Hace 64 años, en un día como hoy 16 de abril de 1961, el Comandante
Fidel Castro proclama el carácter socialista de la Revolución Cubana.
Entregamos a nuestras lectoras y lectores del Boletín Rojo un escrito
del recordado Historiador Iván Ljubetic Vargas.
Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de Extensión e
Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
1961. En los círculos gobernantes de Estados Unidos cada día que pasaba crecía la preocupación por su “patio trasero”. El ejemplo cubano era un fantasma que recorría América Latina. La influencia de su revolución estimulaba la lucha de los pueblos del continente.
Ante este hecho, el imperialismo
decidió actuar rápidamente. Por entonces, el presidente del imperio era John
Kennedy. Joven y dinámico, su persona irradiaba simpatía.
El 13 de marzo de 1961, propuso
a las naciones de América la llamada “Alianza para el Progreso”. Consiste –afirmaba el político yanqui – en un
nuevo trato hacia las naciones al sur de Río Grande (límite sureño de Estados
Unidos). Nunca más intervenciones de los
marines. El hermano mayor estaba decidido a contribuir al progreso de los
hermanos que habitaban su “patio trasero”.
DEL DICHO AL HECHO...
Bellas palabras. Pero los hechos eran otros.
En los mismos momentos en que hacía su generoso anuncio, John Kennedy daba luz
verde a una acción que preparaban mercenarios cubanos, adiestrados, financiados
y apoyados militarmente por Estados Unidos.
Un mes y dos días después del anuncio de
Kennedy sobre la Alianza para el Progreso, aviones norteamericanos, pintados
con los colores de la aviación cubana, tripulados por mercenarios, bombardearon
sorpresivamente aeropuertos de la isla.
COBARDE
BOMBARDEO PÌRATA
Fue el amanecer del sábado15 de abril de 1961. Mientras
surgían los primeros rayos de sol,
aviones enemigos camuflados con la insignia de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias (FAR) atacaron el
aeropuerto de Ciudad Libertad, la base aérea
de San Antonio de los Baños y el aeropuerto de Santiago de Cuba. (Hoy aeropuerto
Internacional Antonio Maceo).
Ocho aviones B-26 partieron de Puerto Cabezas, Nicaragua, con el objetivo de destruir, en tierra, la modesta aviación cubana y para asegurar la impunidad de otras incursiones enemigas por vía terrestre. El ataque pretendía, además, hacer creer a la opinión pública internacional que en la Isla tenía lugar una rebelión interna, para ello: Con ese objetivo uno de los aviones camuflados con las insignias de las FAR, aterrizaría en Miami.
El
camuflaje de los aviones como
miembros de la fuerza aérea cubana permitieron que la sorpresa de los primeros
momentos causara víctimas inocentes entre civiles y combatientes.
La respuesta no se hizo esperar. Uno de los aviones enemigos fue derribado por
la artillería revolucionaria; otro recibió varios impactos que lo obligaron a
huir para aterrizar en Cayo Hueso y un tercero realizó un aterrizaje de emergencia
en islas Gran Caimán.
La defensa también se organizó en el exterior. El
canciller cubano Raúl Roa, denunció el
mismo día 15, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el ataque
aéreo contra Cuba y la posibilidad de
una agresión a gran escala, ya expuesta casi un año antes frente a la
mencionada asamblea.
En la Isla,
el Comandante en Jefe Fidel Castro, organizó la defensa
antiaérea de los aeropuertos ante la amenaza de un segundo ataque. Este tuvo
lugar el lunes 17 sobre la base de San
Antonio de los Baños. Con nulo
resultado.
Fidel Castro respondió a la agresión
imperialista proclamando, por primera vez, el carácter socialista de la
Revolución Cubana. Fue en las masivas y combativas honras fúnebres de las
siete víctimas del bombardeo, frente al
Cementerio Colón, realizadas el 16 de abril de 1961.
ASÍ
HABLÓ FIDEL
“En
el día de ayer –señaló Fidel Castro-, como todo el mundo sabe, aviones de
bombardeo divididos en tres grupos, a las 6 en punto de la mañana penetraron en
el territorio nacional procedentes del extranjero y atacaron tres puntos del
territorio nacional, en cada uno de esos tres puntos los hombres se defendieron
heroicamente, en cada uno de esos puntos corrió la sangre valerosa de los
defensores...
La
hazaña yanqui que arma mercenarios y les paga para que vengan a asesinar
jóvenes de 16 y 17 años es un ataque
sorpresivo, artero y traicionero en todos los órdenes, contra un país al que no se le puede perdonar su
vergüenza, su dignidad, su valor.
Porque
lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es que estemos aquí, lo que no
pueden perdonar los imperialistas es la dignidad, la entrega, el valor, la
firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del
pueblo de Cuba”.
“Eso
es lo que no pueden perdonarnos, que estemos en sus narices ¡y que hayamos
hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos!
Compañeros obreros y campesinos, esta es la
Revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para
los humildes. Y por estas Revolución de
los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la
vida...
Compañeros obreros y campesinos de la patria,
el ataque de ayer fue el preludio de la agresión de los mercenarios, el ataque
de ayer que costó siete vidas heroicas, tuvo el propósito de destruir nuestros
aviones en tierra, mas fracasaron, sólo destruyeron tres aviones, y el grueso
de los aviones del enemigo fue averiado o abatido”.
Fidel finalizó su discurso diciendo:
“Marchemos a nuestros respectivos batallones y allí esperemos órdenes,
compañeros”