Estimada compañera
Carla Celi, Coordinadora Técnica Comisión Relaciones Internacionales Movimiento
Alianza PAIS del Ecuador
Reciba
usted y vuestro Partido, los más sinceros saludos de hermandad y solidaridad
del Partido Comunista de Chile, en estos momentos tan cruciales para el desarrollo y ampliación de la
"Revolución Ciudadana" que tantos beneficios le ha traído al pueblo
ecuatoriano y que hoy se ven amenazados por el imperialismo norteamericano y
sus lacayos locales que no escatiman esfuerzos para retrotraer los grandes
avances que el pueblo ecuatoriano, con el Presidente Correa a la cabeza, han
implementado en vuestro país. Por lo mismo y confiados en la sabiduría de vuestro pueblo que dará la
victoria en la segunda vuelta electoral al compañero LENIN MORENO, es que
adherimos plenamente al Documento: “La Segunda Vuelta Electoral en el Ecuador:
Un manifiesto mundial.”:
Parlamentari@s:
- Guillermo Teillier,
Presidente del PCCh y Diputado de la República
- Lautaro Carmona,
Secretario General del PCCh y Diputado de la República
- Hugo Gutiérrez,
Miembro del CC del PCCh y Diputado de la República
- Daniel Nuñez, Miembro
del CC del PCCh y Diputado de la República
- Karol Cariola,
Miembro del CC del PCCh y Diputada de la República
- Camila Vallejo,
Miembro del CC del PCCh y Diputada de la República
Dirigentes Sindicales:
- Bárbara Figueroa,
Miembro del CC del PCCh y Presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores
(CUT)
- Carlos Insunza,
Miembro del CC del PCCh y Presidente de la Agrupación Nacional de Empleados
Fiscales (ANEF)
- Manuel Ahumada,
Presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC)
- Jorge González,
Miembro del CC del PCCh y Presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores
Forestales (CTF)
- Osvaldo Zuñiga,
Presidente de la Confederación Nacional Sindical, Campesina, del Agro y de
Pueblos Originarios de Chile (RANQUIL)
Dirigentes Estudiantiles:
- Matilde Méndez,
Secretaria General de la Federación de Estudiantes de Chile (FECH) y Vocera
Nacional de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH)
- Francisca Flores,
Vocera de la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES)
Dirigentes Sociales y de Derechos Humanos:
- Lorena Pizarro, Miembro
del CC del PCCh y Presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos
Desaparecidos (AFDD)
- Alicia Lira,
Presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP)
- Miguel Retamal,
Presidente de la Agrupación Nacional de Ex Presos Políticos de Chile
-Ramón Nuñez,
Presidente de la Asociación Nacional de Exiliados Retornados de Chile
- Domingo Marileo,
Miembro del CC del PCCh, Lonko del Pueblo Mapuche y Delegado Presidencial para
los Derechos de los Pueblos Indígenas de la Corporación Nacional de Desarrollo
Indígena, CONADI.
Fraternalmente,
César Bunster A.
Encargado Relaciones
Internacionales
Partido Comunista de
Chile
Nosotros,
hombres y mujeres de Nuestra América sabemos que el Ecuador se enfrentará el 2
de Abril a una batalla decisiva. Sabemos que es muchísimo lo que está en juego,
porque del resultado de esa compulsa electoral dependerá no sólo su futuro al
optar por profundizar el camino iniciado hace diez años o apostar a un regreso
sin gloria a los años que precedieron el “feriado bancario” y la previsible
debacle económica, desintegración social e inestabilidad y violencia políticas.
Del
desenlace de esa batalla dependerá también el futuro de la región y, no sería
exagerado enunciarlo, de varios países europeos porque la derrota de la
restauración conservadora sería una señal que reverberaría con la velocidad de
un rayo en países donde la alternativa a la hecatombe neoliberal parecería ser
sólo la derecha fascista y xenófoba. El pueblo del Ecuador, rechazando el canto
de sirena de los exponentes locales de esta fórmula política, podría dar una
señal a todo el mundo de que hay otros caminos para salir de la crisis.
Sería
ocioso detenernos en la prolija enumeración de los grandes logros de la última
década: expansión económica y diversificación de los lazos del comercio
internacional todo lo cual fue puesto al servicio de la inclusión social, el combate
a la pobreza, el avance de la equidad en uno de los países más inequitativos
del mundo, notable expansión de la educación y la salud públicas, desarrollo de
una impresionante infraestructura de caminos, transporte y comunicaciones,
soberanía nacional e inserción protagónica de Ecuador en un sistema
internacional agitado por profundas contradicciones. Pese a ello, este país
relativamente pequeño por su territorio pero grande por su dignidad le ofreció
al mundo la posibilidad de que un personaje crucial para las luchas
emancipatorias de nuestro tiempo, Julian Assange, siga vivo y en libertad
gracias al asilo concedido por el gobierno del presidente Rafael Correa,
aportando preciosas informaciones sobre los mecanismos ocultos del despotismo
del capital.
