Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de Extensión e
Investigación
Luis Emilio
Recabarren, CEILER
“Tu
nombre no has de manchar
gigante del ancho mar,
este es
el lema, marino,
cumple
con tu deber
y
vencerás”.
(Del Himno de
NACIÓ EN
Después de la victoria de Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, Bernardo O’Higgins afirmó. “Este triunfo y cien más se harán insignificantes si no dominamos el mar”.
Poniendo en práctica este pensamiento, envió representantes a Inglaterra y Estados Unidos con la misión de adquirir o construir naves y contratar oficiales. En abril de 1817 se compró la fragata Lautaro, luego la corbeta Chacabuco.
El junio, se adquirieron el navío San Martín y el bergantín Galvarino y el Director Supremo argentino envió el bergantín Intrépido.
La organización de estas naves fue encargada al capitán Manuel Blanco Encalada.
El 4 de agosto de
1818, Bernardo O´Higgins firmó un
decreto que creaba en el departamento de
Valparaíso una academia de jóvenes guardiamarinas, la que con el tiempo
se transformó en
Los primeros años de
Siguiendo el Plan del general José de San Martín y
financiada por Chile, el 20 de agosto de 1820 zarpó de Valparaíso
El Ejército Libertador estaba constituido por 4.430
plazas.
El 9 de noviembre de 1829 el ejército del sur, comandado por José Joaquín Prieto, en rebelión contra el gobierno constitucional, avanzó sobre Santiago, donde los conservadores, encabezados por Diego Portales, organizaban un levantamiento. Comenzaba la guerra civil de 1829 – 1830, que culminó con el triunfo de los conservadores en la batalla de Lircay, el 16 de abril de 1830.
Se inició un período de predominio de la derecha y de gobiernos autoritarios.
El primero de ellos fue el del general José Joaquín Prieto (1831 – 1841), en él, Diego Portales jugó rol protagónico entre 1831 y 1837.
EN
Diego Portales, con un acentuado chovinismo, decidió desde un comienzo combatir por todos los medios a
Esta no tenía como objetivo atacar a Chile ni limitar sus posibilidades comerciales, sino hacer realidad el sueño bolivariano de unir a los pueblos de América del Sur.
Una prueba de las positivas intenciones de Santa Cruz fue que Bernardo O’Higgins, desterrado en Perú, apoyara con entusiasmo el proyecto del general boliviano. El patriota chileno, además, intentó impedir que las diferencias entre Portales y Santa Cruz desembocaran en un conflicto armado.
Pero Portales estaba decidido a destruir
En Curicó fueron fusilados tres ciudadanos. Un enorme malestar existía en todo el país.
El 3 de junio de 1837, mientras pasaba revista a un destacamento del Ejército en Quillota, Portales fue apresado y tres días después fusilado.
El Gobierno responsabilizó de
este hecho a simpatizantes de
La única participación de
Con el triunfo de Casma
quedaron aseguradas las comunicaciones entre Chile y las tropas que en campaña
en Perú.
EN
Marinos españoles ocuparon las islas Chincha del Perú el 14 de abril d 1864. Chile solidarizó con Perú y se negó a abastecer, en especial de carbón, a las naves hispanas.
El 24 de septiembre de 1865,
el comandante general de
El 24 de octubre, marinos españoles intentaron capturar botes en Valparaíso. Fueron descubiertos y rechazados por soldados. Saldo: dos españoles heridos.
Perú declaró la guerra a España el 14 de enero de 1866. Ese mismo año lo hicieron Ecuador y Bolivia.
El 7 de febrero tuvo lugar el combate de Abtao entre naves chilenas y españolas. Duró dos horas. Quedaron 6 españoles heridos y 3 contusos. Sobre los chilenos, los datos fluctúan entre 2 y 12 muertos y entre 1 y 20 heridos.
Hubo otros encuentros sin mayor importancia. En el golfo de Arauco, una nave española capturó al buque auxiliar chileno “Paquete del Maule”.
El 31 de marzo de 1866 barcos españoles bombardearon el puerto de Valparaíso. Hubo dos muertos y 10 heridos chilenos, más graves daños materiales.
El 22 de agosto de 1866, fue apresado el velero chileno “Tornado”.
La paz entre España y Chile se
firmó el 12 de junio de 1883, en Lima, durante la ocupación de esa capital en
EN
Se le llama erróneamente Guerra del Pacífico Pero… el océano Pacífico es la mayor masa marítima del planeta. Su superficie abarca 180 millones de kilómetros cuadrados y sus aguas bañan tres continentes: América, Asia y Australia.
Y el conflicto bélico que nos preocupa se desarrolló en un mínimo
rincón de ese océano y en su transcurso hubo sólo tres combates navales: el de
Iquique y el de Punta Gruesa (el 21 de mayo de 1879) y el
de Punta Angamos (el 8 de octubre del mismo año). Los tres duraron unas pocas horas y participaron seis
naves. Dos peruanas,
el Huáscar y
En el Combate Naval de Iquique, por el lado peruano participaron dos naves y sufrieron un muerto y 7 heridos. Por la parte chilena combatieron cuatro buques y quedaron 143 muertos, 57 prisioneros, varios heridos y se perdió una corbeta.
