Emoción y dolor en funeral
de Carlos Berger
Tras el largo calvario
desde el asesinato de Carlos Berger en octubre de 1973, la posterior
desaparición de sus restos, recién este domingo 13 de abril, su viuda la
abogada Carmen Hertz, su hijo el cineasta Germán Berger, la familia, amigos y
el Partido Comunista, junto a organizaciones de DDHH pudieron sepultar a esta
víctima de una flagrante violación de los derechos humanos, un crimen de lesa
humanidad.
Hasta el Memorial del
Detenido desaparecido y Ejecutado político en el Cementerio General llegaron
miles de personas para acompañar los restos mortales de este abogado y
periodista, director de radio El Loa de Calama durante el gobierno de Salvador
Allende, detenido y procesado irregularmente luego del golpe de Estado. Aunque
su viuda inició su defensa legal de inmediato, no pudo evitar un consejo de
guerra en su contra y la condena a 60 días de cárcel que estaba cumpliendo en
el penal de Calama.
Hasta allí llegó el general
Sergio Arellano Stark, por instrucciones del general Pinochet para “acelerar y
“simplificar los procesos y condenas”. En estas circunstancias se ordenó el
traslado de 25 detenidos al desierto de Atacama donde fueron cruelmente
fusilados.
El drama continuó con la
búsqueda de sus restos cuyo paradero fue ocultado deliberadamente con un pacto
de silencio luego que fueran exhumados ilegalmente y hechos explotar con
dinamita en el desierto, en un último y vano esfuerzo por hacerlo desaparecer
definitivamente.
La larga lucha de los
familiares debió continuar hasta que, recientemente el Instituto Médico Legal
logró identificar pequeños trozos de huesos que fueron entregados a su viuda.
Este domingo, el actor José
Secall inició el acto solemne en el cementerio al que asistieron, el presidente
del PC Guillermo Teillier, la presidenta de la AFDD, Lorena Pizarro; los
parlamentarios Sergio Aguiló, Patricio Hales, Camila Vallejo y Karol Cariola,
Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, Angela Jeria, José Goñi, el doctor Patricio
Bustos, el presidente del Colegio de Periodistas, Marcelo Castillo, y otras personalidades.
Javiera, Angel Parra y
Manuel Garcìa ofrecieron el tributo musical e intervinieron, Lorena Pizarro,
Guillermo Teillier y Germán Berger antes de las palabras finales de Carmen
Hertz y una emotiva presentación de Jorge Coulon con Inti Illimani.
De la intervención de
Guillermo Teillier
“Vengo a nombre del Comité
Central y de cada uno de los integrantes del Partido Comunista de Chile a
rendir nuestro sincero, cariñoso y solemne homenaje a quien fuera un activo y
destacado militante de sus filas, colaborador del diario El Siglo y de la
revista Ramona, que al 11 de septiembre de 1973
se encontraba destacado en
Chuquicamata cumpliendo labores en el ámbito de las comunicaciones, en estrecha
relación con los trabajadores y la CUT, para lo que hacía escuchar su voz, en
defensa de la obra del gobierno, que encabezaba nuestro Presidente Salvador
Allende Gossens, a través de las ondas de radio El Loa.
Me referiero a nuestro
querido compañero Carlos Berger Guralnik, abogado y periodista , quien, por su
calidad y lealtad con el proceso de cambios revolucionarios cumplía con la
misión de poner de relieve ante el país y el mundo el proceso de
nacionalización del cobre, que tenía una trascendental importancia para el
desarrollo de nuestro país.
La trágica historia de su
asesinato se ha transformado en uno de los símbolos del asombro de millones de
chilenos y chilenas conmocionados y golpeados por la cruda y terrible realidad
de los crímenes cometidos por la dictadura que encabezó Augusto Pinochet.
