lunes, 21 de septiembre de 2020

HERNANDO DE MAGALLANES

 

A 501 años del inicio de su expedición:


                                  Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                  Centro de Extensión e Investigación

                                  Luis Emilio Recabarren,   CEILER

 

                      

 


20 de septiembre de 1519. Ese marcó  el comienzo de la primera circunnavegación de la tierra; además, del que sería el primer contacto de europeos con el territorio chileno. Proezas que  realizaron Hernando de Magallanes y sus compañeros de aventuras.

 

Magallanes,  navegante portugués, al servicio del monarca español, tuvo la audaz idea de acortar la ruta hacia las Molucas o “tierras de las Especies” (archipiélago de Indonesia), a través de un paso que debía existir en la parte sur del continente americano.

 

COMIENZA LA AVENTURA

 

La  expedición, capitaneada por Hernando de Magallanes (que a la fecha tenía 39 años) y  financiada por los Fugger (o Fúcares), capitalistas alemanes, partió de San Lúcar de Barrameda (Cádiz)  el 20 de septiembre  de 1519.

 

Se componía de cinco naves. Trinidad de 110 toneladas y 55 tripulantes; San Antonio, 120 toneladas y 60 tripulantes; Concepción, 90 toneladas y 45 tripulantes; Victoria, 85 toneladas y 42 tripulantes y Santiago, 75 toneladas y 32 tripulantes. En las cinco naves iban un total de 234 hombres.

 

El 20 de septiembre, la  expedición zarpó, para proseguir la expedición comenzada en Sevilla, con la intención de encontrar el paso marítimo hacia los territorios de las Indias Orientales y buscar el camino que, recorriendo siempre mares castellanos (según el Tratado de Tordesillas), llegase a las islas de las especias, lo que era la llamada ruta hacia el oeste que ya había buscado Cristóbal Colón.

 

HACIA EL SUR

 

Recalaron en las Canarias, pasaron frente a las islas de Cabo Verde y a las costas de Sierra Leona. Tocaron tierra en  lo que hoy es Río de Janeiro el 13 de diciembre. Siguieron hacia el sur. Pasaron por el Río de la Plata (ya descubierto por Juan Díaz de Solís en 1516), en marzo de 1520. Llegaron a la bahía San Julián, que exploraron en busca de un posible paso. Magallanes, en vista de la llegada del invierno, decidió recalar allí hasta la primavera.

 

MOTÍN

 

Lo inhóspito de aquellos parajes y el racionamiento de víveres al que estaban sometidos fomentaron el descontento entre la tripulación y el deseo de regresar. Estalló una conspiración contra Magallanes. La dirigieron Gaspar de Quesada, capitán de la Concepción, y el veedor Juan de Cartagena, que había sido relevado del mando de la San Antonio. La insurrección prendió en tres naves. Magallanes logró sofocarla. Uno de los capitanes amotinados fue asesinado y los restantes sometidos. Quesada fue condenado a muerte y Cartagena abandonado en la costa.

 

POR FIN ECONTRARON EL ESTRECHO

 

El 1º de noviembre de 1520, Magallanes encontró ese paso. Fue el estrecho que él llamó de Todos los Santos, posteriormente bautizado  como Estrecho de Magallanes. Durante los  26 días que duró la navegación de ese estrecho, los europeos tomaron conocimiento de la parte austral del territorio chileno.

 

Entre los miembros de la tripulación iba Francisco Antonio Pigafeta, cronista y geógrafo de la República de Venecia, que participó en la expedición por su propia cuenta. Escribió un diario completo del viaje. De esa forma, legó a la posteridad un importante registro de donde se puede extraer mucho de lo que se sabe de este episodio de la historia.

 

LAS PRIMERAS NOTAS SOBRE CHILE

 

El cronista Francisco Antonio Pigafeta,  relata en su “Diario de Viaje” que, en la ribera norte encontraron huellas gigantes, por lo que bautizaron a sus habitantes como patagones  o patas grandes (correspondían a indígenas que, para protegerse del frío, envolvían sus pies en cueros). Magallanes  denominó a esa región  Tierra de Patagones o Patagonia. Hacia el sur, siguiendo el relato de Pigafeta, quedaba una isla que podía ser el confín del mundo y que fue llamada Tierra del Fuego por las fogatas de los indios “fueguinos”  que se divisaban  en sus costas.

El 27 de noviembre la flota salió a un mar –entonces extrañamente muy tranquilo- al que  bautizaron como  Océano Pacífico.

               

                      Estatua de Hernando de Magallanes en Punta Arenas

  

PENURIAS EN ALTA MAR


En el largo viaje de tres meses entre el estrecho de Magallanes y las islas Molucas, no tocaron tierra firme. La hambruna y el escorbuto azotaron a la tripulación, hasta el punto de que se pagaban cuantiosas monedas por una simple rata para devorar. El agua se pudrió, apareció el escorbuto y los hombres comían incluso cuero reblandecido y serrín.


