Tomado de: pcchile.cl
Conferencia Internacional:
“Consolidación de las Fuerzas Progresistas y de Izquierda en la Lucha Contra el
Neofascismo y Neo nazismo en la Sociedad Actual y Contra la III Guerra
Mundial”. PCFR.
Moscú, abril 23 de 2025
Unidad en la Diversidad Contra la
Globalización del Capitalismo Neoliberal
Compañero Guennadi Andréyevich Ziugánov, Presidente del Partido Comunista de la Federación de Rusia.
Compañeras y compañeros de la Comisión Organizadora.
Compañeras delegadas y delegados
nacionales e internacionales.
Conmemorar y rendir homenaje al
pueblo soviético, a 80 años de la gesta heroica que logró aplastar a la bestia
parda del fascismo con el sacrificio de millones de vidas, constituye un deber
moral y un imperativo ineludible para la memoria de todos los pueblos del mundo,
en estos días enfrentados una nueva embestida, con otros nombres, de los
herederos de Hitler y Mussolini, que buscan resucitar su dominación imperial en
abierta decadencia, e impedir el impostergable avance del multilateralismo, el
respeto al derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos, la
urgencia de la paz y la defensa de la vida, que claman la conquista de un nuevo
ordenamiento de la gobernanza mundial.
Nuestros corazones anidaron para
siempre la inconmensurable solidaridad del pueblo soviético que, aún durante la
recuperación de los devastadores efectos de la guerra, brindaron a las luchas
del pueblo chileno, especialmente durante los diecisiete años de la dictadura
fascista, instaurada mediante el golpe de Estado de 1973 para aniquilar al
Gobierno Popular del Presidente Salvador Allende.
El mundo cambió y lo seguirá
haciendo, es una ley de la vida. Los intereses y las contradicciones de clase y
los mecanismos de dominación imperial contra la emancipación de los pueblos
siguen su curso e incorporan nuevas formas e incluso se agudizan, expresándose
a nivel global.
La globalización ha derivado en
una comunidad de países y pueblos cada vez más interconectados e
interdependientes, cuyos desafíos son imposibles de resolver en solitario. El
principal de ellos es la urgencia de construir una alternativa a la
globalización del capitalismo neoliberal y su presencia imperialista; que nunca
más la hegemonía radique en un solo país y cada pueblo pueda ser soberano de la
definición de su destino, que no es otro que la materialización de los
principios fundacionales del socialismo. Esta es una necesidad objetiva ante la
disyuntiva entre la vida y la muerte, tanto de la humanidad como del planeta.
La convicción del Presidente Salvador Allende, quien señaló que “la historia es
nuestra y la hacen los pueblos”, hoy adquiere especial validez y reafirma la
importancia del internacionalismo, expresado a partir de las condiciones y la
historia propia de cada país y sus procesos.
El manto gris del fascismo nuevamente
se cierne sobre la humanidad. Es el último recurso del imperialismo para
sortear su crisis, cuyo desenlace finalmente dependerá de la unidad y lucha de
los pueblos para que la salida de la crisis se oriente a la superación del
neoliberalismo.
Desde la década de los años 30 del
siglo pasado, el pueblo chileno ha enfrentado la presencia del fascismo. En sus
113 años de vida y lucha, el Partido Comunista de Chile ha debido hacer frente
a dos represiones que lo sometieron a la ilegalidad y la lucha clandestina; a
la persecución de sus militantes; a los campos de concentración y el crimen.
Pero no lograron doblegarnos, porque nuestras raíces siempre han estado
entrelazadas con la sabia del pueblo y de sus luchas.
Como partido de clase,
antiimperialista y que lucha por la democracia y el socialismo, nos inspiramos
en que toda causa justa requiere de una amplia fuerza política y social que sea
capaz de hacerla realidad.
En 1936, el Partido Comunista
junto a la izquierda y la Confederación de Trabajadores crearon el Frente
Popular, que ganó las elecciones presidenciales. La victoria se reeditó diez
años más tarde, pero la traición del nuevo presidente, ante las presiones del
macartismo, proscribió al Partido Comunista, instauró la “Ley Maldita” y sus militantes
fueron recluidos campos de prisioneros. Pero no lograron doblegarnos, y en 1970
la Unidad Popular nuevamente triunfó con Salvador Allende como abanderado.
