A 55 AÑOS DEL TRIUNFO POPULAR:
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
El gran enemigo de la Unidad
Popular tenía su sede en el exterior. Era el imperialismo estadounidense. Hacia 1970, 110 empresas estadounidenses tenían inversiones en Chile por un total de
alrededor de 1 mil 500 millones de dólares.
.
Por ello, en cada ocasión en que
se evidenció la posibilidad del triunfo del candidato antiimperialista Salvador
Allende, aumentaron su intervención en Chile la CIA, la ITT y otras entidades
de Estados Unidos. Y ese peligro para los consorcios extranjeros estuvo
presente desde las elecciones del 4 de septiembre de 1958, cuando quedó
demostrada la gran fuerza electoral de la Izquierda chilena.
LA “SANTA ALIANZA” CONTRA LA UNIDAD POPULAR
En plena campaña presidencial del
70, ante la envergadura que tomaba la campaña de la Unidad Popular, la CIA y la
ITT coordinaron sus acciones. El 16 de julio de 1970 se reunieron Harold
Geneen, Presidente Mundial de la ITT, con William Broe, director de la CIA para
América Latina - servicios clandestinos.
Esta conversación tuvo lugar en el
Hotel Sheraton Carlton de Washington. Geneen informó que la ITT estaba dispuesta
a entregar a la CIA más de un millón de dólares para impedir un posible triunfo
de Allende.
Ya estaba constituida la
"santa alianza" contra la Unidad Popular. La formaban el gobierno de
Estados Unidos, la CIA, las transnacionales con inversiones en Chile; más sus
aliados locales: la oligarquía, la derecha de la Democracia Cristiana y el
sector fascista de las Fuerzas Armadas. Los unía sus intereses de clase,
reflejados en su anticomunismo.
Según antecedentes entregados
en el
Informe de la Comisión Church del Senado norteamericano, la CIA invirtió
en acciones de técnicas encubiertas en Chile, entre 1963 y 1973, la cantidad
de13 millones 400 mil dólares.
LUIS CORVALÁN MAÑANA DEBEMOS TRIUNFAR
El 3 de septiembre, Luis Corvalán,
Secretario General del PC, pronunció un discurso por cadena de radioemisoras. Llevaba
por título "Mañana debemos triunfar" y en él afirmó:
"El momento que vivimos es
favorable al triunfo y al éxito... El día de mañana es decisivo. De la
movilización masiva y a primera hora hacia las urnas, de la vigilancia de los
apoderados en cada mesa, del control de los cómputos, del desbaratamiento de
toda martingala, de la actitud de cada uno de nosotros puede depender, en
último término, el resultado que arrojan las urnas...
"En manos del pueblo está su
futuro. El Partido Comunista lo llama a emplearse a fondo en la batalla de
mañana, a elegir a Salvador Allende presidente de la república y a seguir
caminando unido en pos de sus nuevos destinos."
VIERNES 4 DE SEPTIEMBRE DE 1970
Desde antes de las 7,30 comenzaron
a llegar los vocales y apoderados de las mesas en los diversos lugares de
votación. Había nerviosismo, tensión, expectación en el ambiente.
A las 8, empezaron a desfilar los
ciudadanos. Emitían su voto, algunos después de hacer fila durante horas. Las
radios y la televisión hacían reportajes, entrevistas, adelantaban vaticinios.
Las mesas que habían iniciado su
funcionamiento a las 8, cerraron la votación a las 16. Las otras debían seguir
recibiendo electores hasta cumplir las 8 horas establecidas en la Ley de
Elecciones. Comenzaron los escrutinios. En cada mesa se repetían las mismas
escenas: alegría en los rostros de los partidarios del candidato, cuyo nombre
leía el presidente de la mesa en la Cédula Única.
Ni un alma en las calles. Toda la
gente junto al televisor o la radio. La mayoría, en sus casas. Los dirigentes
en los locales de las candidaturas.
