viernes, 29 de agosto de 2025

CIPRIANO PONTIGO URRUTIA

 


En su 107º natalicio:

  

 

                                           Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                           Centro de Extensión e Investigación

                                           Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

                          


 

Cipriano Pontigo 

Cipriano  Pontigo Urrutia nació en Canela de Mincha, Illapel, el 28 de agosto de 1918. Hijo de Cipriano Pontigo Valderrama y Catalina Urrutia Elguera.

Desde pequeño debió trabajar la árida tierra del Norte Chico para sostener a su madre y seis hermanos.

Estudió sus humanidades en el Liceo de La Serena. Se dedicó a las actividades agrícolas, posteriormente trabajó como comerciante y vendedor  viajero. También fue minero en la mina ‘Agua Grande’   en La Higuera.

Ingresó a las filas comunistas en 1935. Entre 1936 a 1937  tuvo cargos de representación en la zona minera de ‘Andacollo’ y ‘Agua Grande’. En 1938 participó activamente en la campaña presidencial del Frente Popular que llevó a La Moneda a Pedro Aguirre Cerda. Durante ese tiempo fue secretario general de las Juventudes Comunistas de La Serena.

En las elecciones de 1941 resultó electo regidor  por la Comuna de La Serena.

 

DIPUTADO COMUNISTA 

En 1945 el Partido Comunista lo presentó como candidato a diputado por la Cuarta Agrupación Departamental de La Serena, Coquimbo, Elqui, Ovalle, Combarbalá e Illapel, siendo elegido por el período 1945-  1949. Formó parte de las Comisiones de Agricultura y Colonización, de Hacienda e Investigadora de la negociación sobre el azúcar (1946-1947).

Además estuvo en las Comisiones Especiales de Estudio de alza de tarifas de gas y movilización (1946-1947) y en la encargada de estudiar el Problema del Trigo (1947), siendo al mismo tiempo, miembro del Comité Parlamentario Comunista.

En 1946 viajó a Argentina como  integrante de la Comisión chilena al Convenio Económico y Financiero chileno-argentino. Ese mismo año ejerció como consejero  del Instituto de Economía Agrícola.

 

RELEGADO POR GONZÁLEZ VIDELA

Gobernaba por entonces el traidor González Videla. Apenas Cipriano Pontigo hubo finalizado su período como diputado en 1949, fue relegado a la provincia de Chiloé por tres años. Más adelante,  en 1954, nuevamente relegado, esta vez por dos meses a la localidad de Negrete.

En marzo de 1961 fue elegido nuevamente diputado por la  Cuarta Agrupación Departamental. Siendo reelegido por el período 1969-1973.

Pero no alcanzó a cumplir totalmente su mandato. Falleció en Santiago el 5 de mayo de 1972, durante el Gobierno Popular presidido por Salvador Allende.

 

LA MUERTE DE UN LUCHADOR 

En la revista ‘Ercilla’ Nº 1921, correspondiente a la semana del 10 al 16 de mayo de 1972 se publicó, bajo el título “Cipriano Pontigo. La muerte de un luchador”, unas hermosas líneas:

 

“El síncope lo sorprendió trabajando. Y esto resultó justo para un hombre como Cipriano Pontigo, que a los 59 años mantenía la misma incesante actividad de sus años mozos, cuando trabajaba la árida tierra del Norte Chico para sostener a su madre y seis hermanos. Ahora era diputado por una de las provincias de esa zona –Coquimbo- y su situación familiar era prácticamente la misma: debía procurar el sustento de un hogar humilde que llegó a cobijar a siete hijos.

 

“Las inquietudes vitales del diputado Pontigo, sin embargo, trascendían el ámbito de su morada en la Población Roosevelt, de Las Barrancas. Como militante comunista,  entendía que el bienestar de los suyos estaba ligado al de la clase trabajadora. Una manera de llevar a la práctica este pensamiento fue su incansable lucha por la entrega de los títulos de dominio a los habitantes de su población. Era miembro activo de su junta de vecinos, a la vez que militante de la base local del PC, la Paul Robeson.

 

Igual dedicación prestaba al trabajo parlamentario. Durante sus cuatro períodos (el primero interrumpido por dos relegaciones) presentó numerosos proyectos de ley. Por eso, el reconocimiento fue general y en los emotivos funerales del sábado 6 formaron  el cortejo, adversarios como Bernardo Leighton y Luis Pareto.”

 

Y en esa despedida, efectuada en el Cementerio General,  hablaron el democratacristiano Fernando Sanhueza, Presidente de la Cámara de Diputados.

En su vida de combatiente, Cipriano Pontigo recibió la medalla ‘Luis Emilio Recabarren’”

 

 

     


 




UN SABIO COMUNISTA LLAMADO ALEJANDRO LIPSCHUTZ

 


En su 142º natalicio:

 


 

                                          Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                          Centro de Extensión e Investigación

                                            Luis Emilia Recabarren,  CEILER 

 

                        

            


MILITÓ EN EL PARTIDO DE LENIN

Alejandro Lipschutz Friedman,  nació en Riga, capital de Letonia, el 28 de agosto de 1883. Científico, médico, académico y filósofo chileno de origen letón. Militante desde 1904 del Partido Obrero Social Demócrata Ruso, el Partido de Lenin, participó en la Revolución de 1905. La ofensiva reaccionaria que se desató a continuación lo obligó a abandonar Rusia y a vivir como exiliado en Alemania, Austria y otros países europeos.  En 1907 se tituló en Doctor en Medicina en la Universidad de Göttingen, Alemania.   En 1908 fue contratado por la  Universidad de Berlín, donde inició investigaciones sobre el sistema nervioso. Más tarde ejerció la docencia en la Universidad de Berna, Suiza, Sus trabajos en el campo de la fisiología le dieron pronto un prestigio internacional.  Sobre esta especialidad  escribió más de veinte libros. Su obra “¿Por qué morimos?” alcanzó más de dieciséis ediciones en alemán y otros idiomas, antes que abandonara Europa.

