Comentario radial y escrito.
Algunos años atrás, quizás 20, en un comentario radial, relataba una vivencia ocurrida por la década del 60.
Un recuerdo, tiene más caras que un vidrio roto, en mil pedazos. Hoy, una cara de ese recuerdo me pellizca.
Vivía en Copiapó, La Chimba.
Una casa quinta, enorme; comenzaba
en una palmera, y en ella, colgaba una escalera, que mi padre en su juventud
había clavado y abandonado.
Dolía el cogote ver la escalera por allá arriba colgando.
En la quinta, además de los sembrados y árboles frutales, una hermana de mi padre se dedicaba a la crianza de gallinas.
El gallinero, era como una cancha de futbol partida en cuatro; cada parte, con casa, techo y patio.
Al otro extremo, cerca de la palmera, una laguna para los patos. Recuerdo el desfile mañanero frente a la casa.
La mama pata y la chorrera de patitos amarillos yendo en desfile a reírse de las gallinas que estaban encerradas, y hacerle la choria a un pavo.
Me acuerdo de esas cosas, y no
recuerdo por donde dormía yo.
¡Me miro al espejo para no olvidarme!
Por esos tiempos, el Partido
Comunista de chile, tenía como 48/49/50 años, no le achunto, y en la quinta, un
día, se celebró interno su aniversario.
Llegaban los viejos y viejas de toda la zona.
El contento se podía cortar con el tallo de una cala.
La juventud y los viejos, era
enorme y diversa.
Venían de las poblaciones marginales, de los pueblos adyacentes, de los sembrados y de los cerros.
Los viejos, Levantaron un cuadrilátero para que les diéramos al boxeo.
A mí, me pusieron “El demonio de la Chimba”
En esas celebraciones conocí al
Guido, al Lenin y a la Guacolda, hijos de Gaspar Diaz, jefe de los comunistas
de Copiapó y sus alrededores.
Lenin, tenía como 4 años mayor que yo, y me saco la cresta en el cuadrilátero.
Anoche, 14 de agosto, 2025, pude
ver en televisión una sesión de la Camarada de Diputados.
Johannes Kaiser, diputado, candidato a presidente, militante del Partido Nacional Libertario, una nueva maravilla del Gran Capital, leía una proposición de ley, para acelerar la identificación de presuntas víctimas de crímenes de lesa humanidad, que poblaban 89 cajas con osamentas.
Como el saber urge, ese paladín libertario, proponía un plazo de dos años para que el Servicio Médico Legal, identificara a los habitantes guardados en las cajas.
Osamentas encontradas en Pisagua, en Cerro Chena y en otros lugares.
Pasando esos 24 meses, el caso
sería prescrito.
Las otras 1200 víctimas no encontradas, corren el riesgo de ser olvidadas.
La cuestión es muy bellaca.
Es, como si, Lorena Pizarro,
Carmen Hertz, parlamentarios comunistas propusieran cambiar el nombre del
Estadio Víctor Jara, y ponerle Manuel Contreras Sepúlveda.
Esas osamentas, fueron entregadas
el año 2001, por el Juez Juan Guzmán Tapia, al, Doctor y profesor de
odontología del Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Chile, Luis
Silvio Ciocca Gómez.
El Juez Guzmán no confiaba en el Servicio Médico Legal de la época, ya que este, estaba infiltrado por agentes del régimen fascista, enredando las osamentas para retrasar, confundir y bajarle el perfil a los crímenes horrendos del gobierno fascista.
Pablo Neruda, aún muerto, infundía temor al fascismo y negaban su muerte y crimen.
¡Me miro al espejo para no
olvidarme!
Estas osamentas fueron traspasadas más tarde y en custodia hasta hoy, al Servicio Médico Legal para su identificación.
Para ubicarse en esos tiempos y horrores, es necesario asomar al Dr. Luis Silvio Ciocca Gómez, quien, en 1976, identifico el cuerpo mutilado de Marta Ugarte Román
Tampoco olvidar que el Juez, Juan
Guzmán Tapia, fue quien logro desaforar a Augusto Pinochet como Senador
designado vitalicio y acusarlo, de crímenes de lesa humanidad.
El calendario justiciero y de clase ha podido identificar más de 310 víctimas asesinadas, faltan más de 1.500 desaparecidos, desaparecidas.
Este infierno fascista, hizo parir un concepto que hoy lo quieren desvanecer y olvidar: “Secuestro permanente”.
Que todo quede en nada.
Que no se hable de la ausencia cotidiana.
¡Borrón y cuenta Nueva!
¡Me miro al espejo para no olvidarme
En estas elecciones presidenciales y sobre todo legislativas, nos jugamos la dignidad de vivir y crecer.
En esa sesión parlamentaria del 14 de julio se leyó esa proposición de ley; una ignominia a la vida.
El odio desatado al partido comunista de Chile me tiene enorgullecido.
Los 113 años de vida, tienen su
espiga en el pajar.
Al comenzar este comentario hablaba yo de ese aniversario por los años 60.
Los que estaban en la quinta, mucho más de la mitad, tenían las manos como escofina, la piel amelgada de mil caminos, picota y pala, rieles y puntas; eran obreros, jornaleros, pirquineros, había de manos finas, profesores, estudiantes.
Soy un enamorado de los de abajo.
Para ellos, para mí, para los que
vendrán, ser comunista significa simplemente, luchar por un trabajo con sueldo
digno, una casa con dos dormitorios, agua y luz, un jardín si se puede; escuela
y universidad pá los cabros, y una jubilación, cuyo monto, nos hiciera creer,
que todavía seguimos trabajando.
Eso es todo, eso enloquece al capital…Ahora, si se puede, y da el coco, una casa más grande, con jardín y piscina.
Total, Chile, guarda en su geografía y habitante, los recursos necesarios para ese sueño comunista.
¡Me miro al espejo para no olvidarme!
"Podrán vaciar con un balde el mar, antes de acabar con los comunistas". Eso decía Víctor Diaz López.
No olvidar a ninguno de nuestros combatientes asesinados, a los olvidados, a los que no hablan para no traer dolores.
No son solo recuerdos, son un día de todos los días, son los sueños de un Emilio, de un Elías, de una Teresa.
Son albañiles de las ideas.
¡Me miro al espejo para no olvidarme!
No permitamos la oscuridad a mansalva de cuchillos largos.
Jeannette Jara Román, tiene olores y fuerza, por muchos años olvidados.
Los candidatos de izquierda y centro que van a las elecciones legislativas son los que apuntalaran el programa político presentado.
“Que el dios de los coloraos”, que no es otra cosa que la reflexión individual, de clase, de saber lo que calzas; nos ayude a transformar este país.
¡Me miro al espejo para no
olvidarme!
Alejandro Fischer Alquinta
Estocolmo 20250816