Todo
este avance, que por supuesto no significa desconocer la inevitable existencia
de asignaturas aún pendientes, será sometido a prueba en el ballotage que
tendrá lugar el próximo 2 de Abril. La historia reciente de Nuestra América
enseña que logros aparentemente inconmovibles promovidos por gobiernos
progresistas y de izquierda fueron removidos sin miramientos y sin mayor
resistencia cuando el gobierno fue recuperado por la derecha. Esto ocurrió en
la Argentina con la elección de Mauricio Macri, y de manera ilegal e ilegítima
en los casos de Honduras, Paraguay y, hace apenas unos meses, Brasil.
Pensar
que la derecha en Ecuador va a honrar las reglas del juego democrático para
acceder al gobierno, o que una vez en él va a respetar las conquistas populares
es una peligrosa ingenuidad y una muestra de que no se han aprendido las
lecciones de la historia. Una ojeada a las políticas ensayadas por estos
gobiernos una vez que desalojaron a sus predecesores de signo progresista basta
para convencernos de su naturaleza inherentemente oligárquica y su ánimo
revanchista.
Para
quienes piensen que este talante no existe en las fuerzas de la derecha es
suficiente recordar la amenaza proferida por el ex alcalde de la ciudad
ecuatoriana de Baños que, ante una turbamulta que rodeaba al Consejo Nacional
Electoral la noche del 19 de Febrero, dijo que incendiaría Quito en caso de que
los informes de dicho organismo confirmaran la victoria en primera vuelta del
candidato de Alianza País, Lenin Moreno. Para muestra de lo que podría ocurrir
en Ecuador con un triunfo de la derecha basta ese botón.
Lo
ocurrido en otros países del área debería ser cuidadosamente examinado por el
electorado ecuatoriano. En Argentina la restauración conservadora produjo
recortes masivos en programas sociales junto con exorbitantes aumentos de las
tarifas de los servicios públicos, despidos masivos y caída vertiginosa del
salario real, todo lo cual provocó un veloz resurgimiento de la pobreza en el
país. En Brasil, un ajuste durísimo congelando el presupuesto del sector
público hasta el año 2030 haciendo caso omiso de las renovadas necesidades
planteadas por el aumento de la población y la eliminación del pago de las
horas extras a los trabajadores para, de ese modo, atraer a la inversión
extranjera tendrá un resultado similar al que ya se registra en la Argentina.
En Honduras y Paraguay la represalia por la osadía de haber elegido gobiernos
reformistas y democráticos (Mel Zelaya y Fernando Lugo respectivamente) desató
la cruel venganza de los sectores tradicionales del poder que acompañaron el
desmontaje de las políticas de inclusión social con una furia represiva que
convirtió al país centroamericano en el más inseguro y violento del mundo.
Más
allá de las asignaturas pendientes y los errores de concepción y aplicación
que, como cualquier otro gobierno, haya tenido el de Rafael Correa, la “década
ganada” en Ecuador puede y debe ser preservada. Nada de lo logrado fue producto
de la casualidad ni del azar. Altos precios internacionales favorecieron a
todos los países de la región, pero salvo Ecuador y unos pocos más, en los demás
casos las rémoras de la injusticia social permanecieron incólumes porque no
existió la decisión política que sí hubo en este país de aprovechar ese momento
excepcional de la economía mundial para hacer los cambios que grandes sectores
postergados de la población venían reclamando por décadas, cuando no por
siglos.
A
diferencia de otros países hubo en Ecuador la decisión política de aprovechar
el momento y hubo también el liderazgo del presidente 3 Correa, indispensable
para concretar, en mayor o menor grado, esas promisorias oportunidades. Mérito
tanto mayor el de este país en cuanto tuvo que emprender un programa de
reformas y cambios sin contar con un instrumento fundamental de gobernanza
macroeconómica: la política monetaria. Como se recordará, el bloque de fuerzas
de derecha que hoy se presenta como la novedad o “el cambio” fue el causante en
1999 del cataclismo económico y financiero del país, con profundas secuelas en
lo político y social.
Gracias
a la gestión de esa coalición de banqueros con oligarcas y otros grupos
tradicionales -hoy impúdicamente amparados y blindados mediáticamente por la
prensa hegemónica- se produjo el derrumbe de la economía y el nefasto “feriado
bancario”, eufemismo que encubre lo que fue un enorme negociado del cual salieron
favorecidos los grandes banqueros que hoy pretenden retornar al gobierno y que
perjudicó a la enorme mayoría de la población ecuatoriana.
La
irresponsabilidad y falta de patriotismo de esos grupos dirigentes le costó al
Ecuador la pérdida de su signo monetario y la mutilación de un componente
fundamental de su soberanía nacional: la desaparición del sucre como moneda
propia y la forzada adopción del dólar como signo monetario local y provocar
una huida en masa de unos dos millones y medio de ecuatorianos que de la noche
a la mañana tuvieron que abandonar el país para sobrevivir. Estos son los
turbios antecedentes de quienes hoy pretenden erigirse como salvadores de la
patria.