LLEGA A CHILE

En abril de 1926 llegó a Chile, acompañado de su esposa Margarita Vogel, invitado por la Universidad de Concepción para ejercer como profesor de Fisiología, especialidad recién creada, en la Facultad de Medicina. Así se inició la relación entrañable que el Profesor Lipschutz iba a mantener toda su vida con Chile, donde desplegó, a lo largo de más de medio siglo, una portentosa labor científica en diversos campos: fisiología, endocrinología, investigación sobre el cáncer, antropología, investigaciones marxistas. En 1941 el Congreso Nacional le entregó  la nacionalidad chilena.

SU LABOR CIENTÍFICA

Pronto se transformó en decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción. Luego fundó el  Instituto de Fisiología de la misma Universidad y la Sociedad de Biología de Concepción, y dirigió el Boletín que ésta publica. En 1937 fundó el Instituto de Medicina Experimental del Servicio Nacional de Salud, cuya dirección ejerció hasta 1960. Después fue catedrático de la Universidad de Chile, donde creó la cátedra de Fisiología  También se dedicó a la sicología. Hizo profundos estudios sobre las teorías de Freud y Pavlov. En Buenos Aires se publicó su obra “Pavlov, Freud y Schweitzer, Tres médicos contemporáneos”. Dedicó largos años a la antropología. Entre los libros que escribió sobre esta materia, hay dos que son verdaderos hitos: “El problema racial en la conquista de América y el mestizaje” e “Indoamericanismo y raza india”. En ambos se encuentran fundamentales investigaciones sobre las culturales indígenas y la destrucción que de ellas hicieron los civilizados invasores europeos. En “Oriente y Occidente: del neolítico al siglo XX”, una de sus últimas obras, entregó valiosa y desconocida información en que demostró los avances de la cultura indigenista.

 

MILITANTE DEL PARTIDO COMUNISTA DE CHILE

 



El domingo 8 de julio de 1945, en un teatro Caupolicán que se hizo estrecho para contener a los asistentes, tuvo lugar un acto político, con el cual se clausuró la XVI sesión plenaria del Comité Central del Partido Comunista de Chile. Como telón de fondo en el proscenio, un enorme retrato de Luis Emilio Recabarren, el fundador, con la consigna “Por la grandeza de Chile”. Abrió el mitin el diputado Carlos Rosales. Se cantó la canción nacional. Hizo uso de la palabra el diputado y dirigente del Magisterio César Godoy Urrutia. Luego se vivió un momento de honda emoción. Ingresaron al Partido una serie de personalidades. Fueron saludados con un discurso por Galo González. Entre los que recibieron su carné de militante y hacen la solemne promesa están el sabio Alejandro Lipschutz, el poeta Pablo Neruda; el director de la Orquesta Sinfónica de Chile, Armando Carvajal, la soprano Blanca Hauser, la poeta Olga Acevedo, el poeta Juvencio Valle; el director del Teatro de la Universidad de Chile, Pedro de la Barra; el escritor Nicomedes Guzmán, la maestra María Marchant y varios destacados dirigentes sindicales. Hablaron Alejandro Lipschutz y Pablo Neruda.

Ricardo Fonseca pronunció el discurso de resumen del Pleno y dio cuenta de sus principales resoluciones. La Internacional, cantada a todo pulmón, puso fin a esa gloriosa jornada.

 

“EL HOMBRE MÁS IMPORTANTE DE MI PAÍS”

En 1963, cuando Alejandro Lipschutz cumplió 80 años de edad, Pablo Neruda escribió: “El hombre más importante de mi país vive en una vieja casa que enfrenta la gran Cordillera. Desde el fondo de su jardín suele sentarse a contemplar los inmensos muros de piedra nevada que nos aíslan, haciéndonos daño, y nos preservan, haciéndonos bien. Se ve muy frágil mi amigo, con la mirada puesta en la colosal blancura, su cabeza y su barba parecen un pequeño pétalo caído desde la magnitud de la nieve... “El hombre más importante de mi país en estos años en que escribo es don Alejandro Lipschutz, vecino de Los Guindos, suburbio de Santiago. En estos días cumple ochenta años de vida, y me siento orgulloso de dejar aquí este débil retrato escrito de un alma ardiente, de un sabio verdadero. Mi orgullo es, además, decir aquí que casi nunca nos vemos desde que yo me vine a vivir a Isla Negra, seguimos siendo los sencillos amigos que se intercambian de casa a casa hallazgos nuevos, flores y poesía”.

 

               


“EL MÁS UNIVERSAL DE LOS CHILENOS”

Pablo Neruda agrega más adelante:

"Es el gran iluminador marxista de regiones oscurecidas de nuestra historia, oscurecidas por la charlatanería sin sustancia o por la interesada vileza. Por lo tanto, sus palabras despiertan, como las revelaciones poéticas, la contraola del furor, la estéril espuma reaccionaria. Sobre esos oleajes del pasado, nuestro inextinguible amigo trabaja a plena conciencia dándonos tanta luz que aun somos incapaces de medirla. El hombre más importante de Chile no mandó nunca regimientos, ni ejerció nunca un Ministerio, no mandó sino que fue mandado en una Universidad  de provincia. Sin embargo, para nuestra conciencia, es un General del pensamiento, un Ministro de la creación nacional, el Rector de la Universidad del porvenir.

