viernes, 3 de julio de 2020

MARIE CURIE, CIENTÍFICA Y FEMINISTA





En el 86º aniversario de su fallecimiento:




                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                               Centro de Extensión e Investigación
                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER





A causa de la radiación a la que estuvo expuesta en sus experimentos, Marie Curie falleció el 4 de julio de 1934 en Passy, Francia. Sin embargo, sus aportaciones a la ciencia y a la sociedad siempre serán inmortales.

Había nacido como Maria Salomea Sklodowska el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, Polonia.  Fue la primera mujer científica en recibir el Premio Nobel y ser la primera catedrática de la Universidad de la Sorbona.

SUS PRIMEROS PASOS

Hija del profesor de Física y Matemáticas Władysław Skłodowski y de la maestra Bronisława Boguska, Marie Curie era la menor de cinco hermanos. Su infancia se vio marcada por el fallecimiento de una de sus hermanas a causa del tifus, y a la muerte de su madre por tuberculosis cuando solo tenía 10 años.

Nació y creció en una Polonia ocupada, casi en su totalidad, por las fuerzas del Imperio Ruso. A pesar de ser obligados  a abandonar la cultura polaca, su familia no se desligó nunca de sus raíces. La actitud patriota del padre fue castigada al designarle los trabajos peor pagados. Su familia tuvo serios problemas económicos. En medio de  las dificultades  Marie no cesó en sus deseos de estudiar. Cursó los estudios de enseñanza básicos, pero no pudo ingresar en una institución de educación superior por ser mujer. Entonces, junto a su hermana Bronislawa, ingresó en una universidad clandestina polaca que admitía mujeres.

Bronislawa  se marchó a París a estudiar. Entones Marie trabajó como institutriz -a la vez que continuaba estudiando- para poder costearse la matrícula en la universidad. En 1891, con 24 años, Marie Curie  se trasladó  a Francia a estudiar en la Universidad de París. Ello, gracias a sus ahorros y a la ayuda de su padre.

TRAYECTORIA Y APORTACIÓN A LA CIENCIA

A base de esfuerzo y sacrificio, en 1893, Marie Curie se licenció en Física por la Universidad de París, siendo número uno de su promoción. Un año más tarde conoció  al también científico Pierre Curie, quien tiempo después le escribió una carta donde le decía: “Sería una cosa preciosa, una cosa que no me atrevería a esperar, si pudiéramos pasar nuestra vida cerca unos de otros, hipnotizados por nuestros sueños: tu sueño patriótico, nuestro sueño humanitario y nuestro sueño científico”.

Se casaron en 1895, tuvieron dos hijas, Irène y Éve.
El interés de Marie Curie por la Física no acabó tras conseguir su título. Continuó estudiando.
Las investigaciones sobre la radiación del uranio del físico Henri Becquerel y el descubrimiento de los rayos X por Wilhelm Röntgen ayudaron a Curie a elegir el tema de su tesis: Investigaciones sobre sustancias radioactivas.

Fascinado por los avances de la investigación de su mujer, Pierre hizo un alto en sus estudios sobre magnetismo, para poder ayudarla.

 



















Pierre y Marie Curie


Cómplices en lo personal y en lo profesional, Marie y Pierre Curie trabajaron codo con codo en condiciones nada fáciles. En 1898 anunciaron el descubrimiento de nuevos elementos: el radio y el polonio, ambos más radioactivos que el uranio. Sin embargo, no fue hasta cuatro años después cuando pudieron demostrar su hallazgo.

PRIMER PREMIO NOBEL

1903 fue el año del reconocimiento a su trabajo. No solo consiguió su Doctorado, sino también recibió el Premio Nobel de Física junto a su marido y a Becquerel por sus investigaciones sobre la radioactividad.

A pesar de la importancia de Madame Curie en estos hallazgos, no tuvo el mismo reconocimiento que su marido. En 1904, Pierre Curie fue nombrado catedrático de la Universidad de París y dos años más tarde pasó a ser miembro de la Academia Francesa.

El 19 de abril de 1906, un carro de caballos atropelló y dio muerte a Pierre Curie.  Marie pasó a ocupar la cátedra de Física de su marido en la Universidad de la Sorbona, convirtiéndose en la primera mujer catedrática de esa universidad.




















SEGUNDO PREMIO NOBEL

Tras la trágica muerte de Pierre, Marie, profundamente afectada, decidió continuar con sus investigaciones y su empeño en crear un nuevo y mejor laboratorio en el que poder trabajar.