Carmen Hertz, destacada
abogada, reconocida defensora de los derechos humanos, que era su compañera y
que lo defendió desde el momento mismo de su detención el 11 de septiembre de 1973
y ante el Consejo de Guerra al que fue sometido, pudo al fin, después de 40
años, con motivo de la conmemoración del Golpe de Estado, dar a conocer su
testimonio a todo el país, en especial por las pantallas de televisión, sobre
los nefastos hechos ocurridos el 19 de octubre de 1973, cuando Carlos Berger,
que había sido condenado a una pena de apenas 60 días de prisión, es raptado y
ejecutado de manera alevosa, en pleno desierto de Atacama, junto a otras 25
personas, por la criminal Caravana de la Muerte comandada por el general
Arellano Stark, quien actuaba por orden directa de Pinochet; Caravana que, como
sabemos, recorrió Chile sembrando el terror con el asesinato de personas
inocentes.
Son miles los ejecutados políticos, son miles los
detenidos desaparecidos, son decenas de miles los torturados, centenares de
miles los detenidos, exiliados, exonerados, provocados por la dictadura. Aún no
conocemos exactamente la cuantía de los crímenes de lesa humanidad cometidos
por el régimen dictatorial, pero sabemos del dolor y de la impotencia ante la
falta de verdad y de justicia en la mayoría de los casos.
Cómo no reconocer ante
ello, en primer lugar, la labor extraordinaria de las agrupaciones de
familiares de detenidos desaparecidos y ejecutados, de abogados de derechos
humanos y a magistrados que han logrado notables avances en las investigaciones
y búsquedas de los restos de los compatriotas víctimas de la represión, así
como la colaboración del Servicio Médico Legal, del Departamento
correspondiente de la PDI y otros servicios.
Pero ello no basta, porque
hay casos de denegación de justicia y reparación y una falta de verdad que hace
imposible cerrar las heridas. La impunidad aún condiciona nuestra convivencia
democrática.
El lado más oscuro de esta
impunidad es la falta de moral y de ética de quienes no han sabido reconocer
sus responsabilidades ni dar muestras de arrepentimiento y ofrecer su
colaboración en la construcción de una democracia no condicionada al peligro de
otra aventura golpista. Confunde, preocupa y crea desconfianza que
parlamentarios de derecha vayan a otro país a “solidarizar” con quienes
propician la violencia, la desestabilización y el golpe como salida a las
diferencias políticas. Al parecer no quieren aprender de la lección de Chile o es
que entienden las cosas absolutamente al revés.
Es del todo válida esta
reflexión cuando estamos en un momento político distinto en nuestro país, con
un gobierno electo por una amplia mayoría que se propone transformaciones
profundas y un proceso de democratización y de más justicia social que choca
con lo instalado como casi inamovible e inalterable bajo dictadura, más aun
cuando en un diario reconocidamente partidario del golpe y de la dictadura se
editorializa afirmando que la mayoría no puede cambiar un país y además, en
primera instancia se niega a publicar en su obituario la convocatoria al
funeral de Carlos Berger.
Nuestra esperanza está
puesta en que millones hoy en Chile estamos unidos en la necesidad de verdad y
justicia, que rechazamos la impunidad.
Carmen Hertz tiene todo ese
respaldo solidario cuando reclama por más justicia, así como la tienen todos
los familiares de víctimas de la dictadura. Ya no es la soledad de lo que en
algún momento fue un grito testimonial, porque es la causa de todo un pueblo.
Deben tomar nota de ello el
Poder Judicial, el Parlamento, el Ejecutivo y todos los partidos políticos.
Sabemos que hoy estamos
dando sepultura a minúsculos restos óseos porque consciente de sus crímenes el
tirano mandó a hacer desaparecer los restos ya destruidos por sus esbirros al
momento de la ejecución. No sé si la palabra exacta es dar sepultura, más bien
me parece que estamos sembrando una luz de verdad y esperanza, porque los
pequeños restos, los huesos minúsculos de nuestros compañeros tienen tanta
fuerza como las ideas justas que se anidan en nuestras mentes y que son las que
nos mueven a seguir luchando con más fuerza por ellas”, concluyó el diputado
Guillermo Teillier.
Fuente: www.pcchile.cl