerta.

El plan consistía en derrocar el Gobierno de Frei a través de un golpe e instaurar una Junta Militar, encabezada por el general Camilo Valenzuela. Con ello le cerrarían el paso a Salvador Allende.
Un obstáculo se alzaba ante los sediciosos: el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau. Este tenía  a la fecha 41 años. Oficial de Estado Mayor, de brillante carrera; designado Comandante en Jefe el 23 de octubre de 1969.

EL PARTIDO COMUNISTA Y LAS FF AA

Luis Corvalán escribió:
“Apenas conocido el resultado de las elecciones del 4 de septiembre de 1970, el enemigo buscó afanosamente el golpe de Estado para impedir que Salvador Allende asumiera la Presidencia de la República. Con tal fin, confió en el carácter de clase de las FF.AA. y trató de usarlas a su favor.
“En esas circunstancias, Salvador Allende y los partidos de la Unidad Popular entraron en un diálogo activo con las diversas instituciones militares. A nuestro partido le correspondió un papel especial en este diálogo en relación con el Ejército. Los compañeros Volodia Teitelboim, Américo Zorrilla y José Cademártori mantuvieron diferentes reuniones con varios generales y fueron los principales intermediarios entre ellos y el compañero Allende. El compañero Allende tuvo en alta estima estos contactos.”  (Corvalán Luis: Informe al Pleno del Comité Central del PC, agosto de 1977.Ediciones Colo-Colo, página 26)

EL SEDICIOSO PRESIDENTE FREI MOTALVA

El presidente Eduardo Frei Montalva jugó un papel  importante en la realización de los proyectos antipopulares elaborados por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense.
En el ya citado Memorándum de la ITT, de fecha 17 de septiembre, se sostiene:
“El Presidente ha dicho en privado a sus más próximos colaboradores, a Alessandri y a un visitante del Departamento de Estado durante el último fin de semana en Viña del Mar, que no se puede permitir que el país se vuelva comunista, y que es preciso impedir que Allende llegue al Gobierno.  Sin embargo, en público se mantiene fuera de la pelea hasta ahora... Nunca se le ha visto demostrar coraje en la quemada; enfrenta el dilema de no querer que se le acuse ni de entregar Chile al dominio comunista, ni de contribuir a una posible guerra civil... “
Por eso – agrega el documento de la ITT – el embajador Edward Korry “no ha dejado a Frei tranquilo un momento, hasta el punto de decirle que ‘se ponga los pantalones’.”  (“Documentos Secretos de la ITT”, página 12)

EL NO MUY EXTRAÑO EPISODIO VIVIDO POR EL GENERAL PRATS

El General Carlos Prats, cuando ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional vivió un episodio  que él relata así:
“El viernes 25 de septiembre (de 1970) me ocurre lo más insólito que podía esperar de ese tenso juego de muñequeo a que se nos sometía. A las 9,30, un destacado democratacristiano me plantea directamente, en actitud nerviosamente complacida, que ante la intransigencia de Schneider (Comandante en Jefe del Ejército) para detener a la Unidad Popular, el presidente Frei estaba dispuesto a que yo encabezara un movimiento que lo derrocara y enviara al extranjero... “
“Enseguida desarrolla su plan: había que ‘apoderarse de noche de La Moneda, enviar a Frei al extranjero, cerrar el Congreso, suspender la vigencia de los partidos políticos, utilizar en cargos claves a gente de confianza que ellos podrían señalar y, normalizada la situación, llamar de nuevo a elecciones’. Yo escuchaba hipnotizado al caballero de arquitectura de la época victoriana... “
“Calmadamente, le respondo que me extrañaba que todo lo dicho se me transmitiera por su conducto y no por intermedio del ministro Ossa... “
“Que el plan maestro que me había expuesto era muy cómodo para la DC, pero que iba a conducir a un desastre nacional más grave que el que se trataba de evitar y que los militares no teníamos por qué mancharnos de sangre las manos exclusivamente para resolver por la fuerza un dilema que es de exclusiva solución política... “
“Mi interlocutor queda desconcertado y me dirige una mirada ceñuda cuando me retiro.”  (Prats González, Carlos: “Memorias”, páginas 173, 174 y 176)  

 LA “OPERACIÓN ALFA”

Paralelamente a la “fórmula Alessandri”, la CIA impulsaba el Proyecto Track II. Según el Informe Church, la llamada “segunda vía” fue iniciada “por el presidente Nixon el 15 de septiembre, cuando instruyó a la CIA para que jugara un papel directo en la organización de un golpe militar en Chile.”  (Informe Church, página 71, citado por “El Siglo” del 11 al 17 de septiembre de 1993, página 2)
La Embajada de Estados Unidos en Santiago era un activo centro contrarrevolucionario. El 15 de septiembre, el embajador Edward Korry, que ocupó ese cargo entre octubre de 1967 y octubre de 1971, recibió un mensaje del Departamento de Estado dándole luz verde para actuar en nombre del presidente Richard Nixon.

