domingo, 8 de septiembre de 2019

LUIS CORVALÁN Y LOS 50 AÑOS DE LA UNIDAD POPULAR (19)









SESENTA DÍAS AL ROJO (IV)

                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                               Centro de Extensión e Investigación
                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER



El 27 de septiembre de 1970 se produjeron en Santiago atentados de elementos fascistas.

La decisión de la DC de apoyar a Allende en la votación del Congreso Pleno sepultó la “fórmula Alessandri”.

Los enemigos de Allende estaban desolados. Un documento de la ITT, fechado el 16 de octubre y enviado por Hal Hendrix a E.J. Gerrity, advertía:
“A menos que hay un movimiento por parte de elementos militares disidentes a mediados de la próxima semana, el consenso en Santiago es que Salvador Allende triunfará fácilmente en el Congreso Pleno del 24 de octubre y asumirá como presidente el 4 de noviembre.”  960
“Una figura clave de esta posibilidad –agrega el Memorándum de la ITT– es el general de brigada Roberto Viaux... Sin lugar a duda, Viaux se estaba preparando para lanzar un movimiento la semana pasada... Washington dio instrucciones a Viaux de echarse atrás... Como parte de la persuasión para demorarse, se le dieron a Viaux seguridades verbales de que recibiría asistencia material y apoyo de los Estados Unidos y otros para una maniobra posterior.”  961
En ese mismo documento se afirma:
“En el intertanto, Viaux ha estado conferenciando con oficiales de alto rango y bajo rango sobre la necesidad de tomar algunas medidas para evitar que Allende se convirtiera en presidente.”  962

En el fallo de primera instancia suscrito por el Juez Militar Titular, General de División Orlando Urbina H. y por el Auditor de Ejército en propiedad, Coronel de Justicia Francisco Saavedra M., relativo al “Caso Schneider”, se lee:
“Elementos contrarios a la posibilidad constitucional –ya cierta– de que se eligiera al candidato Salvador Allende Gossens, por ser de ideología marxista, en reuniones efectuadas, entre otros lugares, en Diagonal Oriente N.º 1410, domicilio del reo Roberto Viaux, en la oficina del reo Julio Fontecilla ubicada en calle Huérfanos ‘en la cuadra del 900’ y en un departamento de un edificio ubicado en Hernando de Aguirre con Providencia, conversaron, discutieron y se concertaron para lograr ese su objetivo por medio de actuares estudiados  y correlacionados destinados a producir pánico, temor y desconcierto en la ciudadanía, terreno propicio, necesario –según ellos– para que las Fuerzas Armadas se decidieran a asumir el control total del país con miras de que éstas hicieran un gobierno fuerte y de tipo nacionalista.”  963

Entre los uniformados de “alto rango” involucrados en el movimiento sedicioso están el General de División, comandante de la Guarnición de Santiago, Camilo Valenzuela Godoy; el Vicealmirante y Comandante en Jefe de la Primera Zona Naval, Hugo Tirado Barros; el comandante de la FACH, Carlos Guerraty, y el Director General de Carabineros, Vicente Huerta.

El plan consiste en derrocar el Gobierno de Frei a través de un golpe e instaurar una Junta Militar, encabezada por el general Camilo Valenzuela. Con ello le cerrarían el paso a Salvador Allende.
Un obstáculo se alza ante los sediciosos: el Comandante en Jefe del Ejército, General René Schneider Chereau. Este tiene a la fecha 41 años. Oficial de Estado Mayor, de brillante carrera; designado Comandante en Jefe el 23 de octubre de 1969.

El 7 de mayo de 1970 el General Schneider expresa a un diario de Santiago que el Ejército es
“garantía de una elección normal y de la asunción al poder de cualquiera que hubiese sido elegido por el pueblo, fuera de que hubiese logrado la mayoría absoluta o por decisión del Congreso Pleno, en el caso de que ninguno de los candidatos hubiera obtenido más del 50% de los sufragios.” 964
 Nació así la Doctrina Schneider. Después del 4 de septiembre, Schneider insistió en su posición constitucionalista. Cuando detectó pasos sediciosos en las filas del Ejército, no vaciló en salirle al encuentro. Se reunió con la alta oficialidad y con la tropa, repitiendo – incansable – su posición.
El 8 de octubre, los altos mandos de las FF.AA., presididos por el General Schneider, resolvieron acatar la decisión que adoptara el Congreso Pleno.  965 
El periodista Augusto Olivares sostuvo:
“Tan decisiva fue la posición pública del General, que bien puede decirse que es la razón número uno para los chilenos y extranjeros que decidieron asesinarlo”.  966
El escritor inglés Robert Moss afirma que,   
“a los ojos de algunos oficiales conservadores, la política de Schneider era sospechosa, ya que dos de sus cuatro hijos habían intervenido activamente para hacer triunfar a Allende.”  967

Los dirigentes de la Unidad Popular y, especialmente Salvador Allende, no se limitaban a conocer las acciones de la reacción. Actuaban. No dejaban espacios libres. Refiriéndose a un aspecto de lo realizado por la Izquierda, un Memorándum de la ITT, transmitido telefónicamente desde San Juan por Hal Hendrix a Gerrity el 16 de octubre de 1970, señala:
“En el intertanto, Allende y sus representantes han estado cortejando a las Fuerzas Armadas a diversos niveles y han continuado infiltrándose en los grados más bajos. Muchos han estado de acuerdo en apoyar a Allende, después de escuchar sus promesas de dar al Ejército un papel más importante en el desarrollo de la infraestructura del país.”   968

Refiriéndose a este tema, Luis Corvalán afirmó:
“Apenas conocido el resultado de las elecciones del 4 de septiembre de 1970, el enemigo buscó afanosamente el golpe de Estado para impedir que Salvador Allende asumiera la Presidencia de la República. Con tal fin, confió en el carácter de clase de las FF.AA. y trató de usarlas a su favor.
“En esas circunstancias, Salvador Allende y los partidos de la Unidad Popular entraron en un diálogo activo con las diversas instituciones militares. A nuestro partido le correspondió un papel especial en este diálogo en relación con el Ejército. Los compañeros Volodia Teitelboim, Américo Zorrilla y José Cademártori mantuvieron diferentes reuniones con varios generales y fueron los principales intermediarios entre ellos y el compañero Allende. El compañero Allende tuvo en alta estima estos contactos.”   969


960  Error: el día que debe asumir Allende es el 3 de noviembre (el autor)
961  “Documentos Secretos de la ITT”, p. 40
962  Ibidem.
963  Editora Quimantú: “El Caso Schneider. Operación Alfa”, pp. 130 y 131
964 “El Mercurio”, 7 de mayo 1970
965 Ver “Ercilla” N.º 1947, 8 al 14 noviembre 1972, p.  9
966  Olivares, Augusto: “La Doctrina Schneider y los ‘sesenta días’.”  En “El Caso Schneider. Operación Alfa”, p. 174
967 Moss, Robert:  obra citada, p. 47
968  “Documentos Secretos de la ITT”, p. 41
969  Corvalán, Luis: “Informe al Pleno de agosto de 1977 del Comité Central del PC de Chile”. Ediciones Colo-Colo, p. 26