Al cumplirse
100 años de su partida física, recordamos en el Boletín Rojo, a Luis Emilio
Recabarren Serrano, Padre del Movimiento Obrero Chileno y Fundador del Partido
Comunista de Chile. Lo recordamos en
estas páginas a través de un escrito del Historiador Iván Ljubetic Vargas.
En el Centenario de su partida física:
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
LuIS Emilio Recabarren, CEILER
”Recabarren,
hijo de Chile,
padre de Chile, padre nuestro,
en tu construcción, en tu línea
fraguada en tierra y tormentos
nace la fuerza de los días
venideros y vencedores”.
(Pablo
Neruda; “Canto General”)
El 6 de julio de 1876,
nació en Valparaíso, en el Cerro Playa
Ancha, Luis Emilio Recabarren Serrano.
Estudió cuatro años en
una escuela primaria de ese puerto. Su familia se trasladó a Santiago. En la
capital, a la edad de 14 años, comenzó a trabajar como obrero en una imprenta.
Pronto aprendió el oficio de tipógrafo.
A pesar de ser duramente
explotado, con largas jornadas, bajos salarios, agotadoras labores, tuvo la
fuerza y la responsabilidad de leer, de estudiar. Fue un autodidacta que,
capacitándose por su cuenta, se transformó en uno de los grandes intelectuales
que ha tenido nuestro país.
Pero, más importante que
eso, ¡puso sus conocimientos al servicio
de sus hermanos de clase, los
trabajadores!
SE
INCORPORA A LA LUCHA SOCIAL
En 1894 se incorporó al
Partido Demócrata, iniciándose en la lucha social. Tenía por entonces, 18 años
de edad.
La clase obrera chilena
había surgido en los años 20 del siglo XIX Nació combatiendo. La primera huelga obrera estalló en 1834 en
el mineral de plata de Chañarcillo, cerca de Copiapó. En el siglo XIX hubo 110 huelgas.
Recabarren comprendió
que los trabajadores sólo podrían jugar su rol histórico, si unían a la
combatividad, una firme conciencia de clase. Por eso se dedicó a educarlos.
Para ello utilizó todos los medios a su alcance.
IMPULSOR
DE LA PRENSA OBRERA
Por ejemplo, utilizó la
prensa, el medio de comunicación más importante en su época.
Creó 11 periódicos y escribió en 50.
Tenía 23 años de edad,
cuando en 1899, fundó lo que se considera el primer periódico obrero creado por
Recabarren. Fue el semanario “Democracia”, de Santiago.
En el año 1900 escribió:
“La prensa obrera es como la luz que señala desde lejos el camino más corto por
donde debemos andar”.
En 1903 vivió un
importante hecho, que años más tarde, lo evocó así:
“Yo recuerdo siempre
con emoción la vez que llegó un grupo de obreros de Tocopilla y me dijeron:
‘Compañero, traemos dos mil pesos para comprar una imprenta. La Mancomunal de Obreros de Tocopilla ha
logrado reunir este dinero para comprar una imprenta. Venimos a que usted nos
acompañe a comprarla’.
¿Y qué van a hacer ustedes con ella?, les
pregunté.
Me contestaron: ‘Un
periódico’.
¿Y quién se los va a
escribir?
‘No tenemos quien nos lo
escriba, pero confiamos en que usted nos buscará un tipógrafo para que lo
escriba’
Y concluyeron por
decirme: ‘Esperamos que usted mismo se vaya a Tocopilla y nos atienda el
periódico’.”
Fue así como Recabarren
viajó al norte, en septiembre 1903. En Tocopilla no sólo fundó, dirigió,
escribió, tipió y editó el periódico “El Trabajo”, sino que pronto se convirtió
en dirigente de la Mancomunal de Obreros de Tocopilla.
LE
ROBARON LA DIPUTACIÓN
En
marzo de 1906, Recabarren fue elegido diputado por Antofagasta, siendo el
primer diputado obrero electo en América. Pero la mayoría reaccionaria del
Congreso le quitó ese cargo que había conquistado limpiamente.
Una de las tantas
falsedades que se repiten sobre Luis Emilio Recabarren, es que, en 1906, cuando
fue electo diputado por Antofagasta,
siendo miembro del Partido Demócrata, se negó a jurar, porque no creía
en Dios. Se afirma que había dicho “yo prometo, pero no juro”. Y que, por eso,
le robaron la diputación. Esto es falso. Y sobre este tema, el mismo padre del
movimiento obrero chileno escribió un folleto titulado “Mi Juramento”.