En el Combate
de Punta Gruesa se enfrentaron
En el Combate Naval de Angamos (8 de otubre de 1879) tres buques chilenos vencieron y capturaron al “Huáscar”. En éste quedaron 33 muertos, 27 heridos y 144 prisioneros. En el “Cochrane” hubo un muerto y 9 heridos.
Posteriormente, la flota chilena surcó el Pacífico en tres ocasiones y sólo para transportar tropas. El escenario naval de ese conflicto abarcó desde Antofagasta a Pisco, unos 2 mil kilómetros.
Este conflicto bélico que Luis Emilio Recabarren definió
como “la guerra de conquista de 1879 en
que la clase gobernante de Chile se anexó a la región salitrera”, dejó en manos
chilenas las provincias de Tarapacá (que era peruana) y Antofagasta (de
Bolivia) y un sangriento saldo de 123
mil bolivianos, chilenos y peruanos; pero
los principales yacimientos de salitre pasaron manos del imperialismo
británico (de John Thomas North, Robert Harvey y
EN
El liberal José Manuel Balmaceda asumió
Comprendiendo que era negativo basar el futuro del país sólo en el salitre, expresó: “Atesoraremos en ferrocarriles y construcciones públicas los 20 millones en que la renta ordinaria excede actualmente a los gastos”.
Así lo hizo. En su gobierno construyó: 1.200 kilómetros de líneas férreas; 1.000 kilómetros de caminos; más de 300 puentes; 1.500 kilómetros de líneas telegráficas; más de cien escuelas, con capacidad para 35.000 alumnos, 20 centros penales. Se dotó de agua potable a 20 ciudades; se canalizó el Mapocho. Fueron habilitados 10 puertos.
Se crearon 350 escuelas: primarias, normales, agrícolas, de minas, una técnica femenina; liceos y el Instituto Pedagógico.
Contrario al monopolio británico sobre el salitre, sostuvo: “El Estado habrá de conservar siempre la propiedad salitrera suficiente para resguardar, con su influencia, la producción y venta, y frustrar en toda eventualidad la dictadura industrial en Tarapacá”.
Agregó: “Espero que en época próxima todos los ferrocarriles de Tarapacá serán propiedad nacional”•.
Residiendo en Londres, John Thomas North conoció los
patrióticos planes de Balmaceda, que herían sus intereses. Viajó a Chile. Llegó a Valparaíso el 21 de marzo de 1889. Se
entrevistó con el Presidente. No consiguió sus objetivos. Entonces recurrió al
numeroso grupo de chilenos que, pagados por él, actuaban contra los intereses
de su patria. Había abogados, periodistas, parlamentarios. Connotadas figuras políticas como Carlos
Walker Martínez, líder del Partido Conservador, varias veces parlamentario;
Julio Zegers, dirigente del Partido Liberal, diputado y ministro de Hacienda en
1878; Enrique Mac Iver, patriarca del Partido Radical, parlamentario durante 46
años, ministro en dos ocasiones y Gran Maestre de
Gran cantidad de parlamentarios eran empleados a sueldo de North. Con toda razón Balmaceda escribió en 1891: “El Congreso es un haz de corrompidos. Hay un grupo a quien trabaja el oro extranjero y que ha corrompido a muchas personas”.
Cuando los medios pacíficos fracasaron, North y sus cómplices chilenos echaron mano a la violencia reaccionaria.
El Ejército no escuchó los llamados de los contrarrevolucionarios y de mantuvo leal al gobierno constitucional.
Un capitán de navío golpista, llamado Jorge Montt
Álvarez, tomó el control de la marina,
que se sublevó el 7 de enero de 1891,
contra el gobierno de José Manuel Balmaceda.
Se inició
Sólo dos cazatorpederos se mantuvieron leales y en la bahía de Caldera combatieron y hundieron al blindado “Blanco Encalada”
La actuación de
La contrarrevolución de 1891, reiteramos, tuvo un costo de 10 mil vidas.
MARINOS
SE NIEGAN A DISPARAR EN
El 17 de abril de 1903,
los estibadores y chateros de
El movimiento se extendió. Los
estibadores de
A medida que los barcos de las compañías en conflictos llegaban al puerto, los tripulantes se sumaban a la huelga. También lo hicieron los lancheros de la bahía.
Se ordenó desembarcar a un destacamento de la marinería. Pero los marineros se negaron a disparar contra los trabajadores.
Los huelguistas realizaron un mitin frente a la imprenta de “El Mercurio” para expresar su repudio ante los ataques y los comentarios anti obreros del periódico. Desde el interior del edificio se abrió fuego contra la multitud. Los trabajadores respondieron apedreando los ventanales, quebrando los vidrios. Nuevos disparos. Quedaron siete manifestantes muertos. Por mucho tiempo se designará con el nombre del “matasiete” al diario de los Edwards.
Por la noche, tropas del Ejército sustituyeron a la policía. Ya eran diez mil los manifestantes que recorrían las calles y plazas de Valparaíso.
Hubo asaltos a otros locales. Intervinieron seis regimientos llegados desde la capital. El saldo fue de 8 oficiales y 20 soldados con heridas leves; 35 huelguistas muertos y más de 600 heridos.
