Comentario radial y escrito.
Mi país, mi pueblo asalariado, ese
que vende su fuerza de trabajo al amo de cualquier medio de producción, o de
servicios, ese que gana su salario al interior de un cerro, o mar adentro, esos
que se encaraman a un tractor, aquellos que tienen un pizarrón por las espaldas
y una infancia, juventud maravillosa por delante, esos que se pierden entre
tubos de ensayos o admirando y desarrollando cibernética, inteligencia
artificial, esos que comunican; todos,
en patota, están colocando al pie del huracán, una disyuntiva moral, ética,
revolucionaria, que puede ir en beneficioso de todo mi hermoso pueblo, pueblo
solidario con sus puertas abiertas, a toda inmigración leal, necesaria.
Todo dependerá de la fuerza propia
y de sus correlaciones.
Y, más aún, dependerá del
reflexionar del pueblo común.
Ese que anda a pata y en auto.
El voto, hijo del árbol, es el
arma del intelecto.
Uno quiere, políticamente, ir
desmalezando y lo hace de acuerdo con la razón del raciocinio, con el entender
del porqué de la lucha de clases, de sus recovecos y espantapájaros; y la
cuestión no es fácil.
No, no es fácil, porque el GRAN
CAPITAL lo sabe mejor que nosotros, y, utiliza todo su poder acumulado en la
historia de la humanidad, y, condensa un sentido común, que lo viste y protege
en contra nuestra.
Es una cuestión que se asemeja, al
hacer del “Centralismo Democrático” de los comunistas.
Un arte de lo orgánico, que se
aplica por todos lados, en la Iglesia católica, por ejemplo, en el poder
militar, instancias entendidas y bendecidas, en el trajín de un banco, incluso
en el machismo, tan varonil él, pero, si las practica el Partido Comunista, es
antidemocrático, dictatorial, malvado.
Eso de “la luz al final del túnel,
es más bien un fosforo encendido, expuesto a la menor brisa o soplo.
Sin embargo, la historia que
escribe a diario mi Chile flaco, me invita rebelde, contento, jugar al “Cachipun”.
Para estar más seguro, me urge
explicarme algunas cosas que no se dicen, y, lo hago con la puerta abierta,
creyendo también, que las paredes tienen oídos.
Que un obrero tipógrafo, junto con
otros socialmente interrogantes y hasta los tuétanos convencidos que lo estaban
haciendo bien, hayan logrado crear un partido Marxista Leninista, metido en el
alma del asalariado de hoy, de ayer y de mañana, del intelectual, del joven,
por más de 113 años; es, para que la derecha y sus perros de presa, hoy, un
tanto desobedientes e insolentes, se anden santiguando.
El fascismo, el nazismo, el
sionismo, engendros del GRAN CAPITAL andan hoy, muy desobedientes y quieren
tragarse toda Gaza.
Que pasara en septiembre en las
Naciones Unidas, cuáles serán los estados soberanos a reconocer, harán la vista
gorda al sionismo.
Sera lo mismo acontecido en Libia,
en Irak.
¿Será así?
Volviendo a mi flaco, y grito que,
la aplicación de una táctica y estrategia se asoma, Jeannette Jara Román a la
palestra. Hay que hacer con el fosforo una fogata, que alumbre un nuevo tiempo
de vivir.
Hermanos de Amaranto, ando más hinchado
que el “Mote con Huesillo”
Eso de urgirme cosas, de gritar
lejano, de advertir de ese enjambre de falacias, de una dicotomía infernal que
pretende, demonizar el hacer de una alternativa de izquierda, progresista me
tiene agarrando piedras.
Tengo miedo a los “cuchillos
largos”.
Si admite el poderoso, más de
60.000 palestinos masacrados, si admite el hambre estructurado en Palestina,
que pasara con tanta rebeldía nuestra social.
Cachuo estoy con algunos
periodistas como Tomás Mosciatti, que trata desesperado, decires de otros, sin
mirarse ni por cachativa al espejo; por ejemplo, a lo Larry King, manifiesta
que Jeannette Jara Román, “quiere parecer lo que nos es”.
En otras palabras, la condena al
cadalso por ser militante comunista.
Y se tira como vaquilla en celo,
en contra del Partido Comunista de Chile.
Partido que jamás ha estado
involucrado en utilizar la violencia, la muerte, el crimen, la traición, la
tortura, para conseguir sus objetivos.
