martes, 30 de noviembre de 2021

¿QUÉ FUE EL FASCISMO EN CHILE?

 


Hay quienes dicen que  el concepto fascismo es difícil de explicar a la gente. Me pregunto: ¿cómo es posible esto, si durante 16 años y seis meses, del 11 de septiembre de 1973 al 11 de marzo de 1990, el pueblo chileno sufrió en carne propia el fascismo, una de las tiranías más crueles  de la historia de la humanidad? 

Un abrazo, 



                                       Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                       Centro de Extensión e Investigación

                                       Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

 


“El fascismo en el poder es la dictadura terrorista abierta de los elementos más reaccionarios, más chovinistas y más imperialista del capital financiero”.

                                                                                       (Jorge Dimitrov)

 

Hay quienes dicen que  el concepto fascismo es difícil de explicar a la gente. Me pregunto: ¿cómo es posible esto si durante 16 años y seis meses, del 11 de septiembre de 1973 al 11 de marzo de 1990, el pueblo chileno sufrió en carne propia el fascismo, una de las tiranías más crueles  de la historia de la humanidad?

 

¿QUÉ SIGNIFICÓ EL FASCISMO PARA CHILE Y SUS PUEBLOS? 

Fascismo en Chile fue la toma del poder por medio de la violencia de las armas. El bombardeo y  asalto de La Moneda, estando allí el Presidente de la República democráticamente elegido. 

Fascismo en Chile fue cinismo. Pinochet el 11 de septiembre de 1973  aseguró: “Éste no es un golpe de Estado, sino un movimiento militar que pretende recuperar el país por la senda de la legalidad y de la constitucionalidad, manteniendo a la gente con sus derechos y libertades. Hoy nace un Chile nuevo, en que no hay vencedores ni vencidos”  

Fascismo en Chile fue  un genocidio en nuestra patria, la brutal violación de los derechos humanos. Cinco instancias oficiales estudiaron los atropellos a los derechos humanos bajo la dictadura: la Comisión Nacional  de Verdad y Reconciliación o Comisión Rettig (marzo de 1991), la Comisión Rettig II,  la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación (febrero 1992, La Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura  o Comisión Valech (2004) y la Comisión Valech II (2010). Las cinco, luego de recibir miles de testimonios, evacuaron un informe.

De la suma de todos estos informes, las cifras oficiales entregan un   total final  de 3.227 víctimas: 2.125 asesinados y 1.102 detenidos- desaparecidos.

Además, los agentes de la dictadura detuvieron y torturaron a 31.831 patriotas. Más de 200  mil personas fueron lanzados al exilio, repartidas en 50 países.

Fascismo en Chile fue la violencia contra mujeres disidentes apresadas y torturadas durante la dictadura. Ésta  se orientó a una violencia de género, que iba desde la violencia psicológica -con respecto a su condición de mujer’-, hasta el uso de la violencia sexual, como método de tortura inicial o reiterado que sumaban una consideración más a la violencia política. De esta manera, las mujeres detenidas por la dictadura  sobrellevaron una represión con pautas de castigos específicos, un trato diferente con respecto a su género. Destaca por esto, el castigo de carácter sexual y de género en sus sesiones de interrogatorio y tortura, que operó con un tipo de ideario social-cultural fundamentado en las desigualdades relacionales entre géneros, y que condujeron a pautas determinadas de castigo marcadas por su condición de mujeres.

A lo menos, diez de las mujeres detenidas-desaparecidas estaban embarazadas.

 

 


Mujeres detenidas-desaparecidas  estando  embarazadas:

1.Cecilia Bojanic Abad  2.Gloria Lagos Nilsson  3. Michelle Peña Herreros  . 4.Elizabeth Rekas Urra  5. Diana Aarón Svigilisky  6. Gloria Delard Cabezas

7. Reinalda Pereira Plaza  8. Jacqueline Droully Yurich  9. María Labrín Sazo

10. Nalvia Mena Alvarado.

 

Fascismo en Chile dañó física y psicológicamente a niños y jóvenes.