Fue ésta una de las cinco masacres perpetradas bajo el Gobierno reaccionario de Germán Riesco.
Marinos, en un hecho histórico, se negaron a emplear sus armas contra los obreros
EN
El martes 10 de diciembre de 1907 estalló la huelga en la oficina salitrera San Lorenzo. En los dos días siguientes el movimiento se extendió por toda la pampa de Tarapacá. De 84 Oficinas salitreras que funcionaban, pararon 76, con un total de 37.141 obreros.
El viernes 13, los huelguistas, sus mujeres y niños iniciaron la marcha hacia Iquique. Allí esperaban la solución del conflicto, con la ayuda del gobierno de Pedro Montt. Pero éste, era de derecha, y se puso al lado de los patrones.
Entre el viernes 13 y el miércoles 18 de diciembre el gobierno envió tres barcos de guerra con tropas del Ejército a Iquique.
El domingo 15, llegaron los primeros pampinos a ese puerto. Fueron recibidos solidariamente por los trabajadores.
Los pampinos actuaban en
absoluto orden. Las autoridades los destinaron a
Las oficinas salitreras más importantes de Tarapacá eran propiedad de capitalistas británicos. Estos presionaron al Gobierno de Pedro Montt para que aplicara mano dura contra los huelguistas.
El jueves 19 de diciembre de
1907, llegó a Iquique un cuarto barco de
guerra. En él venían el Intendente de
Eran las 15, 30 horas del
sábado 21 de diciembre de 1907. Bajo un sol abrasador la multitud se apretujaba en
Frente a ellos, amenazantes, las negras bocas de fusiles y ametralladoras.
El general Roberto Silva Renard avanzó en un caballo
blanco –quizás sintiéndose Napoleón- y ordenó al soldado que lo acompañaba, que lanzara unos sones de
clarín. Después ordenó abandonar
Los obreros se negaron a hacerlo.
Relata Elías Lafertte:
“El general Silva Renard fríamente dio la orden de fuego. El ruido de los disparos fue ensordecedor. Los fusiles disparaban contra la azotea, mientras las ametralladoras tres veces lanzaron sus cargas de muerte contra el grueso de los pampinos, tres ráfagas, bastantes para llenar la escuela de cadáveres”.
Y las ametralladoras, que debutaban en esa matanza, fueron disparadas por elementos de la marina de guerra, que asesinaron a la mayor parte de los más de tres mil obreros, mujeres y niños en ese sábado 21 de diciembre de 1907.
El 1 de septiembre de 1931
suboficiales y marineros se apoderaron de las naves de
El 5 de septiembre de 1931,
los barcos que venían desde el sur arribaron a Coquimbo y ambas Escuadras,
después de saludarse con grandes hurras, izando en sus foques las banderolas de
bienvenida, se unieron en la bahía, para sumar, en total 23 unidades sublevadas
y a cargo de sus tripulaciones, caso único en la historia naval. ¡Quince mil
hombres, después de haberse apoderado de todos los barcos de guerra y puertos
militares, con el apoyo de
"Compañero marino: Tú tienes los buques ya, dad armas a tus hermanos de miserias y en 48 horas, los consejos de marinos, soldados, obreros y campesinos le habrán dado a Chile un gobierno donde la miseria no impera.
"Marino hermano: date cuenta que lo que habéis hecho es lo más grande y sin no lo lleváis hasta el final, si no te unes con los trabajadores, seréis aniquilados por la oligarquía.
"Marino: el triunfo es tuyo: para que nada ni nadie te lo quite, únete con los trabajadores.
"Ten presente: no dejes el arma".
En la noche de ese sábado 5, el gobierno exigió la rendición incondicional de los sublevados en Talcahuano. Fue rechazado por la marinería.
Domingo 6 de septiembre. Era muy temprano aún, cuando la flota surta en Coquimbo, luego de calentar las máquinas, echando grandes penachos de humo, levó anclas y abandonó la bahía. La intención del Estado Mayor era situarla en mar abierto para ofrecer menor blanco al bombardeo de la aviación, que se había concentrado en la base de Ovalle. Pero, poco después del mediodía, los barcos retornaban para ocupar los mismos lugares donde estuvieron antes.
Eran las 15:30 horas. En Talcahuano, tropas del Regimiento Chacabuco rompieron fuego contra el destructor Riveros, que se había acercado a tierra para ayudar a sus compañeros amenazados por el Ejército. También lo atacó el Grupo de artillería Silva Renard.
A las 17:30 horas del domingo 6 de septiembre se inició el
ataque aéreo contra
La aviación de guerra estaba comandada por su jefe, coronel Vergara, hermano del Ministro de Guerra. Lanzó varios ataques sobre los barcos, especialmente contra el Almirante Latorre. El ataque fue repelido vigorosamente por la marinería.
El bombardeo duró 25 minutos y fue presenciado por los habitantes de Coquimbo desde el muelle y sus inmediaciones, desde las partes altas de las casas y de los cerros.
Un avión fue derribado y otros cinco averiados. De
La acción de la aviación contra la marinería sublevada fue, desde el punto de vista militar, un rotundo fracaso.
