Comentario radial y escrito.
¡Tugar tugar salir a buscar!
Es necesario estar alerta; mi
paisito, es uno de los tantos territorios del planeta que está en peligro.
El Imperio gringo anda por el
mundo desbocado.
Por no poder en solitario y
bendecido hacer de las suyas; apunta de “chincol a jote”.
Hasta el gorrión tiene miedo de
comer alpiste.
No vaya a ser cosa, que crean que
es cáñamo.
Lo que ayer amenazaba de invasión
y muerte, hoy, le busca conversa.
Es urgente escuchar Tegucigalpa.
Estar con ella, como un injerto de
Berta Cáceres.
El pueblo de Nicaragua se ensambla
altivo con Sandino.
Es preciso entender al pueblo
Bolivariano.
El Rey Emérito de España, el
matador de elefantes, el de marrueco fácil, trato de amordazar a Hugo Chávez.
Busquen en la memoria de la
historia, la meritoria que los distingue, quien tejió dignidades.
El Reino de España, no reconoce,
por ser “chavista”, al Gobierno Bolivariano de Nicolás Maduro.
Tenemos que cuajar 100 años de
Soledad.
Colombia es un niño, una niña, que
juega su propia vida, su propio destino.
Es el Imperio gringo, el que
arropa el narcotráfico, lo protege, lo abriga, lo necesita; es parte de la
miseria, de la pobreza, de la ignorancia.
¡Tugar tugar, salir a buscar!
Los que saben o los que intuyen,
dicen, que la vida es un regalo, tendré que agradecer a los que me la dieron,
más bien, necesito agradecer a los que me empujaron y me enderezaron por los
caminos.
A las instituciones que me dieron
pan, cuaderno, techo y abrigo, un abrazo lacre.
He luchado más de 6 décadas, con
echona y martillo en ristre, para devolver contemporáneo lo recibido.
Y, me duele Gaza.
¡Chemimare!
Me duele ese Gaza niño, me duele
esa Gaza niña.
Ese Gaza humanidad.
¡Me insolenta el riquerio!
Ando pegándole a la perra.
¿Se acuerdan ustedes del fallido
golpe militar en febrero de 2019 en Venezuela?
¿Se acuerdan?
Sebastián Piñera, por esos tiempos
presidente de Chile, encaramado no sé pá que, se abrazaba a Juan Guaidó; el
autoproclamado presidente venezolano.
Se fue en la “volá” y lanzo una
invitación “de aloja y buen vivir”, a los frustrados y sediciosos venezolanos.
En un parpadeo llegaron más de
Y ahora, en otro parpadeo,
agresivo, cruel, quieren reembolsarlos.
Según la infamia, lo invitan a
irse.
Se acuerdan ustedes del referéndum
de 1988.
¿Qué, determinaría dejar ir, o
rogarle al Capitán General, que se quedara?
! ¡Ay, dios mío de los coloraos!
Tugar tugar, salir a buscar.
En realidad, yo siento, que fue
una jugada brillante del capital financiero; se necesitaba sacudirse una
incertidumbre.
Había que pasar revista.
Los sables no dejaban ver el
bosque.
El habitante, ese que viste, las
mismas pellejerías que visto yo, sabe lo que es, “una situación
revolucionaria”.
También lo sabe el capital.
Significa que, cuando el
gobernante, ya no puede gobernar a su antojo, por culpa del descontento
multifacético de los gobernados, es mejor buscar otras posibilidades de
gobernar.
El pueblo, en tiempo de mecha
corta, es impredecible.
Está en juego, perder, pan y
pedazo.
Por eso el plebiscito; por si las
moscas.
Se tenía que saber, hasta qué
punto, el descontento social se podría desparramar y desatar un entrevero muy
difícil de controlar; además, penaba el cabalgar ascendente de Manuel
Rodríguez, de sus amigos y conocidos.
Por una cuestión de prudencia
política, se hacía necesario un cambio de vestimentas en las garrapatas.
Había que pavimentar de otra
manera.
El resultado de ese plebiscito me
tiene hoy, con los crespos tiesos.
Le radiografía orgánica y política
de mi paísito, corresponde al caos que provoca el fascismo en Europa, en África
y en Eurasia.
