Hoy Venezuela , ayer Chile . Aprovechemos las lecciones del
doloroso pasado y no nos dejemos confundir.
Eduardo Contreras
Abogado
Fuente: elsiglo.cl
31/07/2019. Ha concluido en Caracas, Venezuela, el XXV
Encuentro de más de un centenar de
representantes de partidos políticos y movimientos revolucionarios de diversos
países del mundo que dan forma al Foro de Sao Paulo. Como se ha informado, esta instancia unitaria surgió del
encuentro de organizaciones políticas de izquierda de América Latina y el
Caribe, celebrado en julio de 1990. En aquel año fue convocado por el PT de Brasil y logró reunir a 48 partidos y
organizaciones que buscan establecer caminos que pongan fin a la dominación
imperialista y capitalista y abran paso a regímenes políticos cuyo centro sea
el bienestar de las grandes mayorías, de las clases populares. En suma
construir un Estado que garantice a todos la salud, la educación, el trabajo,
la previsión social, que ponga fin a
toda discriminación y asegure al Estado la propiedad de los principales medios
de producción económica.
Como era obvio, entre los temas principales del Foro estuvo
la situación en la propia Venezuela, la necesidad de impulsar el diálogo entre
los actores nacionales y denunciar con fuerza la brutal agresión económica,
financiera y política y la amenaza de agresión militar que en América Latina
lleva adelante el imperialismo norteamericano no sólo contra Venezuela, sino
también contra Cuba y Nicaragua.
Específicamente acerca de ese tema, el de la situación en
Venezuela, escribimos esta nota. Y por seriedad y rigurosidad a este propósito
es indispensable tener a la vista el proceso desestabilizador en contra del
gobierno del Presidente Salvador Allende
y la Unidad Popular en el Chile de 1973.Guardadas las obvias diferencias del
tiempo, condiciones y correlaciones internas de fuerza en cada país, en lo
esencial las situaciones son similares. Lo dijimos en una entrevista televisiva
y se me reprochó el igualar a los presidentes Allende y Maduro. Quienes así lo
estimen es porque no entendieron nada de lo dicho o simplemente no quieren
entenderlo por obvias que sean las similitudes de situaciones, no de las
personas.
Allende y Maduro no son idénticos. Ambos son políticos
revolucionarios, de izquierda, pero cada uno de su tiempo, y conforme sus
personalidades y las circunstancias específicas y las condiciones concretas.
Ambos han encabezado procesos profundos de cambios. Allende inauguró ese ciclo
en Chile, que está todavía pendiente. En Venezuela Maduro continúa lo iniciado
por el Comandante Hugo Chávez.
Lo fundamental es que se asuma que, más allá de los
errores que se haya cometido en el curso de esos respectivos procesos, lo
determinante de la crisis en el Chile de Allende y en la Venezuela Bolivariana
y Chavista, es la acción del gobierno norteamericano.
En nuestro caso bien conocemos los pasos dados por el gran
empresariado, encabezado por Agustín Edwards, por los medios de prensa del
sistema, por los transportistas, los grandes comerciantes, los partidos de
derecha y de centro derecha, los grupos terroristas y los mandos golpistas de
nuestras Fuerzas Armadas que articularon el plan desestabilizador y golpista.
Todo comenzó apenas la izquierda ganó las elecciones de 1970. Estudiar
documentos como los informes del propio Senado de los EEUU conducen a la única
conclusión posible. La grave escasez de alimentos, de remedios, de artículos
esenciales, de recursos financieros, etc.. no fueron precisamente “errores del
gobierno de Allende”.
Miles de millones de dólares perdidos para los pueblos de
Chile y de Venezuela por la acción injerencista del imperio que se siente dueño
de los destinos de América.
De esto conversamos hace unos días con el compañero
Leonardo Fonseca, quien se desempeñara como Vicepresidente Ejecutivo de la
Empresa de Comercio Agrícola durante el gobierno del Presidente Allende. Creo
indispensable citarlo porque fue actor directo de lo que sucedía.
Esta es parte de su evocación rigurosa de aquellos años: “
La agresión que enfrenta hoy Venezuela es calcada al sabotaje que debió
enfrentar el gobierno del Presidente Allende. Hasta entonces solo Cuba había
sufrido en Latinoamérica el bloqueo impuesto en 1960 por EEUU, la OEA y las
derechas del continente. Pasaron 11 años hasta 1970, cuando el presidente
Nixon, Kissinger y el dueño de El Mercurio decidieron hacer gritar la economía
chilena al inicio del Gobierno de la Unidad Popular. Fue una agresión económica, mediática, con asesinatos
y también política en que participaron los partidos en derecha, los grandes
empresarios y sectores de la directiva de la DC, que formaban entonces la
oposición.
“La ofensiva se centró en la economía y dentro de ello en
los alimentos y las materias primas para su producción. Chile era un país que debía importar gran
parte de los alimentos pues el latifundio conservador no era capaz de suministrar la demanda
nacional. Por lo tanto el comercio exterior de alimentos fue donde apuntaron el
sabotaje.
“Ello se agudizaba porque los sectores populares
comenzaron a alimentarse mejor al disminuir la cesantía y mejorar las
remuneraciones. Hubo mayor demanda pero
el sabotaje generó serias dificultades
para satisfacer plenamente su crecimiento. Entonces se enfrentó alguna carencia
de artículos alimenticios e industriales de importación. El latifundio se
incorporó de lleno con su órgano dirigente la Sociedad Nacional de Agricultura.