A las 20 horas, según escribe
Ignacio Gayango en “Chile: el largo camino político al golpe”, página 8: "El Ministro del Interior, Patricio
Rojas, avisaba telefónicamente a Jorge Alessandri que su candidatura iba
triunfando; al mismo tiempo, el Subsecretario retardaba por varias horas la
entrega de cómputos."
Los resultados parciales daban
leve ventaja a Salvador Allende, que no votó en esa ocasión por estar inscrito
en Punta Arenas. Los periodistas de radio y televisión contribuían a crear
confusión, algunos repetían una y otra vez que” Allende lleva la delantera,
pero que aún falta la mayor parte de los resultados de las mesas de mujeres y
ahí...”
A las 22 horas tanques del
Ejército aparecieron en el centro de Santiago. Rodearon La Moneda.
Cerca de la medianoche, Chile
estalló en gritos, abrazos, lágrimas de alegría y banderas. Faltando cinco
minutos para las 24 horas, el general Camilo Valenzuela, comandante general de
la Guarnición de Santiago, comunicó a Salvador Allende, en nombre del ministro
del Interior y de las Fuerzas Armadas, que había obtenido la primera mayoría
relativa y que el Gobierno autorizaba la celebración de un mitin de sus
partidarios a las 0 horas y 30 minutos.
Jóvenes democratacristianos
salieron a la calle y se abrazaban con los de la Unidad Popular. El candidato
de su partido fue el primero en reconocer el triunfo de Allende. En un gesto
generoso y de hidalguía envió a éste un telegrama en que le dice:
"Salvador, felicitaciones por la victoria. Más honrosa mientras más dura y
difícil. Ella le pertenece al pueblo, pero también es tuya. Radomiro
Tomic." (Citado por José Lavretski en “Salvador Allende”, página 118)
Pero la derecha del PDC no tuvo
igual actitud. Al contrario.
Por su parte, la reacción
-asustada con su propia propaganda del miedo- se escondía en sus casas y
palacetes. Cerraron a machote puertas y ventanas. Algunos preparaban las
maletas para salir del país. Otros, comenzaron a conspirar para cerrarle el
camino hacia La Moneda al pueblo. Esa misma noche crearon el grupo fascista
"Patria y Libertad".
La gente allendista salió a la
calle, alegre, entusiasta, eufórica, pero serena y disciplinadamente. No hubo
nada parecido al caos, a la invasión de los barrios de los ricos, que anunciaba
la campaña del terror.
MADRUGADA DEL SÁBADO 5 DE SEPTIEMBRE DE 1970
El acto del 4 se inició al empezar
el 5 de septiembre. Fue en la Alameda, frente a la sede de la Federación de
Estudiantes de Chile, FECH.
Desde uno de sus balcones habló
Allende al país. Agradeció el apoyo recibido. Recordó que esta victoria es
fruto de una larga y difícil lucha. Evocó a quienes la hicieron posible.
“Esto que hoy culmina es una larga
jornada” –dijo el candidato triunfante. “Yo sólo tomo en mis manos la antorcha
que encendieron los que antes que nosotros lucharon junto al pueblo y por el
pueblo”.
Tenía razón, una vez más, Allende.
Lo ocurrido ese 4 de septiembre no fue algo espontáneo. Era el resultado de un largo proceso de
unidad y de luchas. Un camino iniciado, en los albores del siglo XX, por un
obrero tipógrafo llamado Luis Emilio Recabarren. Y en ese proceso los
comunistas jugaron un importante rol.
Esa madrugada, Allende contrajo un
compromiso:
"Para los que están en la
pampa o la estepa, para los que me escuchan en el litoral, para los que laboran
en la precordillera, para la simple dueña de casa, para el catedrático
universitario, para el joven estudiante, el pequeño comerciante o industrial,
para el hombre y la mujer de Chile, para el joven de la tierra nuestra, para
todos ellos, el compromiso que yo contraigo ante mi conciencia y ante el pueblo
-actor fundamental de esta victoria- es ser auténticamente leal en la gran
tarea común y colectiva. Lo he dicho: mi único anhelo es ser para ustedes el
Compañero Presidente."