Después del bombardeo se entregaron al gobierno los Destroyer Riquelme, Hyatt, Orella y Videla.
Lunes 7 de septiembre. En la mañana, los buques aún en manos de sus tripulaciones salieron del puerto de Coquimbo. El acorazado O'Higgins regresó y se rindió.
Los marineros comprometidos en la rebelión estaban divididos. Cada vez eran más los que deseaban llegar a un acuerdo con el gobierno. En el resto de las naves, ya no se obedecía al Estado Mayor.
En Coquimbo se rumoreaba que el Almirante Latorre no se rendía porque "la tripulación y el Estado Mayor de los insurrectos estaban en desacuerdo sobre el camino a seguir. Los primeros deseaban entregarse y los segundos pensaban hundir al barco, conforme a lo que han manifestado en otras ocasiones. Se informó que bandadas de aviones e hidroaviones seguían la marcha del 'Latorre' con el objeto de obligarlo a rendirse.
Ese lunes 7 cayeron los fuertes del Morro, Punta de Parra y el Borgoño.
Según Ricardo Donoso, "en el combate de Talcahuano hubo un apreciable número de bajas entre muertos y heridos, tanto de parte de los rebeldes como de las tropas gubernativas. La captura de los fuertes puso en poder del gobierno mil prisioneros y todo el armamento y municiones que existía en ellos".
En Valparaíso, regimientos del
gobierno marcharon sobre
En la noche del lunes, el último bastión de la insurrección era el Almirante Latorre. Acosado por los aviones, su tripulación terminó por levantar bandera blanca.
¿Por qué fracasó la sublevación de la marinería de
Se puede afirmar que la rendición de los insurrectos no fue resultado directo del bombardeo de la flota en Coquimbo. Lo que sí influyó, al parecer significativamente, fue el haberse gestado una suerte de contrarrevolución a borde de las naves alzadas.
Pedro Pacheco Pérez, profesor comunista que participó en la insurrección y que fue uno de los condenados a muerte, amnistiados gracias a la presión popular, en un artículo titulado “Hace Treinta Años” y publicado en “El Siglo” con fecha 2 de septiembre de 1972, explica:
"La mayor firmeza y combatividad se encontraban entre los tripulantes de más baja graduación y con cierta experiencia, como los cabos. Los más vacilantes fueron los suboficiales, los que, desgraciadamente, en mayor proporción dirigieron el movimiento, debido a que los marineros los eligieron impulsados por su respeto a la jerarquía".
Luego enfatiza: "El error más notable fue la falta de vinculación orgánica con el pueblo. Era, por otra parte, natural que así fuera, pues nadie sabía qué o quién había detrás del movimiento. Recién había caído el dictador, el Partido Comunista recogía sus cuadros de la ilegalidad, la tiranía había despedazado y corrompido gran parte del movimiento obrero".
Al mismo tiempo, Pacheco Pérez, define la insurrección de las Tripulaciones como "una primera participación del pueblo armado en la solución de sus problemas y de los problemas de la nación, con mucho de espontánea y con graves errores políticos y orgánicos, pero una lección rica en enseñanzas".
Derrotado el levantamiento de
La masacre "legal" anunciada conmovió la conciencia de amplios sectores. Se constituyeron comités para impedir las penas de muerte, de las cuales ya se había dictado el "cúmplase" . Los integraban trabajadores, estudiantes, abogados partidos populares.
Los comunistas salieron a la calle. El 21 de mayo de 1932 jóvenes comunistas de Valparaíso repartieron proclamas exigiendo respeto a la vida y la libertad de los marinos sublevados.
Durante la breve “República
Socialista” encabezada por Marmaduke Grove (del 4 al 16 de junio de 1932) dictó
un decreto que amnistió y liberó a todos los marinos encarcelados por su
participación en la insurrección de los primeros días de septiembre de 1931.
ACCIONES SUBVERSIVAS
En julio de
Dentro del más absoluto secreto y tomando todas las medidas de seguridad, se produjo el encuentro en Santiago, en un departamento de la avenida Vitacura. El comandante Hugo Castro llegó acompañado por un capitán y Thieme lo hizo secundado por Sessa y Gutiérrez.
Los marinos les comunicaron que el día 25 de julio se iniciaría un nuevo paro nacional de camioneros, al cual se irían sumando gradualmente otros gremios, con lo que se pretendía paralizar totalmente al país, situación que crearía las condiciones para un pronunciamiento militar definitivo.
En seguida les preguntaron en qué situación se encontraban las brigadas operacionales, luego de conocer las explicaciones, les pidieron que las movilizaran en las condiciones en que estuvieran con el fin de contribuir al éxito del paro, asignándoles la misión de mantener cortadas las vías férreas y las carreteras, y sabotear los oleoductos y bencineras.
Los marinos se comprometieron a señalarles los puntos de corte y a proveer los materiales explosivos requeridos. También les indicarían los días en que tendrían que provocar cortes de energía eléctrica en diversos lugares del territorio para alterar las comunicaciones radiales y televisivas.
Sin mayores dudas, los
dirigentes de Patria y Libertad aceptaron la misión y antes de despedirse
establecieron los conductos de comunicación y de coordinación para poner en
práctica los planes de sabotaje acordados.
