Publicado el 13 Abril 2017
POR EDUARDO CONTRERAS
Fuente:http://www.elclarin.cl
El
primer artículo de la Carta de los Estados Americanos que dio vida a la Organización de Estados
Americanos, la OEA, dice que quienes la suscriben “consagran en esta Carta la organización internacional que han
desarrollado para lograr un orden de paz y de justicia, fomentar su
solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad
territorial y su independencia.
Dentro de las Naciones Unidas, la Organización de los Estados Americanos
constituye un organismo regional.” El subrayado es nuestro.
Sin
embargo, desde su nacimiento el 30 de abril de 1948 en Colombia, Bogotá, en el
marco de una Conferencia Panamericana y en plena época de la llamada “guerra
fría” signada por un violento anticomunismo, la OEA ha sido en los hechos un
instrumento político de los Estados Unidos norteamericanos por encima de todo
respeto a la independencia de los otros Estados miembros.
Quien
quiera ser fiel a la realidad histórica, más allá de todo ideologismo, llegará
a la inevitable conclusión consignada. Esto es que la OEA tiene como propósito
esencial impedir el desarrollo de cualesquier Estado de la zona cuyo gobierno
intente establecer cambios de fondo y poner fin a la dependencia política,
económica y militar de los EEUU. La OEA no ha sido fiel a su declarado objetivo de“trabajar para
fortalecer la paz,, seguridad y
consolidar la democracia, , promover los derechos humanos, , apoyar el desarrollo
social y económico favoreciendo el crecimiento sostenible en las Américas”. Huelga comentar que su
domicilio obvio es en los EEUU.
Por
si alguien lo ha olvidado, intentaremos un brevísimo recordatorio de lo que ha
sido la amarga historia de silencio ante los crímenes perpetrados contra los
gobiernos progresistas del continente y la adopción de medidas contra regímenes
como los de Cuba, Venezuela y en su época contra el Chile de Allende y la
Unidad Popular.
1952: Apoyo de
EEUU al general Fulgencio Batista en Cuba para derrocar al presidente Carlos
Prío Socarrás e implantar una sangrienta dictadura. 1954: Apoyo norteamericano al derrocamiento del gobierno
constitucional de Jacobo Árbenz en Guatemala al costo de más de 150.000
asesinados y en donde ya participó Agustin Edwards y El Mercurio.1956: Apoyo a los dictadores Somoza,
padre e hijo en Nicaragua, decenas de años de crímenes. 1960: Acciones norteamericanas para tratar de terminar con la
naciente revolución cubana. 1961:
Invasión a Cuba financiada y dirigida por EEUU por Bahía de Cochinos, Playa
Girón, derrotada en menos de 72 horas.
1961: Apoyo al golpe
contra el presidente electo de Ecuador J. M Velazco Ibarra, el que, no siendo
de izquierda, había demostrado simpatías
por Cuba. 1964: EEUU promueve y
apoya el golpe contra el gobierno del presidente de Brasil Joao Goulart, por 2
temas centrales : propiedad del petróleo y reforma agraria. 1965: Invasión de efectivos de Estados
Unidos a República Dominicana para evitar la vuelta al poder del presidente
constitucional Juan Bosch. 1966:
Tropas norteamericanas a Guatemala para combatir la insurgencia.
1967: Soldados de EEUU a Bolivia para encontrar y
asesinar a Ernesto Che Guevara. 1971:
El diario The Washington Post confirmó que la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) había intentado asesinar en varias oportunidades al líder de la
revolución cubana Fidel Castro.
1973: Apoyo de EEUU al golpe de Estado en Uruguay 1973: Golpe de Estado en Chile
instigado y organizado por Estados Unidos. 1976:
Apoyo al golpe militar en Argentina.
1980:Estados Unidos aumenta apoyo a los militares de El
Salvador que se enfrentan a las guerrillas del FMLN. Los escuadrones de la
muerte proliferan y es asesinado el Arzobispo Romero. 1981: EEUU apoya y financia a los "contra" para destruir
el gobierno sandinista en Nicaragua. 1983:
Invasión por los infantes de marina de Estados Unidos a la pequeña isla
caribeña de Granada para impedir la restauración del líder nacionalista Maurice
Bishop.
1989:EEUU invade Panamá con alto costo de vidas humanas.
1990: EEUU interviene abiertamente
en el proceso electoral de Nicaragua. 2000:
EEUU lanza el Plan Colombia, con el pretexto de “lucha al terrorismo”.
2002: Estados Unidos apoyó y financió a los elementos
que organizaron el fallido golpe de Estado del 11 de abril en Venezuela. Y acá
nos detenemos brevemente para subrayar la vergüenza internacional sufrida por
Chile cuando su gobierno reconoció a los golpistas que no duraran más de 24
horas en el poder. Es clara la impronta derechista de la política exterior de
Chile respecto de Venezuela, entre otras.
