jueves, 23 de julio de 2020

FUNDACIÓN DEL FRENTE SANDINISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL





Hace 59 años:




                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                               Centro de Extensión e Investigación
                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER




El Frente Sandinista de Liberación Nacional (F.S.L.N.) es una organización política de izquierda. Fue  fundada el 23 de julio de 1961 en Nicaragua por Carlos Fonseca Amador, Francisco Buitrago, Jorge Navarro,  Tomás Borge Martínez, Pablo Úbeda, Germán Pomares y Silvio Mayorga.

Luego de fundado el FSLN, su dirigente principal Carlos Fonseca prepara política y militarmente a sus cuadros en el trabajo organizacional en las zonas urbanas y rurales del país y orienta acciones de recuperación económica a la oligarquía nicaragüense para financiar la preparación de la naciente organización.



Carlos Fonseca Amador

El grupo se proclamó seguidor de la ideología y del movimiento emprendido por el líder nicaragüense Augusto César Sandino (de quien tomó el nombre), el cual emprendió una guerra de guerrillas contra la intervención estadounidense en su país durante las primeras décadas del siglo XX.

LA LUCHA ARMADA

El FSLN lideró la lucha armada contra la dictadura de la familia Somoza en Nicaragua a partir de su fundación, pasando por varios periodos desde muchas acciones armadas y políticas, hasta su casi desaparición a principios de los años 70.

En 1974 inició un proceso creciente de actividades armadas que tenían su punto máximo hacia mediados de 1978 y llevaron al triunfo revolucionario en 1979. Esta lucha se denominó Revolución Nicaragüense o Revolución Sandinista y terminó con la entrada de los revolucionarios en Managua (capital nicaragüense) el 19 de julio de 1979 y el derrocamiento de la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.

CAMBIOS REVOLUCIONARIOS

Una vez tomado el poder el Frente Sandinista inicia una serie de transformaciones profundas en el país, empezando por expropiar los bienes de la familia Somoza y de sus allegados; por impulsar una reforma agraria integral; nacionalizando las minas, la pesca y los recursos naturales; impulsando la Cruzada Nacional de Alfabetización que redujo el analfabetismo del 53 al 12%; impulsando campañas de salud y limpieza; educación para todos, acceso a la universidad de todos los sectores y creación de condiciones para el desarrollo de la niñez, de la juventud, de las mujeres, de los campesinos y de los trabajadores.

LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA

La expropiación de los bienes de las compañías transnacionales y de algunos sectores de la oligarquía, y la solidaridad internacional manifestada por la Revolución Popular Sandinista  (RPS), trajo como consecuencia la ofensiva militar de los Estados Unidos contra la revolución que empezó minando puertos, bombardeando unidades productivas, dinamitando puentes y torres eléctricas y continuó durante diez años con lo que la administración Reagan llamó "una guerra de baja intensidad".

Esta guerra le costó al pueblo de Nicaragua cerca de 50 mil muertos, la destrucción de gran parte de su infraestructura, de sus unidades productivas y la obstaculización del desarrollo que estratégicamente la revolución quería impulsar. Ante esta agresión abierta, Nicaragua recurrió ante la  Corte Internacional de Justicia de La Haya, acusando a los Estados Unidos y después de la presentación de pruebas contundentes el alto tribunal internacional de justicia determinó que el gobierno de los Estados Unidos era responsable de agresión y destrucción de vida y bienes contra el gobierno y el pueblo de Nicaragua, obligando de esta forma al gobierno del presidente Reagan a que cumpliera con una indemnización al gobierno y pueblo de Nicaragua por los daños causados.

LA DERROTA DE 1990

Las consecuencias de la agresión del gobierno del presidente Reagan fueron calculados por el Gobierno de Nicaragua en 17 mil millones de dólares; es decir, casi ocho veces el presupuesto anual de Nicaragua. En esta situación estaba el desarrollo de la Revolución Popular Sandinista cuando se produce la derrota electoral del 25 de febrero de 1990.

Una vez más la RPS dio muestras de su fortaleza y de su vocación democrática al ser el primer gobierno en la historia de Nicaragua que, habiendo accedido al poder a través de la lucha armada, entregaba el gobierno de forma pacífica por haber perdido el mismo por el voto popular. Las fuerzas amigas y las fuerzas adversarias de la revolución reconocieron en este gesto del gobierno revolucionario su profunda vocación democrática y su consecuencia por los intereses del pueblo nicaragüense.


 















Daniel Ortega




Daniel Ortega terminó convirtiéndose en el rostro de la Revolución Sandinista y fue también el que más energía dedicó a mantener unido al partido luego de la derrota electoral de 1990.

Y ni la escisión del partido en 1995, ni las derrotas sufridas en las elecciones de 1996 y 2001, lo hicieron cejar en su empeño de regresar a la silla presidencial, lo que consiguió después de los comicios de 2006.

Tras dieciséis años en la oposición, el FSLN volvió a obtener la victoria en las elecciones del año 2006, 2011 y 2016, bajo la dirección de Daniel Ortega.

               















Augusto César Sandino