Sé, científicamente sé, que
nuestro sentido de ser, nuestro pensar, nuestro intelecto como país, ha
retrocedido más menos 50 años.
Imagínense ustedes, por favor, que
será de esa infancia de Gaza en 50 años más.
No saben ni a jugar.
“Este niñito compro un huevito,
este niñito se lo comió…”
No puedo explicarme, como hemos
podido darles constancia a 52 años de historia.
Me insulto, me muerdo la lengua.
¡Tugar tugar, salir a buscar!
Es tenebroso, obscuro, sentir lo
que siento.
Los números y calendarios de hoy me dan miedo.
El fascismo, en ese plebiscito de
1988, obtuvo, de casi, 7 millones y medio de sufragios, más de 3 millones de
votos a su favor.
¡Cuántos serán ahorita!
Los del arco iris, logro acumular
más de 4 millones de sufragios.
Hoy, entre lo cuerdo y la infamia,
se asemeja a esa realidad de 1988.
La oscuridad tiene un poder
terrorífico.
Doy gracias a mi dios de los
coloraos, por el manejo colectivo de una lampara para socavón.
Han pasado 37 años, desde ese
referéndum. Para mi intelecto de cerros,
de campamentos mineros, nos han agarrado con las manos en los bolsillos.
Y llego muy prisco y viejo, a las
puertas de la alameda, con las mismas vestiduras y con la mismita hambre.
Qué paisito mío más complicado, y,
teniendo todo, para ser, estar y continuar a la pinta.
Nuevamente, mi pueblo hambriento
de todo, hambriento de viviendas, sediento de una constitución política
actualizada, no solo para los tiempos en el cual existimos, sino, para
ahuyentar al chupasangre; para resguardar la humanidad, para resguardar lo que
tienes como país, lo que es tuyo y que te lo niegan, tienen ustedes, y tengo
yo, este 14 de diciembre, obligado por una democracia ultrajada, mentida, absorbida,
enfrentarme nuevamente, y ustedes también, con la brutalidad del fascismo, del
nazismo institucionalizado.
Ando de “allá pá acá y de acá pá
allá”.
!Tugar tugar, salir a buscar!
Me levanto temprano, me acuesto
tarde.
Me urge alargar el día.
Como pudimos llegar, a este andén
tan complicado, tan de infierno.
Tan extraño.
Hasta un animal, por instinto,
rehúsa del dolor obligado, sin razón; y,
tú, yo, lo sentamos en la misma mesa cotidiana.
Hay que encontrar los escondrijos
donde tienen prisionero, al sentido común, a la memoria, la mismita vida
mentida y ultrajada.
Nuestro planeta tiene de todo para
conjugar la vida.
Lo ha tenido siempre, andén tras
andén, árbol tras árbol, rio y mar, piedra y más piedra, habitante, piojo y
virus.
Hoy, nuestro planeta, gracias al
trabajo del hombre, está en condiciones de darle a sus habitantes, un regalo
maravilloso, una vida linda.
!Tugar tugar, salir a buscar!
Tiene que ser hermoso vivir la
vida. Vale la pena vivirla.
Me levanto temprano y me acuesto
tarde, me urge hablar con mi paisito.
Escucho, leo las noticias, escarbo
en mi capacho los días que faltan para el 14 y le hago un conjuro y me digo:
Que habría sido de la humanidad, si Lucy, no hubiera emprendido el tranco.
¡No fue cuestión de pirinola!
Mi caminar, mis lecturas, mi
intelecto, se atreve a decir, que el vivir una vida linda, es un derecho.
Sin embargo, él capital, le
“chantó” el hambre, la ignorancia, la lasciva, la soberbia, la avaricia, para
poder, en ese monstruoso vivir, apoderarse sin asco, de todo lo creado por el
trabajo del hombre.
Necesito verme al espejo, me
pellizco, necesito comprobar que existo en un momento histórico, de conciencia,
de cordura, de humanidad.
!Tugar tugar, salir a buscar!
Con Jeannette Jara Román, Chile,
será hermoso.
Alejandro Fischer Alquinta.
Estocolmo, a 7 días de la vida
linda, como un derecho.
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