MARINOS PATRIOTAS INTENTARON IMPEDIR EL GOLPE (TESTIMONIO DE UN MARINO CONSTITUCIONALISTA)
“Nosotros vivíamos algo ajeno a lo que pasaba en Chile
porque habíamos salido a principios de
“Cuando llegué a bordo de
La dotación de oficiales serían 30 y la tripulación 250. O sea, 250 personas hacinadas de la mitad del buque para adelante y los otros 30 dueños de la mitad hacia atrás…
“Mi conciencia de las cosas parte en Huasco y se va desarrollando.
La comida es mala, el uniforme que nos llegaba nos tenía todos pililos, los
sueldos bajísimos, las guardias extenuantes, los regímenes de franco muy
limitados. Así se crearon expectativas dentro de
“Cuando terminamos el periodo de instrucciones en 1971 nos seleccionan para especialidades. Los que teníamos mejores notas nos mandaron a cursar la mejor especialidad que tenía la marina, que es Técnico Superior en Electrónica.
“En las charlas que daban los
oficiales en los cursos, de distintos temas, se empiezan a meter temas
contingentes de orden político sobre lo que pasaba en el país. Al rato es
recurrente y plantean cosas que uno no estaba tan de acuerdo. Estaban en contra
de las 40 medidas del gobierno de Allende, como la renacionalización del cobre.
Los oficiales decían que eso era lo peor porque iba a significar una catástrofe
en la marina, ya que todas las compañías norteamericanas no iban a dejarse
expropiar y eso implicaba que
“En otra charla, otro comandante criticaba la entrega del litro de leche a cada niño porque en el país los niños no estaban acostumbrados a tomar leche y que los pobres las usaban para rayar las canchas de fútbol…
“Al tiempo empiezas a intuir algo. Aquí no se está hablando de temas institucionales y técnicos, sino que de temas políticos. Pese al temor que existía nosotros no sabíamos donde apuntar las opiniones, pero proyectábamos que esto tendía a derrocar al gobierno. Llegábamos preparados a las charlas y les decíamos ‘usted está equivocado en lo que está diciendo. Tengo estadísticas, números, etc.’. Todo para argumentar. Se producían unas discusiones enormes.
“En 1971 al curso completo se nos ocurrió hacer un paseo de curso. De civil arriba de un camión nos fuimos a acampar a una quebrada. Nos acompañan dos oficiales y en algún momento nos pusimos a discutir y todo el mundo se puso en evidencia. Pensamos que la discusión quedó entre camaradas, pero cuando llegamos a la escuela los oficiales hacen informes y sumarios porque se presumía que había gente política en el curso. Cuando empieza esto del sumario los llamamos a los oficiales para decirles que cómo traían a la unidad temas que fueron de un paseo, era de pocos hombres, si estábamos compartiendo, que no se podía hacer, que jamás hubo maltrato y que podíamos decir que ellos también tenían una postura política. Si hay sumario y nos llevan a un fiscal, les dijimos que nosotros íbamos decir que ellos habían hablado también de política, que el tema lo habían puesto ellos. Hasta ahí no más quedó la amenaza, claro que pasamos a segundo año marcados absolutamente los 15 del curso de Electrónica.
“En 1972 la cosa se empieza a complicar a nivel nacional.
Hay paros y sabotajes. En las charlas ya no se hablaba en contra de una medida,
sino que directamente en contra del gobierno. Nosotros como marineros
constitucionalistas, una cosa que marcábamos como argumento sólido, algo que
aprendimos en
“Los oficiales hablaban del presidente como el pelotudo, el huevón, en esos términos. Para qué hablar de cómo se referían a los ministros: huevones ignorantes, analfabetos, que no sabían nada. Ese era el lenguaje que usaban. Así, nosotros, pensábamos que si ese era el gobierno que los ciudadanos eligieron, había que esperar que desarrollen su pega. No hay ninguna ordenanza que determine que si no me gusta el gobierno, lo voy a cambiar.
“Estaba en
“Todas esas cuestiones nos mostraban el trato que se daba a la población y contra quien nos estaban entrenando. Al encontrarnos con otras unidades, con carabineros, nos dimos cuenta que había un sentimiento de tropa muy similar. Se fue creando una conciencia de que algo viene, de que algo se tramaba y que nosotros teníamos que estar al lado del gobierno porque es constitucional.
“De repente nos enteramos que
“Terminamos el curso y nos
fuimos embarcados en los buques. Allí nos encontramos con gente que llegó de
“Navegando en la escuadra nos encontrábamos con amigos de otros buques. Yo estaba en el crucero Prat. Había una percepción más o menos similar de parte de la tropa de que algo se estaba fraguando, que había un “in crescendo” contra el gobierno y los oficiales hablaban mucho de que teníamos que estar unidos ¿cuándo los oficiales nos habían pedido que nosotros estuviésemos unidos a ellos?
“El tipo que estaba en el Blanco, el en Cochrane o en el Orella tenía la misma sensación. Así empezamos a averiguar con otros barcos. “Vamos a ver qué pasa en el crucero O’Higgins”- decíamos. O “¿quién conoce a alguien del Latorre? ¿Qué está pasando allá?”.
