Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de Extensión e
Investigación
Luis Emilio
Recabarren, CEILER
En las maravillosas y
combativas manifestaciones de masas de la rebelión popular contra el
neoliberalismo iniciadas el 18 de octubre de 2019, surgió una consigna: “Lucha
como Gladys”. Nació de manera espontánea. Fue la evocación popular de la vida
de una combatiente incansable; un
homenaje y un llamado al combate.
Lucha como Gladys. Como esa
muchacha nacida el 16 de julio de 1941; que, estudiando para maestra, en 1957
ingresó a las Juventudes Comunistas; que en el Cuarto Congreso, efectuado el 22
y 23 de febrero de 1960, fue elegida miembro del Comité Central y que, en la VII Conferencia
Nacional, celebrada del 15 al 18 de julio de 1965, pasó a ser la dirigente máxima de las Juventudes Comunistas
de Chile.
Lucha como Gladys. Como lo hizo contra la dictadura
fascista luego de retornar clandestinamente a la patria. Desafiando, como lo
hicieron miles de revolucionarios, el terrorismo de Estado; organizando al
pueblo, combatiendo por la democracia.
Lucha como Gladys. Después de la transición pactada y la llegada de la Concertación al
gobierno, siguió en el combate ahora por la verdad y la justicia.
El 11 de septiembre de 1993
marchó junto a los familiares de los
detenidos desaparecidos. En
la plazoleta del Cementerio General
luego que lo hizo Sola
Sierra, intervino Gladys en su calidad
de secretaria general del Partido Comunista de Chile y familiar de un detenido
desaparecido, su compañero Jorge Muñoz. Sus palabras fueron
interrumpidas por inesperados y mortales balazos de carabineros, que asesinaron a Octavio Araya Ortiz, militante
de las Juventudes Comunistas de Chile.
Lucha como Gladys. A los
fascistas no les dio paz ni cuartel. El 12 de enero de 1998 presentó la Primera Querella
Criminal contra Pinochet, que permitió que el ex tirano fuera juzgado en el
país. Después del
paso dado por Gladys se presentaron muchas querellas contra el dictador.
Lucha como Gladys. Como lo hizo, por ejemplo, el 28 de
noviembre de 2001 cuando, junto a otros 24 compañeros, resistieron el desalojo violento de la sede
partidaria de San Pablo con Ricardo Cumming que, por orden judicial, ejecutaban
300 miembros de las fuerzas especiales de la policía verde. Los valientes defensores del local fueron
sometidos y detenidos. Pero no vencidos. En agosto de 2001 la sede de San Pablo
fue definitivamente recuperado por su legítimo dueño, el Partido Comunista de
Chile.
Hoy, cuando el pueblo chileno sufre los terribles embates
de dos pestes (la del Coronavirus y la de un gobierno neoliberal), cuando un
nuevo y rotundo cacerolazo ha estremecido el país, no queda sino una opción. Ser fieles a la consigna surgida en las
multitudinarias manifestaciones callejeras: Lucha como Gladys.
Y este será mejor homenaje que rindamos a nuestra querida
compañera Gladys Marín Millie en su 79 natalicio.