Insertos
en esta amenazante coyuntura histórica, con un sistema mundial signado por un
elevado grado de incertidumbre e inestabilidad causado por el progresivo
derrumbe de un supuesto “orden mundial” que no era tal, Ecuador deberá tomar
una decisión crucial para sus futuras generaciones. Como pocas veces en la
historia, ahora el pueblo tiene el destino en sus manos. Para actuar con
racionalidad y patriotismo tendrá que recordar, que hacer memoria y preguntarse
cuáles eran las oportunidades de progreso individual y bienestar social que le
ofrecía el Ecuador anterior a la “Revolución Ciudadana”; preguntarse también si
tenía más derechos de los que tiene hoy y si sus hijos tendrán, bajo un
gobierno de banqueros inescrupulosos que siempre despreciaron al pueblo, la
posibilidad de continuar educándose, gozando de protección médica y de los
derechos sociales conquistados en los últimos años.
Esta
recordación es imprescindible, pero es exactamente eso lo que la dictadura
mediática que agobia con sus mentiras al Ecuador no quiere que hagan las
ecuatorianas y los ecuatorianos. Para tal fin los bombardean incesantemente con
noticias espectaculares de corrupción que a poco andar caen bajo el peso de sus
propias falacias; con denuncias infundadas y ataques personales a las
principales figuras del oficialismo, todo con el afán de convencer al pueblo
que está en manos de una pandilla de delincuentes. La desfachatez e
inescrupulosidad del 4 bloque restaurador no tiene límites y su estrategia ha
sido embotar a la población con una catarata interminable de mentiras e
infamias, ante lo cual será imprescindible el ejercicio de la memoria para
desbaratar sus planes. Para neutralizar esos arteros ataques bastará con que
cada quien recuerde cómo estaba antes y cómo está ahora; qué perspectivas
vitales tenía antes y cuáles tiene a hora; si antes podía soñar con que sus
hijos llegaran a la universidad y si el sueño se convirtió en realidad ahora;
si antes había un Estado que cuidaba de su salud y si lo hay ahora, y así
sucesivamente. La respuesta a esas simples preguntas persuadirá a las
ecuatorianas y los ecuatorianos que sólo el binomio Lenin Moreno-Jorge Glas
será capaz de continuar con el camino recorrido y que ha cambiado, para bien,
el rostro del Ecuador. Que optar por los responsables del “feriado bancario”
sumiría a este país en una crisis aún más grave que la del año 1999.
Todo
el mundo estará pendiente de lo que ecuatorianos y ecuatorianas decidan hacer
de sus vidas el próximo 2 de Abril. Pendiente de si hacen oídos sordos ante el
“terrorismo mediático” que los aturde e impide pensar y deciden continuar la
marcha ascendente hacia una nueva y mejor sociedad; o si, desafortunadamente,
quedan apresados por su falaz propaganda y emprenden un camino de regreso que
termina, inexorablemente, en el abismo. Para avizorar su futuro en caso de que
triunfe la candidatura de los banqueros los ecuatorianos deberían mirarse en el
espejo de la Argentina y tomar nota del sufrimiento y la desesperación de su
pueblo ante el revanchismo social de la restauración conservadora. Confiamos en
la sabiduría y la memoria del pueblo ecuatoriano y por eso estamos seguros que
en la segunda vuelta se producirá la aplastante victoria de Lenin Moreno y
Jorge Glas.
Nosotros,
amigos del Ecuador, tenemos confianza en que así será y que esa luz que hace
diez años brilla con fuerza en la mitad del mundo seguirá encendida, para bien
del Ecuador y de la humanidad.
Las adhesiones a: alianzapaisinternacional35@gmail.com
Adherentes:
Atilio Borón
(Politólogo, Investigador Superior del Conicet, Argentina); Piedad Córdoba
(Activista de los DD.HH, Colombia); Fernando Buen Abad Domínguez (Doctor en
Filosofía, México); Juan Manuel Karg (Politólogo UBA. REDH Argentina. Investigador CCC, Argentina);
Laureano Ponce (Periodista del Portal de Noticias Internacionales “Pulso de los
Pueblos”, Argentina); Cristina Susana Petrovich (Argentina); Fernando Arellano
Ortíz (Director del Observatorio Latinoamericano Sociopolítico); Alejandra
María Sarda (Argentina); Salvador López Arnal (Profesor de la Universidad
Nacional de Educación a Distancia (UNED), Barcelona, España); Willis Santiago
Guerra Filho (Profesor de la Pontificia Universidad Católica de São Paulo);
Katu Arkonada (País Vasco-Bolivia, Secretaria Ejecutiva de la Red en Defensa de
la Humanidad); Nelson Pineda Prada (Venezuela