Los fascistas confeccionaron la llamada “Operación Alfa”. Su objetivo: secuestrar al Comandante en Jefe del Ejército. Fallaron  en dos oportunidades el 19  y el 20 de octubre de 1970.
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El jueves 22 de octubre de 1970 a  las 7 de la mañana los terroristas se reunieron en Américo Vespucio Norte. Dieciséis de ellos fueron identificados en el fallo de la Justicia Militar.
  
Luego de impartirse las últimas instrucciones, se dirigieron en sus vehículos a la esquina de Martín de Zamora con Américo Vespucio. Allí esperaron. Conocían bien el recorrido habitual que realizaba el General Schneider. Cada uno se ubicó en el lugar asignado. Todos estaban armados y contaban con los elementos necesarios.

Minutos después de las 8 salió el Comandante en Jefe de su hogar. Se ubicó en el costado derecho del asiento trasero del Mercedes Benz, modelo 1966. Su conductor era el Cabo Primero Leopoldo Mauna Morales. Se inició el acostumbrado camino.
En la esquina de Sebastián Elcano, donde debían doblar a la derecha, se les adelantó un Fiat 1500, de color blanco. No les llamó esto la atención. Pero si se hubieran fijado mejor, habrían reparado en un pañuelo en el espejo retrovisor exterior. Era la señal para indicar que es el coche guía del operativo.
En el recorrido por Martín de Zamora hacia el poniente, el Mercedes Benz fue sobrepasado por otro vehículo de los fascistas que, junto al Fiat blanco, marcharon precediendo al General.
Al cruzar la calle Soria, un Jeep Willys se ubicó detrás del Mercedes. Poco antes de llegar a Américo Vespucio, un Dodge Dart azul maniobró de tal manera que obligó al chofer militar virar hacia el lado sur de Martín de Zamora, por el cual continuó su recorrido. Al Jeep Willys se le sumaron otros tres vehículos.

A pocos metros de Américo Vespucio, los coches que precedían al Mercedes frenaron bruscamente, obligando a éste a detenerse. El Jeep lo chocó por detrás, inmovilizándolo.
De inmediato, Jaime Melgoza Garay corrió hacia el costado izquierdo del auto del General Schneider. Llevaba una pistola Colt en la mano. Con él, se acercaron otros dos terroristas. Uno de ellos, con un combo, rompió el vidrio trasero de ese lado. Simultáneamente otros tres individuos se aproximaron por la parte derecha. Uno de éstos, con otro combo, destrozó el vidrio trasero de su lado.

Producido el primer rompimiento de vidrios por el costado izquierdo del coche militar, el General Schneider, presumiblemente habría tomado su pistola Star calibre 6,35 mm, N.º 111.451, en espontánea actitud defensiva ante la agresión de que era objeto por ese costado, momento en que  Melgoza apuntó y disparó la pistola que portaba hacia el interior del vehículo, hiriendo al Comandante en Jefe del Ejército en su mano derecha. Seguidamente después de aquel disparo, dos de los tres participantes que actuaban al lado derecho del Mercedes Benz, de pie y situados frente a la ventanilla trasera, dispararon repetidamente sus revólveres Ruby Extra hacia el interior del vehículo, impactando dos de ellos en la espalda del General... Producido lo anterior, los participantes en calidad de actores de estos hechos huyeron desordenadamente. (Ver: “El Caso Schneider. Operación Alfa”.  El fallo de la Justicia Militar, suscrito por el General de División, Orlando Urbina, y el Coronel de Justicia, Francisco Saavedra, Editorial  Quimantú. página 140 y siguientes)
Un Memorándum de la ITT, enviado por Hal Hendrix a Edward J. Gerrity, con fecha 22 de octubre, informaba:
“Bob Berrellez llamó desde Santiago para informar que poco después de las 8 horas de hoy se había producido un atentado contra la vida del General René Schneider, Comandante en Jefe del Ejército de Chile...
“Los observadores –agregaba– especulan que el atentado es una revancha contra Frei que no habría impedido asumir a Allende o un atentado para provocar una violenta reacción de la extrema izquierda. Lo último es considerado improbable por la rígida disciplina lograda por el Partido Comunista.” (“Documentos Secretos del ITT”, página 55)