Allí explica que “para
la formación de esta obrita, me valgo de documentos oficiales y de
publicaciones hechas en aquella época por la prensa”.
Agrega: “Volví a Chile,
a fines de 1908, cumplí mi prisión (cuatro meses en la cárcel de Santiago y
cuatro en la de Los Andes) y a fines de 1909 recorrí el país entre Valparaíso y
Osorno. En este viaje constaté el hecho que alrededor de mi nombre y mis actos
se había tejido una malla de mentiras que en pocos casos pude destruir.
“Era creencia general –y
lo es aún- que, en 1906, al incorporarme a la Cámara de Diputados yo me negué a
prestar el juramento reglamentario y que este hecho había sido la causa de mi
expulsión del Congreso.
“Esto es falso, pues, yo
juré en cumplimiento y conforme a la ley. Ahora yo no quiero que esta falsedad
se mantenga en lugar de la verdad; por dos razones: primero porque daña la
doctrina de la democracia, porque hace creer a las masas ignorantes que la
democracia es antirreligiosa; segundo porque tengo un inmenso amor a la verdad,
mejor diré un culto y no quiero que se explote y se especule con la mentira”.
¡A él lo despojaron de su
diputación porque era un obrero!
TERESA
LLEGA A SU VIDA
Conoció a Teresa Flores,
una joven proletaria de 18 años, estando preso en la cárcel de Los Andes, cundo
ella acompañaba al padre a visitar a otro preso.
Con fecha 20 de mayo de
1909, Recabarren le escribió una carta, en donde le dice:
“Tu compañía me
fortalecerá. Tengo la convicción de que tu persona me dará más bríos para
luchar. Tú me inspirarás y harás que mis pensamientos sean cada vez más hermosos,
y a medida que esto se produzca tú irás bebiendo en mis labios el amor que yo
beba en tu alma... Unamos a nuestra dicha la dicha de todos. Así nuestra felicidad
será tan inmensa como inmensa sea la felicidad de todos”. Luis Emilio tenía por
entonces 33 años de edad
“EL
DESPERTAR DE LOS TRABAJADORES”
De los once periódicos
fundados por Recabarren el más importante es “El Despertar de los
Trabajadores”, de Iquique, cuyo primer número apareció el 16 de enero 1912.
Su nacimiento fue saludado jubilosamente por
los obreros de la zona. Pero, también desde el comienzo, perseguido con saña
por los patrones. Prohibían su entrada a las salitreras y otras industrias. Sin
embargo, los trabajadores, arriesgando la pega y la libertad, lo leían.
Salvador Ocampo, un
obrero que llegó a ser senador de la República, entregó el siguiente
testimonio:
“Yo trabajaba en una
cuadrilla de cargadores de la Chile Exploration Company de Tocopilla. Era una
especie de arrenquín, que ayudaba a los trabajadores en las cosas más
esenciales y les preparaba sus alimentos para los momentos de descanso. Esto
ocurría hacia 1912. Yo tenía 10 años de edad.
Esta cuadrilla estaba
compuesta por unos mocetones bravos, los más salvajes que había por esos lados.
Todos, la gente más buena y humana que he conocido. Algunos de ellos compraban
‘El Despertar de los Trabajadores’, que Recabarren editaba en Iquique y que llegaba
hasta allí clandestinamente. Sería unos diez o doce los que compraban ‘El
Despertar’.
La cuadrilla se componía de 40 obreros. El
caso es que esta gente compraba el diario y a la hora de almuerzo, al mediodía,
yo veía como leían los títulos con grandes dificultades –eran pocazos los que sabían leer- y
después se guardaban el diario.
Pues bien, cuando
supieron que yo sabía leer, me exigían que se los leyera. Lo primero que me
decían era: ‘A ver, compañero Guachito (así me llamaban a mí), leamos lo que
dice Recabarren’. Entonces yo buscaba si venía algún artículo con su firma. Si
no venía, les decía: ‘No, Recabarren no dice nada aquí’. Pero insistían:
‘Bueno, pero es que... ¡el editorial!, pues Guachito, ¡esa es la palabra de
Recabarren!’.”
Hasta aquí el relato de
Salvador Ocampo.
EL ARTE UN MEDIO DE EDUCACIÓ
Recabarren también usó el teatro para educar a los trabajadores. Formó grupos artísticos, escribió obras para ponerlas en escena y él mismo actuó, cuando fue necesario.
