Comentario radial y escrito.
En más de medio mundo, hasta el
bolsillo perro anda tiritando; los prestamistas y bancos, agradecen devotos, a
tanto gentío mostrando a sus amigos, vecinos y transeúntes, el disfrute que da
el mercado.
Los avances integrales de nuestra civilización, sus bondades, que se muestran en los medios de comunicación, nos hacen creer que la guerra es por otro mundo.
En este tiempo de frio, les
agradezco haber estado conmigo cada domingo y lunes.
Este tiempo nuevo, de frio que se
nos viene encima, con toda mi alma de almácigo les deseo lo más lindo y bueno.
Caminando hoy despacio, y en
equilibro el segundo pie, se me vienen por arte de magia, vivires de mi
existencia.
Leí una vez un cuento escrito por
un milico bueno.
El relato, aún vive en mis
recuerdos.
“El Padre”, de Olegario Lazo
Baeza.
No lo lean solamente, estrújenlo,
conozcan la vanidad, la altanería, la angustia de una esquina.
Tratando de entender la muerte en
civilizaciones que las han vivido tanto, siento al Imperio Ingles, metiendo
opio para embrutecer la población china. Por Alepo, Damasco, Yemen, Cairo,
Beirut, palestina, Jordania; camello en pelo veo a Lawrence Thomas Edward
No poder entender, de adonde,
Europa, Eurasia, Asia, India, África, si se han matado tanto, se han masacrado
tanto, con tanta dignidad arrebatada, puedan actualmente tener habitantes y
seguir matándose.
Necesito entender.
Imagínense ustedes que, millones de años antes que se enderezara el Homos Sapiens, ya existían bosquejos nuestros, encontraron huesos de una hembra y le pusieron por sobrenombre Ardi.
Esos antepasados, no
reflexionaban, su agresividad era de tan magnitud, que les impedía poseer algún
instinto.
Si veían a otro en cercanía, lo liquidaban al tirante.
A pesar de los horrores de hoy, no son nuestra matriz.
Yo me quedo con la Lucy, es más,
nosotros; se afirmaba bien en sus piernas, sentía temor, siempre alerta, con
miedo, era curiosa, tímida, quería vivir.
No vio nunca por las llanuras de América del Norte, a un John Wayne montado en un dinosaurio.
Se hace complicado, muy complicado, vivir, la vida que llevamos.
No es que sea nuevo, inédito. El
devorar es un tiempo perenne.
Lo que pregunto es, de adonde salieron tantas mujeres, tan tempranas muchachitas madres, modeladas para aceptar traición de género y la división del trabajo. En cierto modo las invasiones, promovían el abuso milenario femenino.
Me tinca, que, por ahí, por
chiripa, el hombre, su sociedad bruta de género, formo, educo, convenció a la
mujer, que era la princesa de la casa.
Sin discutir en el campo de las ideas, de sus argumentaciones, sin el estudio, tampoco la práctica, sin la cultura, sin la moral y la ética; el saber y los conocimientos no pueden ser valores ni principios del humanismo.
Al mencionar estas cosas, tienen que haber pasado, miles de años. Ni Cleopatra estaba pensada, menos el Trauco por el sur del sur.
Siendo niño, mi padre me regalo un
libro, me sirvió para ubicarme, todavía lo estudio para entender tanta vida,
tanto planeta truncado.
“La Época Precolombina” se llama.
En nuestro continente sur, tuvimos, tenemos de todo. Podemos hacer un planeta para nosotros solos.
Sin embargo, sin las migraciones, vengan de adonde vengan, miles y miles de años caminando y quedándose, no hubiésemos jamás existido.
Muchos de nosotros, encontraron un
mismo lugar, amasaron sus experiencias, hicieron pan y se quedaron. Otros se
vieron obligados a quedarse.
La cuestión era encontrarse en casa. Los esquimales, por ejemplo, un sentido de hogar maravilloso.
Vivimos en el siglo XXI, y todavía existen caminantes o asentados que no tenemos idea de cómo se ven.
Los que saben, chismean, que por
nuestro continente 45.000 años A.C. ya andaba el habitante haciendo grupitos,
indisponiendo tribus contra tribus, haciendo alianzas, que más tarde serán
inmensos imperios heredables.
Imagínense ustedes, que el primer
imperio se asomó 2.320 años A.C.
En oriente, Asia, África, han existido imperios para tirar a la chuña.