“Las charlas direccionales ya eran evidentemente dirigidas en contra del gobierno, era para denostarlo, que eran incompetentes, que eran imbéciles, hacían mofa de los ministros. Se hablaba muy mal de ellos…
“Después nos vamos a los buques y el sentimiento es parecido. Los marinos de tropa, en vez de creerse el cuento, empiezan a tener un rechazo generalizado. En todos los buques se comentaba que la cosa se está poniendo fea, que parece que viene un golpe de Estado. Vamos a apagar esta cuestión diji
“Así que los más amigos nos empezamos a transmitir mensajes entre los barcos y las escuelas. Lo hacíamos usando un programa de actividades en el que cada cierto tiempo se juntaba la flota en un puerto y se hacían maniobras. Sabíamos que buques iban y como conocíamos a quienes estaban arriba de esos buques, nos juntábamos para conversar los temas y transmitir la información.
“A los que les correspondía hacer la maniobra, hacían de enlace y transmitían la información de lo que pasaba. Al final todos engancharon. Y era más bien por ser constitucionalistas y de que si intentaban hacer un golpe de Estado nosotros seríamos la carne de cañón.
“Lo que más nos complicaba era que era un enfrentamiento contra un pueblo indefenso. Aquí había que salir a matar gente. Entonces conversábamos que se parara la mano, que cómo íbamos a dar un golpe de Estado, si este gobierno tiene un apoyo de la gran puta. Si Allende se pega una concentración y llega un millón de personas, entonces va a haber gente que saldrá a defender el gobierno.
“Los oficiales decían que si acaso no sabíamos sobre los acondicionamientos que se hacen para dominar la situación. Si basta con que matemos unos 10 mil gallos y todo el resto se va a atemorizar. Eso lo decían antes del golpe, así con esas palabras. Entonces pensábamos que aquí lo que venía era una masacre de la gran puta.
“Un día se sabe que un oficial de la unidad cree en el gobierno y lo va a defender. No pues, si vamos de franco cuando vaya saliendo, le pegamos un tiro cuando vaya saliendo, cayó al agua y se desapareció- escuché decir a otro oficial. Frente a esa situación angustiosa ¿qué te queda? Acá no me salvo ni por una ni por la otra. O me convierto en carne de cañón o me quedo y me van a pasar la cuenta igual. No era mucho el margen de maniobra. Sobre todo para aquellos que ingenuamente ya habíamos demostrado una posición política ya en la escuela. Si estábamos fichados ya.
“Con ese ambiente tan complicado teníamos que hacer algo. Estábamos en la disyuntiva entre quedarnos callados y ser carne de cañón para el golpe o nos iban a pasar la cuenta igual. Entonces se nos ocurrió hacer una reunión de coordinación de distintos buques.
“Teníamos contactos sólo con suboficiales. Percibimos que la situación en otras ramas era la misma. Que se estaba fraguando el golpe de Estado en la oficialidad, pero que la gente de tropa no estaba con ellos. Uno por la afinidad con el gobierno, porque el gobierno de Allende los interpretaba; y otros por ser constitucionalistas.
“Así que nos reunimos en el restorán Los Pingüinos de Valparaíso unos 15 marinos de distintos buques y escuelas. Ningún oficial. El sargento Cárdenas hizo un resumen de la situación política y ¿qué hacemos? Yo plantee que era una situación grave que se había salido de los cauces institucionales y que había que ponerla en conocimiento del gobierno. ¿Cómo? Al ser subordinados no podíamos pedir audiencia al gobierno, por lo que tenía que ser por canales informales.
“También plantee que teníamos que hacer un movimiento capaz de neutralizar la fuerza de los golpistas. En el momento que sucediera vamos a tomarnos los buques y escuelas para que fracasara.
“Aparecieron posturas más
extremistas, como la de Cárdenas, que decía que más evidencia no se necesitaba.
Planteaba tomarse los buques de la escuadra y las escuelas. Conformar unas fuerzas populares y
nos ponemos a disposición del presidente Allende. La idea era comunicar antes
al gobierno y en el próximo zarpe de
“El problema era ¿cómo tú vas a convencer a las estructuras de gobierno oficial, siendo uno un sedicioso al tomarse la escuadra, que el gobierno te acepte? Así que no llegamos a acuerdo. El grupo de Cárdenas mantuvo esa idea y el grupo nuestro pensaba que por ahí no iba la mano. Así que cada uno en su grupo inició los contactos con el gobierno, los que se dieron a través del MIR…
“De la muerte del comandante Arturo Araya nos enteramos por la radio. Hicimos una reunión en los buques y conversamos lo mismo: el extremismo está matando a nuestra gente, cómo nos vamos a dejar matar así, tenemos que actuar.
“De los leales al gobierno sólo quedó el almirante Montero, una persona muy respetable. Hasta el golpe vimos en él, ninguna actividad conspirativa y siempre defendió la institucionalidad. No era bien visto al interior de la marina. Le pasó lo mismo que Prats, sabía lo que venía, pero estaba solo ¿qué iba a hacer? En su fuero interno debe haber pensado eso.