Uno de los que cooperó con Recabarren fue el gran dramaturgo proletario Antonio Acevedo Hernández., Premio Nacional de Literatura 1957
Orlando Millas nos relata que este gran escritor frecuentaba, hacia 1960, las oficinas de redacción de “El Siglo” llevando sus colaboraciones. Al final de su existencia recordaba a Recabarren “como el maestro que despertó en él la conciencia de su dignidad”.
El líder obrero echó
mano a las melodías de moda, a las cuales ponía letra combativa. Por ejemplo,
con la música del aria de la ópera Nabuco, creó el Himno al Primero de Mayo.
En uno de sus versos
decía:
“¡Despertad, oh falange
de esclavos!
de los sucios talleres y
minas,
los del campo, los de
las marinas,
tregua,
tregua al eterno sudor!”
EL
TEATRO COMO ARMA DE EDUCACIÓN
La Cooperativa Obrera
Tipográfica de Iquique editó en 1912 cinco folletos. Cuatro eran obras de
teatro: “Flores Rojas” (2 mil ejemplares), “Primero de Mayo” (4 mil
ejemplares), “Los Vampiros” (2.000) y “La Guerra” (8 mil ejemplares). También
fue editada la obra teórica “El Socialismo” (2 mil ejemplares). De todas ellas
era autor Luis Emilio Recabarren.
El teatro fue otro medio
utilizado por el líder obrero. En Iquique, inspirados por él, los comunistas
fundaron el grupo “Arte y Revolución”, que desarrolló gran actividad. A
comienzos de 1914, puso en escena “La Guerra”, donde actuaban, entre
otros, Elías Lafertte, Luis Víctor Cruz,
Teresa Flores, En abril de ese año, presentaron “La Coyunda”, en la cual actuaron
los mismos compañeros.
Como
hemos señalado, Recabarren escribió varias obritas de teatro. Una de ellas es
“Desdicha obrera”. Su argumento es sencillo: una combativa obrera, que el
patrón intenta de violar y ella se defiende y lo mata con la tijera, que usaba
en sus labores. Es enviada a la cárcel. La obra termina cuando ella en la
prisión le dice a su hermana:
“¡El mundo será bueno un
día! ¡Nunca lo he dudado! El Maximalismo
lo hará bueno. La clase obrera unida le dará el bienestar. Entonces no habrá tumbas
de esta clase. ¡Viva el porvenir de la civilización! ¡Viva el maximalismo!”
PADRE
DEL MOVIMIENTO OBRERO CHILENO
Educó también con sus
discursos, conferencias, polémicas públicas y con sus conversaciones
personales. Escribió varios libros y folletos, además de sus numerosos
artículos de prensa.
Recabarren es el más
grande educador de masas de la historia de Chile. Pero fue, además, un
extraordinario organizador y un líder obrero.
Con mucha dedicación,
esfuerzos y sacrificios, logró entregar a los trabajadores chilenos los tres
elementos que le permitirían jugar un papel importante en los acontecimientos
nacionales:
1) Forjó conciencia de clase
en amplios sectores obreros, a través de la educación y de su ejemplo.
2) Creó el partido
revolucionario de los trabajadores. El 4
de junio de 1912, fundó en Iquique el Partido Comunista de Chile, hace ya 103
años.
3) Reconstruyó el
movimiento sindical clasista, que había surgido en enero de 1900 con las
Mancomunales, las que desaparecieron con la masacre de la Escuela Santa María
de Iquique, perpetrada el sábado 21 de diciembre de 1907, al surgir la
Federación Obrera de Chile, la gloriosa FOCH, el 25 de diciembre de 1919.
Fue al cumplirse estas
tres condiciones, que nació el Movimiento Obrero chileno.
REPUDIANDO
LA MASACRE DE 1907
Don Reca, estando
exiliado en Buenos Aires, escribió varios artículos repudiando esa matanza
llevada a cabo durante el gobierno reaccionario de Pedro Montt. En uno de ellos
titulado “La barbarie burguesa en acción”, afirmó:
“Emplear la crueldad
extrema, infundir el terror en el menor tiempo posible, desbaratar toda
organización que pueda resistir, he ahí el plan de los burgueses chilenos”.
CANDIDATO
A LA PRESIDENCIA
Recabarren fue un
militante disciplinado. Estaba en la cárcel de Tocopilla, cuando tuvo lugar el
Segundo Congreso Nacional del Partido Comunista, realizado en Antofagasta el 1
y 2 de junio de 1920. Este lo proclamó
candidato a la Presidencia de la República, para enfrentar al demagogo y uno de
los más sangrientos masacradores de nuestra historia, Arturo Alessandri Palma.