“Los primeros meses del Gobierno de la Unidad Popular los
latifundistas mandaron al matadero a cientos de miles de hembras de
reproducción y terneras; trabajaban con visión de largo plazo. La demanda era
creciente pues en Chile el consumo per cápita de carne de vacuno era de apenas
12 kilos por habitante al año pero una parte de ellos consumían como país
desarrollado y gran parte de la población se conformaba con huesos de vez en
cuando.”
“Creció el consumo de Nescafé, en lugar del té que
disminuyó su demanda, pero la fábrica no trabajó a plena capacidad. La gente
consumió más pastas estancándose el consumo de pan. Se comenzó a demandar más
productos industriales como jabón y pasta de dientes para lo cual había que
importar las materias primas.
“El medio litro de lecha sufrió desde sus inicios los
esfuerzos para impedir el cumplimiento del plan estrella del Presidente. Los
barcos con leche se demoraban en exceso o se perdían. Lo mismo sucedió con la
leche en polvo destinada a elaborar leche fresca por las plantas en invierno.
Cuba nos ayudó en ese momento.
“Se perdían los barco que traían carne desde Argentina,
ningún armador daba razones. Se atrasaban sin explicación los embarques de
carne por ferrocarril. EEUU logró el cierre del crédito internacional de los
bancos destinado a operar las importaciones. En muchas oportunidades hubo naves
cargadas de trigo y maíz en puertos de EEUU y Argentina los cuales no zarpaban
por no haberse abierto la Carta de Crédito, documento de pago de la mercadería.
Empresas norteamericanas a las que se nacionalizó embargaron cobre en los
puertos europeos restringiendo la
disponibilidad de divisas para operar el comercio exterior.
“Comandos de marina dinamitaron el oleoducto que traía
bencina, parafina y diesel desde Concón a Santiago generándose escases de
combustible para el transporte. Los dueños de camiones impidieron el transporte
de carga desde los puertos a los centros de consumo. Comandos de la derecha
dinamitaron las vías férreas para impedir que el trigo llegara a los molinos
desde el puerto de San Antonio. Otros grupos sabotearon las grúas portuarias
destinadas a descargar alimentos.
“Venezuela enfrenta hoy una situación aun más grave de
agresión y sabotaje afectando seriamente a sus habitantes, muchos de los cuales
han debido emigrar. Hoy la ofensiva mediática desenfrenada confunde incluso a
algunos compañeros. Nunca el imperio y la gran burguesía van a entregar una
parte de su poder sin luchar empleando
todos los medios que disponen para preservarlo. El control de las riquezas de
Venezuela es lo que está en el centro de la disputa.”.
El autorizado testimonio aquí citado disipa dudas, aclara
lo que hemos dicho y reafirma la identidad de situaciones generales y concretas
de ambos procesos. La acción del gobierno de los EEUU en contra de todo
proyecto de cambios en nuestro continente ha sido y será la misma. Y eso es lo
esencial más allá de errores o malas decisiones o acciones propias.
Los golpistas chilenos acusaron a Salvador Allende de
instaurar una “dictadura comunista” Tan ridículo como hoy los fascistas
chilenos, más los abundantes renegados del progresismo, declaran que Venezuela
es una dictadura. Lo afirman Piñera, su vocera Cecilia Pérez, los Kast, los de
la UDI, RN y demás grupos que fueron precisamente los que dieron el golpe
contra la Unidad Popular y establecieron la sangrienta dictadura de Pinochet.
Son los que hoy tienen la desvergüenza suprema de afirmar que quienes
defendemos el proceso venezolano “no conocen el valor fundamental de la
democracia”
Le hacen coro aquellos que pactaron con la dictadura.
Los que abrieron esta eterna transición que no termina de
llegar a una real democracia. Tanto así que la vida nacional se rige hasta hoy
por una Constitución Política hecha a puertas cerradas por un pequeño grupo de
pinochetistas, ratificada más tarde por traidores y renegados del pasado
democrático del país.
¿Dictadura en Venezuela? ¿Violaciones de los derechos
humanos? No puede hablarse de dictadura en un país donde la oposición golpista
se mueve tranquilamente, negocia con el gobierno constitucional y legítimo y
hasta tiene un “presidente encargado”,
figura que al tenor de la Constitución bolivariana y la realidad concreta es
absolutamente ilegal e ilegítima. En efecto, Nicolás Maduro está vivo, no ha renunciado,
ni hay sentencia en su contra.
Imaginemos un instante si durante la dictadura de
Pinochet, algún militante del PS, o de la DC o del PR se hubiera autoproclamado
“presidente encargado” de Chile y cuánto habría durado vivo.
¿Se olvidaron también de la existencia durante la Unidad
Popular de los grupos terroristas de derecha, entre ellos Patria y Libertad que
dirigía Pablo Rodríguez, y de cómo había que perseguirlos y sancionarlos? ¿O
también dirán que aquello era violar sus derechos humanos? Y entonces, ¿por qué
llaman así el hecho de que hoy se deba perseguir y sancionar a los sectores
de la oposición venezolana que realizan
actos terroristas, incluida la muerte de compatriotas nuestros?
Han llegado a decir que Nicolás Maduro fue electo en comicios
sin opositores a los cuales se les prohibió participar. ¿Y por qué mejor no
leen los antecedentes y se encontrarán con la sorpresa no sólo de que
compitieron opositores, sino más de uno harto más importante que Guaidó? Como en nuestra Unidad Popular, hoy se
construye el relato de un mundo de mentiras sobre Venezuela. Lo decimos con la
autoridad que los comunistas tenemos en materia de derechos humanos en Chile y
en la certeza de que si se violan en cualesquier lugar lo denunciaríamos con
fuerza.
Pero es hoy como ayer.
Hoy Venezuela, ayer Chile. Aprovechemos las lecciones del
doloroso pasado y no nos dejemos confundir.