HACE 61 AÑOS:
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
ATENTADO TERRORISTA CONTRA EL CHE EN LA ONU
Era el 11 de diciembre de 1964 y el entonces ministro
de Industria de Cuba, de 36 años, hablaba en nombre del gobierno de La Habana
ante la Asamblea General.
Los relojes
marcaban las 12,10 horas cuando
una explosión removió el edificio y generó una estampida entre los
manifestantes.
Un explosivo lanzado con una bazuca (utilizada por el Ejército de EE.UU.) había cruzado el río Hudson desde Queens hacia el edificio de la ONU. Iba dirigido hacia la parte trasera del inmueble, donde se encuentra la sala del Consejo de Seguridad, a pocos metros de donde tenía lugar el discurso de Ernesto -Che- Guevara en la Asamblea General.
El cohete explotó a unos
Generó, no obstante, una onda explosiva que hizo
temblar el edificio rompió varios cristales y provocó olas que impactaron
también contra la estructura, según describió en una crónica de la época el
diario The New York Times.
Se dice que alguno de los presentes creyó incluso que
se trataba de un "temblor de tierra" o de un pequeño
"tsunami".
Era la primera vez que el edificio de la ONU era objetivo de un ataque. Aunque el impacto se sintió en la sala de la Asamblea, El Che Guevara siguió impávido su discurso.
Los autores del atentado nunca fueron identificados.
El Che fue el enviado por Cuba como representante para
la sesión de la Asamblea General de la ONU de 1964.
¿QUÉ
PRETENDIERON SILENCIAR CON UNA BAZUCA?
Del extenso, documentado y certero discurso del Che
Guevara ante la XIX Asamblea General de las Naciones Unidas, citamos algunas
partes:
CUBA VIENE A
FIJAR SU POSICIÓN
“Cuba viene a fijar su posición sobre los puntos más
importantes de controversia y lo hará con todo el sentido de la responsabilidad
que entraña el hacer uso de esta tribuna, pero, al mismo tiempo, respondiendo
al deber insoslayable de hablar con toda claridad y franqueza…
“Nos sentimos con el derecho y la obligación de
hacerlo debido a que nuestro país es uno de los puntos constantes de fricción,
uno de los lugares donde los principios que sustentan los derechos de los
países pequeños a su soberanía están sometidos a prueba día a día, y minuto a
minuto y, al mismo tiempo, una de las trincheras de la libertad del mundo
situada a pocos pasos de imperialismo norteamericano para mostrar con su
acción, con su ejemplo diario, que los pueblos sí pueden liberarse y sí pueden
mantenerse libres en las actuales condiciones de la humanidad. Desde luego,
ahora existe un campo socialista cada día más fuerte y con armas de contención
más poderosas. Pero se requieren condiciones adicionales para la supervivencia:
mantener la cohesión interna, tener fe en los propios destinos y decisión
irrenunciable de luchar hasta la muerte en defensa del país y de la revolución.
En Cuba se dan esas condiciones, Señores Delegados”.
DESARME
GENERAL Y COMPLETO
“Al unirnos a la voz de todos los países del mundo que
piden el desarme general y completo, la destrucción de todo el arsenal atómico,
el cese absoluto de la fabricación de nuevos artefactos termonucleares y las
pruebas atómicas de cualquier tipo, creemos necesario puntualizar que, además,
debe también respetarse la integridad territorial de las naciones y debe
detenerse el brazo armado del imperialismo, no menos peligroso porque solamente
empuñe armas convencionales.
QUEREMOS PAZ
Y SOCIALISMO
“Nosotros queremos construir el socialismo; nos hemos
declarado partidarios de los que luchan por la paz; nos hemos declarado dentro
del grupo de países no alineados, a pesar de ser marxistas leninistas, porque
los no alineados, como nosotros, luchan contra el imperialismo. Queremos paz,
queremos construir una vida mejor para nuestro pueblo y, por eso, eludimos al
máximo caer en las provocaciones maquinadas por los yanquis, pero conocemos la
mentalidad de sus gobernantes; quieren hacernos pagar muy caro el precio de esa
paz. Nosotros contestamos que ese precio no puede llegar más allá de las
fronteras de la dignidad.
Y Cuba reafirma, una vez más, el derecho a tener en su
territorio las armas que le conviniere y su negativa a reconocer el derecho de
ninguna potencia de la tierra, por potente que sea, a violar nuestro suelo,
aguas jurisdiccionales o espacio aéreo”.
CINCO PUNTOS
PARA UNA SÓLIDA PAZ EN EL CARIBE
Ante las exigencias del imperialismo, nuestro Primer
Ministro planteó los cinco puntos necesarios para que existiera una sólida paz
en el Caribe. Estos son:
«Primero: Cese del bloqueo económico y de todas las
medidas de presión comercial y económica que ejercen los Estados Unidos en
todas partes del mundo contra nuestro país.
Segundo: Cese de todas las actividades subversivas,
lanzamiento y desembarco de armas y explosivos por aire y mar, organización de
invasiones mercenarias, filtración de espías y saboteadores, acciones todas que
se llevan a cabo desde el territorio de los Estados Unidos y de algunos países
cómplices.
