Alejandro Fisher
Andando cojo de alma, años atrás, acompañe a mi compañera a Francia.
Ella, quería ver a su hermano mayor. Más de veinte años sin verlo.
“Yo soy cuero e chancho”, pero entiendo hasta el último pedazo de mi alma y cuerpo, esos sentimientos.
Nos fuimos a Francia …Odio viajar, más bien soy sedentario, a pesar de que pesan en mi espalda y frente, estampillas y lacres que atestiguan mi viajar obligado. Los aeropuertos me asustan, me ahogan y sofocan… Sin embargo, amo los olores guardados para siempre, de las Estaciones de Ferrocarriles de mi país.
El hermano de mi mujer, es Mirista “desarrollado”, tiene más de 60 años, con más vida que un gato y una geografía hermosa, que lo invita a evaluar los caminos recorridos, de allí Mirista desarrollado, no nuevo; y al igual que yo, fue un cabro chico para el 73.
No quiero decir que a los 18, 19, 20 años, no “cachábamos ni una”…Dios me valga. Solamente que éramos niños jóvenes, saboreando y peleando cada metro de calles y plazas de Chile, de aulas, y fabricas, todo por nuestras creencias.
El Imperio reaccionó, no supo enfrentarse políticamente, lo hace en forma fascista y criminal, asustado, preñado de pavor por perder privilegios, mancillo como tormenta parda, azotando la vida y los caminos; mató y truncó. Los culpables de esto, no sólo fue el Imperio o militares, más bien, los mayoritarios que hoy andan por ahí y por todos lados cuidando las inversiones de las monedas de Judas.
En esos años de horror, cada uno arrancó y actuó como y donde pudo. Muchos como él, se quedaron en Silva Palma, tristes, aguerridos, morados, vejados, inmortales… lo trasladaron como betarraga al cerro “la cárcel”. Lo echaron a Francia; con todos sus dolores invisibles en la espalda y en sus ojos de cabro joven, asustado, en sus dedos y manos contructivas, llevaba protegiendo, todas las ansias y latidos de un mundo mejor.
Yo, el Comunista iba a encontrarme por cuestión de amor familiar, con un Mirista.
“Gueno” ya, dije yo: Total … una pistola mas.
! No fue así y no es así!
Él, para subsistir, en un pueblo perdido en las montañas francesas, tenía un restaurante, chiquito como la esperanza, era más pequeño que la geografía de la casa de “Victor Jara”, en Estocolmo.
El pueblito escondido se llamaba Ferminy y su restaurante “Rayuela” ; con gusto y olor a Cortázar.
Digo estas cosas así, porque cada cuestión que ha captado mi atención, tienen historia. Y la historia junto a la memoria, es como el “mentholatum”, sirve para todo. Sobre todo, para saber que se va a hacer mañana.
Lo más bonito del restaurante que me hizo sentirme en casa, fué una nicaragüense retratada en una pared.
Nicaragua, El Salvador, Cuba; nos tiene a mi hermano y a mi, de una u otra manera unidos, son los anillos entrelazados de la dignidad, de la solidaridad, que nos mantienen juntos, sin hablar tanto; saber solamente que existimos y somos de verdad.
Voy a hablar ignorante, un poquito de Nicaragua.
La morena de la foto, tenía su sonrisa de contento, sus dientes brillaban. Estaba orgullosa de ser mujer, detrás de ella se veían los azadones agarrados por manos ásperas de campesinos, los colores brillaban en su atuendo; en la cuenca de sus pechos descansaban sensuales, collares de piedras de color pájaro.
La mujer de la fotografía, como todas las mujeres de mi pueblo combatiente del Sur, ha sufrido junto con la historia, cambios, transformaciones inimaginables.
Para ser mujer, debe ser, como ser hombre, una cuestión genética; para ser mujer social, de clase trabajadora y creadora, es una hazaña digna de detenerse a observar y a “sacarse el sombrero”.
El ser mujer en nuestro Sur, implica muchas cosas, a pesar de la cruz y del imperio, la mujer se aferra cada vez más a la tierra, a las herramientas que la hacen florecer de medios de sobrevivencia…y esos medios, son para el que la trabaja. Ese contenido se desparrama como reguero de pólvora en los entendimientos de nuestas compañeras del Sur de América, en nuestra hermosa juventud.
Esta cuestión cliché que pueden parir ser madres y trabajar a la vez, es una verdad y un don de la naturaleza madre. Además, el sentido, la actitud de querer ser madre, ya nos llevan como diez kilómetros a nosotros los hombres, de distancias, en la formación de igualdad social para fortalecer y cuidar la vida en el planeta. Cuando ellas desarrollan esa actitud, nosotros, los machos, andamos matando seres extraterrestres, a negros, chinos e inmigrantes.
