miércoles, 16 de noviembre de 2022

NGUYEN VAN TROI

 



Un día como hoy, 15 de noviembre, hace 58 años, fue fusilado el  joven obrero y guerrillero vietnamita Nguyen Van Troi en Saigón, por soldados estadounidenses. 

Honor y gloria eterna al héroe vietnamita. 

Un abrazo internacionalista, 


                                                        Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                        Centro de Extensión e Investigación

                                                        Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

Nguyen Van Troi momentos antes de ser fusilado

 

El 15 de octubre de 1964 fue fusilado el joven obrero y guerrillero vietnamita Nguyen Van Troi por soldados estadounidense en Saigón. 

Este héroe y mártir vietnamita, nació en el poblado de Thanh Quang Nam (Viet Nam del Sur) el 1 de febrero de 1940. Hijo de una familia de campesinos  pobres. Su madre murió cuando era muy pequeño. Fue criado por si padre Gguyen Van Hoa, quien trabajaba muy duramente para mantener a la familia. 

A los 14 años, Nguyen Van Troi empezó a trabajar. Aprendió el oficio de electricista. Comenzó a conocer la explotación, la opresión y la representación por parte del régimen apoyado por Estados Unidos. No aceptó pasivamente la situación. Logró  establecer contactos con la organización revolucionaria clandestina de  Saigón. Pronto se convirtió en uno de los activistas más destacados. 

Se incorporó a la Unión de Juventud Popular Revolucionaria. El 17 de febrero de 1964, se presentó como voluntario para formar parte de una unidad especial en acción armada. En su autobiografía escribió:

“He crecido formado por la Revolución, mi padre era combatiente de la resistencia antifrancesa y fue torturado por el enemigo hasta quedar inválido. Llevo en  mi  corazón un odio incontenible hacia los enemigos de la patria, he llegado Saigón con la firme decisión de continuar la obra revolucionaria de mi padre…” 

En Mayo de  1964 llegó a Saigón Robert  McNamara, ejecutivo de la Ford y Secretario de Defensa estadounidense. Su misión era poner en práctica los planes de la extensión de la guerra de agresión contra el pueblo. Van Troi empezó a formar un plan de acción para castigar al cabecilla del pentágono yanqui.  El plan fue apoyado por el estado mayor de su unidad. Al implementar la acción,  fue capturado a las 10.00 de la noche del  19 de mayo de 1964, cuando iba a terminar de minar el puente de Cang Ly en la Carretera que conduce a Nhut, en Saigón, por donde debería pasar McNamara. 

El 10 de agosto de 1964 un tribunal lo condenó a muerte. Sus últimas palabras ante éste fueron: “Lamento ni haber  podido matar a McNamara” 

Fue torturado bárbaramente. Los verdugos obtuvieron siempre la misma respuesta del héroe: “quise matar a McNamara  porque es enemigo de la patria, acepto toda la responsabilidad de mi acción”. 

Cuatro meses pasó NGuyen Van Troi en la prisión central de Saigón – Chi Hoa, cuatros meses de torturas ininterrumpidas, de amenazas y de intentos de sobornos por parte de los captores, todo en vano. Troi siempre contestaba:

“Cumplí con mi deber hacia la Patria, no tengo nada más que decir”

Intentó varias veces fugarse de la cárcel para regresar a las actividades revolucionarias. Una vez saltó del segundo piso de la comandancia de la Policía de Saigón pero calló en el techo de un  auto en marcha. 

Se fracturó una pierna, el enemigo redobló las torturas. Troi quedó casi totalmente paralítico. En la celda de los condenados a muerte decía a sus compañeros; que el enemigo quería matarlo, pero que no le tenía miedo a la muerte, solamente sentía ver sido capturado tan pronto sin terminar su misión, la lucha por la liberación de su pueblo, de su clase y realizar el ideal de su vida, quería vivir y luchar como un comunista a pesar de no haber tenido el honor de ser miembro del Partido Popular Revolucionario, partido de la clase obrera, en la celda recibió la visita de su esposa con quien vivió apenas   unos días después de su matrimonio. Habló, rió  y en ningún momento se mostró triste y apenado. 

En el breve lapso de los últimos nueves minutos de su vida Van Troi permaneció sereno, tranquilo y heroico como siempre, no perdió la oportunidad alguna para atacar al enemigo. 

Desde la puerta de su celda hasta el lugar de la ejecución, la distancia era a penas de 50 metros. Iba vestido de blanco entre las filas de los soldados armados de fusiles con las bayonetas caladas, los esperaban algunos corresponsales de la prensa vietnamitas y extranjeras. 

A principio de octubre de  1964, los verdugos de Troi decidieron fusilarlo para tratar de aterrorizar al pueblo y detener el movimiento antiyanqui que iba creciendo en las ciudades. 

Los verdugos atemorizados no lo dejaron continuar hablando y trataron de vendarle los ojos, con gesto él los rechazó.

“No lo necesito. Déjenme ver por última vez mi tierra querida”.   



    

Temblorosos los ejecutores doblaron su cuerpo a la fuerza, le pusieron la venda en los ojos y lo ataron fuertemente al poste de fusilamiento. Nguyen Van Troi se enderezó y grito a toda voz:

Recuerden mis palabras. ¡Abajo los yanquis!  ¡Abajo Nguyen Khanh!

Y por tres veces gritó: 

¡Viva Ho Chi Min! 

¡Fuego!  Gritó el oficial. 

¡Viva Viet Nam!  ¡Viva Viet Nam! 

Y su voz se confundió con las detonaciones.

 

Nguyen Van Troi  murió a las 9.59 del 15 de octubre de 1964 en el patio de la prisión de Chi Hoa.  Murió como un comunista.

 

El presídium del Comité Central del Frente Nacional de Liberación de Viet Nam del Sur le otorgó al Mártir

        Título de Héroe

        Medalla de Muralla de Bronce de la Patria de primera clase

El Partido Popular Revolucionario de  Viet Nam tomó la decisión de considerarlo:

        Miembro del Partido

             


 

FUENTE: Nguyen Van Troi - EcuRed

https://www.ecured.cu/Nguyen_Van_Troi