El más universal de los chilenos nació lejos de estas tierras, de estas gentes, de estas cordilleras. Pero nos ha enseñado más que millones de los que aquí nacieron; nos ha enseñado no sólo ciencia universal, método sistemático, disciplina de la inteligencia, devoción por la paz. Nos ha enseñado la verdad de nuestro origen, mostrándonos el camino nacional de la conciencia. Y su sabiduría nos revela que la exactitud, la plenitud y la pasión pueden convivir con la justicia y la alegría".

 

                   

 Alejandro Lipschutz y el Presidente Salvador Allende

 

 

 

RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL

Numerosas universidades europeas, asiáticas y americanas lo designaron Doctor Honoris Causa.  Recibió premios de categoría  internacional, como el de la Academia de Ciencias de Nueva York, en 1944, el de la Casa de Las Américas, de La Habana, en 1974.

En nuestro país recibió en 1969 el Premio Nacional de Ciencias. En 1972 fue investido como Académico Honorario del Instituto de Chile.

 

LOS  FASCISTAS SE ENSAÑAN CON EL SABIO

 


Después del  11 de septiembre de 1973 la soldadesca irrumpió en su hogar de la calle Hamburgo 366.  Los esbirros de Pinochet mostraron su valor ante dos débiles ancianos. El sabio y su esposa  contemplaron cómo los asaltantes vaciaban brutalmente los estantes, botando libros y objetos que se destruían al caer; cómo  les robaban cosas.

 

En 1975 murió Margarita, su esposa. Habiendo quedado solo y  sin recursos para vivir en condiciones normales,  fue llevado al Hogar Israelita de Ancianos, en Santiago. Allí falleció el 10 de enero de 1980, el eminente sabio y militante comunista, Alejandro Lipschutz, a la edad de 97 años.

 

EN EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

En 1983,  el escritor y periodista José Miguel Varas publicó en ‘El Boletín Rojo’ un artículo titulado “El centenario de un sabio comunista”, donde expresó: “El profesor Lipschutz nunca ocultó sus convicciones y participó a lo largo de muchos años en la actividad del Partido Comunista. Siempre acompañado por Margarita, su esposa, lo vimos participando en actos públicos de diverso carácter, incluso durante la proscripción del Partido, bajo el régimen de González Videla. En 1944, intervino en la fundación del Instituto Chileno-Soviético de Cultura, a cuya actividad entregó un gran aporte”.


         

  



UN REVOLUCIONARIO LLAMADO BERNARDO O’HIGGINS RIQUELME (9)

 


En el 247 aniversario de su natalicio (9):

 

   

 

                                                         Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                         Centro de Extensión e  Investigación

                                                         Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

  

 

 


                                                                                                

                                                       Cierra los ojos, duerme, sueña un poco,

tu único sueño, el único que vuelve

hacia tu corazón: una bandera

de tres colores en el Sur, cayendo

la lluvia, el sol rural sobre tu tierra,

los disparos del pueblo en rebeldía

y dos o tres palabras tuyas cuando

fueran estrictamente necesarias.

Si sueñas, hoy tu sueño está cumplido.

Suéñalo, por lo menos, en la tumba.

No sepas nada más porque, como antes,

después de las batallas victoriosas,

bailan los señoritos en palacio

y el mismo rostro hambriento

mira desde la sombra de las calles.

Pero hemos heredado tu firmeza,

tu inalterable corazón callado,

tu indestructible posición paterna,

y tú, entre la avalancha cegadora

de húsares del pasado, entre los ágiles

uniformes azules y dorados,

estás hoy con nosotros, eres nuestro,

padre del pueblo, inmutable soldado.

                                                          (Pablo Neruda: “Canto General”)

 

 

 

9. DERROCAMIENTO Y DESTIERRO

La oligarquía y la Iglesia se unieron y utilizaron a  militares para derrocar a O’Higgins el  28 de enero de 1823. Fue detenido por el general Ramón Freire el 6 de febrero de 1823.

El 17 de julio de ese mismo año se embarcó hacia El Callao en la fragata inglesa Fly. Iban con él su madre Isabel Riquelme, su hermanastra Rosita, dos indígenas mapuches adoptadas y Pedro Demetrio, su hijo, un niño de poco más de 4 años.

Antes de embarcarse mandó a imprimir la siguiente Proclama de Despedida, que fue distribuida después del zarpe en las ciudades de Santiago y Valparaíso:

“¡Compatriotas! Ya que no puedo abrazaros en mi despedida, permitid que os hable por última vez. Con el corazón angustiado y la voz trémula os doy este  último adiós; el sentimiento con que me separo de vosotros sólo es comparable a mi gratitud; yo he pedido, yo he solicitado esta partida, que me es ahora tan sensible, pero así lo exigen las circunstancias que habéis presenciado y que yo he olvidado para siempre. Sea cual fuere el lugar a donde llegue, allí estoy con vosotros y con mi cara patria; siempre soy súbdito de ella y vuestro conciudadano. Aquí os son ya inútiles mis servicios y os queda al frente del gobierno quien pueda haceros venturosos. El Congreso va a instalarse y él secundará sus esfuerzos; vuestra docilidad los hará provechosos. Debéis recibir en breve sabias instituciones, acomodadas al tiempo y a vuestra posición social; pero serán inútiles si no las adoptáis con aquella deferencia generosa que prestaron a Solón todos los partidos que devoraban a Atenas ¡Quiera el cielo haceros felices, amantes del orden y obsecuentes al que os dirige!... ¡Virtuoso ejército! ¡Compañeros de armas!, llevo conmigo la dulce memoria de vuestros triunfos y me serán siempre gratos los que la patria espera de vosotros para consolidar su independencia”.