En los tiempos antiguos, Nicaragua era como Aysén. No le interesaba a nadie.
Al menos al comienzo, luego llegaron los vivarachos, como en todos lados olfatean los pistilos; en Aysen hasta los suecos andaban robando tierras.
En Nicaragua vivía y vive la pobreza y la ignorancia en proceso de ser domada; tan fértil la tierra, que es complicado planificar y desarrollar con éxito la siembra, pues se la comen los árboles.
Nuestro Sur, cuando todo nuestro Sur era el patio trasero del Imperio, el Patrón ordenaba a sus países; tú cuidaras de los plátanos, tú de las papayas, tú del café y tu de los prostíbulos y casinos.
Con esas enseñanzas de vida es complicado hacer un nuevo país con sus habitantes adentro.
Las vivencias de Nicaragua tienen mucho que ver con nuestra pobreza crónica. La enfermedad es grave…16 años de guerra y hasta el 2006 de “guerra fría” han dejado a Nicaragua en un ovillo de lana pobre y vieja, desocolorida; Desde julio del 2006 en las manos no menos huesudas pero iracundas y de sueños del Sandinismo.
Nuestra hermana Nicaragua, junto a Ecuador, y El Salvador tienen desafíos enormes (por supuesto está Cuba y Bolivia pero aquí, no vienen al caso. La forografia que vi, no venían de aquellos lados.)
Son países explotados desde siempre por los grandes consorsios extranjeros. A pesar de tener una guerra de experiencia, las grandes riquezas del país, están en manos de no más de 9 familias. Lo controlan todo. Las áreas de servicios y de la banca están en su poder. Los contenidos de la educación, su extructura son agrios e impersonales; es decir, no están para formar a un ente al servicio de los intereses del pueblo. Los medios de comunicación, como en casi todo el Sur de América, pertenecen y son manejados por el Imperio; estos medios son usados para envenenar al pueblo con novelitas y concursos que hacen olvidar que, el poder tomar un café, tiene que ver con el esfuerzo, el trabajo duro. Su crianza y cosecha es un trabajo muy duro, de todos los días. No es de tantas risitas como salen en los envaces de los ecológicos.
En esos medios de comunicación, las alegrías de la vida se muestran fáciles; “hijos de su madre”; por esa visión de la vida fácil, tenemos miles y miles de muerte, atravezando muros y fronteras, prostitución en todos su grados, mano de obra barata. La educación y la rutina de la muerte, siglos y siglos practicada, a pesar de las desgracias, siguen insinuando seguir esos caminos. El de las posibilidades que da el Imperio.
Cuando digo que Cuba es el farol de los caminos del Sur, me refiero a la importancia y aplicación que la educación tiene en la casa de Fidel.
La cara de la morena nicaragüense, su sonrisa de esperanza y fuerza me decía que; ellas las mujeres, no solamente parían la vida, sino también la protegían y le enseñaban a ver con ojos nuevos, para que pudieran saber y usar el arado, el lápiz, el estetoscopio, el fusil y la tozudes mágica de contruir algo nuevo, que cuesta tanto. Tu propia patria, tu propia yerba buena.
En el pais de los gringos, unas obreras de la “costura”, en 1911, que casualmente, dijo ”Donoto”, eran mayoría inmigrantes, entre 14 y 40 años, murieron carbonizadas en un incendio producido por la falta de seguridad laboral y por la avaricia de sus patrones que cerraban las puertas de seguridad para controlar mejor sus pertenenecias.
La lucha de la mujer para construir un espacio en la lucha, por conquistar una vida digna ha sido manipulado por el capital “como Pedro por su casa”. Y no tan solo por el capital, sino también por la colonia de los varones. No ando sobando lomos, pero tengo que decirlo; como muchos otros, en mi casa, yo cocino, lavo y le hago a la limpieza; comparto estos menesteres con mi mujer, sin embargo, yo tengo el carné de identidad de mi madre, en donde dice que su profesión era su casa. También dice que su estado civil no solamente era casada, sino que, ponen el nombre de mi padre. Es una pertenencia, no una persona. Tengo también el carné de la madre de mi madre. También dice que su profesión era su casa y que su estado era: Viuda de Olivares. Puta que bonito.
