Queridos compañeros:
Pasado mañana, miércoles 14
de septiembre de 2016 es la gran cita. Nos juntaremos en el ICHIL a las 19
horas para recordar y rendir homenaje al recordado y querido dirigente Luis
Corvalán Lépez.
Adjuntamos parte de una
entrevista que realizó Ana María Pino a
Don Lucho.
Un abrazo,
Iván Ljubetic Vargas
El 10 de septiembre del 2008, Ana María
Pino Yáñez realizó, en su hogar de Ñuñoa.
la última y muy interesante entrevista a Don Lucho. De ella, tomamos
algunos de sus partes. Le hemos colocado como título la respuesta a su última
pregunta.
-¿Cómo y cuándo conoce a su compañera de vida Lily Castillo
--Ella dice que me conoció en Iquique cuando
tenía ocho años y yo trabajaba de profesor en la Escuela Nº 1, la Escuela Santa
María, donde el 21 de diciembre de 1907 se produjo la masacre cuyo centenario
se conmemoró en la misma fecha del año 2007. De lo que yo me acuerdo es haberla
visto por primera vez en un baile que tuvo lugar un día sábado en la noche en
la sede de la Primera Comuna del Partido Comunista, sede situada en la esquina
de Merced con Estado, allí estaba Lily acompañada de sus padres y la saque a
bailar. Años después, fue mi secretaria cuando me desempeñaba como Director del
Diario El Siglo.
Permítanme que yo cite lo que al respecto digo en mis
memorias:
“Mucho se ha hablado y escrito del uso y del
abuso que hacen los ejecutivos con sus secretarias. En mi caso la situación se
dio al revés. Lily se propuso
conquistarme. Empezó cerrando por fuera, con llave, la puerta de mi oficina,
para que nadie entrara a interrumpirme, y
terminó cerrándola por dentro, haciéndome más de una grata interrupción.
Cuento esto en honor a la verdad y especialmente a Lily, pues no sé por qué
diablos siempre he infundido un temor reverencial y ella lo venció.
Yo había sido contrario al matrimonio. Estaba
en un error. Ahora comprendo que una de las delicias de la vida lo constituye
el hogar, primero el de nuestros padres, después el propio. Pero ese error me
salvó, afortunadamente, por lo menos de
un matrimonio fracasado. Además de buena moza y simpática, encontré que su
afiliación a la causa comunista le salía de adentro. Iquiqueña, hija de un
cargador del Puerto y de una cocinera, se había criado viendo flamear desde muy
chica la bandera del Partido. Treinta años junto a mí en las duras y en las
maduras prueban que hice bien en dejarme querer por ella y yo responderle con
mi cariño ilimitado”.
Desde que escribí lo anterior han pasado 32
años. En diciembre de este 2008 cumpliremos 62 años de matrimonio. Varios
camaradas y amigos me preguntan dónde
está el secreto. Lo digo francamente. Hay que comportarse en la casa de tal
manera, que ella sea la que mande y cuando haya una desavenencia no hay que
alzar la voz ni cosa que se parezca. He optado por callarme cada vez que se
enoja. Como decía mi camarada y amigo uruguayo Rodney Arismendi, “para pelear
se necesitan dos a lo menos”, y si uno se calla no hay pelea.
--¿Qué papel jugó el Partido Comunista en el Gobierno de la Unidad Popular?
--Fue el principal protagonista y el
colaborador más permanente desde el primer hasta el último día del Gobierno de
Allende. Desde el momento de su constitución puso en marcha una nueva política
que contemplaba una serie de medidas a fin de hacer realidad una revolución
democrática con miras a construir una sociedad socialista. El Presidente y el Partido Comunista coincidieron en
definirla como una revolución socialista por una vía pacífica.
Los comunistas fuimos, además, los
que más nos esforzamos en la aplicación práctica de su política.
--¿Cómo eran sus relaciones con el Gobierno en su calidad
de Secretario General del Partido
Comunista?
--Eran frecuentes, permanentes, nos reuníamos
casi todas las semanas, en ciertas circunstancias todos los días. Lo hacíamos
en La Moneda o en su casa de Tomás Moro. También con cierta frecuencia nos
reuníamos los comunistas, los socialistas y Allende, lo que algunos llamaban la
“mesa de tres patas”, por ser los partidos más numerosos de la Unidad Popular.
Cada cierto tiempo de labor gubernamental realizábamos encuentros de análisis y
balance todos quienes constituíamos la alianza gubernamental.
--En una mirada retrospectiva a treintaitantos años, ¿Por
qué no se pudo salir adelante? ¿Qué fue lo que pasó?
