Iván Ljubetic Vargas, historiador
del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
Rafael Leónidas Trujillo Molina nació en San Cristóbal el 24 de octubre de
1891. Fue uno de los más sanguinarios dictadores de América Latina. Gobernó
Santo Domingo entre 1930 y 1961. El 30 de mayo de 1961 fue ajusticiado.
UNA
SANGRIENTA DICTADURA
Sus 30 años de gobierno son conocidos como la Era
de Trujillo y considerados como una de
las tiranías más sangrientas de América.
Se caracterizó por el anticomunismo,
el terrorismo de estado contra toda oposición
y el culto a la personalidad del
dictador. Las libertades civiles fueron
inexistentes y se cometieron constantes violaciones a los derechos
humanos. Sumergió el país en un estado de pánico, donde un asesinato era encubierto como un “accidente” y cualquier
persona sindicada como opositora podía ser encarcelada y torturada en una de
las cárceles clandestinas.
El Gobierno de Trujillo fue el responsable de la
muerte de más de 50 000 personas,
incluyendo los miles asesinados en la masacre de Perejil. Los datos sobre el número de muertos en la masacre
varían desde 5.000 hasta 25. 000.
Uno
de los crímenes del tirano Trujillo que conmovió al mundo fue el asesinato de
tres hermanas Maribal.
Estos crímenes tuvieron como ejecutores a los miembros de la Guardia Nacional.
Ésta había sido creada por los
estadounidenses durante la primera ocupación del país en 1916.
El régimen de Trujillo se desarrolló en una época
en que surgieron varias dictaduras en
América Latina. Pero donde también existieron gobiernos democráticos como el de
Rómulo Betancourt en Venezuela, de Juan José Arévalo en Guatemala, Ramón Grau
San Martín en Cuba, Elie Lescot en Haití y José Figueres Ferrer en Costa Rica.
EL TIRANICIDIO
El
ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo se produjo el 30 de mayo
de 1961, en la avenida George Washington, cuando se dirigía a su casa en San
Cristóbal. Esta acción fue la culminación de una conspiración urdida en el seno de
varias de las más influyentes familias dominicanas, hartas de los excesos del
régimen del tirano. Embocaron al
vehículo en que viajaba el tirano siete
patriotas: Salvador Estrella Sadhalá,
Antonio Imbert Barreras, Antonio de la Maza ,
Huáscar Tejeda, teniente Amado García Guerrero, Roberto Pastoriza y
Pedro Livio Cedeño. Estos dispararon contra el auto en que viajaba Trujillo,
logrando terminar con la vida del tirano. Pero su plan no fue del todo
perfecto.
No
fue limpiada la escena donde se produjo el ajusticiamiento. Se dejaron armas
registradas a nombre de los conspiradores, el auto de uno de ellos también fue
abandonado cerca del lugar del crimen. Pero el error que causó la muerte de
todos los conspiradores fue no haber
matado a Pedro Livio Cedeño, quien resultó herido de gravedad, ni ultimar al
chofer de Trujillo, Zacarías de la
Cruz.
Fue
así como apenas consumado el tiranicidio los agentes del Servicio de
Inteligencia Militar (SIM), se lanzaron a buscar pistas y encontraron a muchos
de los integrantes del complot.
Con
la muerte de Rafael Leónidas Trujillo, se puso fin a una de las dictaduras más
siniestras del Siglo XX. Luego de todos estos hechos los Trujillos fueron
expulsados del país.
Ajusticiado Trujillo, el Presidente Joaquín
Balaguer, a pesar de haber sido durante mucho tiempo colaborador del dictador,
tomó medidas para liberar al país del régimen con la concesión de algunas
libertades civiles y suavizó la estricta censura a que Trujillo tenía sometida
la prensa. La OEA se mostró satisfecha y levantó las sanciones
económicas impuestas a la República Dominicana.. Sin embargo, las reformas
provisionales de Balaguer fueron rechazadas por gran parte de la sociedad.
Intervino, para variar, el imperialismo estadounidense. Echó manos al el jefe
de la fuerza aérea, Pedro Rodríguez Echavarría, quien encabezó un golpe de estado militar, que derrocó a Balaguer, quien
debió salir al exilio.