Con tenacidad y esfuerzo logró destacarse en una época donde el machismo y la xenofobia estaban presentes en todas partes.

Durante los siguientes años, compaginó su trabajo en la Universidad con el cuidado de sus hijas y sus investigaciones sobre el radio. Pronto descubrió que la radioterapia podría ser un tratamiento contra el cáncer. Esto hizo que los experimentos de Marie ganaran adeptos y se popularizaran.

Gracias a estas investigaciones, Marie Curie ganó el Premio Nobel de Química en 1911.

MARIE CURIE Y LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE FRANCIA

En 1911, la Academia de Ciencias de Francia discutió si Curie ocuparía el puesto del fallecido Désiré Gernez (1834-1910). Su incorporación como miembro  fue rechazada. Por entonces, Marie  Curie ya era miembro de la Academia de Ciencias de Suecia (1910), de la República Checa (1909) y de Polonia (1909), la Sociedad Filosófica Estadounidense (1910) y la Academia Imperial de San Petersburgo (1908). Además de miembro honorario de muchas otras asociaciones científicas. Durante las elecciones de la Academia, fue difamada por la prensa derechista que la criticaba por ser mujer, extranjera y atea.

En la sesión plenaria del Instituto de Francia el 4 de enero de 1911, los miembros del Consejo se aferraron a la tradición de no permitir miembros femeninos y revalidaron la decisión con una mayoría de 85 votos en contra sobre 60 a favor.  Cinco días después, en una reunión secreta, se creó un comité que se encargaría de las nominaciones para el puesto vacante:  admitieron a Édouard Branly, un inventor que había ayudado a Marconi en el desarrollo de la telegrafía inalámbrica.

El periódico socialista “L’Humanité” tildó de «institución misógina» a la Academia;  por su parte, el conservador “Le Figaro”  escribió que «¡no se debe tratar de convertir a la mujer en hombre de inmediato!».

Sólo más de medio siglo después, en 1962, una estudiante de doctorado del Instituto Curie, Marguerite Perey, fue la primera mujer elegida como miembro de la Academia de Ciencias de Francia.

Aunque era una científica famosa por su trabajo en pro de Francia, la actitud del público hacia Marie Curie tendía a la xenofobia —lo mismo que había sucedido durante el caso Dreyfus, pues se rumoreaba que ella era judía.  Más adelante, su hija Irène comentó que la hipocresía pública de la prensa francesa retrataba a su madre como una extranjera indigna de ser  nominada para un honor francés, en lugar de alguien de otro país que recibía el premio Nobel en nombre de Francia.

UNA DE LAS PRIMERAS FEMINISTAS

Marie Curie no solo fue una científica pionera, también tuvo un papel muy importante durante la Primera Guerra Mundial.

Marie Curie nunca lucró con sus hallazgos. Puso en primer lugar la solidaridad para los sectores más necesitados. Adquirió diversos automóviles y máquinas de rayos X portátiles y creó “ambulancias radiológicas”. Gracias a ello, muchos soldados pudieron salvar la vida. Se convirtió en la directora del Servicio de Radiología de Cruz Roja francesa.




Acabada la guerra, Marie Curie regresó a sus estudios y formó parte de diversas academias científicas como la Academia Nacional de Medicina de Francia en 1922 y obtuvo innumerables reconocimientos.

Marie Curie fue una de las primeras feministas de la historia. Con su valentía, inteligencia y tenacidad logró destacarse a nivel mundial, a pesar del entorno machista que reinaba en esa época. Pero lo más destacable es que jamás perdió su humildad ni su forma sencilla de ver la vida. Las investigaciones que realizó con su esposo llevaron a la creación de una nueva disciplina científica: la física anatómica, con una impresionante variedad de aplicaciones: tratamientos para el cáncer, técnicas para determinar la edad de objetos y usos en biología nuclear y genética.

Falleció el 4 de julio de 1934.

En 1995, el gobierno francés decidió homenajearla junto a su marido "por su dedicación y entrega a la ciencia" y los restos de ambos fueron trasladados al Panteón de París. Hoy descansan junto al escritor Víctor Hugo y el político Jean Jaurés, entre otros. Desde ese día, la inscripción del Panteón que dice "La patria, en reconocimiento a los grandes hombres", incluye a una mujer.