Arribó a El Callao el 28 de julio siendo recibido por las autoridades limeñas. Se instaló con su familia en Lima en la misma residencia en que había vivido el general San Martín cuando estuvo en esa, en la calle Jesús María. Durante el gobierno de San Martín, Perú, en reconocimiento de sus esfuerzos por la organización y realización de la Expedición Libertadora, le había concedido a O’Higgins  la propiedad de dos haciendas, estas eran Montalván y Cuiba, ubicadas en el valle de Cañete, unos 150 kilómetros al sur de Lima, territorio que en esos momentos estaba ocupado por las fuerzas realistas.

La situación política de Perú era caótica. O'Higgins, ante esto decidió poner su espada  al servicio del Perú, en cuyo Ejército tenía el grado de Capitán General. Estaba  en Lima cuando supo que Simón Bolívar había desembarcado en El Callao dispuesto a tomar la dirección de la guerra ante una solicitud del Congreso peruano. A fines de 1823, se trasladó junto con toda su familia a Huanchaco, al puerto de Trujillo donde se encontraba Bolívar con su ejército.

O'Higgins deseaba poder formar parte de las tropas  de Bolívar para luchar contra las tropas realistas. Bolívar trasladó su ejército hacia la sierra. O'Higgins no pudo partir. Estuvo dos meses en cama con fiebre. Convaleciente, partió el 9 de julio de 1824 hacia la sierra dejando a su familia en Trujillo. El 18 de agosto alcanzó al Libertador en Huancayo. Bolívar le presentó la oficialidad del ejército, pero no le dio ningún puesto de responsabilidad como le había ofrecido,

En octubre, Bolívar le entregó el mando al general Sucre y se retiró a Lima para recibir a las tropas de refuerzo que venían desde Colombia. O'Higgins también se dirigió a Lima. Allí le llegó la información que Sucre, el 9 de diciembre en Ayacucho, había derrotado definitivamente al ejército del virrey La Serna y del general de Canterac.

Al banquete que Bolívar ofreció en celebración de la victoria de  Ayacucho, en 1824, O’Higgins concurrió de civil. Extrañado, Bolívar le preguntó el por qué de su indumentaria paisana. Le respondió: “Señor, la América está libre. Desde hoy el general O’Higgins ya no existe; soy sólo el ciudadano particular Bernardo O’Higgins. Después de Ayacucho mi misión americana está concluida”.

 

En 1825, O'Higgins y su familia se instalaron en la hacienda de Montalván.

En Lima arrendó una buena casa donde pasaban largas temporadas su madre y hermana, pero él se mantenía en la hacienda en los trabajos propios del campo y donde recibía a sus amigos.

En las largas horas que pasaba en Montalván, soñaba con las reformas y adelantos que deberían producirse en su lejana patria. La incorporación a la nacionalidad chilena de los pueblos indígenas: mapuches, pehuenches, puelches y patagones. Otra de sus ideas era la de mejorar la calidad de los vinos de manera de poder exportarlos a Inglaterra y mejorar el cultivo de la avena en Chiloé. En lo internacional estaba preocupado porque Chile se aliara con Gran Bretaña para prevenir acciones reivindicatorias por parte de España y contener el expansionismo en América manifestado por los Estados Unidos.

A mediados de 1832, sus amigos iniciaron conversaciones con el presidente Prieto para presentar en el Congreso un proyecto de ley destinado a restituirle su empleo como capitán general del ejército. Prieto inicialmente apoyó la iniciativa pero en cuanto lo supo Diego Portales hizo cambiar la posición del Presidente, quien por carta fechada el 17 de julio le decía que no estaba en condiciones de proponer ante el Congreso una ley de rehabilitación de su grado y que, según él, era preferible que fuera el propio O'Higgins quien solicitara esta restitución una vez estuviera en el país.

Durante el año 1834 O'Higgins estuvo postrado en cama varios meses, primero con un ataque de terciana y luego una erisipela.

 

El 28 de octubre de 1836, el general boliviano Andrés de Santa Cruz  creó en Lima la Confederación Perú-Boliviana. En Chile, el ministro Diego Portales que ejercía enorme poder en el gobierno de Prieto sostenía  un “patriotismo” exclusivo y excluyente. Era un chovinista que deseaba hacer de Chile –como le gustaba decir-  la “Inglaterra del Pacífico”, basando su progreso en la expansión económica y comercial, ejerciendo el dominio de los mares.

Por ello, desde un comienzo se decidió a combatir por todos los medios a la Gran Confederación  Perú-Boliviana. Ésta no tenía como objetico atacar a Chile,  sino hacer realidad el sueño bolivariano de unir a los pueblos de América del Sur. Una prueba de las positivas intenciones de Santa Cruz, fue que Bernardo O’Higgins, desterrado en Perú, apoyó con entusiasmo el proyecto del general boliviano. El patriota chileno, además, intentó impedir que las diferencias entre Portales y Santa Cruz desembocaran en un conflicto armado.

Pero Portales estaba decidido a destruir la Gran  Confederación.  En diciembre de 1836, el Congreso, controlado por la reacción, autorizó al Presidente Prieto para declarar la guerra a la Confederación.

El gobierno chileno envió una fuerza expedicionaria al Perú.  Se firmó  el tratado de Paucarpata y regresó a Chile. El gobierno chileno rechazó el tratado y envió un nuevo ejército esta vez bajo el mando del general Manuel Bulnes. Este derrotó a las tropas de la Confederación en la batalla de Yungay el 20 de enero de 1839.