Fue el primer candidato obrero a la Presidencia de Chile. Resultó derrotado.
ANTIMILITARISTA
Recabarren fue el
primero que, desde posiciones revolucionarias, abordó el problema del
militarismo.
Escribió muchos
artículos sobre el tema. Por ejemplo, el 9 de junio de 1904, apareció en ‘La
Voz del Pueblo’ de Valparaíso un artículo suyo donde planteaba:
“¿Para qué sirve el
Ejército? Para aplastar solamente a la clase obrera. Para acabar las huelgas.
Para ponernos cadenas. Para defender nuestros tiranos”.
El 5 de octubre de 1924
declaró: “Hemos sido, somos y seremos siempre antimilitaristas, porque estamos
convencidos que el militarismo es la afrenta de toda civilización, es la carga
más inútil y pesada que soportan los pueblos, y es la amenaza permanente de
todos los derechos. El militarismo será siempre la fuerza opresora con que la
clase capitalista explote al pueblo”.
NACIONALIZAR
NUESTRAS RIQUEZAS
Luis Emilio Recabarren
fue el primero que en Chile planteó la necesidad de nacionalizar nuestras
riquezas naturales, entre ellas el cobre.
Estando preso en la
cárcel de Tocopilla, escribió el 11 de agosto de 1920, un artículo titulado “Pongamos remedio al
mal”. En él señaló:
“Los problemas de la
miseria y de la esclavitud no terminarán mientras tanto la clase obrera se
resigne a sufrir la actual organización social. No son los burgueses los que
van a remediar el mal, tenemos que ser nosotros”. Y agrega:
“Nacionalicemos las
industrias extractivas. Nacionalicemos las minas del carbón, las salitreras,
los bosques, el cobre”
INTERNACIONALISTA
Recabarren fue un
consecuente internacionalista. En Argentina, donde estuvo exiliado de
Tuvo importante influencia en el movimiento obrero boliviano, a través, especialmente del periódico “El Despertar de los Trabajadores”, que editaba en Iquique, como también a través de la organización sindical. Por ejemplo, en Bolivia existió una sección de la FOCH chilena.
En su Conferencia “Ricos
y pobres a través de un siglo de vida republicana”, dictada en Rengo el 3 de
septiembre de 1910, Recabarren, ajeno a todo chovinismo, definió lo que
realmente fue la llamada guerra del Pacífico, “una guerra de conquista en que
la clase gobernante de Chile se anexó a la región salitrera”.
SOLIDARIDAD
CON LA REVOLUCIÓN DE 1917
Al producirse la
Revolución de Octubre, Recabarren se encontraba en Buenos Aires. Apenas
conoció los acontecimientos que sacudían
Rusia, escribió el 23 de diciembre de
1917:
“Doy sin vacilar mi voto de adhesión a los
maximalistas rusos, que inician el camino de la paz y de la abolición del
régimen burgués, capitalista y bárbaro. Quien no apoye a esta causa sostendrá
el régimen capitalista con todos sus horrores”.
Salvador Ocampo evoca la
actividad solidaria desarrollada por el maestro en Antofagasta:
“Yo recuerdo perfectamente
que Recabarren salió a la calle con nosotros en
“Hicimos mitines en
diferentes lugares de la ciudad. Uno de esos lugares estaba cerca de mi casa.
Era la plazuela Vicuña Mackenna, en la avenida Argentina con la calle Bolívar.
Y en ese triángulo, digamos –14 de febrero era la otra calle-, Recabarren salía
con los compañeros. Yo participaba también en esos actos a proclamar la necesidad
de apoyar la Revolución bolchevique...
“Nosotros, los
jóvenes, creamos una tribuna portátil y
a veces salíamos con Recabarren a la calle. Yo andaba con la tribuna al hombro:
era chiquillo, muchacho todavía. Y entonces, en cualquier lugar donde nos permitían
las autoridades, plantábamos la tribuna y Recabarren empezaba a hablar”.
Cinco años después del
triunfo de la Revolución en Rusia, Recabarren viajó a ese país.
El 9 de octubre de 1922, inició su viaje a
Europa. Iba a participar en calidad de
delegado de la Federación Obrera de Chile, FOCH, en el Segundo Congreso de la Internacional
Sindical Roja, y a representar al Partido Comunista de Chile en el Cuarto
Congreso de la Internacional Comunista. Ambos eventos a efectuarse en Moscú.