“Nuestro grupo de planteó que si queríamos lograr parar el golpe teníamos que sumar más gente, de forma silenciosa, secreta. Así se dio un trabajo de buscar gente confiable. Cárdenas con su grupo se reunieron con civiles, con Miguel Enríquez, con Garretón y Carlos Altamirano. Lamentablemente en la última reunión con Altamirano a Cárdenas lo tomaron preso. Andaba con una lista y entre esa lista estaba su grupo y yo estaba en Talcahuano. A los de Valparaíso los trataron muy mal.
“El buque Prat había tenido un incendio en las máquinas. Todo el mundo pensaba que era un sabotaje, pero gente que trabajaba allí había constatado hace tiempo que esas máquinas estaban sobre exigidas, además el buque era muy viejo, pero no lo pescaron. Cuando ocurrió el incendio se corrió la voz de que había sido un sabotaje de los extremistas y el buque se va a reparaciones a Talcahuano. Yo estaba a cargo de un radar y manteníamos otros equipos averiados. Era el 8 de agosto de 1973 entregué mi turno y me fui a acostar, pero llega el oficial a cargo, el teniente Santiago Lorca, y me dice que no me acueste, que tenía que ir a la base buscar unos equipos que acaban de llegar. Le dije que había trabajado todo el día y que estaba cansado, que quería puro dormir. ‘No, si tienes que ir tú’- me dice.
“Me obligó a salir del buque
en comisión de servicio. Salimos
en una camioneta que en un momento del trayecto se desvía por
“Pensé tirarme de la camioneta para afuera y los oficiales me dijeron quédate quieto. Llegamos al fuerte, yo no tenía idea que existía, un lugar oscuro y se bajan todos y me dejan arriba de la camioneta. Escucho “¡López baja!”.
“Allí me di cuenta que estaba rodeado de infantes de marina, con las caras pintadas y me dieron una pateadura y culatazos. Me hicieron pebre, sin preguntarme nada, ni siquiera el nombre. Pensé que hasta ahí no más llegaba mi historia. Luego me desnudaron y comenzaron a interrogarme. ‘Vos sabís por qué estás aquí, no te hagas el huevón’- me decían. Intuía porqué estaba pero no sabía la magnitud. Me fui de negativa por bastante rato, me preguntaban por distintas personas, si es que los conocía. Luego trajeron a un colega mío sangrando y me dijeron que había hablado. Allí caché por donde iba la mano. Cuando se lo llevan, grita para atrás ‘yo no hablé ninguna huevá’.
“Después viene una tanda de torturas desnudo a cargo de unos 5 soldados. En ese tiempo eran sólo golpes, claro que en la península al lado del mar, principios de agosto, desnudo, con un frío de la gran puta. Al rato me doy cuenta que no estaba solo, que les pegaban a otros más. Al rato les digo que digan la huevá que quieran, yo firmo lo que quieran. A esas alturas del partido uno ya se da cuenta de que no han dado el golpe de Estado y que no te iban a matar. Estoy seguro que quieren hacer un proceso, pensaba y que al final había un gobierno civil, tendría contactos con abogados y que tendría derechos.
“Me fueron a tirar a una casona y al otro día me llevan a Talcahuano, luego a la cárcel de Concepción, donde nos pilló el golpe. Éramos como 83 procesados. Unos 18 nos quedamos en Talcahuano.
“A comienzos de agosto se hace público que estábamos
presos. Nuestros compañeros avisan a las familias y ellos nos buscan.
“Esperábamos que luego de calmarse la situación, tomar contactos con los abogados, se iba a evaluar lo que estaba ocurriendo en la marina y que al menos una autoridad de gobierno nos iba a llamar para pedir nuestra versión de que si era efectivo o no que se estaba conspirando al interior de la marina para dar un golpe de Estado. Nadie nos llamó.
“Sentimos que hubo una desidia de parte del gobierno cuando había elementos de juicios suficientes para empezar una investigación y verificar qué mandos estaban involucrados en esto. Eso no se hizo”. (Víctor López Z., un Marino Constitucionalista: “Carta al Director”, miércoles 28 de agosto de 2013, en DiarioUChile, 31 de octubre de 2020)
EN EL GOLPE DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973 Y
Liderado por el Vicealmirante de
Ese día José Toribio Merino destituyó al almirante Raúl Montero Cornejo y se autonombró
comandante en jefe de
Recuerda Carlos Toro:
“Alrededor de las 5,30 horas sonó el teléfono. Atendí. Me llamaban los
compañeros ferroviarios de Valparaíso para informar que: ‘la escuadra había
regresado en la madrugada a Valparaíso y que en ese momento la marinería se
estaba tomando las instalaciones ferroviarias del puerto’. Con esta nueva noticia, llamé
inmediatamente a Tomás Moro. Me atendió Joan Garcés. Mira, le dije, se está
dando un conato subversivo de la marina en Valparaíso.