Bernardo O'Higgins obtenía sus ingresos de la plantación de caña de azúcar de Montalván y la venta en el mercado de Lima de los productos de la hacienda. Para ello tenía junto a la casa que arrendaba en Lima un almacén que regentaba su hermanastra Rosita y en el que también trabajaba su hijo Demetrio y el marido de una de las indígenas adoptadas, la otra había formado familia casándose y atendía un negocio de confites en un local cercano.

En febrero de 1839, una grave enfermedad postró a Isabel Riquelme, lo que inquietó a O'Higgins y a toda la familia quienes no escatimaron esfuerzos en su cuidado, pero la madre del prócer falleció el 21 de abril de 1839. Las tropas chilenas escoltaron sus restos hasta el cementerio.

En mayo, O'Higgins cayó a su vez enfermo en cama con altas fiebres, de las que se repuso hacia  septiembre de 1839. Pasó el año 1840 en la Hacienda de Montalván, preocupado durante el día del trabajo de los esclavos y campesinos y en la noche en el estudio y despacho de la correspondencia a sus amigos. Le preocupaba especialmente la situación de las tribus indígenas. También la integración y colonización de las tierras magallánicas. Supo de las últimas exploraciones del comandante británico Robert Fitz Roy en los canales patagónicos por lo que consideraba que el gobierno urgentemente debería ejercer su soberanía en la región y facilitar la navegación del  Estrecho de Magallanes mediante el empleo de remolcadores a vapor.

En enero de 1841, se trasladó a su casa en Lima, porque al montar a caballo o agitarse sentía una angustia en el pecho. El diagnóstico médico fue que sufría una hipertrofia al corazón. La gravedad de la dolencia no lo amargó. A fines de junio, pese a los cuidados y remedios, el mal no cedía por lo que su hermanastra Rosita, que estaba a cargo de la hacienda, regresó a su lado para atenderlo.

El 8 de octubre de 1842, mandó llamar al notario Jerónimo Villafuerte y ante él redactó su testamento en que designó a su hermanastra Rosita como heredera del remanente de los bienes que quedaren luego de cumplir ciertos encargos secretos. El más importante de estos encargos era el de entregar buena parte del remanente a Pedro Demetrio.

En la mañana del 24 de octubre de 1842 se sintió con energía por lo que se hizo vestir, quiso que lo sentaran en un sillón, pero no pudo soportarlo por lo que lo tendieron nuevamente en su cama. De repente, entre su respiración entrecortaba, exclamó: "¡Magallanes!" y expiró. Sus restos fueron sepultados en suelo peruano gracias a la caridad de sus vecinos.

En Perú, vivió él y su familia con grandes privaciones. Solicitó en varias  oportunidades autorización para regresar a Chile. Se la negaron. Ni siquiera muerto  sus enemigos le perdonaron su conducta progresista y patriota. Sólo  27 años después de su fallecimiento sus restos pudieron descansar en la  Patria a la que tanto amó y  por la que tanto hizo. Retornó a su tierra 46 años después de su salida al exilio.

Sólo el 11 de enero de 1870 llegaron a Santiago los restos mortales del revolucionario llamado Bernardo O’Higgins Riquelme.

 




UN REVOLUCIONARIO LLAMADO BERNARDO O’HIGGINS RIQUELME (8)

 


En el 247 aniversario de su natalicio (8):

  

 

 

 

                                                         Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                         Centro de Extensión e  Investigación

                                                         Luis Emilio Recabarren,  CEILER

 

 

 


                                             

                                                          En Santiago te sientes mal, te miran

                                                          el traje negro que te queda largo,

                                                          y al cruzarte la banda, la bandera

                                                          de la patria que nos hiciste,

                                                          tenía olor de yuyo matutino

                                                          para tu pecho de estatua campestre.

                                                          (Pablo Neruda: “Canto General”)

 

 

 

8.- GOBERNANTE ANTICOLONIALISTA Y ANTIOLIGARCA

El 16 de febrero de 1817, O’Higgins  fue designado Director Supremo de Chile por un Cabildo Abierto en Santiago.

Entre sus obras tenemos:

 

GOBERNANTE ANTICOLONIALISTA 

a)  Consolidación de  la Independencia. A comienzos de 1818, una nueva expedición realista invadió el país. O’Higgins  convocó en ese momento de peligro a los ciudadanos a suscribir el 12 de febrero de 1818, el  Acta de Proclamación de la Independencia de Chile.

En ella se hacía “saber a la confederación del género humano, que el territorio continental de Chile y sus islas adyacentes, forman, de hecho y por derecho, un Estado libre, independiente y soberano, y quedan para siempre separados de la Monarquía de España y de otra cualquiera dominación, con plena aptitud de adoptar la forma de Gobierno que más convenga a sus intereses”.

El 5 de abril de 1818, en la batalla de Maipú fueron derrotadas las tropas realistas.  Constituye esa fecha la culminación del proceso de siete años de la Independencia de Chile del sistema colonial español. Los patriotas perdieron un 35% de sus fuerzas entre muertos y heridos. Los realistas sufrieron más de 1.500 muertos y 2.000 prisioneros. 

 

Entregamos un breve relato de esa decisiva batalla:

Poco antes del mediodía del 5 de abril de 1818,  la artillería patriota dirigida por Manuel Blanco Encalada rompió fuego. Pronto el general  San Martín se dio cuenta que los realistas habían tomado una posición defensiva y decidió iniciar el ataque contra el centro y la derecha de las fuerzas enemigas. La lucha prosiguió de manera encarnizada.