--Hay dos factores o causas que
terminaron con el derribamiento del gobierno del Presidente Allende:
El imperio norteamericano, bajo
el gobierno de Richard Nixon hizo todo cuanto pudo primero para impedir el
triunfo de Allende y su elección como Presidente de Chile y segundo para
derribarlo e impedir que cumpliera su período como primer mandatario. Nadie
puede negar estos hechos. Henry Kissinger, que fue el brazo derecho de Nixon,
lo confiesa todo en sus memorias. Y lo demuestran o lo prueban también los llamados documentos secretos de la CIA
(Central de Inteligencia Americana) que se dieron a conocer a todo el mundo.
Pasados los primeros meses, surgieron, en forma creciente, diferencias
entre los partidos en cuanto a la
aplicación del programa. Nosotros éramos partidarios de cumplir estrictamente
lo que habíamos prometido, esto de
realizar los cambios revolucionarios de acuerdo con la Constitución y la
ley, movilizando al pueblo para vencer la resistencia de los enemigos y buscar,
en ciertos casos, el acuerdo con la Democracia Cristiana. Surgieron voces al interior de la UP que
trasuntaban o expresaban la pérdida de
tranquilidad por determinados problemas políticos y abogaban por la aplicación
de medidas a contrapelo de lo que opinaban quienes se distinguían por su
crítica al gobierno, sin buscar el entendimiento. Por ejemplo, se realizó una
marcha de la Democracia Cristiana en Concepción, que fue autorizada, hubo
quienes en la UP no la aceptaron. También hubo una vacante a diputado en la
zona de Valparaíso. La vacante correspondía a un parlamentario DC. La opinión
de Allende y el PC era no presentar candidato. Los socialistas insistieron y
determinaron que el candidato les correspondía a ellos. Se produjo la elección
y perdió el candidato socialista
--Con la estrategia de la rebelión popular de masas ¿hubo un
cambio en la línea política del Partido Comunista de Chile trazada en sus
diferentes congresos?
--No hubo precisamente un cambio en la línea
política, sino la incorporación de una nueva táctica, del uso de todas las
formas de lucha, pacíficas o violentas, e incluso el empleo de las armas para
echar abajo la dictadura. Este fue el planteamiento que hicimos el 3 de
septiembre de 1980, cuando habían
transcurrido 7 años del Golpe militar, la dictadura había logrado ya destruir la democracia chilena, se
afianzaba y buscaba institucionalizarse mediante el Plebiscito que había
convocado para el 11 de septiembre para
refrendar su Constitución y asegurar la incesante auto-reproducción del
sistema. Dicho plebiscito se realizaría –se realizó- sin Registros Electorales
ni mesa receptora de sufragios sometidas al control popular. Para terminar con
la dictadura ya no bastaba con la declaración de protesta y otros métodos
tradicionales. A la dictadura no se le podía poner fin mediante nuevas declaraciones y
protestas. El llamado a la Rebelión Popular tuvo amplia acogida en la opinión
pública y desde luego en los partidos de la Unidad Popular.
Inmediatamente de haberse realizado
el plebiscito, la Unidad Popular formuló
en Santiago una declaración en la cual afirmó que el pueblo de Chile
“reivindica su derecho a la resistencia contra la opresión que habrá de
expresarse de los más variados, masivos
y efectivos métodos de lucha, incluso el supremo derecho de la rebelión contra la tiranía”. La
Rebelión Popular empezó a manifestarse a través de las mujeres que reclamaban
contra la detención, desaparecimiento o asesinato de sus seres queridos. Se
destacaron las huelgas de hambre de madres, esposas, hijas e hijos de los
detenidos desaparecidos.
En las poblaciones se efectuaron cacerolazos
y cadenazos en puntos neurálgicos de la red eléctrica que afectaban a bastas
regiones del país y eran recibidas con entusiasmo por la mayoría
ciudadana. En el curso del mes de abril
de 1981 se realizaron apagones a lo largo del país, voladuras de puentes y de
líneas de trenes de Santiago al sur, de Valparaíso a Santiago y San Felipe a
Los Andes. Fue asaltada la Armería Morandé y capturadas sus armas. En el mes de
mayo de 1981 se tomaron las agencias periodísticas Asociated Press y ANSA, transmitiéndose a través de ellas
proclamas en contra de Pinochet, fue asaltada la Armería Italiana con la
consiguiente captura de armas. En julio hubo un nuevo apagón que abarcó a gran
parte del país. En agosto se realizó un asalto y captura de armas en las
Armerías Ricci, Italiana y Real. En septiembre se produjo un nuevo apagón
nacional y toma y quema de trenes de la línea Santiago-Valparaíso.
A la lucha contra la dictadura se incorporaron
de más en más, con sus propias formas y sus propios métodos todos los partidos
de la Unidad Popular, la Democracia Cristiana, los radicales y gente sin
militancia política. 1986 fue el año de las grandes protestas, el año del
Atentado a Pinochet en el Cajón del Maipo y del desembarco de las armas del
Frente Patriótico Manuel Rodríguez en Carrizal. Estos últimos hechos llevaron
el pánico a las filas de la burguesía.