En
estos últimos años la desclasificación de miles y miles de archivos secretos de
la CIA ha permitido conocer mucho más. Por ejemplo de la responsabilidad
personal de Kissinger, Nixon y, por supuesto de Agustín Edwards y de sus
primeros encuentros cuando apenas triunfó Allende y antes que asumiera el
mando, a fin de planificar lo que vendría. Del mismo modo queda clara la
presencia norteamericana en temas como el plan “Cóndor”, detenidos
desaparecidos, instructores para la tortura, y ejecución de opositores en las
dictaduras de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
Ante
lo cual el silencio de la OEA ha sido total. Es más, no olvidar que cuando el 4
de junio de 1976 mientras la dictadura de Pinochet asesinaba cruelmente y hacía
desaparecer a chilenas y chilenos, 23 cancilleres de América, incluido el
secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger, inauguraron la VI
Asamblea de la OEA aquí mismo en Santiago de Chile. Sólo faltó México que,
dignamente, fue el único que rechazó participar.
La
más reciente jugada de la derecha variopinta de nuestro país ha sido el
escándalo armado en relación a una resolución del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela.
Por cierto con el apoyo irrestricto de los medios de comunicación tradicionales
siempre afectos. Nadie se ha tomado la molestia de consultar en la Constitución
Política del hermano país si la Sala
Constitucional actuó o no con apego a Derecho. Les informamos a los que les
interese que al artículo 336 de dicho texto jurídico consagra las atribuciones
de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, que son muy amplias
y entre ellas para dirimir las controversias que se susciten entre los órganos
del poder público. En uso de tales atribuciones, y ante la urgencia de aprobar
determinados instrumentos de carácter económico, el Tribunal decretó su
competencia para suscribirlo en lugar de una Asamblea que se encontraba en
desacato. De modo alguno se planteó la disolución de la Asamblea ni se llamó a
nuevas elecciones, como se ha mentido descaradamente. Es más, a petición del
propio presidente Maduro dicha sentencia fue posteriormente modificada.
Pero
¿ porque no se hizo semejante ruido
cuando la dicha Asamblea Legislativa ahora en enero recién pasado destituyó al
presidente Maduro y llamó a nuevas elecciones ?
Eso sí es golpismo puro y duro. Pero
no hablaron parlamentarios en Chile, nadie pidió asilo, El Mercurio y sus
hermanos siameses no protestaron y la
Cancillería chilena no llamó a su embajador en Caracas. ¿Alguien puede explicar
o intentar justificar este doble juego?
Unos
pocos han hablado de exceso de atribuciones del Supremo venezolano. Supongo que
no pensarán meterse en una Constitución soberana de otro Estado, pero además
olvidan que aquí en casa la Constitución pinochetista vigente en Chile impide
darse una Nueva Constitución si no están de acuerdo las mismas fuerzas que
apoyaron al dictador y que también tenemos un tribunal constitucional con muy
amplias facultades.
Hasta
un juez chileno en ejercicio estimó necesario inmiscuirse en política
internacional y - olvidando el negro pasado de la Corte
Suprema chilena en tiempos de la dictadura – calificó de "gravedad
extrema" la situación en Venezuela, donde el Tribunal Supremo podía asumir
labores de otro poder.
Todavía
más, se permitió formular una propuesta sosteniendo que “ las organizaciones
internacionales de jueces o de Corte Suprema tienen que convocarnos y hacer
alguna declaración si es que esto no se resuelve". O sea, alentando el
intervencionismo extranjero en Venezuela, vaya, vaya. Terminó con una verdadera
perla : "En Chile no hemos tenido ese ejemplo tan drástico. Allá ya está
concentrado el poder". ¿ Serán problemas de la memoria o tal vez no
viviría en el país durante los años de
la dictadura?
Finalmente,
preguntémonos, ¿dónde si hubo un golpe estos días? Ha sido nada menos que al
interior de la propia OEA y lo fue muy poco después de un pronunciamiento muy
diferente de las Naciones Unidas.
En
efecto, la Comisión de Derechos Humanos de
Naciones Unidas, bastante más importante, más seria y mucho más
independiente que la OEA, entregó un completo Informe en que se demuestra el
pleno respeto del gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela por el Estado de
Derecho y protección de los derechos humanos.
Pero
no obstó para que un grupo de gobiernos, lastimosamente incluído Chile, hiciera
público recién un acuerdo que violenta la propia Carta de la OEA y se inmiscuye
en asuntos internos de otro Estado atropellando su independencia y
desconociendo el propio orden constitucional de ese país.
Pronunciamiento
realizado además hasta en una sesión no ajustada a las propias normas
procedimentales del organismo, incluso presidida por quien no tenía facultades.
Con razón la Canciller venezolana, Delcy Rodríguez, calificó esa maniobra de
“fraude jurídico y procesal a la propia institucionalidad de la OEA ”
Eso
es golpismo, eso no tiene sostén jurídico. En nuestro caso ¿se querrá repetir
el ridículo internacional sufrido por Chile el año 2004 por hechos similares ?
El nuevo “huésped” de la casa del embajador chileno en Caracas parece parte del
mismo juego. Llega la hora de no seguir colaborando con el gobierno
norteamericano ni con su mayordomo Luis Almagro, aquel extraño personaje que
hace muy poco tiempo conocimos en Uruguay como “hombre de izquierda” y que
hasta organizó un actividad en homenaje a un
revolucionario cubano. ¿?