La Comisión Valech entregó datos sobre ello: “Entre el 11 de septiembre de 1973 y el 31 de diciembre de ese mismo año, fueron detenidos 661 niños y niñas menores de 18 años, los que corresponden al 61,2% del total de niños detenidos.

En el período de 1974 a 1977 la cifra de niños detenidos es 236 niños, que equivale al 21,8%;

y entre 1978 y 1990, los menores de edad detenidos ascienden a 183, que corresponde casi al 17%.” de los menores de edad detenidos tenían entre 16 y 18 años.

El 20,9% tenían entre 13 y 15. Los niños menos de 13 años representan el 8,1%.

La Comisión dio a conocer las formas por el cual los niños fueron detenidos, entregando así tres situaciones:

“1. Detenidos por sí mismos: menores de 18 años detenidos por actividades de militancia política y/o participación social. Estos son 978, lo que representa 90,5% del universo de menores acreditados como víctimas por esta Comisión.

 2. Detención y prisión junto a la madre y/o ambos padres: Del universo de 91 menores que calificó, 87 fueron detenidos junto a uno o a ambos padres apresados en similares condiciones, permaneciendo en los recintos donde sus padres estaban detenidos y eran torturados. Los otros 4 niños estaban en gestación cuando sus madres fueron detenidas y torturadas.

3. Nacidos en prisión: la madre fue detenida encontrándose embarazada y el parto se produjo mientras ella se encontraba en prisión. La mayoría de las veces el hijo permaneció junto a ella durante el tiempo de reclusión. De los casos calificados, 11 personas vivieron esta situación.”

 

Fascismo en Chile fue barrer  con todo elemento democrático: quemar los Registros Electorales; prohibir y perseguir  los partidos políticos y las organizaciones sindicales; disolver el Congreso, para ser  reemplazado por un nuevo poder legislativo: los comandantes en jefe de las tres ramas de las FF AA y el Director de Carabineros.

 

Fascismo en Chile fue contra los trabajadores:  El Decreto-Ley N.º  12, de 17 de septiembre de 1973,  ilegalizó la CUT; el N.º 198, prohibió las elecciones sindicales, colocando a los sindicatos  bajo control militar y eliminó el fuero sindical; el N.º 43 suspendió la negociación colectiva y el derecho a huelga.

Por otra parte, los sueldos sufrieron una gran reducción. Se calcula que en el periodo entre 1974 y 1980 los sueldos reales equivalían apenas a tres cuartos de los de 1970. En cuanto al desempleo, este aumento de manera muy considerable. La bajada de aranceles —que perjudicó a las empresas nacionales— y otros factores llevaron a que la cesantía  llegara a un 30 % entre 1982 y 1983.

Fascismo en Chile fue imponer en 1978 un Plan Laboral, redactado por José Piñera, entonces ministro del Trabajo de Pinochet, contra los trabajadores chilenos, dos decretos leyes que incluían cuatro ejes fundamentales, que entró en vigor el 1 de julio de 1979:

 

1 Negociación colectiva reducida a cada empresa, sin posibilidad de coordinación entre sindicatos de distintas compañías. 

2 Huelgas en las que no se paralizaban las faenas y consideraban el reemplazo de los trabajadores. 

3 Libertad o paralelismo sindical que entregaba la posibilidad de formar varios sindicatos con pocos miembros para despojarlos de su carácter único. 

4 Despolitización sindical al obligar a los sindicatos a tener como preocupación solo su lugar del trabajo, evitando así que se constituyan como agentes de cambio social.

Estos ejes fueron la base para la instauración del Código del Trabajo en 1987 y claves en la implementación del sistema económico neoliberal en Chile.

 

Fascismo en Chile  fue arrebatar  en 1985 a los pensionados y montepiadas un 10,6% de sus pensiones, argumentando ello se utilizaría para recuperar el país por el terremoto de ese año, pero nunca se devolvió, así se produjo la deuda del 10,6 por ciento.

Fascismo en Chile  fue la constante disminución del gasto en salud. En 1975 el gasto público en salud era un 4% y en 1976 un 14% inferior a aquel de 1969. El gasto en salud por habitante, por su parte, es en los mismos años un 14 y un 24% inferior. A pesar de haber una recuperación, en 1979 el gasto en salud por habitante sigue estando por debajo del nivel de 1969-1970.