En los tiempos en que yo era niño y antes también, era difiicil para una mujer encontrar pega, si encontraba, no se tenía que meter en nada político, no andar embarazada tantas veces y decir siempre que “Sí”. En otras pegas de Fuentes de soda o de café, tenias que tener buen cuerpo, mostrar el poto y parte de los senos, dientes y sonrisa feliz, 9 horas caminando y agachándote con unos zapatos de taco que desafiaban la fuerza de gravedad. En los hospitales, escuelas, oficina publica, particulares, llovían las mujeres con sueldo misero, esperando mejores puestos, más posibilidades. Las mujeres con puestos altos, algo tenían que ver con los señores de la Primera Junta Nacional de Gobierno.
Ahora, en mi generación, las cosas han cambiado un poco. Eso se debe al sentido de supervivencia; Tengo que salir a las calles a protestar, a exijir justicia, no soy solamente un trabajador explotado, soy un individuo que exije respeto y dignidad, además soy mujer.
No quiere decir esto que las mujeres de antes, no eran aguerridas, no, solamente que estas, estan saliendo antes del cascaron. Yo siento que la mujer es mejor que nosotros como gobernante, nosotros somos buenos para amarrarlas y ponerles palitos en el camino, como por ejemplo esa chiva de la menstruación y el geniecito.
Ellas tienen más objetividad y buscan lo lógico en el esfuerzo, ellas saben que no pueden andar tres días con un tronco en la espalda, pero si la historia se hubiera escrito de otra manera, que Caupolicán hubiera obedecido a Fresia, capaz que el Toqui no hubiera sido empalado. Quiero decir que la mujer tiene más sentido de persuasion, por su instinto de madre, cuida a su clase.
Así tenemos, por un lado, a la Thatcher, Merkel, Clinton; y por el otro lado, a Gladys Marín, la recordamos hoy con amor y respeto, nos dejo su rebeldía un 6 de marzo del 2005, a Julieta Campusano, Rosa Luxemburgo, la Pasionaria, Marta Ugarte, Maria Maluenda.
Mujeres con orígenes de clases antagónicas, pero no menos cierto, mujeres con una claridad política y de servicio a su clase que no deja dudas su veracidad.
Otra forma de potencializar y cualificar la revolución, es formar cuadros femeninos, es una orden del día. La fotografía de la morena en Francia, tiene que estar en todas las partes del mundo.
Nuestros cuadros femeninos, tenemos que cuidarlos, su condición de mujer le da un carácter revolucionario y de clase, que escapa a los marcos convencionales. Karola y Camila corren al lado de Gladys, nosotros tenemos el deber de bajar la guata, de cuidarnos, para correr juntos con ellas…si no es así, podríamos dejarlas solas, en las terribles tinieblas de la lucha política.
La otra chiva y arrogancia es: Detrás de cada gran hombre, hay una gran mujer. ”Donde la viste”. Es como decir, las empanadas le quedan ricas.
No puedo entender, como una fotografía, en un justo lugar, en un justo instinto de clase, puede permanecer para siempre tuyo y desarrollar tantas ideas, entrelazar tantos sentimientos y vivencias.
Los combatientes nuestros contra Somoza, tienen que ver con nuesta locura libertaria de Rodriguez y Recabarren.
Yo tengo hermanos míos y “re míos” , que puedo sumar sus plieges de balas y nostalgias, heridas de morteros, piel arrugada, ojos de linces y saltos de Cachimbo; tengo un hermano, héroe nicaragüense, igual que el otro; el ejército de Fidel, lo ama más que a un Tocororo …Y no hay espacio para más medallas.
En la tierra de Sandino, los gritos de cada pulgada liberada, se enredaba con el ¡Viva Chile Mierda!
Ese grito gutural, hermoso. igual al que broto en la Escuela Santa Maria…: ! Con los chilenos vinimos, con los chilenos nos quedamos!
Pero no es eso lo que quería escribir. Hay otros que pueden escribir esa parte.
Yo quería hablar de los ojos de la nicaragüense morena, que estaba adornando un pequeño Restaurante, perdido en las montañas de Lyons, Francia.
Sus ojos me decían: “Hola, aquí estoy yo, ayúdame…Yo le respondí calladito, para que no escuchara nadie, no irían a creer que estaba loco, hablando solo, mirando una muralla…Hola hermana, aquí estoy también yo, Juntos con millones, créeme, estamos a tu lado trabajando, con tu pueblo”.
En este mes de marzo, mes que te da olor a primavera, saludo en mi nombre y en el de mi Partido, a la Mujer trabajadora. A la mujer que sabe, que en cada latido de su cuerpo, la vida y nuestra lucha tiene un sentido maravilloso.
Cuídense hermanas, Compañeras y Camaradas.
Gracias.
Marzo 4, 2012