miércoles, 2 de septiembre de 2020

HACE 96 AÑOS HUBO “RUIDO SE SABLES” POR DIETA PARLAMENTARIA






                                                   Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                                   Centro de Extensión e Investigación
                                                     Luis Emilio Recabarren,  CEILER




 Edificio del Congreso Nacional. Santiago de Chile, Mes de agosto de 1924


El 2 de septiembre de 1924, estaba  el Senado reunido  discutiendo un proyecto sobre dieta parlamentaria, consistente en cancelar a cada senador y diputado la suma de dos mil pesos mensuales. En forma sorpresiva  llegaron hasta las tribunas de esa cámara cincuenta oficiales jóvenes del Ejército con sus uniformes.
Ello causó profunda molestia a los senadores, porque lo interpretaron –acertadamente- como un gesto de repudio a la dieta. Era una clara demostración de que la joven oficialidad miraba con malos ojos esa discusión
a que se dedicaba el Congreso desde el 11 de agosto de ese año

Al día siguiente, concurrió un número superior de militares, pero se les impidió  ingresar a las tribunas. Entonces subieron a las gallerías. Se hizo presente allí el ministro de Defensa, Gaspar Mora, quien les ordenó retirarse. Los oficiales obedecieron, pero manifestaron su molestia haciendo sonar sus sables. Este “ruido de sables”, fue el primer paso de rebelión de la oficialidad joven de la Guarnición de Santiago.

UN COMITÉ DE OFICIALES PROGRESISTAS
El 5, se constituyó la Junta Militar y Naval, un comité deliberante de tendencia progresista, que llegó incluso a formar una Comisión de Difusión Obrera, encabezada por el capitán Carlos Millán, que tuvo numerosas reuniones con con Recabarren y otros dirigentes sindicales de la  FOCH (comunistas) y con anarcosindicalistas.
Esa Junta Militar y Naval presionó al Parlamento, logrando que éste aprobara, sobre tabla, el día 8 de septiembre, 16 proyectos de ley  sociales –progresistas para entonces- que tramitaba hacía tiempo. (Una de esas leyes aprobadas fue la Nº  4.057 sobre organización sindical, que  tenía por objetivo destruir el movimiento sindical revolucionario)

GOLPE MILITAR REACCIONARIO
El 11 de septiembre de 1924 se produjo un golpe militar reaccionario. Tomó el poder una Junta de Gobierno  retrógrada, formada por los generales Luis Altamirano y Juan Pablo Bennett,  más el vicealmirante Francisco Neff. Desde el primer momento quedaron en claro las profundas contradicciones entre la Junta Militar y Naval y la Junta de Gobierno. Esta designó un gabinete constituido en su mayoría por miembros de la Unión Nacional, coalición derechista,  y exigió  la “depuración política y administrativa del país”. 





Al producirse el golpe del 11 de septiembre de 1924, Alessandri abandonó secretamente La Moneda, se asiló en la Embajada de Estados Unidos y desde allí envió su renuncia al Congreso. Este la rechazó y le autorizó el uso de una licencia por seis meses, con facultad para ausentarse del país.




Junta de Gobierno reaccionaria instalada el 11 de septiembre de 1924

La Junta de Gobierno el mismo 11 de septiembre hizo público un Manifiesto donde realizaba promesas, en especial  la de convocar a una democrática asamblea constituyente para elaborar una nueva Constitución Política. Pero, al día siguiente, clausuró el Congreso Nacional y aceptó la renuncia de Alessandri, dejando nula la licencia que le otorgara el Parlamento.

CONTRADICCIONES EN EL EJÉRCITO
Cada vez era más clara la existencia de dos posiciones contrapuestas en la oficialidad del Ejército: por un lado, los oficiales jóvenes, con mentalidad avanzada y con un entusiasta espíritu reformista, agrupados en la Junta Militar y Naval, y por el otro, el sector reaccionario, encabezado por la Junta de Gobierno, que lideraba el general Luis Altamirano.
Sin embargo, éstos últimos posaban de progresistas y tomaron sentidas aspiraciones de los trabajadores, duramente golpeados por la represión del Gobierno de Arturo Alessandri Palma, en especial  con la masacre de San Gregorio y la no solución al problema de la cesantía, las alzas de precios, etc.