En marzo de 1923 se
publicó en Santiago “La Rusia Obrera y Campesina. Algo de lo visto en su viaje
por Luis Emilio Recabarren”. Un folleto de 94 páginas.
Explicaba su autor: “Fui
a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos la dirección del poder
económico, con el cual irá construyendo su bienestar...
Y pude ver con alegría,
que los trabajadores de Rusia tenían efectivamente en sus manos toda la fuerza
del poder político y económico.”
En una “Historia de
Chile”, publicada en 1967 por el Instituto de Historia de la Academia de
Ciencia de la URSS, se dice: “Luis Emilio Recabarren puede ser considerado el
primer historiador chileno de la Revolución Socialista de Octubre”.
LOS
PRIMEROS DIPUTADOS COMUNISTAS
Luis Emilio Recabarren y
Luis Víctor Cruz, fueron los primeros comunistas elegidos diputados, en un
pacto electoral concordado con la Alianza Liberal, uno de cuyos partidos era el
Demócrata. Ello ocurrió en las elecciones de marzo de 1921.
Elías Lafertte, en “Vida
de un Comunista” relata: “Cuando Recabarren iba a hablar, en la Cámara se
producía expectación. Nosotros íbamos a la galería a escucharlo y aplaudirlo.
Hablaba ante los honorables, lo mismo que ante los obreros, sin modificar su
vocabulario sencillo y claro, su tono tranquilo, sus convicciones firmes. Las
cosas que tenía que decir, las decía
tranquilamente, impertérrito ante las interrupciones indignadas de sus enemigos
de clase. No tenía empacho en plantear las cuestiones más revolucionarias; todo
lo exponía con la sinceridad del que tiene bien arraigadas sus convicciones”
Y CANTÓ LA INTERNACIONAL
En la sesión de la
Cámara del 8 de mayo de 1924, los diputados comunistas Luis Emilio Recabarren y
Luis Víctor Cruz protestaron porque el Gobierno de Arturo Alessandri Palma
había clausurado el 28 de marzo la única escuela que funcionaba en el centro
minero El Taldo –creada y financiada por los trabajadores- con el pretexto de
que los alumnos allí cantaban la Internacional.
En su intervención,
Recabarren manifestó: “Si de los 500 obreros de la mina, 400 son comunistas, es
lógico que sus hijos entonen la canción más popular en el mundo, cuyo nombre temen los señores
diputados burgueses en Chile. Además, es una bella canción”.
Uno de los
parlamentarios de derecha quiso dárselas de gracioso y ridiculizar a Recabarren
e interrumpiéndolo le dijo: “¿Por qué no la canta, honorable colega?
El diputado comunista se
puso de pie. Y con desafiante aplomo cantó a todo pulmón:
“Arriba
los pobres del mundo
de pie los esclavos sin pan
y gritemos todos unidos
viva la Internacional...”
Talvez, el chileno sea
el único parlamento burgués, donde se ha escuchado en una sesión oficial, el
himno de los revolucionarios de la tierra.
EDUCADOR
DE DIRIGENTES OBREROS
Recabarren, como gran
educador, formó muchos líderes obreros.
Unos, a través del trabajo directo con él, como es el caso de Elías Lafertte
Gaviño que, siendo un sencillo obrero del salitre, llegó a ser fundador del
Partido Comunista, secretario general de la FOCH, senador y el primer
Presidente de su Partido.
Otro es el caso del ya
citado Salvador Ocampo.
Pero hubo obreros que,
sin actuar junto a él, recibieron su influencia. Uno de ellos, es Juan Vargas
Puebla.
En una conversación que
tuve con él en enero de 1991 me relató:
“A comienzos de 1924, en
el barrio pobre que yo vivía, se hizo un acto en la esquina de La Moneda con
Cueto, en que se exigía la rebaja de los arriendos. Allí vi y escuché por
primera vez a Recabarren, hablando arriba de un cajón azucarero.
El 1º de Mayo de ese
mismo año lo escuché tres veces. Primero en un acto unitario efectuado en la
Alameda.
Terminado éste, los de la FOCH, con Recabarren a la cabeza,
marcharon en dirección al cerro Santa Lucía. Yo, por entonces tenía 16 años de
edad y era dirigente de la Juventud anarcosindicalista. Llevando la bandera de
esa juventud, seguí a los fochistas. En la Plaza Vicuña Mackenna, que está
junto al cerro, Recabarren se subió a un muro y pronunció un segundo discurso.
