Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
Jean Jaurès (Auguste Marie
Joseph Jean Léon Jaurès) nació en
Castres, Francia, el 3 de septiembre de 1859 en el seno de una familia
pequeñoburguesa.
Político socialista francés.
Educador, ejerció como profesor en Albi y más adelante en Toulouse, en 1882, en cuya Facultad de Letras
ejerció su cátedra de maestro de conferencias. Fundó el periódico L’Humanité en 1904.
Jaurès tenía sólo veinte años
cuando comenzó a participar en política.
Fue elegido diputado
republicano por el departamento de Tarn en 1885. Se alineó con los republicanos
socialmente moderados.
Puso su mítica elocuencia a disposición de las primeras
leyes sociales del régimen (libertad
sindical), protección de los delegados, creación de planes de jubilación para
los obreros...). Heredero del espíritu de 1789, era sin embargo un firme
partidario del reformismo institucional
y republicano, de la alianza entre obreros y pequeña burguesía por el triunfo
de la libertad, de la
igualdad y de la fraternidad.
Siendo profesor en Toulouse llevó
a cabo una tesis doctoral sobre los orígenes del pensamiento socialista alemán,
que acentuaron su vocación social, y se presentó en las listas municipales por
Tolosa.
HUELGA
DE LOS MINEROS DE CARMAUX
Jaurès estaba distanciado de
la vida política nacional cuando estalló en
1892 la gran huelga de las minas de Carmaux. El alcalde electo, Jean
Baptiste Calvignac, minero sindicalista y socialista, fue despedido por el
marqués de Solages con la excusa de que había faltado a su trabajo para cubrir
sus necesidades de representante municipal. Los obreros se pusieron en huelga
para defender a aquel alcalde del que se sentían orgullosos. La República envió al
ejército, 1500 soldados, en nombre del «derecho al trabajo». La República se puso de parte de la patronal monárquica contra los
huelguistas. . Jaurès no se sentía identificado con una República que
mostraba su auténtica cara con diputados y ministros capitalistas que ponían.
las finanzas y a la industria sobre el respeto a las personas.
Jaurés. llevó a cabo el
aprendizaje de la lucha de clases y
del socialismo. En una huelga a la que entró como
intelectual burgués republicano social salió como socialista convencido.
Los obreros de la cuenca
minera designaron diputado a Jaurès, que será el líder de los mineros. Jaurès
se consagró a la defensa continua y resuelta de los obreros en lucha.
UN
DECIDIDO PACIFISTA
En 1905 participó en la
fundación de la SFIO ,
que unificó, bajo la dirección de La Internacional , las distintas tendencias
socialistas de Francia. A pesar de que reconocía la lucha de clases, para
Jaurès, sólo hay una humanidad, y el hombre de izquierdas debía implicarse por la República en una
revolución democrática y no violenta. Se opuso al colonialismo y se enfrentó a la intervención
francesa en Marruecos.
Combatió el peligro de la guerra europea con pasión,
especialmente tras el estallido de las
Guerras Balcánicas en 1912 – 1913. Se opuso a la ley que alargó a tres
años el servicio militar obligatorio. Ante el ultimátum austríaco contra
Serbia, tras el asesinato del Archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, Jaurès
se distanció de la ola chauvinista que crecía y en su discurso en Lyon, el 23 de julio de 1914, culpó de la
«situación terrible» a «la política colonial de Francia, la política hipócrita
de Rusia y la brutal voluntad de Austria». Llamó a los
obreros de todos los países que estaban al borde de enfrentarse en la guerra a
unirse para alejar «la horrible pesadilla».
SU
ASESINATO
Su toma de postura en pro
del pacifismo, poco antes del
desencadenamiento de la Primera Guerra
Mundial, lo hicieron impopular entre los sectores nacionalistas, y un exaltado
fanático lo asesinó en el Café du Croissant de la calle Montmartre de París
el 31 de julio de 1914, una semana
después de su histórico discurso y tres días después de comenzada la Primera Guerra
Mundial.
Su asesinato no fue producto
de la casualidad, sino el último eslabón de una campaña de odio, mentiras y
calumnias que mantenían contra él sus enemigos. Este asesinato, por otro lado,
consiguió sus objetivos, puesto que facilitó la incorporación de la izquierda a
la «Unión Sagrada», especie de gran coalición nacional de guerra.
Café Le Croissant de París,
donde Jean Jaurès fue abatido a tiros el 31 de julio de 1914. Una placa de la Liga de Derechos del Hombre
recuerda su asesinato.
Al finalizar la Primera Guerra
Mundial, y como reacción a la masacre que ocasionó, muchos municipios franceses
colocaron a calles y plazas su nombre, recordando su papel de firme opositor a
dicho conflicto. También el Metro de
París y el Metro de Lyon pusieron su nombre a una de sus estaciones.
Su asesino, Raoul
Villain, tras 56 meses de detención
preventiva, fue liberado el 29 de marzo de
1919.
Monumento a Jean
Jaurés en Camaux