El general Bernardo O'Higgins, convaleciente de una gran herida (producto de la derrota  patriota en Cancha Rayada), se presentó poco antes de terminado el último ataque contra los realistas y, entusiasmados por la victoria, San Martín y O'Higgins se abrazaron victoriosos en una escena que dio origen a un cuadro histórico, conocido como El abrazo de Maipú. En esa ocasión, O'Higgins le dice a San Martín ¡Gloria al salvador de Chile! y  San Martín le responde “General: Chile no olvidará jamás el nombre del ilustre inválido que el día de hoy se presenta al campo de batalla en ese estado”. 

Las luchas finales  por la Independencia de Chile fueron demostraciones  del consecuente internacionalismo de los patriotas latinoamericanos del siglo XIX, que luchaban por liberar a sus países del colonialismo español. Junto a Al e José de San Martín y Bernardo O’Higgins, están, entre otros, José Martí,  Simón Bolívar, Antonio José de Sucre.

 

Otro ejemplo de ese internacionalismo   fue  la Expedición Libertadora del Perú, que zarpó de Valparaíso el 20 de agosto de 1820.

La flota al mando del almirante inglés lord Thomas Cochrane contaba con siete buques de guerra y varias lanchas cañoneras, y transportó a casi cinco mil hombres entre oficiales y tropa. Además, cargaba ochocientos caballos, miles de cajones de municiones y balas de artillería,  agua y víveres para toda la tripulación, A su desembarco en Lima debía armar con sables, fusiles y municiones al pueblo peruano que se volcara a favor de la revolución emancipadora.

La organización de la escuadra chilena contó con todo  el apoyo de O`Higgins. El Director Supremo de Chile no mezquinó ningún tipo de ayuda para el compañero de armas en la gesta libertadora, y proveyó a San Martín de lo necesario para emprender la expedición naval. Además de brindarle el apoyo de su gobierno, lo hizo efectivo mediante una orden que ratificaba por escrito la autoridad de San Martín, previendo las actitudes destempladas del almirante inglés, O’Higgins escribió: "V.E. es el único jefe a quien se le ha confiado la dirección y ejecución de esta grande empresa, le autorizo plenamente con toda la amplitud de sus facultades para que en el caso de que el vicealmirante Lord Cochrane no cumpla las instrucciones y órdenes de V.E., le exonere del mando de la escuadra”.

 

El 8 de septiembre de 1820, desembarcó la escuadra del Ejército Libertador del Perú en las bahías arenosas del sur de Lima. San Martín se proponía hostigar desde las costas al ejército español, cerrándole los puertos y obligándolo a negociar. Para ello, envió a las costas del Callao, al mirante Cochrane. Ante la falta de decisión del virrey Pezuela, el descontento de los generales españoles, obligó a su renuncia y su reemplazo por el general del Ejército José de la Serna.

El sitio de la ciudad de Lima se hizo insostenible para las tropas españolas. El lugar convenido para continuar las negociaciones fue la hacienda de Punchauca, al sur de Lima. Estas fracasaron. El Ejército Libertador del Perú quedó en una inmejorable posición.

El 12 de julio de 1821 se produjo la gloriosa entrada del libertador San Martín a Lima. Al ingresar a la ciudad, rechazando todo tipo de homenajes y solemnidades, dio a conocer sus propósitos: "Mi intención es dar al pueblo los medios de proclamar su independencia y establecer el gobierno que le convenga, hecho esto consideraría terminada mi misión y me retiraré".

 

Una vez más,  San Martín dejaba en claro cuáles eran sus banderas. El 15 de julio de 1821, se firmó el Acta de la Declaración de Independencia del Perú y el 28 de julio de ese mismo año, se proclamó la Independencia en la Plaza Mayor de Lima.

 

La última etapa de su Plan Continental estaba cerca, y San Martín sabía que su destino dependía en gran parte de la actitud que tomara el vencedor de Carabobo y libertador de los pueblos del Norte, el general Simón Bolívar.

 

GOBERNANTE ANTIOLIGÁRQUICO 

b) Medidas contra la oligarquía. En 1812 había escrito: “Detesto por naturaleza la aristocracia y la adorada igualdad en mi ídolo”. Siendo Director Supremo fue consecuente con esas palabras. El 28 de noviembre suprimió los títulos de nobleza y prohibió el uso de los escudos de armas. En el decreto  respectivo señaló: “En una república es intolerable el uso de aquellos jeroglíficos, con que los tiranos premian a sus servidores. Son una ofensa a las ideas de libertad e igualdad”. (Los requisitos para obtener un título de nobleza eran: demostrar pureza de sangre por los cuatro abuelos, saber montar a caballo y no haber ejercido oficios manuales).

Obligó a los oligarcas que colaboraron con los realistas durante la Colonia a pagar fuertes contribuciones para cancelar los gastos del Ejército Libertador de los Andes y a  entregar caballos y dinero para  la Expedición Libertadora del Perú.

Con fecha 5 de junio de 1818, firmó un decreto aboliendo los mayorazgos, institución del derecho español que consistía que el hijo mayor heredaba todos los bienes, con ello se impedía la división de los grandes latifundios.  Esta medida no pudo ser aplicada porque el Senado, con mayoría  reaccionaria, la aplazó indefinidamente.

 

GOBERNANTE PROGRESISTA 

c) Obras de progreso: inició la educación estatal: fundó escuelas primarias y el Liceo de La Serena; además reabrió el Instituto Nacional y la Biblioteca Nacional.

En 1819 ordenó la construcción del Cementerio General, medida muy resistida por la Iglesia. Creó el mercado de abasto, el paseo de La Alameda, terminó el Canal del Maipo. Inauguró el  Teatro o Casa de Comedias; permitió el desarrollo de la prensa, hubo 15 periódicos. Fundó las ciudades de La Unión, Vicuña y San Bernardo. Aplicó la vacuna.

