martes, 29 de abril de 2025

Los Imperios en nuestro Sur de América

 


Comentario radial y escrito.

 

                                                             

 

 



Los rieles y geografías que llevan mis tiempos, los libros y la historia, mi propio intelecto, me andan trayendo muy re cachuo.

No encuentro que pensar de la democracia, de la soberanía, no sé que hacer con la libertad, con la ética y moral del comportamiento social.

El hacer de la política ha sido y es para mí, el arte, la oportunidad, la herramienta para construir, amasar, liudar, en cualquier sociedad, el bienestar común.

Este bien común, es el producto de la aplicación de la democracia.

El Bien común, que no es otra cosa que los resultados del caminar dialectico del trabajo, del estudio, de los oficios, del sentir humanismo, solidaridad con el caminante, del respeto inviolable a la vida.

Actualmente, el respeto a la vida, a lo que define la democracia, los valores y principios de la lógica, están en serio peligro.

Hoy, es una frivolidad indecente el hablar de democracia, de derechos, cuando este derecho tiene patrón, nombre y apellido.

Defienden su soberanía, grita el gobierno de Israel, el pisoteo en gaza, matando niños como condenado.

Un habitante de Gaza no sabe qué hacer con su vida, en 5 meses han asesinado a 45 miembros de su familia.

El manoseo a la democracia, al vivir occidental y a la moda; nos invita a reír a carcajadas y dejar las cosas igual que antes. No mover ningún tijeral, a no ser que sea necesario para apurar los usufructos y ganancias de ellos.

Los de arriba, parejos o ascendentes y los de abajo, a la suerte de la olla, de la ignorancia, de la descomposición social y del hambre.

Me urge contar mis miedos, contar vidas, pedazos de hambre y tiempo; quizás, mis miedos sean iguales a los tuyos. Y entre miedo y miedo, podemos asustar al riquerio.

El martes 22 de abril se cumplían 155 años del nacimiento de Vladimir Ilich Lenin, uno de los precursores del primer país del mundo, en la que la clase trabajadora conquistaba el poder político.

No fue fácil, ni Carlos Marx creía que eso podría suceder en Rusia.

Esa revolución proletaria, se llevó a efecto en medio de una guerra monárquica, colonialista y salvaje.

El pueblo ruso, dentro de toda su ignorancia política, de su situación casi feudal, no quiso morir para beneficiar los intereses financieros y abandono el campo de batalla después de tres años combatiendo.

Por allí quedaron las trincheras; llenas de barro, agua y cadáveres.

En esa guerra de borrón y cuenta nueva, igualitas a las de hoy, murieron 17 millones de europeo.

En la que siguió, la segunda de borrón y cuenta nueva, murieron más de 70 millones.

Si se viene la tercera, ni el recuerdo quedara.

Puta que avanzamos.

El triunfo de la Revolución Rusa es un sendero lleno de esperanzas.

Me visto orgulloso con esa Rusia de Lenin, que no es la Rusia de hoy.

Respeto a Putin, porque mantuvo su geografía rusa, unida, porque se enfrenta a los carniceros de la historia.

No me gusta Putin, porque tuvo la oportunidad de parar el abrir del Kremlin y limpiar las malas prácticas, y, no lo hizo, logrando así, guardar banderas y sacarlas una vez al año, para los desfiles.

Lo digo así, por un tanto contento que, Rusia y China, se enfrenten y contengan a los Imperios de siempre.

Son esos imperios los que crían y guardan el fascismo, el nazismo, el sionismo judío, como engendros de caos, miseria y exterminio.

Me urge decir que democracia, soberanía, libertad, derechos, según mi ideología está injerto en un axioma:

“A cada uno según sus necesidades, a cada uno según su capacidad”

Por hablar de mi paisito, estamos lejos de ser un país en donde se practica según la historia y la de los medios de comunicación, el concepto: Democracia, Soberanía, Derechos.

Con los parámetros que hemos construido “a los ojos del amo, engorda el caballo” no se puede andar corriendo la bola, que el poder político, emana del pueblo y para el pueblo, y, que eso se explica y comprueba con la posibilidad pareja, de elegir a nuestros propios representantes en las cámaras legislativas.

Yo he visto al patrón del fundo, darle un paquetito a cada peón que se subía al camión para llevarlos a votar.