Más adelante, emocionado, señaló:
Y finalizó categórico: "A la lealtad de ustedes, responderé con
la lealtad de un gobernante del pueblo; con la lealtad del Compañero
Presidente." (Editora Quimantú:
“Allende. Su Pensamiento Político”, página 13)
Horas después, se conocieron los
cómputos oficiales. Concurrieron a las urnas 2.954.799 electores. Allende
obtuvo 1.070.334 votos, un 36,22% del total; Alessandri, 1.031.159 votos, un
34,9% y Tomic, 821.801, un 27,81%. Votos nulos y en blanco, 31.505.
La victoria del 4 de septiembre de
1970 abrió el camino, un difícil camino,
hacia el Gobierno Popular encabezado por Salvador Allende.
COMIENZAN LOS 60 DÍAS AL ROJO
Difícil, complicado, lleno de
peligros, fue el período comprendido entre el 4 de septiembre y el 3 de
noviembre de 1970.
La "santa alianza" del
imperialismo y la reacción criolla no escatimaron esfuerzos ni medios en sus maniobras para
impedir que Salvador Allende llegara a La Moneda. Los fascistas civiles se
organizaron el mismo 4 de septiembre.
LOS DOS PROYECTOS DE LA CIA
La CIA elaboró dos proyectos
principales para que sirvieran de base a las acciones contra el movimiento
popular. Sus nombres en clave eran Track I y Track II (Vía I y Vía II).
Para contribuir a su realización,
llegaron a Chile 400 agentes de la Agencia en septiembre, que se agregaron a
los de la Estación de la CIA, que funcionaba desde antes en Santiago.
LA “FÓRMULA ALESSANDRI”
El Proyecto Track I fue conocido
como "Fórmula Alessandri". Según el Informe Church "consistía en
inducir una cantidad suficiente de votos parlamentarios para elegir a
Alessandri, en el entendido que éste renunciaría de inmediato, abriendo así el
camino para una elección especial en que Frei podría legalmente presentarse
como candidato." (Informe Church,
citado por “El Siglo”, del 11 al 17 de septiembre de 1993, página 2)
Jorge Alessandri, el derrotado
abanderado de la oligarquía, dio su aprobación al plan de la CIA.
El entonces presidente de la
República y la derecha del PDC apoyaron este camino. Un Memorándum de la ITT
afirmaba:
"Frei y su partido (por lo
menos el grupo que él comanda) tiene un profundo interés en esto (la
"fórmula Alessandri". Nota del autor) por dos razones: bloquearía la
asunción al poder de un Marxista, y también daría a los democratacristianos una
posibilidad de retomar el poder, respaldados esta vez por los partidarios de
Alessandri."
(Documentos Secretos de la ITT,
página 13)
En otro Memorándum
se sostiene:
"Los diarios de 'El Mercurio'
son otro factor clave. Es extraordinariamente importante mantenerlos vivos y
publicando entre ahora y el 24 de octubre. Son la única voz francamente
anticomunista que queda en Chile y están bajo gran presión, especialmente en
Santiago. Este puede resultar el talón de Aquiles de la gente de
Allende." (Ibidem, página 10)
LAS FUERZAS POPULARES A LA OFENSIVA
La ciudadanía que había dado a
Allende la primera mayoría relativa estaba
decidida a no dejarse escamotear la limpia victoria. Las fuerzas
populares se movilizaban. Actuaban activamente los comités de la Unidad
Popular, CUP.