Después nos dirigimos al
local de la FOCH en la esquina de Agustinas con Tenderini. Era una vieja casa
con un balconcito. Desde ahí habló Recabarren
dando por finalizada la jornada de ese medio día.
Sin que nadie me lo
pidiera y ni estar programado, subí hasta el balcón y dije unas palabras en
nombre de los jóvenes anarcosindicalistas. La gente que escuchaba, casi todos
comunistas, me aplaudió. Fue la primera ocasión en que hablé en público. Estaba
nervioso y emocionado. Cuando finalicé,
Recabarren, me acarició la cabeza y me dijo cariñosamente:
-‘Bien muchacho, lo has hecho muy bien’.
Me sentí feliz. Esa fue la segunda y última vez que vi vivo a Recabarren”.
ADIOS
AL LÍDER OBRERO
En 1981, Juan Vargas
Puebla, estando exiliado en México, escribió:
“Volví a ver al maestro
Recabarren el 21 de diciembre de 1924, ahora dormido para siempre en un ataúd,
en medio de una severa capilla ardiente en el local de la Unión de Obreros
Ferroviarios, en la calle Bascuñan Guerrero Nº 345. Pálido, los ojos cerrados,
las manos cruzadas sobre el pecho, cubierto de flores rojas y por las banderas
de Chile y del Partido Comunista. Era la expresión más elocuente de la
serenidad que lo caracterizó toda su vida de apasionado luchador revolucionario
por la causa de la justicia social, del socialismo y del comunismo”. Hasta aquí
el testimonio de Juan Vargas Puebla.
Los funerales de Luis
Emilio Recabarren fueron
multitudinarios. Una gigantesca columna caminó entre una doble fila de obreros
que, tomados de las manos, formaban dos cadenas humanas, que partían desde el
local de la calle Bascuñan Guerrero, seguían por Alameda, Estado, Mapocho,
Avenida La Paz, hasta el mismo Cementerio General.
“En la plazuela del Cementerio
-relata Elías Lafertte- comenzaron los discursos. Simultáneamente, desde
pequeñas tribunas, hablaban diez o más oradores. Algunos, a falta de tribunas,
se subían a los barrotes de las ventanas de las casas y desde allí despedían
los restos de Recabarren. Hubo un instante en que conté hasta quince personas
hablando simultáneamente a la muchedumbre”.
EL
SUICIDIO
Luis Emilio Recabarren
se había suicidado el viernes 19 de diciembre de 1924. Fue algo tan sorpresivo,
que muchos pensaron que había sido asesinado. El Partido Comunista y la FOCH
actuaron con toda responsabilidad. No escucharon a quienes sugirieron que se
culpara de la muerte del líder obrero a los militares que estaban en el poder.
Nombraron una comisión
investigadora. Ésta, después de un acucioso estudio llegó a la conclusión que
en realidad se había suicidado.
Sobre la causa del
suicidio de Recabarren se han tejido muchas fábulas. Se ha escrito que el
Maestro se suicidó porque volvió desilusionado de su viaje a Rusia Soviética.
Ello es falso. Como ya hemos señalado,
al regreso de esa visita, realizada en 1922, escribió y dictó muchas charlas
sobre el tema, donde mostró la hermosa experiencia vivida en ese país gobernado
por obreros y campesinos. Otros afirman que el golpe de los militares del 11 de
septiembre de 1924 lo habría aplastado, porque significaba el derrumbe de toda
su obra. Hay testimonios de todo lo contrario.
¿Cuáles fueron las
reales causas de que Recabarren se suicidara con una pistola que había comprado
en Europa en 1922?
Son varias y complejas.
-
Un severo desgaste que le
significó dedicar treinta años a una lucha dura, difícil y sin tregua, contra
los enemigos de clase.
-
La permanente persecución,
calumnias y juicios arbitrarios llevados cabo por las autoridades
reaccionarias,
-
La represión policial, los
encarcelamientos y el exilio sufridos;
-
Los arteros ataques de una
fracción trotskista al interior del Partido;
-
Una seria enfermedad al
cerebro. Esta habría sido diagnosticada en Europa en 1922. Sufría de terribles
dolores de cabeza.
-
Falta de un mayor apoyo de sus
camaradas.
En cada acción, en cada
combate que libramos, está el Maestro presente.
Marcha con nosotros en
la dura lucha de cada día.
Es bandera de todos los
revolucionarios consecuentes.