DRAMÁTICO RELATO DE PIGAFETTA


“La galleta que comíamos ya no era más pan sino un polvo lleno de gusanos que habían devorado toda su sustancia. Además, tenía un olor fétido insoportable porque estaba impregnada de orina de ratas. El agua que bebíamos era pútrida y hedionda. Por no morir de hambre, nos hemos visto obligados a comer los trozos de cuero que cubrían el mástil mayor a fin de que las cuerdas no se estropeen contra la madera... Muy a menudo, estábamos reducidos a alimentarnos de aserrín; y las ratas, tan repugnantes para el hombre, se habían vuelto un alimento tan buscado, que se pagaba hasta medio ducado por cada una de ellas... Y no era todo. Nuestra más grande desgracia llegó cuando nos vimos atacados por una especie de enfermedad que nos inflaba las mandíbulas hasta que nuestros dientes quedaban escondidos...”

 

Y COLÓN TENÍA RAZÓN

 

Por fin el 6 de marzo de 1521 encontraron una isla en la que aprovecharon para descansar y recoger víveres. Pronto acudirían a aquella isla numerosos indígenas con regalos para estos nuevos «visitantes».

En las Molucas, Magallanes y los suyos comprobaron que habían llegado al Extremo Oriente, y que Cristóbal Colón tenía razón: llegaron al Oriente navegando hacia Occidente. O sea, la tierra era redonda. No una superficie plana, según la versión bíblica.

 

MUERE HERNANDO DE MAGALLANES

 

Magallanes pereció en la Batalla de Mactán con una tribu cebuana encabezada por el jefe tribal Lapu-Lapu, en la isla filipina de Mactán. 

De acuerdo con las crónicas de Antonio Pigafetta, Magallanes desplegó 48 hombres acorazados (menos de la mitad de su tripulación) armados con espadas, hachas, ballestas y pistolas. Debido a la costa rocosa y los  corales cerca de la playa, Magallanes no pudo desembarcar. Forzado a anclar sus naves lejos de la costa, no pudo usar los cañones de ellas para enfrentarse a los 1500 guerreros de Lapu-Lapu armados con flechas y lanzas, contra 49 soldados europeos.

 

El pequeño grupo de soldados se acercó a la playa primero en botes y luego con el agua hasta los muslos. Al verlos, los nativos cargaron contra ellos. Magallanes trató de asustarlos incendiando algunas casas. Esta acción sólo consiguió enfurecer aún más a los nativos, quienes lo hirieron. Fue entonces cuando Magallanes ordenó la retirada. Un grupo de guerreros, reconociendo al comandante dando órdenes, atacó a Magallanes. Fue herido en la pierna con una flecha venenosa y en el brazo con una lanza de bambú.

Magallanes cubrió la retirada de sus hombres hasta que éstos pudieron reagruparse y huir en los botes. Finalmente fue rodeado y apuñalado con lanzas y espadas hasta su muerte. Su acción, sin embargo, permitió que la mayoría de sus hombres lograran escapar con vida, entre ellos Pigafetta. Cayó en combate el 27 de abril de 1521.


 


Estatua de Lapu-Lapu que mató a Magallanes en Mactán, héroe nacional de Filipinas por resistir el colonialismo español. Este jefe tribal es considerado el primer filipino en repeler la llegada de los occidentales.

         

EL REGRESO

 

Luego de esa batalla, consiguieron instalar una base en Borneo, donde entablaron buenas relaciones con los indígenas. Contando con una sola nave, capitaneada por Juan Sebastián  Elcano, emprendieron el regreso por mares portugueses. Era el camino más conocido, con tierras donde aprovisionarse, pero debiendo esquivar puertos y flotas portuguesas.

 

LA LLEGADA

Al cabo de tres años, el 6 de  septiembre de  1552, sólo   18 sobrevivientes de los 234 tripulantes que partieron en la expedición de Magallanes, llegaron al puerto español de San Lúcar. Esos valientes marinos habían realizado la proeza de completar por primera vez la vuelta completa a nuestro planeta.

 

         La réplica de la Nave Victoria en el Museo  en la ciudad de Punta Arenas.

 

SÓLO UNA REGRESÓ,  PERO…

 

Solamente una nave, Victoria, llegó a San Lúcar. Una sola, pero repleta de las codiciadas y valiosas especias. Entonces, actuaron los banqueros alemanes, los Függer, que habían financiado el viaje. Pretendieron quedarse con esa valiosa carga. Pero los 18 iniciaron un juicio. Argumentaron que los convenios habían sido hechos por Magallanes…

 

ESA VEZ GANARON LOS POBRES.

 

Ganaron el juicio los 18 sobrevivientes. Se transformaron en  18 ricos personajes. Y los banqueros, los Fugger,  representantes de la naciente burguesía alemana, que pensaron multiplicar sus fortunas a costa de los osados y valientes marinos, perdieron. Pretendieron ir por lana y salieron trasquilados.

 

                                              

                                         Jacob Fugger, quedó con cuello.

 

DOS NOTAS

 

Los navegantes comandados por Magallanes, expedicionarios obtuvieron grandes logros como el descubrimiento de un paso al océano Pacífico  y la circunnavegación del globo terrestre, tarea que concluyó en septiembre de 1522.  El viaje impulsado por ellos demostró definitivamente la esfericidad de la tierra y abrió a España una ruta alternativa al oriente y a la especiería.

 

La historia “oficial”  se refiere  a Hernando de Magallanes  como el  “descubridor” de Chile. Es una falsa  denominación. En nuestra opinión no se puede hablar de descubrimiento de un territorio,  cuando éste ya está habitado.