Este año 2020, se cumplen 78 años de la primera visita que realizara el poeta Pablo Neruda a Cuba y 59 años, a la histórica ciudad de Santiago de Cuba.
Transcurrían los días de la Segunda Guerra
Mundial y el poeta Chileno Pablo Neruda, llegaba el día 14 del mes de marzo de 1942 a La Habana , Cuba, en el Vapor
Río de La Plata ;
bajo el gobierno de Fulgencio Batista, mientras El Malecón habanero se mantenía
a oscuras en espera de un bombardeo naval de los alemanes, aun así, el autor de
Canción de gesta ofrecía conferencias, recitales; compartía con amigos,
funcionarios de la
Academia Nacional de Arte y Letras de Cuba. El poeta chileno
Pablo Neruda visitaba por primera vez la república de Cuba. “Había llegado
junto a su esposa Delia del Carril Iraeta “La Hormiguita ”, grabadora,
pintora argentina-chilena -(Nacida en Polvaredas, provincia de Buenos Aires el
27 de septiembre de 1884, falleciendo en Santiago de Chile el 26 de julio de
1989). Llegaban en ese vapor procedente de Veracruz, México, en donde se desempeñaba
el poeta como Cónsul de Chile.
Ahora, ya en la capital isleña, acudieron a recibirlo,
entre otros, Juan Marinello, Nicolás Guillén, Ángel Augier, Enrique Labrador
Ruiz, Luis Martínez Pedro y varios representantes más de la intelectualidad
cubana, además del poeta, editor español Manuel Altolaguirre, quien viviera
algunos años en Cuba. Lo acompañaron hasta su hospedaje en el hotel Packard,
punto histórico y estratégico de la ciudad, cercano a sitios tan
representativos como el Paseo del Prado, el Castillo de la Punta y el paisaje marino
del Malecón.
Pero el poeta había comenzado
a conocer algo de la Isla
por sus lecturas en la niñez y la juventud, en la ciudad de Temuco, Chile. Sin
embargo, sería Gustavo Enrique Mustelier, Cónsul Cubano en Batavia, (Antigua
colonia inglesa del Oriente asiático y que hoy, se conoce como Java, país
independiente), quien primero le habló en la década de 1930 de hábitos y
costumbres. Para el poeta chileno, considerado entre los mejores y más
influyentes de su siglo, -el más grande del siglo XX en cualquier idioma, según
Gabriel García Márquez. El autor de “Crepusculario”, “Veinte poemas de amor y
una canción desesperada”, de gorra eterna, La Habana solo se le representaba, según confesó
años después en "una caja de tabacos".
A la revista Lux, en entrevista realizada por Dora Alonso,
Pablo Neruda declaró: “Vine a Cuba invitado por la Secretaria de
Educación. Hace muchos años que quería visitarla. Tuve la suerte de participar
con Marinello y Guillén en el Congreso de Escritores Antifascista, celebrado en
Madrid durante la Guerra
Civil Española y a pesar de estar La Habana en la ruta de Chile
a Europa, hasta ahora no pude realizar el anhelo de entonces”.
“El premio Nacional
de Literatura, narrador, poeta, ensayista, crítico literario y periodista,
Ángel Augier (1910–2010), tuvo la oportunidad de conocerlo y tales vivencias
las dejó plasmadas en su libro “Pablo Neruda en Cuba y Cuba en Pablo Neruda”,
en el cual señala que viajó invitado por la Dirección de Cultura del
Ministerio de Educación, a cargo del eminente polígrafo, diplomático, hombre de
letras cubanas José María Chacón y Calvo, Conde de Casa Bayona (1892-1969),
para ofrecer un ciclo de tres conferencias en un Seminario de Investigaciones
Históricas:
La primera intervención de Neruda, con el título «Viaje
del tiempo y del océano», contó con la introducción del doctor José María
Chacón y Calvo en su doble papel de director de Cultura, promotor de aquellos
encuentros; la segunda fue «Viaje a la luz de Quevedo», reseñada por Ángel
Augier para el periódico Hoy (29 de mayo de 1942), como anteriormente, el día
25, lo había hecho con la primera; el último tema, antecedido por la
presentación del reconocido escritor, crítico Jorge Mañach, era denominado por
su expositor «Viaje a través de mi poesía».