Tuvieron lugar actos de apoyo al
triunfo de la Izquierda. Especialmente impresionante fue el mitin efectuado en
Santiago el domingo 13 de septiembre. En esa concentración Salvador Allende
afirmó:
"La Unidad Popular no se
niega al diálogo con la Democracia Cristiana... Los puntos de duda que pudieran
albergar están resueltos con claridad meridiana en el Programa que hemos
entregado al pueblo." (Revista
“•Ercilla” N. 1834,
El 14, el Partido Comunista
realizó un Pleno de su Comité Central. En el Informe, entregado por Orlando
Millas, se sostuvo:
"El Partido Demócrata
Cristiano tiene perfecto derecho, de acuerdo con su gravitación electoral,
parlamentaria y política, a participar en este diálogo con la Unidad Popular. Lo
que nosotros hemos objetado es que pretenda erigir cualquier especie de monopolio
sobre la democracia, que no pretendemos ejercerlo los partidos de la UP y que
nos parece que tampoco corresponde que los vaya a ejercer otro
partido." (Revista
“Ercilla”N.1840,
LA DEMOCRACIA CRISTIANA
En el seno del PDC existía una
dura confrontación entre las posiciones de izquierda y de derecha. Radomiro
Tomic, líder de la primera, había señalado:
"El resultado del 4 indica
que un tercio se pronunció por el pasado con Alessandri y dos tercios se
volcaron por seguir en la acelerada política de cambios estructurales que
inició Frei." (“Ercilla” N. 1839,
Consecuente con ello, el
excandidato democratacristiano, planteó la necesidad de apoyar a Allende en el
Congreso Pleno del 24 de octubre, a condición de que éste aceptara el Estatuto
de Garantías.
Se llamaba así un documento
elaborado por una comisión formada por los senadores Prado, Fuentealba y
Aylwin; además del vicepresidente del partido Jaime Castillo y el diputado Luis
Maira.
Las principales garantías
planteadas por la DC eran:
1. Respeto
por el Estado pluralista chileno:
2. Mantener
el carácter no deliberante de las FF.AA.;
3. Educación
pluralista;
4. Funcionamiento
de la organización sindical;
5. Garantías
administrativas;
6. Precisión
de las reformas constitucionales; y
7. Respeto
a los principios y organización del PDC.
Todos estos puntos no sólo estaban
contemplados en el Programa Básico de Gobierno de la UP, sino que eran
postulados levantados por los partidos de la Izquierda.
Como una manera de garantizar el
cumplimiento del Estatuto, la DC puso como aval a las Fuerzas Armadas y exigió
la incorporación de sus demandas a la Constitución Política del Estado.
El lunes 22, la DC ratificó el
Estatuto con una plataforma concreta. Al día siguiente, se iniciaron las
conversaciones entre Salvador Allende y los dirigentes democratacristianos.
El Partido Demócrata Cristina
acordó apoyar a Allende en la votación del Congreso Pleno. Ello sepultó la
“fórmula Alessandri”.
MOVIMIENTO SEDICIOSO DE MILITARES CRIOLLOS
Los enemigos de Allende estaban
desolados. Un documento de la ITT, fechado el 16 de octubre y enviado por Hal
Hendrix a E.J. Gerrity, advertía:
“A menos que haya un movimiento
por parte de elementos militares disidentes a mediados de la próxima semana, el
consenso en Santiago es que Salvador Allende triunfará fácilmente en el
Congreso Pleno del 24 de octubre y asumirá como presidente el 4 de noviembre.” (“Documentos
Secretos de la ITT”, página 40)
Entre los uniformados de “alto
rango” involucrados en el movimiento sedicioso estaban el General de División,
comandante de la Guarnición de Santiago, Camilo Valenzuela Godoy; el
Vicealmirante y Comandante en Jefe de la Primera Zona Naval, Hugo Tirado
Barros; el comandante de la FACH, Carlos Guerraty, y el Director General de
Carabineros, Vicente Huerta.
El plan consistía en derrocar el
Gobierno de Frei a través de un golpe e instaurar una Junta Militar, encabezada
por el general Camilo Valenzuela. Con ello le cerrarían el paso a Salvador
Allende.
Un obstáculo se alzaba ante los
sediciosos: el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau.
Este tenía a la fecha 41 años. Oficial
de Estado Mayor, de brillante carrera; designado Comandante en Jefe el 23 de
octubre de 1969.
