Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de
Extensión e Investigación
Luis Emilio
Recabarren, CEILER
Me llegó por correo. Es un artículo publicado en “Rebelión,” que lleva
por título “Guillermo Tellier (sic), presidente del Partido Comunista y la
lucha de clases”. Lo firma Patricio Guzmán S., que ya en el título comete su
primer error: no sabe escribir el apellido
de Teillier.
No pretendo ser abogado de mi camarada Guillermo Teillier, tampoco de
Marcos Barraza, al que también le dedica unos versos. Ellos y sus limpias
trayectorias de revolucionarios, no necesitan de mi modesta ayuda.
Respondo las afirmaciones de un anticomunista porque estoy convencido de
la necesidad de una permanente e incansable lucha ideológica.
LOS ATAQUES DE UN “MARXISTA”
El señor Guzmán, que se autocalifica de “marxista” comienza con una cita
del “Manifiesto del Partido Comunista” escrito por Marx y Engels y publicado
por primera vez en Londres el 24 de febrero de 1848: “Toda la historia de la
sociedad humana, hasta la actualidad, es una historia de luchas de clases”.
Otra traducción de esa frase, que considero más clara es: “La historia de todas
las sociedades hasta nuestros días es la historia de las luchas de clases”.
Lo afirmado por quienes pusieron las piedras angulares de la teoría científica del marxismo, es una verdad absoluta.
Después de tan contundente inicio, el señor Guzmán se refiere a una
entrevista que el compañero Presidente del Partido concedió a “La Segunda” y fue publicada el miércoles 30 de abril de
2014. Reproduce una pregunta del
periodista y la respuesta de Teillier:
“¿Y el tono de los dichos de Marcelo Schilling aludiendo a la lucha de
clases y a un Marx resucitado?”
“Marx ha existido siempre, tranquilamente. Y no andamos buscando contraponer
una clase contra otra clase. Hay un sector que está trabajando por el país
entero, no para una clase, sino para el país. Lo mejor es que se luche por
favorecer el desarrollo de todo el país. Si hay mejores condiciones de vida,
los que se ven beneficiados mayoritariamente son los trabajadores”.
RAYOS DESDE EL OLIMPO
Y partiendo de esta
respuesta, el señor Guzmán, transformado
en un iracundo Zeus, lanza una andanada de rayos. Afirma que “Tellier marca distancias definitivas con la lucha de
clases” Luego dicta cátedra sobre las contradicciones de intereses entre clases
dominantes y los trabajadores. Cosa que nadie niega.
Repite el recurrido verso de la derechización del Partido Comunista. Con
insolencia escribe que el PC “hunde sus raíces en su maridaje con el
estalinismo que lo condujo a abandonar
los principios revolucionarios con que fue creado…”
LA TESIS Nº 11 DE MARX
Calma, don Patricio, Vamos por parte. Karl Marx escribió en 1845 “Once
Tesis Sobre Feuerbach”. (Ludwig Feuerbach, un importante filósofo materialista
premarxista alemán del siglo XIX). En
la última de estas once Tesis, Marx afirmó:
“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el
mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
He aquí la tarea de un revolucionario:
transformar el mundo. Hacer la Revolución.
UN PARTIDO REVOLUCIONARIO
En esta tarea de transformar el mundo, es decir, la sociedad, se
necesita de un partido revolucionario moderno,
que debe formular dos elementos
para su accionar: la estrategia y la táctica.
Estrategia es la vía general por la cual el partido
revolucionario debe encauzar la lucha para alcanzar el objetivo estratégico
trazado para un período dado.
La estrategia debe ser determinada tomando en cuenta cuál es el enemigo
principal; cuáles son las fuerzas con qué pueden aliarse; cuáles son las
condiciones objetivas
(económico-sociales) y subjetivas (ideológicas, partidos) existentes.
Todos éstos y otros factores permiten determinar el objetivo estratégico
para el período.
La aplicación práctica de la estrategia se llama línea política.