Al contrario, su credo es llegar
al poder político a través del raciocinio, de la reflexión del pueblo, al cual
pertenece y le debe su existencia.
Una vez, se asomó a las armas, y,
fue, para desestabilizar un esperpento de gobierno y crear una situación
revolucionaria en un pais mandatado por el fascismo bestial.
¡La liebre salto, y, un apurado
Arco Iris se asomó!
No tiene por qué existir el rico
sin razón y el pobre con razón. Necesito llamar al ejercicio del “Pensamiento
Crítico”.
Me pillo cantando “La
Internacional” y me abofeteo.
Se me asoma Lenin y me dice: “Un
paso para adelante, dos para atrás”
Cuando se sabe de la dialéctica
del hambre y del poder, la dialéctica del despecho, yo entiendo la paciencia
del pirquinero, de esos heroicos, que en el norte, inventaron la alegría del
pan.
Me obligo a gritar mi conciencia
de clase, de su rol histórico, que comenzó de a poquito.
Yendo a buscar “el siglo”,
sabiendo de Cipriano Pontigo y leyendo la lucha del pueblo chino por construir
su país inmenso; ese pueblo vestido de azul y en bicicleta.
Tanto fue, que exigí, no recuerdo
a quien, me comprara una camisa Mao.
¡Linda mi camisa!
Luego se vino mi hermosa Cuba,
Vietnam.
Me invente a Fidel, a Camilo, al
Tío Ho, se me vino tarde Elías Laferte, se eme viene todos los días, Gaspar
Diaz.
Imagínense ustedes, que toda la
existencia actual como pais, como continente americano, como continente
europeo, no es otra cosa, que el resultado de guerras fratricidas,
colonialistas, de hegemonías imperiales, por conseguir y dominar todas las
pulperías, todas las pilastras de moda, todas las tierras conocidas y no
conocidas.
El Imperio Ruso contra los
británicos, los británicos contra los franceses y españoles, los italianos
contra alemanes y portugueses, los turcos revolviendo a lo antaño.
Oiga usted, igual que en la guerra
civil española, la sangre corría por las calles y campos de toda Europa.
Las matanzas era una forma de vida
y de posesiones.
Los más astutos, casaban a sus
hijas, con algún medio enfermo de la cabeza, hijo de algún rey, o, le chantaban
a un rey que no tenía descendencia, a una niña de 11 años.
Al final, el matrimonio, entre
primos y suegros era como para escribirlo en El Mercurio.
Por eso, esa cuestión de la
Bastilla me pone cachuo.
Prefiero entender las
consecuencias de la revolución Industrial y el muestreo cruel e inhumano de la
explotación del hombre por el hombre.
Maquiavelo, ese que escribió El
Príncipe, decía que, “el fin justifica los medios”, también decía, que, el
hacer de la política, sin los respetos a las ciencias, a los códigos morales,
son solo ambiciones, codicia, odio, terror.
Al mismo tiempo, justificaba la
guerra, la utilización de las armas, única manera, igual que ahora, de poseer
la riqueza y mantenerse cerca de los dioses.
Quedaba a la pinta con dios y con
el diablo.
Este pensar, me asoma cruel,
incrédulo, ese trato de nuestro gobierno actual, con la NATO.
Cualesquiera que sean estos, los
niveles de correspondencia.
La NATO, es una tragedia infernal
para los países del tercer mundo.
Para Palestina es la muerte.
Un ministro israelí, de extrema
derecha, Itamar Ben Gvir encargado de la Seguridad Nacional, declaro:
«Mi derecho, el derecho de mi
esposa y mis hijos a moverse por Judea y Samaria, es más importante que la
libertad de movimiento de los árabes».
Compatriotas del Cono Sur; la
lucha de clases se nos viene argüida, tenemos hoy, la posibilidad de reír, de
ser felices, sin empuñar la muerte, basta con votos en las urnas.
La cuestión es complicada, muy
complicada, vean ustedes como estrujan a Sandino en Nicaragua, como les
gustaría arrugar a mi amada Cuba, como arrinconan a Venezuela, como mataron
Libia, Yugoslavia, Afganistán, Irak, Granada…Y todo, por querer lo mismo que
Salvador Allende, compañero heroico.
Alejandro Fischer Alquinta.
Estocolmo 20250809