Ya entonces se gestaba el desmantelamiento de la salud pública fugando recursos económicos y profesionales al incipiente sector privado de salud. Todo esto al alero de las nuevas normativas y que culminarían con la Constitución de 1980.

Uno de los principales cambios fue la creación de las ISAPRES, personas jurídicas que sustituyeron el rol del FONASA en la administración de fondos y el de los Servicios de Salud en el otorgamiento de prestaciones médicas y que fueron consecuencia de la disolución de las formas previsionales antiguas (Seguro Obrero, Cajas de Previsión, Servicio de Seguro Social) y su separación de la salud.

Fascismo en Chile  fue imponer  un profundo proceso de contrarreforma agraria, que revocó los acuerdos y logros alcanzados hasta ese momento y desató el terrorismo de Estado contra los campesinos.

El Ejército se adueñó de miles de hectáreas que la Reforma Agraria de los gobiernos de Frei y Allende entregó a familias del agro. Algunos campesinos debieron trabajar para los militares y pagarles para alimentar a sus animales, como los de la Hacienda Río Colorado (San José de Maipo). Parte de ese enorme terreno se vendió en 1996 a precio irrisorio a Cementos Biobío, propiedad del entonces presidente de la Fundación Pinochet, Hernán Briones.

 

La dictadura devolvió el 28% del sector reformado a los antiguos propietarios y otro 20%- 30% fue rematado a precios muy bajos, específicamente los predios en conflicto judicial o en pose de campesinos perseguidos por la represión.  Aproximadamente la mitad de las solicitudes de parcelas hechas por los campesinos fueron rechazadas por la dictadura, lo que correspondía a 33.000 familias rurales excluidas del derecho a tierra por no alcanzar suficiente puntaje.

 

Fascismo en Chile significó aplicar el terrorismo de Estado contra  el movimiento indígena nacional. De la misma forma como lo hizo contra el  movimiento obrero chileno.

Como resultado de la contrarreforma agraria, en las comunas de Lautaro, Ercilla, Collipulli, Lumaco, Lonquimay, Carahue y Nueva Imperial fueron devueltos a los antiguos propietarios 98 predios, con un total de 100.392,3 hectáreas, de las 155.11,38 hectáreas que correspondían a los 164 predios expropiados entre 1972 y 1973.  Esto significó que el 64,7% de las tierras expropiadas a favor de mapuches por el Gobierno Popular, les fueron arrebatadas por la dictadura.

Además se remataron tres predios ocupados por mapuches, con una superficie de 1.478,2 hectáreas y se parcelaron 63 predios, con un total de 53.204,88 hectáreas.

El proceso de contrarreforma agraria estuvo acompañado por una fuerte represión, especialmente violenta en aquellos predios donde la Reforma Agraria había beneficiado a mapuches. Se fusiló y se hizo desaparecer a dirigentes y asentados mapuches, se encarceló y torturó, a la vez que se revocaban la mayoría de los predios donde los mapuches habían recuperado tierras, retrocediendo la situación a los años anteriores  a la Reforma Agraria del Gobierno Popular.


El Informe Rettig de la Comisión de Verdad y Reconciliación, constata la existencia de 136 mapuches muertos o desaparecidos durante la dictadura. 


Fascismo en Chile fue la ofensiva contra la educación pública. En 1973 el Ministerio de Educación y las instituciones escolares quedan bajo el mando de la Armada y el Ministerio del Interior, quienes comienzan una profunda revisión del Currículo Escolar Nacional incorporando, en él, una lógica focalizada en principios nacionalistas, dando así inicio a un fuerte proceso ideologizante de todo sistema educativo. Estos cambios estructurales fueron acompañados de una notable disminución del presupuesto fiscal para el área en cuestión. El decreto con fuerza de ley, de fecha 3 de junio de 1980, dio un duro zarpazo a la enseñanza fiscal: decretó la municipalización de la educación.