Parte importante de ella, es la política
de alianzas.
Táctica son las distintas acciones concretas que se ejecutan para
llevar a cabo el plan estratégico general.
Este partido revolucionario moderno, debe utilizar métodos científicos y tener una organización
adecuada.
Lenin, que colocó las bases para un partido de nuevo tipo, escribió en su obra “¿Qué hacer?”: “Sólo un
Partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de
combatiente de vanguardia” y subrayó “Sin teoría revolucionaria tampoco puede haber
movimiento revolucionario”.
EL PARTIDO COMUNISTA DE
CHILE
El objetivo final del Partido Comunista de Chile es construir una
sociedad comunista, verdaderamente democrática en que no exista miseria,
injusticias, desigualdades ni la
explotación de unos hombres por otros hombres. Pero, para llegar a esa
meta es necesario superar diversas etapas.
Durante su historia de más 101 años,
el Partido Comunista, especialmente a partir de 1933 ha estudiado, utilizando el
marxismo-leninismo, la situación concreta del país. Ha considerado las
condiciones objetivas (económica-sociales) y las subjetivas (ideología,
partidos) y, según ellas, se ha trazado la estrategia para el período dado.
Ello teniendo en cuenta la correlación de fuerzas entre las diferentes clases sociales,
el enemigo principal, los posibles aliados. Como resultado de este análisis se
ha trazado el objetivo estratégico para
el período.
LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA
Según la línea estratégica para la actual etapa, aprobada en el XX
Congreso, realizado en agosto de 1994, y ratificada por los Congresos XXI,
XXII, XXIII y XXIV, es la Revolución Democrática, cuya objetivo estratégico es alcanzar
un Chile realmente democrático en todos los aspectos: económico, social y político.
Para realizar esta estrategia, los comunistas llevan a cabo diversas
acciones concretas o tácticas. Ellas corresponden a varios planos: sindical, social, político.
LA POLÍTICA DE ALIANZAS
Partiendo del principio leninista que “la vanguardia sola no puede
triunfar”, los comunistas chilenos desde sus primeros años ha tenido como un
principio táctico una amplia política de alianzas.
Señor Guzmán, a propósito de su afirmación de que el Partido Comunista
“ha abandonado los principios revolucionarios con los que fue creado”, debiera
saber que en 1921, nuestro fundador Luis Emilio Recabarren, realizó un pacto
electoral con la Alianza Liberal, coalición de partidos de un sector de la
burguesía y capas medias. Gracias a este pacto se logró elegir a varios
diputados obreros, entre ellos a dos comunistas: Recabarren y Luis Víctor Cruz.
Lo que ocurre, señor Guzmán, es que los comunistas chilenos nos
diferenciamos de otros “marxistas” en que no somos sectarios y que, teniendo
elevados ideales, pisamos firmes en la tierra.
Los objetivos de los comunistas son lograr las mejores condiciones para el
pueblo y ello se puede alcanzar sólo uniendo a amplios sectores, acumulando
fuerzas más potentes que las del enemigo principal, que se opone al progreso.
De ahí su permanente vocación unitaria
LA NUEVA MAYORÍA
La Nueva Mayoría -formada por el
PS, el PPD, el PRSD, el PC, el MAS, la IC y el PDC- es ahora gobierno. Con todas sus debilidades
y contradicciones, es un gran logro. En su seno hay fuerzas políticas que
difieren en diversos aspectos, pero coinciden en derrotar a la derecha
pinochetista, avanzar en terminar con las desigualdades, cambiar la
Constitución Política heredada de la dictadura, realizar una reforma
tributaria, base para la necesaria reforma
educación y para mejorar la salud;
efectuar una reforma laboral; romper los
candados del binominalismo
En una palabra, la Nueva Mayoría
avanza cumpliendo el Programa prometido al pueblo, que hará más
democrático a nuestro país, disminuyendo las odiosas desigualdades.
