El 12 de septiembre de 2019, el Centro de Extensión e
Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER,
realizará un acto
conmemorando el natalicio de Luis
Corvalán Lépez y los 50 años de la Unidad Popular, la hasta hoy más amplia y realizadora coalición de las fuerzas de
izquierda chilena.
Un abrazo,
Iván
Ljubetic Vargas
LUIS CORVALÁN Y LOS 50 AÑOS DE LA UNIDAD POPULAR (2)
Iván Ljubetic Vargas, historiador
del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
ENCARGADO DE PROPAGANDA
En 1948 pasó a la clandestinidad, adoptando el nombre de
Luis Correa. Encabezó la Comisión de Propaganda que estaba formada por Carlos
Rosales, Eugenio Vallejos y el doctor Hernán Sanhueza. Eran los momentos más
duros de la represión de González Videla. Ocupaba el cargo de Secretario
General del Partido el obrero Galo González, que asumió esa responsabilidad a
la muerte de Ricardo Fonseca, el 21 de julio de 1949. En 1950 Luis Corvalán fue designado miembro
del Comité Central. Narra don Lucho: “Con Galo me veía dos veces a la semana.
Juntos trabajamos en informes y artículos. Editamos clandestinamente la revista
del Comité Central ‘Principios’.”
CUANDO LO CONOCÍ
El 4 de septiembre de 1952 el exdictador Carlos Ibáñez
ganó, por un impresionante margen, las elecciones presidenciales. Ese año fui
designado miembro del Comité Regional Santiago de las Juventudes Comunistas,
del cual era Secretario Político Mario Zamorano. Me encomendaron la tarea de
ser responsable de la revista ‘Principios’. En esa calidad fui citado a una
reunión clandestina del Frente de Propaganda del Partido. No recuerdo el lugar donde sesionamos. Pero
sí del compañero que hizo un extenso, interesante y didáctico informe. Era bajo
de estatura, muy flaco, de nariz pronunciada, con un bigotito debajo de ésta,
de mucho fumar y de convincente hablar. Se llamaba Luis Correa. Tiempo después
supe que se trataba de don Lucho. Así lo conocí, en una reunión de Propaganda,
eludiendo la represión del gobierno del “paco” Ibáñez.
EL HISTÓRICO XIV CONGRESO DEL PARTIDO
COMUNISTA
El Partido Comunista de Chile, fundado en Iquique el 4 de
junio de 1912, realizó clandestinamente en Cartagena, en la Casa de Veraneo de
la Escuela Faustino Sarmiento, su XIV Congreso Nacional.
Se desarrolló en el mes de abril de 1956. En este evento,
Luis Corvalán fue nombrado miembro de la Comisión Política y del Secretariado
del Comité Central.
Los 25 delegados presentes escucharon el Informe del
Comité Central que leyó Galo González, Secretario General del Partido. Fue
crítico y autocrítico. Planteó la necesidad de aprobar un nuevo Programa;
precisar más la línea política, el carácter de la revolución chilena y cuáles
son sus fuerzas motrices.
En parte del Informe, analizando la política de alianzas
del Partido, se dice:
“Durante el Frente Popular, por ejemplo, la clase obrera y
sus partidos actuaron en alianza con amplios círculos de la burguesía lo que
hizo posible la victoria de 1938 y la creación del Gobierno de Pedro Aguirre
Cerda.
“¿Qué había de malo en esto? Algo malo había. Pero lo
malo, no era que la clase obrera actuara en alianza con la burguesía, sino que
nosotros, los socialistas y comunistas, actuáramos separados, y a veces entre
nosotros surgiera una verdadera guerra fratricida. Lo malo estuvo en que
nosotros cometimos el error de caer en ilusiones con respecto a la burguesía;
en que la clase obrera fue a la cola de la burguesía; en que, dirigiendo a la
clase obrera, no la supimos transformar en la fuerza hegemónica del movimiento
popular, en que no logramos la alianza de la clase obrera y el campesinado para
obligar a la burguesía a cumplir consecuentemente el programa del Frente
Popular”.[1]
El Décimo Cuarto Congreso aprobó el Programa del Partido,
estudiado previamente en los organismos bases, que traza el objetivo de la
Revolución nacional-liberadora, antiimperialista, antimonopolista y antifeudal.