Estableció el servicio de diligencias y correos diarios entre Santiago y Valparaíso.

 

GOBERNANTE CONSTITUCIONALISTA 

d) Con fecha 23 de octubre de 1818, el Director Supremo Bernardo O’Higgins

Promulgó la Constitución Provisoria para el Estado de Chile Dejó de regir el 30 de octubre de 1822.

Esta Constitución consagra el principio de soberanía popular que otorga a la Nación la facultad de instalar su gobierno y dictar las leyes que lo han de regir. Reconoce así mismo la separación de poderes. El Poder Ejecutivo es ejercido por el Director Supremo con amplias atribuciones. El Poder Legislativo, conformado por un Senado de cinco vocales designados por el Director Supremo tiene como función velar por la observancia de la Constitución y las leyes. El Poder Judicial, por su parte, es entregado a un Supremo Tribunal Judiciario y a una Corte de Apelaciones y juzgados subalternos.

El objetivo final del texto constitucional consistió en institucionalizar el poder ejercido por el Director Supremo Bernardo O’Higgins, quien gobernaba el país desde el 16 de febrero de 1817 luego del triunfo patriota en la batalla de Chacabuco. Sus orígenes del texto están vinculados a la propia iniciativa de O’Higgins quien el 18 de julio de 1818 nombró una Comisión Constituyente de siete personas, con el propósito de redactar un Proyecto Constitucional. Dicha Comisión estuvo integrada por Manuel de Salas, Francisco Antonio Pérez, Joaquín Gandarillas, José Ignacio Cienfuegos, José María Villarreal, José María de Rozas y Lorenzo José de Villalón, redactores del texto. El 10 de agosto de 1818, la Constitución se aprobó por amplia mayoría luego de un plebiscito nacional realizado en el territorio comprendido entre Copiapó y Cauquenes.

Cuatro años después, siempre durante el gobierno de O´Higgins se redactó la Constitución de 1922.  Fue obra de su ministro José Antonio Rodríguez Aldea.

Según establecía esta Constitución, el   Poder Ejecutivo recae  en el Director Supremo, que dura seis años en su cargo  y puede ser reelegido por otros cuatro años.

El Poder Legislativo reside en el Congreso, compuesto de dos Cámaras, lo que ocurre por primera vez en la historia constitucional chilena.

La Constitución de 1822  expresa que: La nación chilena es la unión de todos los chilenos y en ella reside la soberanía;

La religión del Estado es la  católica, apostólica y romana, con exclusión de cualquier otra;

La organización institucional del  Gobierno de Chile será siempre representativo, compuesto de tres poderes independientes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

 

INTERNACIONALISTA: LA PATRIA GRANDE 

e) Bernardo O’Higgins fue un consecuente internacionalista. Además de la Expedición al Perú, planteó la unidad de los países americanos, desde México hasta Tierra del Fuego. Escribió: “Se  podía ser chileno, peruano o venezolano y al mismo tiempo sentirse americano y compatriota en cualquier país de Hispanoamérica”. 

El 6 de mayo de 1818, publicó un Manifiesto en que pedía “instituir una Gran Federación de Pueblos Americanos”.

      






lunes, 25 de agosto de 2025

Al filo de la navaja.

 



Comentario radial y escrito.

 


 

 


Mucho antes de nacer, generación tras generación hemos llevado un bagayo amargo, alegre y en ristre, que nos encajó la historia y la pobreza. 

Menos mal, que algunos, gracias, al dios de los coloraos, entienden nuestro vivir, y luchan para sacarnos de los rincones que nos ahogan. 

No es cosa de ahora.

Los que sentimos y sabemos las diferencias del pan y techo, nos hace semejante, al Sancho y al Quijote.

 

Más de Sancho que de Quijote. 

Y, por ahí, se me asoma Carlos Marx. 

Yo siento que, no se le paso ni por la mente, que sus ideas, iban a encontrar cobijo, en un pueblo que estaba en guerra ajena, y más encima, estrujado por un moribundo feudalismo.

 

Sus ideas estaban dirigidas a un pueblo explotado, exprimido de otra manera.

Dirigida a un pueblo salvajemente asalariado, ese de la industria, de los artesanos especializados, a los que inventaban herramientas, a los que, por un moco, le sacaban el jugo al vapor y a la electricidad. 

Sus ideas, encontraron frazadas a los de cierta intelectualidad, a esos que tenían tiempo de reflexionar. 

En el comentario anterior, hablaba de los objetivos deseados por los comunistas chilenos, para construir una sociedad justa, “no más justa, ni menos justa tampoco”.

 

El relato fue un “recuerdo a lo García Lorca”.

 

Pero, no mencione las consecuencias y los métodos a seguir, para que esas pretensiones, que son las pretensiones de todos los pueblos del mundo, significarían y significan para los intereses del Gran Capital. 

Nuestro país, Chile, catalogado, uno de los más acomodados en América Latina, tiene hoy, 40 familias viviendo en las calles. 

La corrupción de cuello y corbata, que atenta y pudre a las instituciones de la República, como la del poder judicial, esconden la podredumbre, la mimetizan con la delincuencia desatada, provocada por la pobreza, por el retroceso social, fabricado por los hereditarios poderes facticos.

 

Se me asoma Sebastián Piñera invitando a Chile, a los vencidos golpistas venezolanos. Golpistas, que tienen hoy, un aliado imperial, los Estados Unidos de Norte América. 

País, que tiene al mundo al revés, ofreciendo una recompensa de más de 50 millones de dólares a los que den una pista segura, para cometer un magnicidio en contra del presidente bolivariano Chavista, Nicolas Maduro. 

