El día 24 de junio recién pasado, se cumplieron 103 años, del nacimiento
de Fernando Ortiz Letelier, quién en vida fué, historiador, militante
comunista, Secretario General de las Juventudes Comunistas de Chile (JJCC),
miembro del Comité Central del Partido Comunista. En la dictadura encabezó la
Segunda Dirección clandestina del Partido Comunista, después de la caída en las
garras del fascismo, aquella Dirección que
encabezaba el compañero Victor Díaz.
Lo recordamos en el Boletín Rojo, a través de un escrito del Historiador
Iván Ljubetic Vargas.
En su 103°
natalicio:
Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
El 24 de junio de 1922,
Talca era azotada por un fuerte temporal. Lluvia y viento. El río Maule, que
corre al sur de la ciudad comenzaba a subir peligrosamente. La gente pasaba
corriendo por las calles avisando la amenaza de inundación en algunos sectores
más pobres.
Carlos Ortiz, al
escuchar esas voces y, en vez de quedarse al lado de su esposa Estela, que ya
iba a dar a luz, salió para ir a ayudar a los damnificados.
Los elementos de la
naturaleza estaban desatados, cuando nació el hijo de Carlos y Estela. Le
pusieron el nombre de Juan por indicar
ese onomástico el calendario católico. Era el hijo mayor.
Juan Fernando Ortiz Letelier llegó a la vida cuando
el agua invadía los barrios pobres de Talca y cuando el mundo aún estaba
estremecido por la Revolución Rusa ocurrida sólo cinco años atrás.
SUS PRIMERAS ACCIONES POLÍTICAS
Tenía 13 años cuando su
familia se trasladó a Puerto Montt, pues al padre se le presentó la oportunidad
de instalarse en esa austral ciudad con una tienda de géneros. Con ello las
cosas mejoraron para la familia formaba por los padres, Fernando y dos
hermanas: Marta y Eliana.
El muchacho no había
cumplido los 16 años y ya salía por los
barrios modestos de la ciudad y le hablaba de la necesidad de votar por Pedro
Aguirre Cerda.
En diciembre de 1939,
luego de finalizar con excelentes calificaciones su Sexto Año de Humanidades,
viajó a Santiago a rendir su prueba de bachillerato. Reprobó y volvió a Puerto
Montt.
INGRESA A LAS JJ
CC
En marzo de 1940 rindió
de nuevo el bachillerato y lo aprobó. Se matriculó en el Instituto Pedagógico
de la Universidad de Chile, en el Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y
Educación.
A mediados de 1942, cuando cursaba el tercer año, debió
viajar urgentemente a Puerto Montt. Su padre había fallecido y tuvo que hacerse
cargo de la tienda. Debió jugar el papel de jefe de hogar a la edad de 20 años.
La madre, poco a poco,
se fue haciendo cargo de la tienda. Entonces Fernando buscó un trabajo extra.
Logró que la directora del Liceo de Niñas le diera algunas clases de Historia.
En 1943 se incorporó a
las Juventudes Comunistas. Fue en una reunión realizada en medio de un bosque
en los alrededores de Puerto Montt.
DE NUEVO EN SANTIAGO
Fernando era un
estudiante de escasos recursos, que
necesitaba buscar la manera de costear su estada en Santiago. Afortunadamente
logró un puesto como inspector en el Internado Nacional Barros Arana, donde
tenía alimentación y alojamiento.
Precisamente fue en esas
condiciones que vi por primera vez a Fernando Ortiz en 1947. Yo cursaba sexto
humanidades en el Internado Nacional
Barros Arana; él ejercía las funciones de Inspector o “serrucho” como los llamábamos.
Por entonces él era dirigente estudiantil y de las Juventudes Comunistas. Había retornado a Santiago en agosto de 1945,
después de haber permanecido tres años en Puerto Montt.
Santiago Cavieres, con
quien fuimos compañeros de curso en el Barros Arana, me contó que en 1946, cuando cursaba el Quinto Humanidades, estaba haciendo fila
para entrar al comedor, se le acercó un compañero de Sexto año y le dijo que en
la Casa América del Partido Comunista, iba a dar una conferencia Fernando Ortiz
sobre la formación ideológica de cuadros. “Asistí, me dijo. Fue una charla
excelente, animada y llena de enseñanzas. Terminó con las palabras de un
comunista francés, de un combatiente de los maquis (guerrilleros), Gabriel
Perí, pronunciadas ante el pelotón de fusilamiento nazi: ‘Todos los caminos
conducen al comunismo. El comunismo es el mañana que canta”.
Miguel Lawner relata:
“Cuando ingresé a la Universidad en 1946, Fernando era dirigente de la
Dirección de Estudiantes Comunistas”.