Pablo Neruda partió desde La Habana el día 6 de abril de
1942, después de permanecer aproximadamente 25 días, dictando conferencias,
realizando programas de televisión, radio, diarios, revistas, reuniones y
viajes.
Volvió aproximadamente Pablo Neruda en 1949, en una
segunda visita, por pocas horas. Regresaba a México procedentes de Europa
–había asistido a un congreso por la paz en París y a los festejos por el
sesquicentenario de Puccini, en Moscú- y el avión en que viajaba hizo una escala
en La Habana a
causa de una falla técnica. Perseguido en Chile después de la traición del
presidente Gabriel González Videla al Frente Popular, el entonces Senador del
Partido Comunista de Chile Pablo Neruda era “el poeta errante”, como le llamo
el periodista Enrique de la Osa
en una nota que publicó en la sección “En Cuba”, de la revista Bohemia.
En su tercera y última visita a Cuba, la realizó en 1960,
se había embarcado desde Italia, se encontraba recorriendo varios países de
Europa. El escritor y futuro premio Nobel de literatura había atravesado el
Atlántico, llegaba al muelle de “Santa Clara”, en la Bahía de La Habana , un lunes 5 de
diciembre de 1960, a
las siete y veinte minutos, de una clara y azulosa mañana. Regresa el poeta
Pablo Neruda junto a su esposa Matilde Urrutía. Acuden a recibirlo el entonces
Ministro de Educación Armando Hart Dávalos, el director del periódico
“Revolución”, Carlos Franqui, el director del suplemento cultural “Lunes de
Revolución”, Guillermo Cabrera Infante, Pablo Armando Fernández y esposa, el
popular periodista José Pardo Llado, otros intelectuales, poetas y artistas.
Los anfitriones suben al navío al encuentro del poeta y su señora, a la que
obsequian un ramo de flores rosadas. La
recién llegada conversa gentilmente con los presentes y manifiesta especial
interés por todo lo concerniente a Cuba, a la Revolución. Quizás
repitiese lo afirmado meses antes en Montevideo: “Para mí Cuba está toda dentro
de mi corazón”. Luego se hace un brindis por la floreciente nación, su
progreso. El saludo cordial del diario anfitrión, le llega en horas
subsiguientes:
“¡Bienvenido, Neruda! ¡Feliz estancia en la Cuba Revolucionaria
Territorio Libre de la América
que tú has cantado!”
El poeta ofrece una conferencia de prensa el día siguiente
a su llegada, en el Instituto Cubano de Amistad entre los Pueblos (ICAP), de
esta manera, marca el punto de partida. Allí, tras brindar por la labor de los
periodistas cubanos y por el porvenir de Cuba “tan ligado al futuro de todos
los países de América Latina”, prima el alcance de su visión histórica, que se
desplaza por el marco continental, hasta abarcar la situación del mundo,
favorable entonces para un nuevo sistema:
“Las características de Chile me hacen pensar en Cuba que
está habitada por un pueblo diferente, más impresionable, un pueblo sonoro.
Cuba fue la última de las colonias españolas que se dio la independencia y,
cosa curiosa, habiendo sido la última en alcanzar la independencia nacional, ha
sido la primera en romper el nuevo colonialismo.
“Acabo de recibir
recién salido de las prensas mi libro “Canción de Gesta”, editado por la Imprenta Nacional
de Cuba, en una edición de 25.000 ejemplares. Lo acarició como a un bebé,
aunque es un bebé terrible en el fondo.
Chile está vinculado a Cuba por un puente invisible y cada
vez adquiere en mi patria, en el continente mayor dignidad, vuestro Primer
Ministro, doctor Fidel Castro.”.
El día 11 acude al programa “La Universidad Popular ”,
trasmitido por el canal 4 de “Tele Revolución”, por Radio Rebelde y por las
radiodifusoras de FIEL. El invitado especial parte de una reiterada
interrogante que le han remitido, para tomar cauce a favor del proceso cubano
donde explica:
“Ahora que estoy frente a un público invisible inmenso,
quisiera contestar esa pregunta diciéndole a todos los cubanos, que en el año
1960, casi al empezar 1961, me siento en Cuba como el pez en el agua. Porque
aquí se está determinando una justicia grande, no solo para la América , sino para el
mundo entero. Aquí se está determinando una reforma agraria para todos los
campesinos de toda la América
y cada iniciativa no es solamente cubana, sino que tiene igual importancia para
todos los países americanos.”