Tengo la impresión de que fue la primera alerta que él
llegó al Presidente. Aunque no estoy seguro de ello. También pudo recibirla por
otros conductos”. (Carlos Toro: “
EL GOLPE FASCISTA EN VALPARAÍSO
Reproducimos partes el excelente trabajo: “Valparaíso: Las cicatrices de un puerto torturado”, de Joaquín Cáceres González:
“El 11 de septiembre de 1973
la bahía de Valparaíso amaneció asediada por
“Valparaíso, como ciudad puerto, fue sitiada por la
armada. En este caso, según el Informe de
“Utilizando como recintos de detención y tortura
TORTURAS
EN
“
“
“ El año 2017, en febrero,
“En estos lugares las torturas eran tanto psicológicas
como físicas. Luis Cáceres relata que pasó por el Silva Palma “pero para un
simulacro de fusilamiento”. Los simulacros de fusilamiento eran recurrentes en
los centros de detención, esto como una forma de quebrar psicológicamente a las
personas. Muchos concuerdan con que el Cuartel Silva Palma era uno de los
centros en donde se realizaban las torturas más brutales, llegando al punto de
encontrar otros centros de detención como un paraíso, como comentó Aurelio
González, ex marino detenido: “la cárcel para nosotros fue un paraíso, después
de estar en el Silva Palma, ya que ahí pasaba de todo”. Luego de pasar por
estos dos centros de detención muchos eran trasladados a unos lugares menos
conocidos, estos eran el Buque Maipo, el Buque Lebu y
EN EL BUQUE MAIPO
“El Buque Maipo era un barco de propiedad de
EN EL
LEBU
“El 15 de septiembre fue
entregado a
“Fue usado como centro de detención
y tortura durante un año, por donde pasaron cientos de personas entre hombres y
mujeres. Entre los
detenidos que pasaron por el Lebu algunos eran menores de edad, como es el caso
de Marco Contardo, quien con 15 años de edad fue llevado a
“Quienes pasaron por este centro de detención flotante recuerdan que la estadía era difícil “el piso era de fierro, nos hacían dormir en una colchoneta “payasa” que son los forros de los colchones, pero rellenos con paja y nos pasaban una frazada, las necesidades las hacíamos en un tambor de 200 litros cortado por la mitad” recuerda Ricardo Aravena.
“También usaban como tortura la electricidad. Para Ricardo Aravena la corriente fue algo muy doloroso “aplicaban corriente en las manos, los testículos, en los pies, cosa que recorriera todo el cuerpo”.
“
“Muchos de los torturadores
más brutales fueron entrenados en
CENTROS
DE DETENCIÓN, TORTURA Y MUERTE
En la provincia de Valparaíso
UNA SINIESTRA “DAMA BLANCA”
Inmediatamente después del 11 de septiembre de 1973, el
Buque Escuela "Esmeralda" fue utilizado por
Según el Informe de
Aunque el número de detenidos a bordo del Buque
"Esmeralda" varía según los testimonios pues se los trasladaba de un
barco a otro a medida que iban siendo interrogados. El Senado Norteamericano
(1986) indica que llegó a haber 112 de ellos. Según la evidencia disponible, en
un momento hubo unas 40 mujeres detenidas, las cuales fueron sometidas a todo
tipo de maltratos, torturas, vejaciones y violaciones.
EL CASO DEL SACERDOTE MIGUEL WOODWARD
Entre los detenidos cabe destacar la presencia del sacerdote católico chileno-británico, Miguel R. Woodward, quien falleció a consecuencia de las torturas cuando el 22 de septiembre de 1973 se le llevó al Hospital Naval de Valparaíso por indicación de un médico de la misma Armada.
Aunque
El caso del Padre Woodward está debidamente acreditado en
las investigaciones del juez Baltasar Garzón de
Las investigaciones hechas por sus familiares y las cortes
demuestran que: "tras pasar por el buque Lebu, el padre Woodward fue llevado a
Según el libro Sangre sobre
(Memoria Viva: Proyecto
Internacional de Derechos Humanos – Londres, 1996 – 2015)
CONCLUSIONES
1.La Armada de Chile nació
bajo la inspiración patriótica de Bernardo O’Higgins Riquelme y contribuyó a
2.Participó en dos guerras injustas:
3.Intervino en una guerra solidaria con Perú:
4.En tres ocasiones llevó a cabo guerras contra el pueblo de Chile:
-Desató la contrarrevolución (guerra civil) de 1891, donde perdieron la vida 10 mil chilenos;
-Tomó parte en la masacre de
-
5. Por tanto: en las guerras
contra enemigos externos
En acciones de
6.La lucha de clases estalló
en tres oportunidades en
-Cuando un batallón de marinos se negó a disparar contra los huelguistas en Valparaíso en 1903
-En
-En el intento de los marinos
constitucionalistas de impedir el golpe fascista (1973)
FUENTES:
Cáceres González, Joaquín: “Valparaíso: Las cicatrices de un puerto torturado”
López Z., Víctor un Marino Constitucionalista: “Carta al Director”, miércoles 28 de agosto de 2013, en DiarioUChile, 31 de octubre de 2020)
Memoria Viva: Proyecto Internacional de Derechos Humanos – Londres, 1996 – 2015
Pacheco Pérez, Pedro: “Hace Treinta Años” en “El Siglo” , 2 de septiembre de 1972
Toro, Carlos: “
Recabarren, Luis Emilio:
“Ricos y pobres”, en “Luis Emilio Recabarren. Obras”. Casa de Las Américas,
1976