EN LA UNIVERSIDAD
En 1948 yo llegué al
Instituto Pedagógico a estudiar, igual que Fernando, Historia y Geografía. Allí lo vi en repetidas ocasiones, activando
las luchas estudiantiles. Eran los tiempos del Gobierno de González Videla. La
represión cayó muchas veces sobre trabajadores y estudiantes. Recuerdo que la
primera vez que salí a protestar en las calles de Santiago, fue para pedir la
libertad de Fernando Ortiz, preso en virtud de la Ley Maldita.
En la Universidad los
jóvenes comunistas, encabezados por Fernando, habían ganado la admiración y el
apoyo de muchos estudiantes por su audacia y valor.
Lograron transformar a
la Universidad en un foco de resistencia, en una verdadera isla democrática en
medio de un país violentamente reprimido.
EN LA LUCHA CALLEJERA
En una charla dictada el
9 de octubre de 1964, Fernando relató su experiencia en la “Huelga de la
Chaucha”, en agosto de 1949: “Tan pronto se dictó el decreto que autorizaba el
alza los micros en el año 49,
inmediatamente los comunistas salimos a la calle. Tengo muy vivo en mi memoria
las primeras salidas callejeras; éramos no más de 50 jóvenes comunistas... no
habíamos recorrido una cuadra cuando el desfile de 50 personas se transformó en
una gran manifestación.”
LA IZQUIERDA GANA LA FECH
Gracias al trabajo
unitario de los jóvenes comunistas en la Universidad de Chile, el movimiento
estudiantil ganó en fuerza e influencia, Fue así como la lista de izquierda
ganó las elecciones en la FECH, que tuvieron lugar en agosto de 1950. Fueron
elegidos José Tohá, de la Juventud Socialista, Presidente; Luis Dodds, de la
Juventud Radical, Vicepresidente; y Fernando Ortiz, Secretario General.
A LA CABEZA DE LAS JJ CC
En medio de las luchas y
acciones de los jóvenes chilenos, en ese turbulento año 1950, Fernando asumió
el cargo de Secretario General de las Juventudes Comunistas de Chile.
Conversando con el compañero Manuel Cantero el
lunes 4 de junio de 2001, me dijo: “Durante el tiempo que Fernando fue
Secretario General de las Juventudes Comunistas –entre 1950 y 1952- yo ocupé el
cargo de Secretario de Organización. Lo conocí muy de cerca y puedo afirmar que
tenía grandes valores morales. No era vanidoso. Era un excelente compañero
desde todo punto de vista. Siempre muy preocupado de sus compañeros, en
especial de quienes éramos funcionarios, que debíamos ser financiados por las
JJ CC.
Era muy responsable, muy
humano. Sumamente generoso. De gran sencillez. Yo lo visitaba en su casa, donde
vivía modestamente, pero tenía una formidable biblioteca. Era muy estudioso. Un
hombre cabal”.
EL
“REINOSISMO”
Se conoce como
‘reinosismo’ ciertas desviaciones de izquierda, que desencadenaron una de las
crisis que ha sufrido en su historia el PC de Chile.
Conversando con el
compañero Volodia Teitelboim el 13 de enero de 1994, me explicaba que, en su
opinión, esta crisis estaba muy vinculada con la ilegalidad del Partido y la
dictación de la Ley de Defensa. Pero también –añadió- con la contracción que impuso en la organización del Partido la
clandestinidad y el sentido de acoso... Esto determinó dentro del Partido un
cierto desasosiego, preguntas. Y también yo la vinculo al carácter
acentuadamente centralizado del Partido, que se agravó en ese tiempo. El
Secretario General era Galo González; el Secretario de Organización, Luis
Reinoso. El Secretariado en ese tiempo era de un número muy pequeño,
generalmente tres personas; luego se extendió a cinco. Y se suponía que el
Secretario de Organización era el segundo hombre del Partido, que además
dirigía y tenía en sus manos todo el aparato del Partido”.
Había dos tácticas
opuestas para enfrentar la dictadura de González Videla. Reinoso, a diferencia
del resto de la Dirección, sostenía la necesidad de una lucha frontal contra el
régimen y no concordaba con el repliegue organizado. Incapaz de librar una lucha ideológica a favor de sus
posiciones, adoptó el equivocado camino del trabajo de zapa. Transformó la
Comisión Nacional de Organización en una verdadera fracción, Constituyó a
espaldas del resto de la Dirección, grupos armados que realizaban acciones
audaces.
LAS ACCIONES AUDACES
Miguel Lawner me contó en una conversación
efectuada el 27 de junio de 2001: “A raíz de los sucesos de agosto de 1949,
Reinoso captó que ese podía ser un camino para cambiar la situación.