Pero el poeta Chileno, lo que no podía dejar de hacer, era
desaprovechar la gran oportunidad que le brindaba la vida y ante ciento de miles de cubanos en la
Plaza de la
Revolución , en su condición de comunista, de cantor de las
multitudes —de las cuales todo escritor genuino es deudor—, lo incita en otras
oportunidades a reivindicar el papel comprometido del poeta, del artista, del
intelectual, ante un proceso político de cambio como este, donde “nadie puede
quedar incoloro”, leyó su poema “A Fidel Castro” del libro Canción de Gesta:
“Fidel, Fidel, los pueblos te agradecen/ palabras en
acción y hechos que cantan,/ por eso desde lejos te he traído/ la copa del vino
de mi patria:/ es la sangre de un pueblo subterráneo/ que llega de la sombra a
tu garganta,/ son mineros que viven hace siglos/ sacando fuego de la tierra
helada./ Van debajo del mar por los carbones/ Y cuando vuelven son como
fantasmas:/ se acostumbraron a la noche eterna,/ les robaron la luz de la
jornada/ y sin embargo aquí tienes la copa/ de tantos sufrimientos y
distancias:/ la alegría del hombre encarcelado,/ poblado por tinieblas y
esperanzas/ que adentro de la mina sabe cuándo/ llegó la primavera y su
fragancia/ porque sabe que el hombre está luchando/ hasta alcanzar la claridad
más ancha./ Y a Cuba ven los mineros australes,/ los hijos solitarios
de la pampa,/ los pastores del frío en
Patagonia,/ los padres del estaño y de la plata,/ los que casándose con la
cordillera/ sacan el cobre de Chuquicamata,/ los hombres de autobuses
escondidos/ en poblaciones puras de
nostalgia,/ las mujeres de campos y talleres,/ los niños que lloraron sus
infancias:/ ésta es la copa, tómala, Fidel./ Está llena de tantas esperanzas/ que al beberla
sabrás que tu victoria/ es como el viejo vino de mi patria:/ no lo hace un
hombre sino muchos hombres/ y no una uva sino muchas plantas:/ no es una gota
sino muchos ríos:/ no un capitán sino muchas batallas./ Y están contigo porque representas/ todo el honor de nuestra lucha larga/ y si cayera Cuba caeríamos,/ y vendríamos
para levantarla,/ y si florece con todas sus flores/ florecerá con nuestra
propia savia./ Y si se atreven a tocar la frente/ de Cuba por tus manos
libertada/ encontrarán los puños de los pueblos,/ sacaremos las armas
enterradas:/ la sangre y el orgullo acudirán/a defender a Cuba bienamada.
Admite, asimismo, que la Revolución Cubana
puede revitalizar la novela latinoamericana. “Ahora me voy al interior el lunes
—dijo— para conocer de cerca cuanto se está haciendo en toda Cuba” Después de
estas gloriosas jornadas, se dirigió a visitar por primera vez Santiago de
Cuba, -que estos momentos precisamente, se cumplen 57 años desde esa memorable
fecha-
En el Aeropuerto de esta histórica ciudad de Santiago de
Cuba, lo esperaban varios intelectuales, periodistas y personalidades; entre
ellos el escritor peruano Ciro Alegría, que se encontraba realizando algunos
trabajos literarios. El escritor peruano, había sido invitado por la Universidad de
Oriente, de Santiago de Cuba en 1956,
a dictar un curso sobre la novela y su técnica. Además,
debemos recordar que el aceptó escribir la historia de la Casa Bacardí ,
productores del famoso Ron del mismo nombre, que lo titulo “Cien años de vida
productiva”, lo que lo retuvo hasta la llegada del poeta chileno en 1960.
