martes, 27 de diciembre de 2022

LA CONFEDERACIÓN DE TRABAJADORES DE CHILE (CTCH)

 

 

                                                                Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                                Centro de Extensión e Investigación

                                                                Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

 

                                         

 


La represión alessandrista ha llegado a Valparaíso.  Varios dirigentes son detenidos.  Uno de ellos es Leonardo Cifuentes, secretario general de la Unión Regional de la FOCH.  En esas difíciles circunstancias, pasa a reemplazarlo Juan Vargas Puebla.

En la nueva función, multiplica sus esfuerzos unitarios.  Luego de perseverantes gestiones, y contando con el apoyo del Partido, logra la realización de un Congreso de organizaciones gremiales.

En ese evento surge la Federación Sindical de Aconcagua, de la cual es elegido Secretario General.

“Es éste -afirma Nicomedes Guzmán- un reconocimiento a su aguerrida posición de luchador y a su perseverante actividad dentro de la causa de los trabajadores”.

En representación de los gremios de la región de Valparaíso, viaja a fines de 1936 a Santiago, para participar en uno de los más trascendentales eventos de la historia del sindicalismo chileno.

 

CONGRESO DE UNIDAD SINDICAL 

El periódico “La Opinión”, de la capital, en su edición del viernes 25 de diciembre 1936 publica en la primera plana el título:

“Hoy a las 10 su inaugurará el Congreso de Unidad Sindical”.

Informa, además, que el acto inaugural tendrá lugar en el Teatro Municipal.

El encuentro ha sido convocado por tres organismos: la FOCH, central clasista controlada por el PC, que a pesar de la represión sufrida sigue siendo la más importante del país; la Confederación Nacional Sindical y la Confederación Nacional de Trabajadores, ambas dirigidas por el Partido Socialista, fundado el 19 de abril 1933.

El Congreso de Unidad Sindical tiene lugar nueve meses después de haberse creado el Frente Popular -el 26 de marzo-  y fruto del entendimiento allí logrado por los partidos de la Izquierda.

La Opinión”, escribe el sábado 26 de diciembre:

“Según pudimos constatar en la reunión de ayer, existen estimaciones en un apreciable sector de delegados al Congreso la siguiente mesa directiva”.  Entrega cuatro nombres para presidente.  “Uno es el de don Juan Vargas.  También señala otro para el cargo de secretario general”. (1)

El domingo 27, el mismo periódico titula:

“Acción, cohesión, lucha franca, características del Congreso de Unión Sindical”.

 

ELEGIDA MESA DEL CONGRESO DE UNIDAD SINDICAL 

Luego, bajo el subtítulo “Se eligió mesa directiva del Congreso”, informa que para presidente Juan Ojeda, delegado del Puerto Natales, obtuvo 347 votos y Juan Vargas, de Valparaíso, 246.  Agrega que fue elegido secretario general  Juan Díaz Martínez, con 343 subsecretario y subsecretario general Salvador Ocampo, con 248. (2)

El Congreso concluye el domingo 27 y cumple plenamente su objetivo:  de él surge la Confederación de Trabajadores de Chile, CTCH, la segunda central sindical clasista en la historia del movimiento obrero chileno.

 

LA MASACRE DE LA PLAZA BULNES 

La CTCH juega desde su fundación un importante rol en las luchas de los trabajadores.

Por ejemplo en enero de 1946, convocó a una concentración solidarizando con los trabajadores de las oficinas salitreras Mapocho y Humberstone en la Plaza Bulnes. Se realizó el 28 de enero de 1946. Allí  carabineros perpetraron una sangrienta masacre. Asesinaron  a seis obreros. Entre ellos a la dirigente juvenil comunista Ramona Parra.

A los pocos minutos de haberse consumado la masacre de la Plaza Bulnes, el Vicepresidente   Alfredo Duhalde decretó el Estado de Sitio y designó como ministros a los tres comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas.

La respuesta de los trabajadores fue imponente: los masivos y combativos funerales de las seis víctimas y un gran paro general, convocado por la CTCH, que se inició el miércoles 30 de enero de 1946.

