EN BUSCA DEL CANDIDATO ÚNICO DE LA UP
Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Luis Corvalán jugó un importante rol en la constitución de
la Unidad Popular ,
en la elaboración y aprobación del Programa Básico del Gobierno Popular, del
Pacto de Gobierno, donde se establecieron las pautas por las cuales se regiría
la administración de la
Unidad Popular , y del documento sobre el Estilo de la Campaña presidencial.
La creación del Comité Coordinador de la Unidad Popular , la
aprobación del Programa de Gobierno y de los otros documentos de la coalición
de Izquierda, hicieron pensar que pronto habría acuerdo sobre el candidato.
Pero no fue así.
Se inició 1970, el año de los comicios. Pero aún eran
cinco los postulantes. La
Unidad Popular deseaba dar la noticia del abanderado único
como regalo de Pascua a los chilenos. No resultó. Tampoco para el Año Nuevo.
Hay desesperanza. Amargura, en la gente izquierdista. De muchos lados surgen
exigencias del candidato único. Al Comando Nacional de la Campaña llegan
delegaciones, cartas, telegramas, llamados telefónicos.
Poco a poco se fue aclarando el panorama. Renunciaron
Jacques Chonchol, Alberto Baltra, Pablo Neruda. Pero aún quedaban dos: Rafael
Tarud y Salvador Allende. Ninguno con visas de ceder.
Circulaban comentarios sobre
los postulantes. Luego
en la Izquierda
había quienes criticaban al candidato Allende. Señalaban que
es un hombre ya gastado en tres contiendas presidenciales, que los electores
estaban cansados de él, que ya lo había dicho todo, que se repitía, que ha
perdido su pasado encanto...
Ante la demora en la designación del abanderado, el
Partido Comunista convocó a una concentración pública en Santiago para el 22 de
enero de 1970 y advirtió: si para el inicio de ese acto no hay acuerdo, el
Partido Comunista proclamará definitivamente a Pablo Neruda.
Y ocurrió lo tan esperado. Poco antes del plazo señalado,
el Comité Coordinador de la
Unidad Popular llegó a un acuerdo. Fue así como al comenzar
la concentración, Luis Corvalán pudo decir:
“Trabajadores de Santiago:
Pueblo de la capital:
Queridos camaradas:
SALIO HUMO BLANCO. Ya hay candidato único. Es Salvador
Allende”.
Estalló la alegría. La emoción pobló los corazones. La
multitud llenó la Plaza
Bulnes y sus alrededores con aplausos y una consigna: “El
pueblo, unido... jamás será vencido... El pueblo unido... “
Pasada la tempestuosa aprobación de la gente, pudo
continuar el secretario general del Partido Comunista:
“Vuestros esfuerzos en favor
de la Unidad Popular
no han sido en vano. Los pájaros de mal agüero, los arrenquines de la Derecha han fracasado en
sus vaticinios.
El pueblo ya había dado su palabra y venía a reafirmarla
en este acto.
Es cierto que hubo dificultades, pero primó la voluntad
unitaria.
Cientos de miles de
trabajadores, de, campesinos y empleados, mujeres y jóvenes, escritores,
artistas y profesionales, exigieron enfrentar unidos a la Derecha y al continuismo
democratacristiano.
Este sentimiento prevaleció en
los partidos populares. Algunos
como el MAPU, el Partido Radical y el Partido Comunista, y hoy el API y el PSD
lo han demostrado retirando incluso sus candidaturas. No podemos
menos que saludar los gestos unitarios de estos partidos y de los que fueron
sus abanderados, Jacques Chonchol, Alberto Baltra, Pablo Neruda y Rafael
Tarud. Todas las colectividades
populares han reafirmado sus decisiones unitarias.
Bastó que en un instante
determinado asomara el peligro de la división, para que el pueblo se hiciera
presente y dijera: Eso no puede ser.
Como es natural, semanas atrás se discutía si éste o el
otro era mejor. Pero, desde hace días ello dejó de ser lo principal; porque lo
principal es la unidad contra el enemigo común.
A la
Derecha , al señor Alessandri, le salió gente al camino. Los
reaccionarios que han estado cantando victoria a pleno pulmón tendrán que
empezar a bajar sus voces.
No es cierto que la Derecha y su candidato tengan pavimentado el
retorno a La Moneda. La Unidad Popular les hará frente en toda la línea.
Tenemos confianza en que,
planteada la lucha en estos términos entre el pueblo y la oligarquía, entre los
defensores de los intereses de Chile y los rapaces monopolios imperialistas,
vendrán nuevos contingentes ciudadanos al cauce de la Unidad popular, y a don
Radomiro Blá-Blá le pasará lo que le pasó a Paquetón.
Alessandri ofrece un gobierno
unipersonal con el afán de ocultar el propósito de los gerentes, de la Derecha y del Partido
Nacional de retomar en sus manos la total dirección del país.
Nosotros ofrecemos un gobierno
del pueblo a través de sus partidos y de los representantes de sus
organizaciones de masas en las esferas e instituciones correspondientes.
Nuestras banderas de combate
son el Programa de transformaciones revolucionarias que nos une, el Pacto de
Gobierno y de Unidad Popular y, por cierto, el candidato.
Los partidos populares daremos
la batalla contra la mentira y la demagogia alessandrista y contra el engaño
del candidato oficialista. A ellos opondremos el Programa y los cambios
institucionales que contempla este Programa y que van dirigidos a sanear la
vida política del país.
(Continúa)