La periodista, historiadora e investigadora santiaguera
Nidia Yolanda Sarabia Hernández, autora de los libros “Ana Betancourt”, “La Patriota del Silencio”,
“Marina Grajales”, y “Noticias confidenciales sobre Cuba”. Pero será en su
libro “Voces en su época”. Es donde la escritora, nos esclarece en forma
satisfactoria ricos detalles sobre la estadía del poeta Chileno Pablo Neruda en
Santiago de Cuba, el valor transcendental de ello es haber sido testigo de
aquellos acontecimientos de esa visita.
Pablo Neruda llegaba a la ciudad con Matilde Urrutia.
Acababa de sacar a la luz pública su libro Residencia en la tierra; al mismo
tiempo que no dejaba de insistir en reconocer su adhesión, compromiso político
y defensa de la
Revolución.
Se hospedaron en el recién inaugurado Hotel “Versalles”,
construido sobre una elevación en las afueras del centro Histórico de Santiago
de Cuba, muy confortable para el poeta y su esposa; ellos elogiaron aquel
lugar, donde se ofrecía la mejor vista panorámica de la ciudad caribeña, su
bahía y las montañas de la
Sierra Maestra por donde:
“Bajaron invencibles los barbudos // a establecer la paz
sobre la tierra // y ahora todo es claro pero entonces // todo era oscuro en la Sierra Maestra : //
por eso pido este minuto unánime // para cantar esta Canción de Gesta // y yo
comienzo con estas palabras // para que se repitan en América // “Abrid los
ojos, pueblos ofendidos, // en todas partes hay Sierra Maestra”.
Pablo Neruda jamás negó su admiración al comandante “He
aquí de pronto que Fidel Castro, un cubano a quien nadie antes conocía, agarra
la esperanza del pelo o de los pies, y no le permite volar, sino la sienta en
su mesa y en la casa de los pueblos de América.” Es a quien dedico su obra
“Minuto en la cierra”, De igual manera, siempre admiro y valoró al gran poeta
revolucionario lítico José Martí, -como lo hiciera antes Gabriela Mistral-, a
quien escribió simplemente: “Martí”:
“Cuba, flor espumosa, efervescente/ azucena escarlata,
jazminero,/ cuesta encontrar bajo la red florida/ tu sombrío carbón martirizado,/
la antigua arruga que dejó la muerte,/ la cicatriz cubierta por la
espuma./ Pero dentro de ti como una
clara/ geometría de nieve germinada,/ donde se abren tus últimas cortezas,/
yace Martí como una almendra pura./ Está en el fondo circular del aire,/ está
en el centro azul del territorio,/ y reluce como una gota de agua/ su dormida
pureza de semilla./ Es de cristal la noche que lo cubre./ Llanto y dolor, de
pronto, crueles gotas/ atraviesan la tierra hasta el recinto/ de la infinita
claridad dormida./ El pueblo a veces baja sus raíces/ a través de la noche
hasta tocar/ el agua quieta en su escondido manto./ A veces cruza el rencor
iracundo/ pisoteando sembradas superficies/ y un muerto cae en la copa del
pueblo./ A veces vuelve el látigo enterrado/
a silbar en el aire de la cúpula/ y una gota de sangre como un pétalo/ cae a la
tierra y desciende al silencio./ Todo llega al fulgor inmaculado./ Los
temblores minúsculos golpean/ las puertas de cristal del escondido./ Toda lágrima toca su corriente./ Todo fuego
estremece, su estructura./ Y así de la yacente fortaleza,/ del escondido germen
caudaloso/ salen los combatientes de la isla./ Vienen de un manantial
determinado./ Nacen de una vertiente cristalina”.
Esta era su tercera visita a Cuba (1960) y sería la
última. El día 20 aparece un reporte en el periódico provincial Sierra Maestra:
“Neruda en la Universidad
de Oriente”. La acogida por el centro de altos estudios contó, además, con la
asistencia del rector Dr. Manuel Aguilera Barciela (1930- 1963); el comandante
Armando Acosta, Jefe de Operaciones de la Sierra Maestra , así
como de profesores, alumnos de ingeniería, medicina, futuros maestros,
representantes de organizaciones revolucionarias y público en general. Fue un
auténtico recital poético, en el teatro de la emblemática Universidad -única de
aquel tiempo-, departió con ese público eminentemente juvenil, que se
encontraban atento, de pies en las partes posteriores o sentados hasta en los
pasillos de la facultad. Ese día la sala se desbordó como nunca.