  

SE INTENTA VOLVER A LA NORMALIDAD 

Los partidos de la Alianza Democrática (entre ellos el Partido Comunista) y la Falange Nacional realizaron esfuerzos por lograr la vuelta a la normalidad.  Se entrevistaron con Duhalde.  Después de largas discusiones acordaron, en la mañana del jueves 31, constituir un Gabinete formado por los partidos Radical, Democrático, Falange Nacional, Socialista y Socialista Auténtico, con apoyo del Partido Comunista.  Este Ministerio tendría por misión la realización de un plan mínimo destinado a poner fin a la sedición y a solucionar los más apremiantes problemas del pueblo.  En base al compromiso contraído por el Vicepresidente la CTCH suspendió el paro el 31 de enero.

 

LA TRAICIÓN DE BERNARDO IBÁÑEZ 

Pero Duhalde no cumplió.  Contrariamente a lo prometido, formó un Gabinete llamado del “Tercer Frente”.

Ante esta burla, la CTCH – por acuerdo unánime de su Consejo Nacional -, resolvió reanudar el paro el 4 de febrero.  El día 6, el secretario general de la CTCH y militante socialista Bernardo Ibáñez Águila llamó, desde el Salón Rojo de La Moneda, a romper el paro.  A pesar de esta maniobra divisionista, el movimiento continuó exitosamente.  La poderosa presión de los trabajadores fue conquistando importantes logros: se paralizó la aplicación de la política terrorista, fue derogado el Estado de Sitio, se devolvió la personalidad jurídica a los Sindicatos Humberstone y Mapocho; el gobierno se comprometió a poner fin a las ilegales zonas de emergencia, lo que cumplió diez días después; la Compañía Salitrera de Tarapacá y Antofagasta retiró las demandas contra los sindicatos.

 

EXPULSIÓN DE IBÁÑEZ: DOS CTCH 

Entonces, la CTCH          acordó– el 9 de febrero – poner fin al victorioso Paro General.  Al mismo tiempo, el Consejo Nacional de esta central expulsó a Ibáñez Águila por haber traicionado el acuerdo de Paro, al cual él mismo había concurrido con su voto.

Esta medida, rechazada por los dirigentes socialistas, motivó la división de la CTCH.  A partir de febrero de 1946 funcionaron dos CTCH.  Una orientada por el PC y dirigida por Bernardo Araya Zuleta.  La otra controlada por el PS y encabezada por Bernardo Ibáñez Águila.

La división de la CTCH se produjo cuando estaba en marcha un aún débil proceso de unificación sindical.  La mayoría de los obreros organizados reconocían filas en la CTCH.  Otro sector se agrupó en la Confederación General de Trabajadores, CGT, de tendencia anarcosindicalista, fundada en 1931.  La CGT vivía hacia 1946 un fenómeno de desintegración.  Reunía sólo a unos pocos sindicatos: del Cuero y Calzado, de trabajadores de imprenta, marítimos y sectores de la construcción.

 

LOS GREMIOS DE EMPLEADOS 

Los empleados particulares estaban agrupados en tres entidades nacionales:  la Federación de Instituciones de Empleados Particulares, fundada en 1931; la Confederación de Empleados Particulares, creada también en 1931, y la Confederación Nacional de Sindicatos de Empleados Particulares, formada en 1943.

Por su parte, los Empleados Públicos iniciaron la constitución de sus organismos nacionales sólo en los años cuarenta.  En 1943, surgió la Agrupación de Empleados Fiscales, ANEF; en 1944, nació la Federación de Educadores de Chile, FEDECH, que reúne a los profesores de todas las ramas de la enseñanza estatal, con excepción de los universitarios.

En 1945, se fundó la Asociación Nacional de Empleados Semifiscales, ANES.

 

LA CONFERENCIA NACIONAL DE LA CTCH 

En marzo de 1946, presidida por Bernardo Araya, se realizó la Segunda Conferencia Nacional de la CTCH.  Participaron veinte Consejos Provinciales, la casi totalidad de las Federaciones Nacionales, más algunos Consejos Departamentales y Sindicatos especialmente invitados.

Esta conferencia tuvo un sello unitario, pues asistieron a ella trabajadores radicales, democráticos, falangistas, comunistas y sin partido.  El balance realizado demostró que desde 1943 a fines de 1945 se llevaron a cabo 2.843 conflictos colectivos.

La Segunda Conferencia hizo un llamado unitario a los dirigentes y socios de la Confederación General del Trabajo, CGT, de tendencia anarcosindicalista.  Esta central había repudiado los intentos divisionistas y expresado su disposición a superar los problemas que afectaban al movimiento sindical.  Se les invitó concretamente a participar en la Comisión Preparatoria del Tercer Congreso Nacional de la CTCH y, en ella, elaborar democráticamente las bases de ese torneo, respetando la voluntad de la clase obrera y las diversas tendencias ideológicas existente dentro del movimiento obrero.  Idéntico llamado se efectuó a los obreros socialistas de base.