Señalaba que, para lograr la liberación económica, política
y social, es imprescindible producir cambios de fondo como la nacionalización
de la riqueza en manos de monopolios imperialistas; poner fin al latifundio a
través de una radical reforma agraria; liquidar los monopolios nacionales;
mejorar las condiciones de vida de los trabajadores; desarrollar la industria
pesada, dando – además – fuerte impulso a la liviana; democratizar el país y
llevar la cultura a las masas populares.
El Programa aprobado en el Décimo Cuarto Congreso,
sostenía que la contradicción principal es la existente entre el imperialismo
norteamericano, la oligarquía latifundista y los grandes capitalistas criollos,
de una parte, y la inmensa mayoría del país, de la otra.
Afirma, además, la posibilidad de que la clase obrera y el
pueblo chileno conquisten el Gobierno por una vía que no sea la insurrección
armada. Señala que para obtener lo anterior es fundamental la unidad de
socialista-comunista y contar con un PC de masas.
El histórico Congreso comunista de abril de1956 fue el
primer evento que planteó las bases de lo que sería la Unidad Popular trece
años después.
SECRETARIO GENERAL DEL PARTIDO
COMUNISTA
El 8 de marzo de 1958, falleció el Secretario General del
PC, el obrero Galo González, “El Comité Central –escribe Luis Corvalán en “De
lo vivido y lo peleado”- me eligió como su secretario general. Galo González, en su lecho de muerte, había
alcanzado a decir a José González que, en su opinión, yo debería sucederlo.
Julieta Campusano fue la primera en expresar su acuerdo:
-Corvalán –dijo- es un revolucionario formado por el
Partido. Y se explayó en otras consideraciones y palabras elogiosas que no
puedo repetir.”
Al respecto, Julieta Campusano dijo hacia 1975: “Corvalán
recuerda siempre que fui la que lo propuse para secretario general del Partido,
y se reía porque dije que lo proponía porque lo consideraba el más equilibrado
de todos. Según mi concepto él aparecía indiscutiblemente como el compañero que
debía suceder al compañero Galo...”
CUANDO LO ESCUCHÉ POR SEGUNDA VEZ
El 8 de marzo de 1958 recibimos en Temuco la triste
noticia del fallecimiento del camarada Galo González, Secretario General del
Partido. Reunido el Comité Regional se adoptaron dos medidas: realizar esa
noche una salida de propaganda callejera con la consigna “Viva Galo González,
PC” con la hoz y el martillo. La segunda medida fue designar una delegación de
cuatro dirigentes que viajara esa misma noche a Santiago para participar en los
funerales del compañero Galo. Uno de los que formó esa delegación fui yo, en mi
calidad de secretario del Comité Regional Cautín de las Juventudes Comunistas
de Chile. Viajamos en tren toda la noche. Llegamos a Santiago a las 7 de la mañana
del 9 de marzo. Nos dirigimos al Sindicato Sicchel, ubicado en Catedral 2789,
esquina de Sotomayor. Allí estaba la capilla ardiente. Hicimos, como otros
cientos, una guardia de honor junto a la urna donde estaban los restos mortales
del compañero Galo.
En la tarde del 10 de marzo fueron los funerales. Los
cuatro de Cautín formamos parte del río de banderas rojas, puños y consignas.
“¡Compañero Galo González...! ¡Presente...Ahora y
Siempre!”. “Y que fue... y que
fue...Aquí estamos otra vez!”
En la Plazoleta del Cementerio General un mitin de
despedida. Allí habló el nuevo Secretario General del Partido. Dijo: “Hoy la
ilegalidad del Partido Comunista ha terminado de hecho para siempre”.
En ese triste y combativo momento escuché por segunda vez
al compañero Luis Corvalán.
(Continúa)
[1] Citado por Montes, Jorge: “La lucha del Partido
Comunista por la unidad del pueblo”. “Principios” N° 141 – 142, sept. A dic.
1971, pp. 93 - 94