Las palabras de apertura estuvieron a cargo del Dr. Jesús
Sabourí Fornaris, en representación de la casa de estudios, destacando el
significado que, para esa Institución, contenía la visita del chileno. Aportó
en apretada síntesis, la trayectoria, trascendencia de su obra literaria. Manuel Navarro Luna, (“1894-1966” , poeta y periodista
cubano, que, en 1915, inició su labor poética reconocida cuando publicó sus
primeros versos en las revistas manzanilleras Penachos y Orto. Su
primer libro, Ritmos Dolientes, apareció en 1919. Fue director de La Defensa y La Montaña. Fundó , además, la Biblioteca Pública
“José Martí”, una filial de la
Asociación de la Prensa. En 1921, participó en la fundación del
Grupo Literario de Manzanillo. En 1929, con gran esfuerzo personal, obtuvo el
título de Procurador. Ese año ingresó en la organización antimperialista
Defensa Obrera Internacional y, en 1930, al Partido Comunista), a nombre de los
poetas de Oriente. Desde su perspectiva, hizo explícitos la admiración, el afecto
por el poeta Pablo Neruda, al referirse a su talla ejemplar dentro de la
literatura contemporánea, al halo de su personalidad frente a los presentes, en
momentos en que cierto número de desertores marchaban al exilio”.
En Santiago de Cuba, el autor de “Veinte poemas de amor y
una canción desesperada”, expresó: ¡Como estoy en familia, me siento con la fe
de reiterar!, “América no invoco tú nombre en vano”, a continuación, la
multitud reunida pudo deleitarse con una manifestación escénica que ya se convertía
en familiar por esa temporada, incluyó los poemas 15, 20, una selección de Odas
elementales, los cantos americanos dedicados a Simón Bolívar, José Martí y los
escritos, especialmente a la Revolución Cubana.
Cuando recitó los poemas “Canto a la Sierra Maestra ”, todo el público aplaudió
entusiasmado, celebrando este poemario dedicado a todo el pueblo cuba.
Al término de esa majestuosa jornada poética, Pablo Neruda
y Matilde Urrutia, recorrieron juntos a sus amigos intelectuales las calles. A
cada paso hacia un elogio o lanzaba una diatriba; pero lo que más le alegraba
era la participación de los jóvenes. En esa ocasión el poeta se
expresó de la siguiente manera: “La ciudad de Santiago de Cuba es la más
cariñosa y receptiva que haya conocido”.
Los que acompañaban a Pablo
Neruda y Matilde Urrutia, dicen que él era toda sonrisa, carcajadas al caminar,
bajó ese calor abrazador de la ciudad del Oriente de Cuba. Era un contador de
anécdotas, historias de arte, literatura. Ese día, después de ese recital
fueron a comer con los amigos, camarones en salsa roja en el restaurante de
comida criolla, cercana a la universidad, que quedaba entre las calles Cuabitas
y calle 10 llamado “Maracas”, -Hoy Turey. No obstante, la sobremesa casi
alcanzo el amanecer,
Aunque el bardo chileno
recibió el Nobel de Literatura unos años después (1971), ya era conocido en
Cuba, su formidable poética llegó temprano, de igual manera, aunque no se haya
hecho mucho énfasis en ello. Nada menos que en 1925, la importante revista habanera Social publicó
en el número 8 los poemas del libro “Veinte poemas de amor y una canción
desesperada”, por lo tanto, en su primera visita concretada en 1942, ya su obra
poética cosechaba una gran cantidad de admiradores.
De regreso a nuestro país y hacer una breve escala en
México, (13 de enero de 1961), encuentra preso a su amigo y camarada, el pintor
David Alfaro Siqueiros, como gesto de contribución a la libertad del pintor
amigo, entregó el siguiente trabajo con el título “A Siqueiros, al partir” a
quien le expresa y dedica dos versos que, por intención, no pueden ser más
rotundos:
“Aquí te dejo con la luz de enero
El corazón de Cuba liberada,
Bajo el tamiz de una mirada”
El poeta chileno es noticia frecuente en la radio, la
televisión, las publicaciones periódicas. La gente abarrota recintos, plazas
para escuchar cada declaración, cada recital. Él cifra
reiteradamente el destino de América en la experiencia cubana, en las reformas
sociales, culturales alcanzadas, en la perspectiva de avance. Se adentra en la Isla , para vivir a fondo esa
ola de justicia, renovación. Ella lo acoge plácida, como a un hermano, en
nombre de la virtud de la poesía para la gloria y el combate.