El General Prats relata: “El jueves 22 de octubre me encontraba trabajando en mi oficina del quinto piso del Ministerio de Defensa Nacional, cuando a las 8,30 suena el citófono interno y siento la emocionada voz del ayudante del Comandante en Jefe, comandante Santiago Sinclair, quien me avisa apresuradamente que Schneider ha sido víctima de un atentado, que está herido y que fue trasladado al Hospital Militar.
“Parto con el General Manuel Pinochet al Hospital Militar y nos encontramos con la dolorosa noticia que el estado de Schneider es gravísimo.”   (Prats González, Carlos. “Memorias”, página 184)

SALVADOR ALLENDE PROCLAMADO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA            
Apenas conocida la noticia del atentado contra el General Schneider la indignación estalló en todo el país. Los sectores democráticos se movilizaron contra el peligro de un golpe militar. Se reunieron las organizaciones políticas de la Unidad Popular, los comités de base, la Central Única, los sindicatos. Chile entero estaba alerta.

En medio de este clima sesionó, el 24 de octubre, el Congreso Pleno, formado por el Senado y la Cámara de Diputados. Era un total de 200 parlamentarios: 80 de la Unidad Popular, 75 democratacristianos y 45 del Partido Nacional y de la Democracia Radical. 
Se produjo la votación. Allende recibió 153 sufragios; Alessandri, 35. Siete parlamentarios votaron en blanco y 5 no concurrieron a la sesión.
A las 13 horas del sábado 24, Salvador Allende fue proclamado presidente de la República por el Congreso Pleno, por el período 1970– 1976.

Ese día, a las 19 horas los tres Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas -los Generales Prats y Guerraty y el Almirante Tirado- más el General Director de Carabineros, Vicente Huerta, visitaron en cumplimiento protocolar al presidente electo en su domicilio. Todos, excepto el General Prats, estaban comprometidos con el plan sedicioso, dirigido por la CIA.

El Proyecto Track II ya no corría. La valiente actitud del Comandante en Jefe lo  echó por tierra.  El General Schneider falleció diecinueve horas después de la proclamación de Allende.

El lunes 26, sus restos fueron llevados a la Catedral Metropolitana a las 8 horas. Mucha gente concurrió a expresar su dolor y el respeto al militar constitucionalista. Se ofició una misa de Réquiem. Asistió Frei y el Presidente Electo. Son ellos los que encabezaron los multitudinarios funerales. En el Cementerio, habló el General Prats en nombre de las Fuerzas Armadas. Definió a Schneider como "héroe de la paz y mártir de la democracia."

En el himno “Venceremos” se  le rinde homenaje:
"Recordando al soldado valiente
cuyo ejemplo lo hiciera inmortal
enfrentemos primero a la muerte
traicionar a la Patria jamás."

La "Operación Alfa" resultó un bumerang para los sediciosos. Logró el efecto contrario al que esperaban los fascistas: se consolidó la posición de Salvador Allende y de la Unidad Popular.

El 27 de octubre, el presidente Frei nombró al General Carlos Prats Comandante en Jefe del Ejército.

El 2 de noviembre de 1970, se hizo cargo del Ministerio del Interior el abogado y regidor de la Comuna de La Reina, Daniel Vergara Bustos.
Fue el primer funcionario ministerial del Gobierno Popular.  Este militante comunista tendrá a su cargo tomar, al día siguiente, el juramento de rigor a los ministros y Subsecretarios designados por Salvador Allende.

Finalizaban los “60 días al rojo”. Dos meses en que los enemigos del pueblo intentaron todo por impedir que Allende asumiera como presidente de Chile.
Pero, a su vez, un período en que las fuerzas populares buscaron y encontraron la manera de derrotar esas maniobras. Para eso la UP mantuvo entrevistas y logró acuerdos con el PDC; se llevaron a cabo positivas entrevistas con las FF.AA.; y, lo que resultó fundamental, los trabajadores y otros sectores democráticos estuvieron en constante y combativa movilización. Y en todas esas acciones, los comunistas jugaron un papel importante.

Así estaban las cosas en Chile cuando  amanecía noviembre de 1970.