En la sociedad capitalista, señor Guzmán, hay diversas contradicciones
de clases. Lo sabio es descubrir cuál es la principal en un período dado, y
unir a todos los perjudicados por ella.
APLICAMOS LOS PRINCIPIOS LENINISTAS
Don Patricio, a diferencias de otros “marxistas”, los comunistas
chilenos hacemos nuestros y aplicamos
los principios leninistas.
Por ejemplo, sobre los compromisos, con sectores no revolucionarios, que
a usted lo aprobleman tanto, Lenin en su obra “La enfermedad del ‘izquierdismo’
en el comunismo”, escribió: “La conclusión es clara: rechazar los compromisos
‘por principio’, negar la legitimidad de todo compromiso en general,
cualesquiera que sea, constituye una puerilidad que incluso es difícil tomar en
serio...” (Lenin: Obras Escogidas en tres tomos. Tomo 3, p. 365)
Y en su libro “¿Qué Hacer?”, afirmó: “Puede temer alianzas temporales,
aunque sea con personas poco seguras, sólo quien desconfía de sí mismo, y sin
esas alianzas no podría existir ningún partido político”. (Editorial Progreso,
Moscú, 1977, p. 20)
En su trabajo “Acerca de los compromisos”, señaló: “El deber de un
partido auténticamente revolucionario
consiste en saber cumplir
fielmente a través de todos los compromisos con sus principios, su clase, su
misión revolucionaria, su obra de preparar la revolución y de educar a las
masas populares para triunfar en la revolución”. (Tomo II, p. 229)
El Partido Comunista de Chile, y
usted lo puede comprobar don Patricio, ha cumplido con estos principios.
UNIDAD EN LA DIVERSIDAD
El Partido Comunista de Chile en sus 101 años de historia ha demostrado
su vocación unitaria, En todas las coaliciones en que ha contribuido a formar o ha tomado parte,
siempre lo hizo con el principio, que teniendo
un objetivo común, cada uno de los integrantes mantiene sus postulados y
puntos de vista. O sea, la unidad en la diversidad. Así ocurrió con el pacto
electoral entre el PC y la Alianza Liberal de 1921; el Frente Popular en 1936, la Alianza Democrática en 1946, el Frente del Pueblo en 1951, el Frente de
Acción Popular en 1956, la Unidad
Popular de 1969, el Movimiento
Democrático Popular en 1983, el PAIS
(Partido Amplio de Izquierda Socialista) de 1988, el MIDA (Movimiento de Izquierda Democrática
Allendista) en 1991 y el Juntos Podemos Más en 2005.
Supongo, señor Guzmán, que no podrá ignorar los logros alcanzados,
gracias a esas alianzas, en el Gobierno del Frente Popular de Pedro Aguirre
Cerda y en el Gobierno Popular encabezado por Salvador Allende.
El mismo carácter tiene y debe tener la Nueva Mayoría, nacida el 13 de
abril de 2013, una coalición basada en el principio de la unidad en la
diversidad.
El Partido Comunista jamás ha abjurado ni abjurará de sus principios
marxista-leninistas en aras de la unidad, por una parte; ni ha actuado ni actuará
con sectarismo, por la otra. Siempre ha sido, es y será leal con sus aliados,
cumpliendo cabalmente sus compromisos.
EN CONCLUSIÓN
En resumen, don Patricio Guzmán, el Partido Comunista de Chile ha actuado siempre defendiendo a los
trabajadores y no ha perdido jamás de vista
su objetivo final, Pero ha actuado en cada período según las condiciones
existentes y, desde 1933, fieles al marxismo-leninismo. Es innegable su enorme
aporte a mejorar las condiciones del pueblo y desarrollo democrático de Chile.
¿Dónde están los aportes de esos llamados “marxistas” que, al atacar al
Partido Comunista, juegan muy bien el rol de “ganchos de la burguesía” como les
llamó Recabarren?
Ñuñoa, martes 13 de mayo de 2014.