sábado, 15 de junio de 2013

EL CHE







Hoy hace 85 años que nació El Che. Me permito enviarle unas palabras que pronuncié cuando se cumplieron 80 años de su nacimiento. Los hechos de su vida siguen teniendo vigencia,

Ciro Oyarzún


EL CHE


Hoy nos reunimos convocados por la historia. En días como estos, hace 80 años nació Ernesto Guevara Serna, conocido para la posteridad como el Che. Este nombre reemplazó al suyo original, en sintonía con las corrientes
revolucionarias de estos tiempos, del mismo modo que el Quijote desplazó al nombre del manchego don Alonso Quijano. Como él, continúa con sus afanes de idealista, es decir, de revolucionario, luchando por sus utopías y desbaratando entuertos por el mundo, a través del quehacer de nuevas generaciones que enarbolan su nombre como símbolo de integridad revolucionaria.

Hoy la historia nos convoca porque, como en otros lugares de Latinoamérica, conmemoramos un hecho similar al nacimiento de Bolívar, San Martín u O’Higgins. Cada uno de ellos, a su manera, se integró a las corrientes emancipadoras de su época, que era la lucha por la independencia de España. El Che, en su momento histórico, se transformó en el héroe de la lucha contra el imperialismo.

En la medida que el tiempo transcurra, la palabra Che se consolidará como la denominación del revolucionario por antonomasia en las batallas por la justicia y la libertad.

Quienes tuvimos el raro privilegio de convivir en su entorno y conocerlo en los quehaceres del trabajo cotidiano, cuando era Ministro de Industrias en Cuba, podemos dar fe de su condición de hombre adelantado a su época, de
sus dotes de organizador, de su carácter de trabajador incansable, así como de su sed de conocimientos que nunca logró saciar.

Respecto de esto último, conocido es que, terminada la lucha contra la dictadura de Batista, en medio de sus múltiples tareas como dirigente del Gobierno Revolucionario, destinó muchas horas de su escaso tiempo al estudio de las matemáticas.

Su afán de conocimientos lo condujo a estudiar profundamente El Capital de Carlos Marx. Las concepciones forjadas en ese estudio lo llevaron a asumir posiciones críticas frente a determinadas prácticas existentes en los paises socialistas. En ese sentido se adelantó a su tiempo. Algo de esas prácticas tuvieron que ver con el desmoronamiento del campo socialista, para llevarnos al mundo unipolar en el que vivimos.

Ahora se han comenzado a publicar las ideas del Che bajo el título de “Apuntes Críticos a la Economía Política”.

Como su nombre lo indica son bosquejos de sus pensamientos, no obra acabada. Corresponde a otros, en estos nuevos tiempos, profundizar en los mismos para consolidar su contribución al perfeccionamiento de la teoría revolucionaria, cuya génesis data de hace más de siglo y medio con los trabajos inaugurales de Carlos Marx y Federico Engels. Es de sobra conocido que el conjunto teórico del Marxismo no constituye un esqueleto fosilisado. Por el contrario, debe enriquecerse y modificarse a la luz de la práctica social. A ello debiera contribuir el estudio de esa epopeya del siglo XX que son la Revolución Rusa y la Unión Soviética, y de esa otra epopeya que sigue en el siglo XXI, aquí en nuestra América, la Revolución Cubana.

El Comandante actuaba siempre con el ejemplo. Lo recuerdo en los trabajos voluntario yendo a los cortes de caña. Dejaba su auto y su escolta y viajaba mezclado con nosotros, como un voluntario más, en el camión que nos transportaba.

Tengo grabada también la imagen de cuando, en la ardua tarea que significa cortar la caña de azucar, le sobrevenía un ataque de asma, el Che descansaba un momento, si se le puede llamar descanso a ese agitado reposo de los asmáticos, y continuaba después con el mismo empecinamiento inicial.

Cuando se habla del Che se habla de un hombre de profunda sensibilidad.

En sus andares de guerrillero llevaba en su mochila el Canto General de Pablo Neruda, robando espacio a las balas necesarias para el combate, y a las medicinas que su crónica asma le obligaba a llevar consigo.

Ya durante su viaje inicial por América, egresado estudiante de medicina, al conocer las desigualdades existentes en nuestros países, el Che definía lo que sería su futuro ineluctable. En esa temprana etapa de su vida escribió:

“Ya crispo mi cuerpo, listo a la pelea y preparo mi ser, como un sagrado recinto, para que en él resuene con vibraciones nuevas y nuevas esperanzas el aullido bestial del proletariado” .

Por Bolivia pasó el Che en su segundo viaje por América,

En un periplo que lo llevó finalmente a integrarse a la lucha insurreccional en Cuba. Luego vendría su invaluable trabajo en la patria de Martí, los avatares guerrilleros en el Congo y, finalmente, la guerrilla en Bolivia.
Aquí se truncó el sueño de expandir la lucha guerrillera antimperialista al cono sur de América. Moriría cobardemente asesinado, por instrucciones del gobierno Norteamericano, a los 39 años de edad, es decir, en la flor de su vida creadora.

Es bueno recordar lo que el Che decía de la condición que impone la lucha a los revolucionarios, y que lo retrata en toda su superioridad. Decía el Comandante que hay que endurecerse pero sin perder jamás la capacidad de ternura.

Vale la pena insistir una vez más en que el Che siempre predicó con el ejemplo. No le dijo a otros vayan a pelear por la libertad de América. Lo hizo dejando atrás lo que la mayoría no deja y al precio de su propia vida. Ese es el mejor monumento a su grandeza.

Muchas gracias.
Ciro Oyarzún