martes, 8 de noviembre de 2022

A 99 AÑOS DEL FRACASADO PUTSCH DE MUNICH

 

 

 

                                                         Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                         Centro de Extensión e Investigación

                                                         Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

 

 


 

En septiembre de 1919  Adolfo Hitler se unió  al Partido Obrero Alemán (Deutsche Arbeiterpartei, DAP), un partido político poco conocido, que  en 1920 cambió su nombre. Se llamó Partido Nacional Socialista Obrero Alemán. (Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP),  comúnmente denominado Partido Nazi.

 Este partido político se formó y se desarrolló durante la posguerra de la Primera Guerra Mundial, como una entidad anticomunista, opuesto al Tratado de Versalles y al  gobierno de la República de Weimar. Era un partido chovinista, ultranacionalista y antisemita.

Ya en los primeros años de existencia del partido Adolfo Hitler ascendió a un lugar prominente. Era  uno de sus mejores oradores. Exigió a los otros miembros que lo hicieran líder, con la amenaza de abandonarlo. Contribuyó a ello que utilizó métodos violentos para alcanzar sus objetivos políticos. Esto ayudó también a reclutar nuevos miembros.

 

EL PUTSCH DE MÜNICH

También llamado Putsch de la Cervecería. Fue  un fallido golpe de Estado, llevado a cabo por miembros del Partido Nazi alemán (NSDAP). 

Comenzó en la tarde del 8 de noviembre de 1923 y fue desarticulado a la mañana siguiente.

Los hechos arrancaron a las 20:30 con la llegada a la cervecería Bürgerbräukeller –una de las más grandes y populosas de Múnich–, en la que el gobernador de Baviera, Gustav von Kahr, pronunciaba un discurso ante tres mil personas. A ella llegó  Adolfo Hitler, acompañado de unos seiscientos miembros de las SA (los "camisas pardas").

Los nazis bloquearon todas las salidas. 

Hitler, rodeado por  Göring, Hess y Rosenberg, disparó un tiro al techo del local, se encaramó en una silla y proclamó a gritos: "¡La revolución nacional ha comenzado!".

El gobernador y dos de sus hombres fueron tomados como rehenes y se declaró un gobierno provisional en la misma cervecería, al tiempo que partidarios del golpe ocupaban cuarteles del ejército y la policía.

Al amanecer del 9 de noviembre hubo combates en el Ministerio de Defensa bávaro, que causaron dos bajas mortales.

El  fracasado  Putsch de Múnich  en noviembre de 1923, y la posterior publicación de su libro  Mein Kampf («Mi  lucha»)  dieron a Hitler gran popularidad.

A mediados de la década de 1920, el partido entró en una lucha electoral en la que Hitler participó como orador y organizador. Hubo acciones violentas y reyertas callejeras entre militantes de izquierda y los nazis.

A finales de los años 20 y principios de los 30, los nazis consiguieron suficiente apoyo electoral para convertirse en el mayor partido político del Reichstag. Tuvo una mayoría simple en el parlamento, que convirtieron al partido de Hitler  en un efectivo poder de gobierno en la debilitada República de Weimar de 1933.

  

LA NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS 

Recuerdo que, mientras estuvimos en el exilio en la ciudad de Marburg, los días 9 de noviembre participábamos en una marcha junto al Chile Komitee, a los expresos políticos del nazismo (muchos de estos con el uniforme que usaron en la prisión) al Partido Comunista (DKP),  a las Juventudes Comunistas y otras organizaciones democráticas. 

La manifestación no era en recuerdo del fracasado putsch  de Múnich, sino para conmemorar la llamada “Noche de los Cristales Rotos”, que consistió  una serie de linchamientos y ataques combinados ocurridos en la Alemania nazi, comprendiendo también Austria, durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938. Feroz acción  llevado a cabo contra ciudadanos judíos por las tropas de asalto de la SA, junto con la población civil, mientras las autoridades alemanas observaban sin intervenir. Este ha sido el mayor pogromo en la historia. Fueron destruidas las propiedades de más 35 mil judíos, además de muchas Sinagogas. Precisamente la marcha finalizaba en una explanada con un monumento con la leyenda que indicaba que allí se levantaba  la Sinagoga de Marburg, que fue quemada el 9 de noviembre de 1938.

Una nueva muestra de la bestialidad del fascismo.