Posteriormente el Poeta Chileno Pablo Neruda recorre:
Manzanillo, Visita Camagüey, aquí los huéspedes se alojan en una amplia casa
con jardín, ubicado en el reparto Alturas del Casino. Después el Casino
Campestre, Instituto de Segunda Enseñanza. Antes de partir hacia La Habana , le obsequian
abundante material bibliográfico: el Lunes de Revolución dedicado a Camagüey.
Desde La Habana
inicia viaje a Pinar del Rio (1961); sus alrededores como: Las tierras de
vueltabajo, -lo acompañan el poeta Roberto Fernández Retamar y señora-, Se
alojan al atardecer en el hotel “Los Jazmines”; el poblado de Viñales, con
muchas casas de fachada colonial, Unos minutos más, están dentro de la “Cueva
del Indio”. La apariencia de las estalactitas, estalagmitas place al
observador. Ya en el exterior se refiere a los caracoles: a las Polymitas,
endémicas de Cuba, de una belleza suprema, a los Ligus, especie oriunda de esa
región. Recuerda a Don Carlos de la
Torre , eminente naturalista cubano, que asistió a sus tres
conferencias y que le donara parte considerable de su colección de moluscos,
durante la primera visita a territorio cubano.
La marcha prosigue con rumbo norte. Llegan a la granja
agrícola “El Rosario”. La nueva comunidad constituye uno de los tantos
proyectos sociales de la
Revolución , La cooperativa “Hermanos Saíz”, en el municipio
de San Juan y Martínez. Ya
de noche, penetra en la escuela primaria de la localidad y anota, como gesto
fiel a su delicadeza, esta frase: “Un saludo afectuoso les deja Neruda.”;
Regresan tarde al Valle.
Con el nuevo día, parten de regreso a La Habana. Entran al
parque nacional “La Güira ”
– antigua Hacienda Cortina -, próximo al poblado de San Diego de los Baños.
Allí el Instituto Nacional de Industrias Turísticas creó un lugar atractivo en
consonancia con el ambiente natural. Al mirar las palmas reales próximas al
río, el poeta dice a Roberto Fernández Retamar: “Mira, cuando las palmas
cambian sus hojas, es como si cambiaran de camisas”.
Singular encuentro para un fin de año (1960). Cerca de la
una de la madrugada, acompañado de Roberto Fernández Retamar, Pablo Neruda es
recibido por el Ernesto “Che” Guevara, en su oficina. Pronto fluye el diálogo
entre el poeta y el comandante rebelde.
El país se encontraba en estado de alerta ante la amenaza
de agresión yanqui. La administración Eisenhower había acelerado tales
propósitos, al encomendar la misión a la CIA. No
obstante, el Che deposita plena confianza en la firmeza, preparación y
combatividad del pueblo cubano.
Un café amenizó las palabras. Pablo Neruda se enorgullece por lo
bien que conoce su poesía el comandante Che Guevara. Ha leído con fruición las
Residencias; sabe de memoria los Veinte poemas de amor y una canción
desesperada. Respecto a Canto general, solía leerles pasajes a los
guerrilleros, en las noches de la Sierra Maestra.
Justo cuando la charla había alcanzado un interés
peculiar, el Che es solicitado para una reunión. Este contacto irrepetible dejó
en el intelecto nerudiano, la huella del líder guerrillero que siempre encontró
en la lucha un espacio para la poesía.
Luis E. Aguilera González.
Concejal, Escritor,
Presidente de la Comisión de Cultura
Ilustre Municipalidad de La Serena.
Secretario General
Sociedad de Escritores de
Chile (Sech),
Filial Gabriela Mistral Región
de Coquimbo
*Articulo autorizado para publicar.