Le dio la misión a Fernando para ir buscando
cuadros preparados en este tipo de lucha, todos conminados a no abrir la boca
absolutamente a nadie. Entonces empezó el entrenamiento militar, que se hacía
en una parcela por ahí en Isla de Maipo, con un viejo refugiado español de la
guerra civil, que tenía en su poder una ametralladora, que debió ser del año de
la cocoa, de la primera guerra mundial. Algunos ejercicios, gimnasia.
Tonterías. Un par de prácticas con armas cortas. Todos cagados de susto; todos,
claro, orgullosos de esta tarea heroica. Y para practicar, se asaltaron algunas
panaderías de San Miguel, sin la intención de inferir daño a nadie. Sólo para
probarnos. Eso fue catastrófico. Entrábamos a un boliche chico, con clientes
todos conocidos, que defendían al dueño y te echaban a patadas realmente. Una
aventura descabellada. Después de varias tentativas, nadie se prestó para una
estupidez semejante...”
Esta situación se
prolongó durante un tiempo sin que trascendiera a los niveles superiores del
Partido, mientras se efectuaban algunas de estas acciones que tenían intrigada
la Dirección por desconocer a sus autores... Luego hubo algunas acciones
callejeras en que quedó en evidencia que las provocaciones partían de grupos de
autodefensa nuestros”.
Afirma Miguel Lawner- “Fernando
terminó por captar la situación, y se las arregló para comunicar sus dudas a
otros miembros de La Dirección, lo cual permitió poner al descubierto la
actividad fraccional y aventurera de Luis Reinoso” (Miguel Lawner: “Fernando
Ortiz, ejemplo para nuevas generaciones”)
Esto lo confirma el compañero Samuel Riquelme,
cuando en una conversación que sostuvo conmigo el 1 de septiembre de 1992, me
afirmó: “Cuando Fernando se da cuenta que ha estado siendo utilizado contra el
Partido se siente muy afectado. Conversa conmigo y me dice: ‘Aquí se nos ha
querido meter en una cosa antipartido y
esto no se puede aceptar’. Con honestidad reconoce su equivocación y sin
vacilar adopta la posición correcta. Con ello contribuye al fracaso de los
planes de Reinoso. La Jota se mantiene fiel al Partido. No se divide. Sólo un
puñado continúa con las posiciones reinosistas. Así se supera la crisis en las
Juventudes Comunistas”.
FERNANDO SANCIONADO
Fueron expulsados por
labor fraccional Reinoso y demás miembros de la Comisión Nacional de
Organización. Fernando fue duramente criticado y sacado de sus cargos de
responsabilidad, quedando sólo como militante.
Incluso se le impidió ser miembro de la Dirección
de la célula de la que era miembro en la Comuna de Ñuñoa.
Fueron para
él duros años de prueba.
En los años 1954 – 1955,
Fernando Ortiz era ayudante de la Cátedra de Historia Social y Económica de
Chile, creada por el profesor e historiador
Hernán Ramírez Necochea. Recién entonces, pudo dedicarse seriamente a culminar
sus estudios.
En 1956 se tituló como
profesor de Historia, Geografía y Educación Cívica en la Facultad de Filosofía
y Educación de la Universidad de Chile. Su tesis para graduarse lleva el título
de “El Movimiento Obrero en Chile. 1891-
COMIENZA A REPUNTAR EN EL PARTIDO
En la edición Nº 54,
correspondiente a febrero de 1959, de “Principios”, revista teórica del Partido
Comunista, apareció un artículo de Fernando titulado “Algunos episodios de la
Historia Social de Chile”. Fue una buena señal.
En 1965
ya había superado los años amargos
vividos a partir de 1952. Era un destacado profesor universitario y en el
Partido –que fue la razón de su existencia- había dejado de ser sólo un militante de célula y ocupaba importante responsabilidad. Formaba parte de la Comisión Nacional
Universitaria. También integraba el Consejo de Redacción de la revista
“Principios”,
En el XVIII
Congreso Nacional del Partido (llamado incorrectamente XIII), realizado entre
el 10 1 17 de octubre de 1965, en el cual yo participé formando parte de la
delegación de Cautín y fui miembro de su
Presidencia, Fernando fue elegido uno de los 55 miembros titulares del Comité
Central.
EN LA REFORMA UNIVERSITARIA
Fernando Ortiz Letelier
fue uno de los precursores de la Reforma
Universitaria. Ya en 1960 apareció un
artículo suyo bajo el título de “Notas para una discusión sobre el problema
universitario”, donde plantea tesis que servirán de base al movimiento reformista.
En 1967 el movimiento estudiantil dio el impulso
inicial a la reforma universitaria. Primero en Valparaíso, luego en la
Universidad Católica de Santiago. Sus alumnos se tomaron la Casa Central y
colocaron en su frontis aquel famoso letrero: “El Mercurio miente”.
Luego entraron a la
pelea los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Educación de la Universidad
de Chile, donde encontraron rápido eco en numerosos académicos, entre ellos
Hernán Ramírez y Fernando Ortiz.