Tercero: Cese de los ataques piratas que se llevan a
cabo desde bases existentes en los Estados Unidos y en Puerto Rico.
Cuarto: Cese de todas las violaciones de nuestro
espacio aéreo y naval por aviones y navíos de guerra norteamericanos.
Quinto: Retirada de la Base Naval de Guantánamo y
devolución del territorio cubano ocupado por los Estados Unidos. No se ha
cumplido ninguna de estas exigencias elementales, y desde la Base Naval de
Guantánamo, continúa el hostigamiento de nuestras fuerzas. Dicha Base se ha
convertido en guarida de malhechores y catapulta de introducción de éstos en
nuestro territorio”.
NO
EJERCEMOS INJERENCIA EN OTROS PAÍSES
“Aun cuando nosotros rechazamos que se nos pretenda
atribuir injerencia en los asuntos internos de otros países, no podemos negar
nuestra simpatía hacia los pueblos que luchan por su liberación y debemos
cumplir con la obligación de nuestro gobierno y nuestro pueblo de expresar
contundentemente al mundo que apoyamos moralmente y nos solidarizamos con los
pueblos que luchan en cualquier parte del mundo para hacer realidad los
derechos de soberanía plena proclamados en la Carta de las Naciones Unidas.
Los Estados Unidos sí intervienen; lo han hecho
históricamente en América. Cuba conoce desde fines del siglo pasado esta
verdad, pero la conocen también Colombia, Venezuela, Nicaragua y la América
Central en general, México, Haití, Santo Domingo.
En años recientes, además de nuestro pueblo, conocen
de la agresión directa Panamá, donde los «marines» del Canal tiraron a mansalva
sobre el pueblo inerme; Santo Domingo, cuyas costas fueron violadas por la
flota yanqui para evitar el estallido de la justa ira popular, luego del
asesinato de Trujillo; y Colombia, cuya capital fue tomada por asalto a raíz de
la rebelión provocada por el asesinato de Gaitán”.
LOS
IMPERIALISTAS AFILAN SUS DIENTES
“Los imperialistas se preparan a reprimir a los
pueblos americanos y están formando la internacional del crimen. Los Estados
Unidos intervienen en América invocando la defensa de las instituciones libres.
Llegará el día en que esta Asamblea adquiera aún más madurez y le demande al
gobierno norteamericano garantías para la vida de la población negra y
latinoamericana que vive en este país, norteamericanos de origen o adopción, la
mayoría de ellos. ¿Cómo puede constituirse en gendarme de la libertad quien
asesina a sus propios hijos y los discrimina diariamente por el color de la
piel, quien deja en libertad a los asesinos de los negros, los protege además,
y castiga a la población negra por exigir el respeto a sus legítimos derechos
de hombres libres?
Comprendemos que hoy la Asamblea no está en
condiciones de demandar explicaciones sobre hechos, pero debe quedar claramente
sentado que el gobierno de los Estados Unidos no es gendarme de la libertad,
sino perpetuador de la explotación y la opresión contra los pueblos del mundo y
contra buena parte de su propio pueblo.
Cuba, señores delegados, libre y soberana, sin cadenas
que la aten a nadie, sin inversiones extranjeras en su territorio, sin
procónsules que orienten su política, puede hablar con la frente alta en esta
Asamblea y demostrar la justeza de la frase con que la bautizaran: «Territorio
Libre de América».”
LA HISTORIA
TENDRÁ QUE CONTAR CON LOS POBRES DE AMÉRICA
“Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres
de América, con los explotados y vilipendiados, que han decidido empezar a
escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se los ve por los caminos
un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para
llegar hasta los «olimpos» gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve,
armados de piedras, de palos, de machetes, en un lado y otro, cada día,
ocupando las tierras, afincando sus garfios en las tierras que les pertenecen y
defendiéndolas con sus vidas; se les ve, llevando sus cartelones, sus banderas,
sus consignas; haciéndolas correr en el viento, por entre las montañas o a lo
largo de los llanos. Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de
derecho pisoteado, que se empieza a levantar por entre las tierras de
Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que
pase. Porque esa ola la forman los más, los mayoritarios en todos los aspectos,
los que acumulan con su trabajo las riquezas, crean los valores, hacen andar
las ruedas de la historia y que ahora despiertan del largo sueño embrutecedor a
que los sometieron”.
LA GRAN
HUMANIDAD HA DICHO “¡BASTA!”
“Porque esta gran humanidad ha dicho «¡Basta!» y ha
echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta conquistar la
verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora,
en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón,
morirán por su única, verdadera e irrenunciable independencia.»
Todo eso, Señores Delegados, esta disposición nueva de
un continente, de América, está plasmada y resumida en el grito que, día a día,
nuestras masas proclaman como expresión irrefutable de su decisión de lucha,
paralizando la mano armada del invasor. Proclama que cuenta con la comprensión
y el apoyo de todos los pueblos del mundo y especialmente, del campo
socialista, encabezado por la Unión Soviética.
Esa proclama es: Patria o muerte”.