EL PARTIDO COMUNISTA Y LAS FF AA
Luis Corvalán escribió:
“Apenas conocido el resultado de
las elecciones del 4 de septiembre de 1970, el enemigo buscó afanosamente el
golpe de Estado para impedir que Salvador Allende asumiera la Presidencia de la
República. Con tal fin, confió en el carácter de clase de las FF.AA. y trató de
usarlas a su favor.
“En esas circunstancias, Salvador
Allende y los partidos de la Unidad Popular entraron en un diálogo activo con
las diversas instituciones militares. A nuestro partido le correspondió un
papel especial en este diálogo en relación con el Ejército. Los compañeros
Volodia Teitelboim, Américo Zorrilla y José Cademártori mantuvieron diferentes
reuniones con varios generales y fueron los principales intermediarios entre
ellos y el compañero Allende. El compañero Allende tuvo en alta estima estos
contactos.” (Corvalán Luis: Informe al
Pleno del Comité Central del PC, agosto de 1977.Ediciones Colo-Colo, página 26)
EL SEDICIOSO PRESIDENTE FREI MOTALVA
El presidente Eduardo Frei
Montalva jugó un papel importante en la
realización de los proyectos antipopulares elaborados por la Agencia Central de
Inteligencia estadounidense.
En el ya citado Memorándum de la
ITT, de fecha 17 de septiembre, se sostiene:
“El Presidente ha dicho en privado
a sus más próximos colaboradores, a Alessandri y a un visitante del
Departamento de Estado durante el último fin de semana en Viña del Mar, que no
se puede permitir que el país se vuelva comunista, y que es preciso impedir que
Allende llegue al Gobierno. Sin embargo,
en público se mantiene fuera de la pelea hasta ahora... Nunca se le ha visto
demostrar coraje en la quemada; enfrenta el dilema de no querer que se le acuse
ni de entregar Chile al dominio comunista, ni de contribuir a una posible
guerra civil... “
Por eso – agrega el documento de
la ITT – el embajador Edward Korry “no ha dejado a Frei tranquilo un momento,
hasta el punto de decirle que ‘se ponga los pantalones’.” (“Documentos Secretos de la ITT”, página 12)
EL NO MUY EXTRAÑO EPISODIO VIVIDO POR EL GENERAL PRATS
El General Carlos Prats, cuando ocupaba
el cargo de jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional vivió un episodio que él relata así:
“El viernes 25 de septiembre (de
1970) me ocurre lo más insólito que podía esperar de ese tenso juego de
muñequeo a que se nos sometía. A las 9,30, un destacado democratacristiano me
plantea directamente, en actitud nerviosamente complacida, que ante la
intransigencia de Schneider (Comandante en Jefe del Ejército) para detener a la
Unidad Popular, el presidente Frei estaba dispuesto a que yo encabezara un movimiento
que lo derrocara y enviara al extranjero... “
“Enseguida desarrolla su plan:
había que ‘apoderarse de noche de La Moneda, enviar a Frei al extranjero,
cerrar el Congreso, suspender la vigencia de los partidos políticos, utilizar
en cargos claves a gente de confianza que ellos podrían señalar y, normalizada
la situación, llamar de nuevo a elecciones’. Yo escuchaba hipnotizado al
caballero de arquitectura de la época victoriana... “
“Calmadamente, le respondo que me
extrañaba que todo lo dicho se me transmitiera por su conducto y no por
intermedio del ministro Ossa... “
“Que el plan maestro que me había
expuesto era muy cómodo para la DC, pero que iba a conducir a un desastre
nacional más grave que el que se trataba de evitar y que los militares no teníamos
por qué mancharnos de sangre las manos exclusivamente para resolver por la
fuerza un dilema que es de exclusiva solución política... “
“Mi interlocutor queda
desconcertado y me dirige una mirada ceñuda cuando me retiro.” (Prats González, Carlos: “Memorias”, páginas
173, 174 y 176)
LA “OPERACIÓN ALFA”
Paralelamente a la “fórmula
Alessandri”, la CIA impulsaba el Proyecto Track II. Según el Informe Church, la
llamada “segunda vía” fue iniciada “por el presidente Nixon el 15 de
septiembre, cuando instruyó a la CIA para que jugara un papel directo en la
organización de un golpe militar en Chile.”