Ya se insertaban y proliferaban en
él, las influencias, los medios pollos y sus oficios.
Los más vivarachos de esa época comían muy re bien
Al unirse, varios imperios contra
otros, al matadero y al mundo de las ideas le faltaban fosas.
Gracias a las matanzas,
exterminios, a la traición y envidia, gracias a las debilidades e ingenuidades
de los otros; las diferentes civilizaciones, con sus costumbres, sus ritos, su
cultura, sus idiomas y dialectos, sus murmures y formas de vivir y pensar,
pasaron a ser más tarde a ser oficiales y constitucionales.
Estoy hablando de cosas, que, a
Edith, esposa de Lot, quería documentarse y por copuchenta la convirtieron en
sal.
Estoy cachureando, mínimo, por
4.109 años atrás.
Los “cachativos” fueron lideres,
jefes, reyes, emperadores, hijos del sol y la luna.
Los seres humanos, no somos un
milagro, somos un privilegio, un misterio.
Y ese misterio, lleno de ideas, de interrogantes, con querer vivir humanamente de empatía vestido, solidario, lo vamos dejando encerrados en su miseria de muerte, con el solo propósito que no inquietar al 1% de los habitantes gozosos, emparentados de alguna manera por la codicia.
Entiendo, que, como seres humanos,
al desarrollo de lo cognitivo, de la reflexión y de otras ciencias, podemos
vivir un tiempo determinado y traspasar en ese lapso las experiencias vividas
para desarrollar más aún el sentido común, la conciencia social, el humanismo,
la humanidad.
por estas cosas de la razón, del
explicarse el vivir, no faltaron las ideas, las interrogantes.
¿Ese guatón hediondo y con polainas que nos mandata, como puede ser hijo de dios?
Por ahí más o menos se fue la cuestión de las ideas y, tanto viajo, que, para explicarse, encontrar la razón de las diferencias, apareció un librito titulado:
El Manifiesto Comunista de un
hereje. Carlos Marx, apoyado con banderolas y huifas por Federico Engels.
“Un fantasma recorre Europa, el
fantasma del comunismo.”
Muchos más que ese 1% de la humanidad que lo pasa chancho, los que viven otro mundo, los miles de miles que van mojados, eruditos en la pleitesía, ignorantes, sicarios, vasallos, hipocráticas, pobrerío sin clase, y con clase, criminales; esos intocables, que sellan pactos y servicios celebrando con drogas, buen vino, atendidos por mujeres provenientes de países, que, por lo general, se matan entre sí, logran escuchar la palabra comunismo; les da arcadas.
creen que la cuestión es uno “pa ti otro pa mi”.
Los que son comunistas, saben de un luchar, de un camino que recién comienza; un camino que, según los idearios, se necesita un montón de características, especialmente el desarrollo intelectual, industrial, material humano especializado, geografía.
Por eso, Carlos Marx quedo impresionado que un país como Rusia, zarista y feudal, con la inmensa mayoría de su población viviendo a duras penas.
Marx, había pensado en países como
Inglaterra, Alemania.
Yo soy un comunista que lucho para construir un país para y por su gente. Pais que necesita un Estado, una orgánica que pueda mantener a sus habitantes con sus necesidades básicas cumplidas.
Ahora, el buen vivir de cada, uno depende del aporte convertido en divisas que entrega a su Estado y su capacidad de influir en el mercado mundial.
La educación integral del país lo hace grande.
Un cirujano no va a andar con un serrucho y en bicicleta.
Lo mismo ocurre con todas las
profesiones que hacen grande a un país.
El vivir de un país que concibe la educación, la salud y la vivienda un derecho necesita de recursos inmensos, recursos que están, existen en su propia geografía, faltan los conocimientos para explotarlos.
Lo que uno es, se lo debe al Estado. Y eso, se cancela de acuerdo con la aplicación de lo aprendido.
Un criminal, un inmoral, en un pais en que todos trabajen para amasar dignidades y respetos, no tiene por aquí cabida.
El solo pensar en el fantasma, mi existencia, con todos mis errores y faltas cometidas, mis dolencias, mis gritos, mi insomnio, han valido la pena y me voy en paz.
Saco mi guitarra llevada en ristre
y la dejo en alguna esquina de mi pueblo y que la afine a su manera.
Alejandro Fischer Alquinta.
Estocolmo 20241215