jueves, 30 de marzo de 2017

“Batalla de Santiago” en el Puerto Rojo, 1 y 2 de abril de 1957



             
Por Iván Muñoz




“Batalla de Santiago” es el termino castrense  usado por el general Horacio Gamboa Núñez,- jefe de la Guarnición de la capital-,  al informar  en cadena radial   sobre los graves sucesos que conmocionaron al país  el 1 y 2 de abril de 1957 comunicando  que la situación había sido  controlada con un saldo   23 víctimas fatales  y 500 heridos, allanamientos, destrucción de bienes materiales, asalto a la Imprenta Horizonte, detenciones y relegaciones de dirigentes sociales. Se suscitó un  intenso debate  político y social aumentando la presión sobre el Gobierno derivando en  el Congreso Nacional cambios institucionales como la aplicación de la cedula única electoral y la derogación de la llamada “Ley maldita “que proscribía al Partido Comunista.
La administración de Carlos Ibáñez electo en 1952  con amplio apoyo electoral bajo el lema del “General de la Esperanza” había derivado en  una grave crisis económica  perdiendo todo apoyo político y social, para remontar el  gobierno aplica las   medidas reactivadoras de corte liberal recomendada por la Misión Klein-Sacks: congelando  salarios, eliminando la  fijación de precios y otras imposiciones que desatan un rechazo generalizado. El alza del pasaje de “micros”, activa el repudio colectivo e irrumpen en Valparaíso organizadas  manifestaciones de rechazo promovidas por el Comando Contra las Alzas  organismo constituido por la CUT, Federaciones Estudiantiles, trabajadores  portuarios y marítimos, partidos políticos. En una de las  manifestaciones había resulto un trabajador muerto víctima de la represión policial.
El fenómeno social  se extiende espontáneamente  sin   conducción central, la fuerza de las multitudinarias manifestaciones  en la capital adquiere tal gravedad que es sobrepasada la fuerza policial disponiéndose el uso del ejército bajo el mando del Jefe de la Guarnición de Santiago Horacio Gamboa Núñez.
Los hechos no solo estuvieron circunscritos a las grandes  ciudades, ¿cómo vivimos los entonces adolescentes y habitantes del San Antonio esos días? Los sucesos informados radialmente    repercutían entre los estudiantes del Liceo Fiscal del puerto, en el seno del  Centro de Alumnos al que  pomposamente denominábamos “Gobierno Estudiantil,”  integrado por los presidentes de cada curso  y la  directiva generada democráticamente,  se debatía que hacer frente al alza del pasaje y lo que sucedía.
En Chile desde inicios del siglo pasado en torno al transporte marítimo  habían surgido incipientes organizaciones sindicales marítimo/portuarias en que gravitaban la orientación anarquista surgido del contacto  de los estibadores de Valparaíso con los tripulantes de barcos norteamericanos afiliados a la Industrial Transporte Worker´s, I.W.W. y las  otras con concepciones más avanzadas bajo el impulso de la FOCH, Federación Obrera de Chile con gravitación del naciente Partido Comunista de Chile. El movimiento sindical reivindicativo  y político adquiría un  potente foco en los puertos del país y en San Antonio alcanzaron desde la  segunda década del siglo pasado gran notoriedad por la fuerza, organicidad y sentido de clase entrando en reiterados conflictos con  las empresas  multinacionales que controlaban el transporte naviero  hacia  y desde el Pacifico.
Los navieros  por su parte ya desde 1875 habían creado las Conferencias de Fletes o Conferencias Marítimas, “ Conferencia de Calcuta” regulando el transporte entre el puerto hindú e Inglaterra, surgiendo así los primeros cárteles transnacionales del transporte marítimo que determinan las condiciones de fletamento, rutas, tarifas, contratación de mano de obra en  puertos, imperando el principio de la máxima rentabilidad y el rigor de sus códigos de conducta que calificaba  a los terminales de carga  según su eficacia operativa .Circulaba en el medio naviero la definición de  “puerto sucio “para  aquellos terminales  “conflictivos” aplicando recargos tarifarios a esos destinos. De allí en parte surge el calificativo o mote de “Puerto Rojo” que San Antonio mantuvo en décadas y  del que muchos  porteños se ufanaban, fue el   producto de  los conflictos entre trabajadores y empresarios navieros, los portuarios defendían sus reivindicaciones de todo orden y esto era una  enseñanza y ejemplo para los vástagos de la época.
En  marzo y abril  de 1957 en medio del tenso clima que agitaba al  país entre los liceanos del puerto laten estos principios,  deciden desde el “Gobierno Estudiantil” rechazar al alza del pasaje de   “micros”, dejan de asistir a clases y manifiestan en las calles. El  2 de abril  convocan  a una manifestación en la plazoleta de la Gobernación Departamental, el permiso originalmente concedido se revoca, decenas de estudiantes del Liceo Fiscal  repartieron en organismos sociales, sindicatos y colegios de la zona,  un volante que argumenta la protesta y convoca al mitin, volante  aportado por la Imprenta Orientación de aquel entonces.
Carabineros reclama la disolución del mitin por falta de permiso, al que concurren trabajadores marítimos, portuarios, de la construcción, Fábrica de Botones, mucha gente, la masividad permite que convengamos  con Carabineros en caminar por la acera hasta San Antonio y allí disolvernos pacíficamente. Marchando a  la altura de Puertecito se origina un incidente al paso de una “micro” generado desbande y agitación, en multitud corremos hacia Centenario desde Barros Luco y 21 de Mayo, la tranquilidad habitual se rompe estrepitosamente, gritos, consignas, carabineros, estudiantes y gente de todas condición  corren   en una y otra dirección por Gregorio Mira, Pedro Montt, Centenario, conmoción  general en el puerto.
Nos informan a los dirigentes que ha sido detenido un liceano, temerariamente concurrimos a la Comisaria, Juan Pino, Humberto Carrasco y quien relata, verificándose este dialogo:
“Solicitamos la inmediata libertad de Diego Opazo”,
“¿Quiénes son ustedes?,” espeta el oficial a cargo,
“Dirigentes del Gobierno estudiantil”, respondemos al unísono tratando de mostrar                                  seguridad,
“Metan al calabozo a estos hu…….”, ordena el oficial poniéndose de pie. 
Luego de un tiempo somos trasladados al Servicio de Investigaciones, Humberto Carrasco  es  recibido por su propio padre, detective de guardia, lo amonesta  por “meterse con  los comunistas”. Desde los calabozos nos envían  con cada uno de nuestros padres ante  el Gobernador Departamental, que junto al Director de la Escuela de Ingenieros Militares de Tejas Verdes, el Coronel o Mayor de Carabineros, el Jefe de Investigaciones, más el Rector del Liceo ,  inquirieren quien nos había inducido a organizar la manifestación y sus móviles.  Como en la mayor parte de aquellos acontecimientos la conmoción en San Antonio surgió de la espontaneidad y del clima reinante en el país, la base de la Jota existente en el Liceo no había tratada el tema dada la inexperiencia de quienes la componíamos y la falta de orientación central.
Liberados en torno a las 2 de la mañana un numeroso grupo de estudiantes nos aguardaba, al día siguiente se presentó un carabinero en cada una de nuestras casas y los “incipientes  conspiradores” fuimos conducidos al Liceo donde estábamos solo los cuatro, el paro continuaba y aún no apreciábamos  la magnitud de lo que conmocionaba al país y sus repercusiones postreras...
Así vivimos  hace 40 años el 1 y 2 de abril de 1957 en San Antonio, ¡A LUTA CONTINUA…!

Ivan Muñoz Rojas