(Informe Church, página 71, citado por “El Siglo” del 11 al 17 de
septiembre de 1993, página 2)
La Embajada de Estados Unidos en
Santiago era un activo centro contrarrevolucionario. El 15 de septiembre, el
embajador Edward Korry, que ocupó ese cargo entre octubre de 1967 y octubre de
1971, recibió un mensaje del Departamento de Estado dándole luz verde para
actuar en nombre del presidente Richard Nixon.
Los fascistas confeccionaron la
llamada “Operación Alfa”. Su objetivo: secuestrar al Comandante en Jefe del
Ejército. Fallaron en dos oportunidades
el 19 y el 20 de octubre de 1970.
.
El jueves 22 de octubre de
Luego de impartirse las últimas
instrucciones, se dirigieron en sus vehículos a la esquina de Martín de Zamora
con Américo Vespucio. Allí esperaron. Conocían bien el recorrido habitual que
realizaba el General Schneider. Cada uno se ubicó en el lugar asignado. Todos
estaban armados y contaban con los elementos necesarios.
Minutos después de las 8 salió el
Comandante en Jefe de su hogar. Se ubicó en el costado derecho del asiento
trasero del Mercedes Benz, modelo 1966. Su conductor era el Cabo Primero
Leopoldo Mauna Morales. Se inició el acostumbrado camino.
En la esquina de Sebastián Elcano,
donde debían doblar a la derecha, se les adelantó un Fiat 1500, de color
blanco. No les llamó esto la atención. Pero si se hubieran fijado mejor,
habrían reparado en un pañuelo en el espejo retrovisor exterior. Era la señal
para indicar que es el coche guía del operativo.
En el recorrido por Martín de
Zamora hacia el poniente, el Mercedes Benz fue sobrepasado por otro vehículo de
los fascistas que, junto al Fiat blanco, marcharon precediendo al General.
Al cruzar la calle Soria, un Jeep
Willys se ubicó detrás del Mercedes. Poco antes de llegar a Américo Vespucio,
un Dodge Dart azul maniobró de tal manera que obligó al chofer militar virar
hacia el lado sur de Martín de Zamora, por el cual continuó su recorrido. Al
Jeep Willys se le sumaron otros tres vehículos.
A pocos metros de Américo
Vespucio, los coches que precedían al Mercedes frenaron bruscamente, obligando
a éste a detenerse. El Jeep lo chocó por detrás, inmovilizándolo.
De inmediato, Jaime Melgoza Garay
corrió hacia el costado izquierdo del auto del General Schneider. Llevaba una
pistola Colt en la mano. Con él, se acercaron otros dos terroristas. Uno de
ellos, con un combo, rompió el vidrio trasero de ese lado. Simultáneamente
otros tres individuos se aproximaron por la parte derecha. Uno de éstos, con
otro combo, destrozó el vidrio trasero de su lado.
Producido el primer rompimiento de
vidrios por el costado izquierdo del coche militar, el General Schneider,
presumiblemente habría tomado su pistola Star calibre
Un Memorándum de la ITT, enviado
por Hal Hendrix a Edward J. Gerrity, con fecha 22 de octubre, informaba:
“Bob Berrellez llamó desde
Santiago para informar que poco después de las 8 horas de hoy se había
producido un atentado contra la vida del General René Schneider, Comandante en
Jefe del Ejército de Chile...
“Los observadores –agregaba–
especulan que el atentado es una revancha contra Frei que no habría impedido
asumir a Allende o un atentado para provocar una violenta reacción de la
extrema izquierda. Lo último es considerado improbable por la rígida disciplina
lograda por el Partido Comunista.” (“Documentos Secretos del ITT”, página 55)
El General Prats relata: “El
jueves 22 de octubre me encontraba trabajando en mi oficina del quinto piso del
Ministerio de Defensa Nacional, cuando a las 8,30 suena el citófono interno y
siento la emocionada voz del ayudante del Comandante en Jefe, comandante
Santiago Sinclair, quien me avisa apresuradamente que Schneider ha sido víctima
de un atentado, que está herido y que fue trasladado al Hospital Militar.