Se ve a SOQUIMICH, PENTA, aportando capitales a las campañas electorales.

La representación de clases, de ideas, de los legisladores que hoy se plantan en los parlamentos, nos indica, con orgullo, que nuestro paisito, vive bien, a la pinta.

Estamos el “descueve.”

Se puede insinuar también, que la ignorancia cívica, política, flota, y, que, los medios de influencia masiva le achuntan a la diana con sus programas de tanto interés y cultura, como, Gran Hermano y de esos contenidos que andaba la Señora Barriga

Diputados, diputadas de derecha, 74/ diputados diputadas de izquierda, afines al gobierno, 67.

Las, los senadores, son una joya.

La derecha, opositores al gobierno son 27, y los que tienen que apuntalar jurídicamente al gobierno, son 18.

Según la educación cívica del pueblo, basta y sobra con los 18 senadores obtenidos.

Hay “dios mío de los coloraos” que somos buenos pal Harakiri.

Y tenemos la osadía de criticar a Venezuela.

Eso de “a ojos del amo engorda el caballo” se me asoma un presidente de Chile; Joaquín Prieto Vial. Militar y político que le declaro por guano y salitre la guerra a la Confederación Perú Boliviana.

Por eso tiempos, la caca de los pájaros, abono indispensable para la agricultura, fue, el mayor producto exportador del Perú.

Es, lo que es ahora el Litio, algo de cobre, algo de agua y tierras raras.

Tantas guerras en las Europas, tantos destrozos, la tierra estaba enferma, pálida, necesitaba de nutrientes.

El Guano, excelente nutriente natural, salvo, sin ponerle mucho, la agricultura de occidente.

Cosa curiosa, Joaquín Prieto Vial, envolvía el pensamiento de Diego Portales y el criminal Augusto Pinochet, adoraba a Portales.

Todos ellos, golpistas de Estados, con mercenarios y pajes. Todos, al servicio de los Imperios de esos tiempos.

Y siguiendo con eso de, “a los ojos del amo engorda el caballo”, se hace necesario romper esas estructuras de cemento, fierro y jurídica que nos hacen cómplices de esa corrupción que se agarra como garrapata a nuestro sistema de gobierno heredado, manteniendo la miseria moral y material en nuestra población.

Saben de Soquimich, Empresa dedicada todo lo que tenga que ver con la química, la tierra, la piedra y el árbol. Su jefe es, Julio Ponce Lerou, yerno de Augusto Pinochet.

Los orígenes de Soquimich y otras Empresas fueron, son tan poderosa, tan diversas y de medios pollos, que no cayó en desgracia con la llegada del Arco iris, más bien fue complementada. Esta Soquimich de hoy, por ejemplo, con la Empresa Codelco, sin litigio, a dedo, seguirán explotando los salares de atacama.

Se siente como una traición a una tragedia, un insulto a los miles de familias, que sufrieron el fascismo.

El Litio, producto estratégico del desarrollo del país, es obligado a permanecer en esas esferas políticas y económicas que sustentan los tijerales que chupan, estrujan la dignidad y el respeto al pueblo.

Los 17 años visibles del fascismo en Chile, del neoliberalismo, del apartheid del pan y del libro, nos han hecho retroceder 50 años de humanidad, una generación completa de jóvenes fue asesinada en forma brutal, la otra fue apartada de todo, vigilada, abusada, envenenada ideológicamente, con un pan con mantequilla y una televisión.

Me suena extraño decir, pensar, sentir, que han pasado 52 años de aquel fatídico 11 de septiembre, una cantidad de tiempo en desarrollo social, moral, empático, solidario, decente, integral, en un retroceso maléfico de 102 años.

Por eso duele, que no hemos podido romper encatrados, como ese de Soquimich y Codelco, como, ese PENTA, como esos audios de Luis Hermosilla, que nos enrostran el hacer del riquerio por más de 100 años.

Necesitamos, urge, demoler tijerales y fundamentos. Si seguimos jugando con las cartas del neoliberalismo, seguiremos siendo los pumas de América del Sur, con una población armada, un lumpen proletario en auto y tú, apurándote para llegar a la casa.

Es peligroso.

Alejandro Fischer Alquinta

Estocolmo 20250427