El “Aún tenemos patria ciudadanos, se lo han ido robando las encomiendas, y los poderes de la República, lo encastran en manos de un poder Judicial, al servicio de la oligarquía nacional y mundial, siempre viva.

 

Daniel Jadue, es una víctima de este esperpento. 

Los derechos del hombre son una mentira manipulada por más de 215 años. 

Recuerdo la asignatura de historia, en mi paisito; en donde se hablaba de “La Noche triste de Hernán Cortez”. 

Del genocidio permanente de los conquistadores contra el pueblo azteca, no relataba nada.

 

Como no relatan el paradero de Julia Chuñil. 

Saben ustedes lo que es y fue nuestro continente americano?

 

El holocausto más grande en la historia de la humanidad, provocado por los imperios europeos.

 

¡Chemimare!

 

Acuso a la democracia por dejarse manipular y colocar la firma, en una corrupción desatada, y por su inclinación ante el poder del Capital. 

Dicen que los derechos del hombre son universales, que son lo único que nos diferencia de la bestia.

Por donde escarbo entonces, para encontrar esos derechos ahumados allá por Gaza. 

Derechos en desesperación, desparramados por los suelos, suelos, que alguna vez fueron calles, esquinas, niños jugando, un beso furtivo por culpa del velo, donde está el juicio allá por Gaza. 

En Ucrania la muerte también es malvada, pero diferente.

Dos ejércitos enfrentados, uno de Eurasia contra otro, conformado por Europa toda, en alianza con los Estados unidos de norte américa.

 

La OTAN.

 

Esa es una guerra. 

La inmensa mayoría de los medios de comunicación, los sociólogos tuertos, juegan a favor del capital, a lo “Gallinita ciega”. 

Pienso, que será de la infancia palestina sobreviviente; que harán de sus vidas, donde injertarán el miedo, el odio a los pudientes, a las instituciones, por donde amontonarán sus sueños. 

Sabrá el mundo, el porqué, si Salma, Aisha, Ahmed, Karim, muestren agresividad, desconfianza, que se transformen en inadaptados criminales. 

Que hará esta infancia, al ser más joven y habitar en una casa, allí mismo en Gaza, o en Beirut, en Damasco, construida por la Multinacional Black Rock.

 

Tendrá el mundo entendimiento. 

No entiendo a la democracia, no entiendo a los pueblos europeos, geografías que han sido siempre, el comienzo de todas las guerras, de todas las miserias. 

Entiendo a Lorena Delgado Varas; para ella, todos mis respetos. 

Nuestro continente, nuestros antepasados indígenas, a través de 4.000 años, por porfía, por coraje, por chiripa, pueden decir algunos, presente, si pasan lista.

 

El Tehuelche que habitaba el sur extremo de Chile, no puede levantar la mano, los Onas tampoco.

 

Ya no existen.

Mi paisito lindo, su pueblo, el asalariado o el sin trabajo, ha estado siempre como las tristes. Le han dado como bombo en fiesta. 

La clase dominante, los pudientes, han ido disfrazando su conciencia, cuando están en público. Ya sea en política, en religión, en el bar, en las galerías comerciales, en el Estadio o en el barrio. 

Los benefactores y politólogos al servicio de la derecha hacen nata, como moscas en la mierda. 

Mi generación y las más vieja también, si es que están vivos, se acordaran del edificio levantado en 1972 para ser sede de la Tercera Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas.

 

La famosa UNCTAD III.

 

La construcción venia lenta, Salvador Allende, llamo a su pueblo a poner el hombro. 

Llegaron miles de voluntarios: fierreros, albañiles, pintores, electricistas, mueblistas, pa la pala, pa la picota, pa la carretilla, pal mandado, pa todo. 

Al término de la Conferencia Mundial, calabaza calabaza. 

Nos quedamos con un edificio torre, que tiene historia linda y criminal también; sin embargo, yo abrazo a los voluntarios, yo grito lo que dijo en esa ocasión, el Compañero presidente, Salvador Allende:

 

“Queremos que esa torre sea entregada a las mujeres y a los niños chilenos, y queremos que esa placa sea la base material del gran Instituto Nacional de la Cultura. Queremos que la cultura no sea el patrimonio de una elite, sino que a ella tengan acceso legítimo, las grandes masas preteridas y postergadas hasta ahora…”

Saludo a lo conseguido esta semana por el gobierno chileno en la Cámara de diputados con la reforma de la educación superior. 

Que este, sea un gasto público.

No se puede bajar los impuestos a los ricos y a los más ricos tampoco. Son dineros para costear el medio litro de leche para la infancia.

Yo sé, que no podemos por ahora, aplicar a “raja tabla”, lo que Emilio Recabarren nos enseñó, sin embargo, el semejar un programa de gobierno avalado por una geografía ideológica diversa, como la construida por la Unidad Popular; en estos tiempos de guerras y odios, es un avance inmenso.

 

Las caretas se van cayendo y los glúteos se aprietan. 

Ese mismo aprete, es muy peligroso, el Capital, es todavía y puede hacer cualquier barbaridad. 

Vean ustedes los faluchos nucleares en los mares del Caribe. 

No hemos podido podar el limonero, el desajuste nos entrega, unos perros de presa, el fascismo, adelantarse a sus amos de siempre.

Esta realidad sucede en el mundo entero. 

Nosotros, harina de otro costal, tenemos hoy, una alternativa como nunca. 

Jannette Jara Román y los candidatos de izquierda, que van al legislativo, pueden abrir las grandes Alamedas. 

Tenemos que caminar, al filo de la navaja.

 

Alejandro Fischer Alquinta. 

Estocolmo20250823