“Además – como anota Bernardo Araya en el artículo ‘La segunda Conferencia de la CTCH: sus tareas y futuro’, publicado en la revista ‘Principios’ Nº 58, de abril de 1946–, la Conferencia destacó la necesidad de ampliar la acción fraternal con las organizaciones de empleados públicos y particulares en torno a la lucha por los problemas y reivindicaciones comunes, por la defensa de la democracia y las conquistas sociales”. 

 

UN 1º DE MAYO CON DOS ACTOS PARALELOS 

A comienzos de 1946, la CTCH era el organismo sindical más amplio existente en el país.  Pero se dividió en febrero, por la traición de quien era su secretario general.

A consecuencia de esa nefasta división,   1º de mayo de 1946, tuvieron lugar en Santiago dos actos paralelos para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores.  En uno, el principal orador fue Bernardo Ibáñez; en el otro, el más masivo, habló Bernardo Araya.  

 

¿QUIÉÑ ERA BERNARDO IBÁÑEZ ÁGUILA? 

Algunos antecedentes ayudan a explicar la actitud asumida por Bernardo Ibáñez en febrero de 1946. A comienzos de ese año tuvo lugar en Miami una reunión en la que participaron tres sindicalistas contrarrevolucionarios cubanos – Mujal, Aguirre y Arévalo -, con dirigentes de la Federación Americana del Trabajo (American Federation of Labor). 

Guillermo Alonso y Enrique Viguier en su obra ‘La corrupción política y administrativa en Cuba 1944-1952’ informan que en esa reunión secundaban a los contrarrevolucionarios  cubanos “el chileno Bernardo Ibáñez y el argentino Romualdi.  Buscaban los traidores al movimiento obrero cubano un apoyo continental en la poderosa central sindical de tendencia ‘amarilla’ y pro patronal”.


¿CÓMO TERMINÓ IBÁÑEZ ÁGUILA? 

En las elecciones del 4 de septiembre de 1946, Bernardo Ibáñez fue candidato presidencial del Partido Socialista.  Posteriormente viajó a México, donde ejerció como profesor en una Escuela Sindical de la Organización Interamericana de Trabajadores, ORIT, que funciona en Cuernavaca.  En ella se capacita a dirigentes sindicales “amarillos” y divisionistas.

Luego de vivir varios años en el extranjero, Bernardo Ibáñez regresó a Chile en 1970, para participar en la Campaña Presidencial.  Pero no lo hizo apoyando a su ex camarada Salvador Allende, sino al abanderado de la oligarquía y del imperialismo, Jorge Alessandri Rodríguez, hijo de Arturo Alessandri Palma.

 

BERNARDO ARAYA ZULETA 

Muy distinta fue la conducta seguida por Bernardo Araya Zuleta, que quedó al frente de la otra CTCH.  Se mantuvo leal a la clase obrera, al movimiento sindical y a su partido, el Partido Comunista de Chile.  Participó en 1953 en la fundación de la Central Única de Trabajadores de Chile, CUT, en la que ocupó el cargo de Secretario Nacional de Organización.  Fue varias veces elegido diputado.  Durante la dictadura fascista continúa la lucha en la clandestinidad.  El 2 de abril de 1976 fue detenido, junto a su esposa María Olga Flores Barraza, de 62 años de edad, sus nietos Vladimir, Ninoska y Eduardo, más su cuñado Juan Flores Barraza.

El arresto se produjo en su casa de calle Barros Luco Nº 1220, de Quintero, en un operativo llevado a cabo por ocho agentes de la DINA.  Posteriormente el cuñado y los niños fueron dejados libres.  Bernardo Araya Zuleta, que al momento de su detención tenía 70 años de edad, y su compañera pasaron a formar parte de la larga lista de detenidos – desaparecidos.

 

DE NUEVO UNIDAS LAS DOS CTCH 

Hacia 1950 ambas CTCH formaron parte de un Comando Nacional contra las Alzas. Más adelante se unieron constituyendo el Comité Nacional de Obreros y Empleados. Con tal participan en la Comisión Nacional de de Unidad Sindical, que  convocó al Congreso Constituyente de la Central Única de Trabajadores de Chile.