En la revista “Apuntes”, Fernando Ortiz escribió:
“Si la crisis llegó a las Universidades es porque sus metas y estructuras eran
la expresión de la vieja sociedad; una
universidad profesionalizante, imbuida de un falso academismo, anarquizada, que servía para formar una intelectualidad apta
para servir a la sociedad burguesa”.
La Reforma logró dar
importantes pasos en la democratización de la Universidad. Ellas se vieron
fortalecidas por el apoyo que prestó a la educación el Gobierno de Salvador Allende. Yo la
alcancé a vivir en la Universidad de Chile de Temuco, donde fui elegido miembro
del Consejo Normativo de esa sede.
ENCABEZANDO EL PARTIDO CLANDESTINO
Con el golpe fascista
del 11 de septiembre de 1973, Fernando Ortiz, como tantos profesores chilenos,
fuimos exonerados de nuestras funciones docentes.
Fernando pasó a la
clandestinidad para luchar por un Chile democrático. En mayo de 1976, habiendo
sido detenidos los miembros de la dirección clandestina del Partido Comunista, encabezada por el
compañero Víctor Díaz, en Calle Conferencia, le correspondió encabezar una nueva Dirección del Partido. Lo hizo en un momento muy difícil
para la resistencia antifascista. Cumplió con valentía su papel, hasta que cayó
en las garras de los agentes de Pinochet el miércoles 15 de diciembre de 1976.
La terrible noticia de
la suerte corrida por mi amigo y
compañero la conocí estando exiliado en Alemania Federal.
HOMENAJE A UN GRAN COMUNISTA
El prólogo del libro de
Fernando “EL movimiento Obrero en Chile. 1891 –
TREINTISEIS AÑOS DESPUÉS
El martes 24 de julio de
2012, el Ministro Instructor de la
causa, Miguel Vásquez Plaza, junto al Director Nacional del Servicio Médico
Legal, doctor Patricio Bustos Streeter, dan a conocer a familiares de cuatro
patriotas detenidos desaparecidos que los restos de sus parientes, encontrados
once años atrás, en una mina abandonada de Cuesta Barriga, han sido
identificados.
Estas identificaciones
son posibles gracias al trabajo del equipo multidisciplinario de la Unidad de
Identificación Forense del Servicio Médico Legal, además de las pruebas
genéticas hechas en el Laboratorio de Innsbruck, Austria.
Entre los cuatro
identificados hay tres militantes comunistas: Fernando Ortiz. Lincoyán Berríos
y Horacio Cepeda.
El velatorio de los restos de los héroes comunistas se realiza en el
centro cultural Michoacán, comuna de La Reina, donde tiene lugar un acto de
homenaje a Lincoyán Berríos, Horacio Cepeda y Fernando Ortiz.
Los funerales se efectúan el sábado 28 de julio de 2012 en el Memorial de
los detenidos desaparecidos ubicado en el Cementerio general. Hasta allí llega
un numeroso público. Hay varias
intervenciones una de ellas es del Presidente del Partido Comunista de Chile.
Guillermo Teillier, quien dice:
“A nombre del
Partido Comunista de Chile, entregamos nuestro más profundo reconocimiento y
expresamos nuestra admiración a los familiares de nuestros queridos compañeros
Fernando Ortiz, Horacio Cepeda y Lincoyán Berríos, por el enorme valor,
lealtad, tenacidad y el cariño y comprensión que han demostrado, y de lo cual
nos dan ejemplo, en esta lucha tan larga por tener al fin en el regazo íntimo,
familiar, los restos de sus seres queridos, detenidos desaparecidos por más de
36 años, bajo un velo de mentira institucionalizada, que ocultaba y pretende
seguir ocultando la crueldad y ensañamiento con que se trató a miles de
chilenas y chilenos por el solo hecho de pensar distinto…
Es difícil
encontrar las palabras para expresar el significado, el alcance que tiene el
papel jugado por estos compañeros, Víctor Díaz y Fernando Ortiz, frente al
Partido, junto a las compañeras y compañeros de los equipos de dirección que
los acompañaban, por los que trabajaban con ellos en las casas de seguridad o
como enlaces, los que dirigían al Partido en regiones y comunas, en aquellas
circunstancias tan difíciles, y todos aquellos y aquellas que asumían la
defensa de las víctimas de la dictadura. La actitud de estos compañeros puede
connotarse con la conducta ejemplar de lealtad hacia el pueblo. Sus nombres, junto a los de quienes dieron
todo de sí para poner fin a la dictadura, sin excepción alguna, quedarán
inscritos para siempre en la historia de nuestro partido centenario.
Honor y gloria a
nuestros queridos compañeros Fernando Ortiz, Horacio Cepeda y Lincoyán Berríos.
Mil veces venceremos”.