En un sector de la oposición surgió
la tendencia favorable a la conciliación con Pinochet. El gobierno
norteamericano envió al país a un emisario suyo, Robert Gelbart, que se
entrevistó con el gobierno, con todos los partidos, menos el comunista,
instando a todos ellos a entenderse y aislar a los comunistas.
La aplicación creciente de la Política de Rebelión
Popular llevó a la propia dictadura a buscar alguna fórmula de
entendimiento con sus enemigos de la
burguesía. Ya en 1985 se habían tendido puentes de amistad y acuerdos entre
unos y otros. En el mes de julio, el Cardenal Fresno, el Obispo Valech, el
Vicario Precht y los políticos Patricio Aylwin, Carlos Briones, Francisco
Bulnes, Enrique Silva Cimma, Pedro Correa, Andrés Allamand, René Abeliuk, Hugo
Cepeda y Gabriel Valdés más Sergio Molina, Fernando Léniz y José Zavala, estos
últimos asesores de Fresno, se reunieron en el Convento de Calera de Tango para
buscar el diálogo y el entendimiento con Pinochet. Según documento publicado en
el vespertino La Segunda el 26 de agosto de 1985 y diez años más tarde en el
mismo diario, apareció una separata con el nombre de “Entretelones del Acuerdo
Nacional”. Su autor José Zavala fue uno de los tres coordinadores del acuerdo.
La Política de Rebelión Popular no pudo seguir aplicándose hasta derribar a
Pinochet y su institucionalidad. Pero sin mediar ella, la dictadura se habría
mantenido muchos años más.
--¿Por qué cree Usted
que fracasan las dos grandes acciones que programa el FPMR para el año 1986: la
internación de armas de Carrizal Bajo y el atentado a Pinochet? ¿Coincide con
el planteamiento de que ese año era “el año decisivo”? ¿Estaban infiltrados? ¿Faltó capacidad
logística?
--El atentado fue una operación muy bien
preparada, pero se cometieron fallas garrafales. Es un hecho, por ejemplo, que
los fusiles que utilizaron no eran los adecuados y todos los antecedentes que
yo tengo indican que los combatientes de
Carrizal Bajo no cumplieron con las normas de clandestinidad y su presencia terminó por llamar la atención
de alguna gente. No hubo infiltrados. El
año 86 fue un año muy importante, fue el año
de las mayores protestas. Pero los dos hechos anteriores ocurrieron este
mismo año y estos hechos hicieron que dejara de ser el año decisivo en la lucha
contra la dictadura.
--Usted es un hombre que conoció y practicó la política en
profundidad. ¿Qué opinión tiene sobre los estilos y valores de la política
actual? ¿Qué opina de la baja valoración de la política que tiene el ciudadano
y la baja participación de los jóvenes?
--La mayoría del país mira con desprecio la
política de hoy. Ese desprecio se expresa de muchas maneras: mediante la
reducción del número de los militantes de los partidos
políticos, la reducción del número de ciudadanos que se inscribe en los
registros electorales, el aumento de los que no van a votar, de los votos nulos
o en blanco, el desmérito de los
parlamentarios y el repudio de la población a los actos de corrupción en que no
pocos de ellos se ven involucrados y su convivencia con el sistema electoral
vigente. A lo anterior se suma la preocupación que ellos tienen por aumentar de
un modo u otro el monto de sus dietas y sobre todo el desinterés que demuestran
por conocer la opinión de la gente incluida sus propios electores.
Con anterioridad al Golpe de Estado la mayoría
de los
políticos se preocupaban de los grandes problemas nacionales, de la
política económica, de las políticas sociales y de atender a la solución de los
problemas que más angustiaban a la gente. Hoy esto no se ve o se ve en forma
muy reducida.
--¿Cómo resolver
esta situación?
--No hay más solución que un cambio profundo
terminando de raíz con todo aquello que dejó el sistema de Pinochet para que la
ciudadanía chilena no tuviera mayor participación en la política chilena, y
dejara la conducción del Estado en poder de los políticos que estuvieron con él
o siguieron sus aguas.
--¿Considera que los
estilos de hacer política son diferentes si compara la época en que usted era
parlamentario y el presente?
--Considero que el aparato gubernamental, los
que detentan el poder no solo en el Gobierno, sino en todas las instituciones
del Estado, están en manos de los grandes intereses económicos y que es esto
precisamente lo que hay que cambiar. No se trata de una cuestión de estilo o
bien los estilos de hacer política imperantes tienen que ver con el modelo que
viene de los tiempos de Pinochet.
--¿Cómo mejorar la
calidad de la política?
--Ante todo cambiando profundamente la
composición social y la orientación del gobierno.
--¿Qué mensaje entregaría a la juventud de nuestro país, particularmente a aquella que
manifiesta no tener interés en inscribirse en los registros electorales ni
interés en la política?
--Hay que hacer todo cuanto podamos por apoyar
a la juventud que sale a la calle a defender sus demandas.
--¿Cuál es su legado?
--Luchar hasta el último día de mi vida.