“Parto con el General Manuel
Pinochet al Hospital Militar y nos encontramos con la dolorosa noticia que el
estado de Schneider es gravísimo.” (Prats
González, Carlos. “Memorias”, página 184)
SALVADOR ALLENDE PROCLAMADO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA
Apenas conocida la noticia del
atentado contra el General Schneider la indignación estalló en todo el país. Los
sectores democráticos se movilizaron contra el peligro de un golpe militar. Se
reunieron las organizaciones políticas de la Unidad Popular, los comités de
base, la Central Única, los sindicatos. Chile entero estaba alerta.
En medio de este clima sesionó, el
24 de octubre, el Congreso Pleno, formado por el Senado y la Cámara de
Diputados. Era un total de 200 parlamentarios: 80 de la Unidad Popular, 75
democratacristianos y 45 del Partido Nacional y de la Democracia Radical.
Se produjo la votación. Allende
recibió 153 sufragios; Alessandri, 35. Siete parlamentarios votaron en blanco y
5 no concurrieron a la sesión.
A las 13 horas del sábado 24,
Salvador Allende fue proclamado presidente de la República por el Congreso
Pleno, por el período 1970– 1976.
Ese día, a las 19 horas los tres
Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas -los Generales Prats y Guerraty y el
Almirante Tirado- más el General Director de Carabineros, Vicente Huerta,
visitaron en cumplimiento protocolar al presidente electo en su domicilio. Todos,
excepto el General Prats, estaban comprometidos con el plan sedicioso, dirigido
por la CIA.
El Proyecto Track II ya no corría.
La valiente actitud del Comandante en Jefe lo
echó por tierra. El General
Schneider falleció diecinueve horas después de la proclamación de Allende.
El lunes 26, sus restos fueron
llevados a la Catedral Metropolitana a las 8 horas. Mucha gente concurrió a
expresar su dolor y el respeto al militar constitucionalista. Se ofició una
misa de Réquiem. Asistió Frei y el Presidente Electo. Son ellos los que
encabezaron los multitudinarios funerales. En el Cementerio, habló el General
Prats en nombre de las Fuerzas Armadas. Definió a Schneider como "héroe de
la paz y mártir de la democracia."
En el himno “Venceremos” se le rinde homenaje:
"Recordando al soldado
valiente
cuyo ejemplo lo hiciera inmortal
enfrentemos primero a la muerte
traicionar a la Patria
jamás."
La "Operación Alfa"
resultó un bumerang para los sediciosos. Logró el efecto contrario al que
esperaban los fascistas: se consolidó la posición de Salvador Allende y de la
Unidad Popular.
El 27 de octubre, el presidente
Frei nombró al General Carlos Prats Comandante en Jefe del Ejército.
El 2 de noviembre de 1970, se hizo
cargo del Ministerio del Interior el abogado y regidor de la Comuna de La
Reina, Daniel Vergara Bustos.
Fue el primer funcionario
ministerial del Gobierno Popular. Este
militante comunista tendrá a su cargo tomar, al día siguiente, el juramento de
rigor a los ministros y Subsecretarios designados por Salvador Allende.
Finalizaban los “60 días al rojo”.
Dos meses en que los enemigos del pueblo intentaron todo por impedir que
Allende asumiera como presidente de Chile.
Pero, a su vez, un período en que
las fuerzas populares buscaron y encontraron la manera de derrotar esas
maniobras. Para eso la UP mantuvo entrevistas y logró acuerdos con el PDC; se
llevaron a cabo positivas entrevistas con las FF.AA.; y, lo que resultó
fundamental, los trabajadores y otros sectores democráticos estuvieron en constante
y combativa movilización. Y en todas esas acciones, los comunistas jugaron un
papel importante.
Así estaban las cosas en Chile
cuando amanecía noviembre de 1970.