 

Y, a pocas horas antes de terminar su dictadura, el 10 de marzo de 1990, Pinochet dictó la Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza, LOCE, que dio chipe libre al comercio con la educación. En nombre de la llamada “libertad de enseñanza”, se entregó ésta, que debiera ser directa responsabilidad del Estado, a empresarios preocupados  de obtener sólo el  máximo de ganancias económicas

 

Fascismo en Chile fue la ofensiva contra los profesores y todos los trabajadores de la educación. A lo menos 115 de ellos fueron asesinados o figuran en la lista de  detenidos desaparecidos. Cerca de 10 mil fueron exonerados.

Cientos de ellos sufrieron la pérdida de parte de sus remuneraciones.  Es la llamada Deuda Histórica, que  surgió por el desconocimiento por parte de la dictadura al reajuste salarial, que desde 1981 debían haber recibido los profesores por concepto del Decreto Ley 3551, que estableció un alza de hasta un 90% del sueldo base para todos los funcionarios públicos. Luego del traspaso de las escuelas y liceos públicos a los municipios, el reajuste acordado fue desconocido por los nuevos sostenedores y los docentes no recibieron este beneficio dañando sus ingresos mensuales y más tarde sus pensiones.

 

Fascismo en Chile fue “institucionalizar” la dictadura a través de la Constitución de 1980.

La Constitución de 1980, de espurio origen,  fue concebida como una camisa de fuerza para la democracia, con una serie de cerrojos para restringir la intervención política sobre el legado de la dictadura.

En 1979, Jaime Guzmán, su principal ideólogo, señaló que la Constitución fascista debía asegurar "Que si llegan a gobernar los adversarios, se vean constreñidos a seguir una acción no tan distinta a la que uno mismo anhelaría, porque el margen de alternativa que la cancha imponga de hecho a quienes juegan en ella, sea lo suficientemente reducido para hacer extremadamente difícil lo contrario”.  Es decir, colocar candados a cualquier posibilidad de democracia.

Fascismo en Chile fue la privatización de  725 empresas y activos pertenecientes a la CORFO, que era estatal. De ellas, 343 fueron devueltas a sus dueños por estar requisadas o intervenidas. 35 fueron privatizadas dos veces. Las llamaron “el área rara”, porque fueron privatizadas, quebraron, por lo que la dictadura  las estatizó, les dio solvencia, y las volvió a privatizar. En su mayoría fueron bancos afectados por la crisis de 1982 y los créditos no pagos y las recién constituidas AFP.

 

Según relata María Olivia Monckeberg en su libro “El saqueo de los grupos económicos al Estado chileno” hay varios empresarios que se hicieron millonarios gracias a las privatizaciones de Pinochet.  Algunos de estos fueron también ministros.

Fascismo en Chile fue reducir  los impuestos sobre la renta y subir los de valor agregado (como el IVA, que pagan todos los chilenos) para cubrir las necesidades presupuestarias. Esto benefició a las rentas altas y a las empresas frente a los trabajadores.

 

Fascismo en Chile fue ofensiva contra la cultura. La dictadura retiró el derecho de publicación a gran parte de la prensa, excluyendo solamente los diarios El Mercurio y La Tercera de la Hora, los cuales estaban bajo el mando de los golpistas, para así poder controlar el manejo de la información.

Libros y otras publicaciones asociadas con la Unidad Popular o la ideología comunista fueron quemados de manera simbólica y en público, eventos que de vez en cuando incluso se transmitían por los canales de televisión. Sin embargo, estos hechos hicieron notar la ignorancia de los militares, ya que también se quemaron libros por equivocación, como fue el caso por ejemplo de los libros sobre el cubismo, que en algunas ocasiones fueron quemados porque los encargados pensaban que se trataba de libros sobre Cuba.

El ejército también baleó instituciones culturales importantes del país como el Museo de Bellas Artes y la Escuela de Bellas Artes. Se cerraron galerías y se repintaron los murales políticos que habían florecido bajo el gobierno de Allende, con el fin de borrar la Unidad Popular de la memoria histórica chilena. El clima de miedo y terror provocado por las represiones llevó a la paralización temporal de la producción cultural dentro de Chile.

 

 


¿PUEDE SER PRESIDENTE DE CHILE QUIEN JUSTIFICA

   Y ALABA LA DICTADURA FASCISTA DE PINOCHET?