Nuevamente, tres años más tarde, la furia de la derecha fascista y el
imperialismo norteamericano descargaron su odio, bombardearon el Palacio
Presidencial y desataron un baño de sangre. El fascismo no es una entelequia
sino una realidad, amasijo abominable utilizado como último recurso imperial
para sortear su fracaso y someter a los pueblos. Hoy vuelve sobre sus pasos
delirantes, lo hace en escala global y sólo podrá ser derrotado mediante la más
amplia unidad nacional e internacional de las fuerzas democráticas y populares.
Hoy nuevamente los comunistas
formamos parte de un gobierno de coalición conformado por ocho partidos
pertenecientes a la izquierda y el progresismo, cuya alianza si bien logró
arrebatar a la derecha su pretensión de conquistar el Gobierno, conforma un
bloque que actúa como freno para impedir los cambios desde el Parlamento, y
simultáneamente canaliza en su favor el desencanto de los sectores populares
que anidaron su esperanza en las transformaciones comprometidas.
El manual de procedimiento de la
derecha y el neofascismo es puesto en práctica por el imperialismo en escala
global, ya sea pretendiendo desestabilizar gobiernos populares mediante el
bloqueo criminal, la amenaza y la injerencia interna, como intentan contra
Cuba, o también mediante el bombardeo de
fake news, los lowfare, la cooptación, el chantaje y la distorsión de las
conciencias mediante la guerra híbrida o de cuarta generación, con el apoyo de
su control de los medios de comunicación y la utilización perversa de la
Inteligencia Artificial.
Continúa la masacre genocida
contra el pueblo palestino y el desangramiento de Siria, encabezada por el
gobierno israelí con apoyo de Estados Unidos, que orienta sus operaciones hacia
el Indo-Pacífico frente a China e incrementa su presión sobre el Medio Oriente,
re direccionando los recursos destinados a la guerra de la OTAN contra Rusia,
que él mismo provocó.
Ya en 1937 Jorge Dimitrov señalaba
que la lucha contra el fascismo es la lucha por la paz, y que el fascismo en el
poder busca la salida a sus dificultades internas mediante la agresión contra
países y pueblos, en procura de un nuevo reparto del mundo.
Aún no es posible predecir con
exactitud el destino final de la guerra arancelaria decretada por Donald Trump,
ni de sus pretensiones anexionistas sobre Groenlandia, el Golfo de México, el
canal de Panamá y sobre el control de América Latina, el Caribe y el Medio
Oriente, ya sea mediante la intervención militar u otras nuevas formas de
sometimiento.
El reordenamiento de la
globalización neoliberal en decadencia incluye el resquebrajamiento de la
alianza de la Unión Europea con Estados Unidos, ambos sumidos en su propia
crisis y el debilitamiento de su dominación imperial ante el avance de los
BRICS, la CELAC – que congrega a los gobiernos de toda América Latina y el
Caribe, sin Estados Unidos -, y otros espacios multilaterales de integración y cooperación entre países y
pueblos, que procuran un nuevo orden mundial en defensa de la paz, la
soberanía, la justicia social, la defensa del planeta y de la vida.
Los comunistas chilenos
depositamos nuestras fuerzas en el principio de la unidad en la diversidad, con
respeto a nuestros objetivos comunes y a la independencia política de las
partes. Nos basamos en el derecho de cada país a construir su propio destino,
la defensa de los Derechos Humanos; en la solidaridad y cooperación
internacional para hacer frente a los problemas comunes provocados por el
neoliberalismo, que tienen carácter objetivo y afectan a nuestros pueblos
producto de los bolsones de pobreza, la crisis alimentaria y sanitaria; la
migración forzada y las zonas de sacrificio provocadas por el extractivismo, la
destrucción ambiental y la guerra.
Nuestro principal homenaje a los
millones de hombres y mujeres que consagraron sus vidas contra el fascismo, es
la lucha por la unidad de nuestros pueblos y la conquista de un nuevo
ordenamiento global donde el derecho a la vida, la paz, la solidaridad entre
los pueblos y la autodeterminación sean garantizados por la conciencia
universal y la existencia de una democratización plena y verdadera de la
sociedad.
Recordamos a nuestro poeta Pablo Neruda, cuando en Canto General, cantó a la lucha del pueblo “contra las mordeduras del lobo agonizante”:
“Juan, es tuya la puerta y el
camino. La tierra es tuya, pueblo, la verdad ha nacido contigo, de tu sangre.
Levántala con todas las manos que cayeron, defiéndela con todas las manos que
se juntan: y que avance a la lucha final, hacia la estrella, la unidad de tus
rostros invencibles…”
Muchas Gracias.