Iván
Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis
Emilio Recabarren, CEILER
Entre el 10 y el 12 de diciembre de
Lo ocurrido en El Mozote, La Joya y otros caseríos de la zona es considerado la mayor masacre de América Latina en tiempos modernos.
Algunos grupos de derechos humanos estiman en más de 800 los muertos. Otros
en más de 1.000. Todos coinciden en que la mayor parte de ellos eran niños.
Para muchos, fue la mayor masacre en la historia reciente de América Latina.
Unas 1.000 personas, en su mayoría niños, murieron durante la masacre de
1981. Destacó por su crueldad el
Batallón de Infantería de Reacción Inmediata "Atlacatl, un comando
entrenado en Estados Unidos. Las casas de La Joya y El Mozote fueron quemadas
luego de que se matara a la población civil.
SÓLO UNA PEQUEÑA CAJA
Algunos familiares recibieron en diciembre de 2018 una pequeña caja con reliquias de sus
familiares asesinados durante la masacre.
Dentro quizás solo había algún hueso, un diente, un mechón de pelo,
alguno de los pocos despojos humanos que han logrado ponerle nombre con pruebas
de ADN en los últimos tres años.
Pero para muchos ha sido un acto de reparación, el cierre de un ciclo.
POLÍTICA DE EXTERMINIO
Manuel Escalante, del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad
Centroamericana, le cuenta a BBC Mundo que lo sucedido en 1981 fue parte de una
"política de exterminio" de las fuerzas armadas contra las
poblaciones rurales, a las que identificaban como retaguardia de las
guerrillas.
"El Ejército estableció una estrategia de eliminación de toda forma
de vida, incluida la humana, en ese sector rural bajo la idea equivocada de que
estaba dañando al FMLN cuando en realidad lo que estaban masacrando era la
población civil". explica.
EJÉRCITO DE EL SALVADOR NIEGA SU PARTICIPACIÓN
El Ejército del Salvador no ha reconocido su participación en la masacre
y asegura no tener ningún documento de la época que corrobore esos hechos o la
intervención de sus fuerzas en estos poblados.
El gobierno también lo negó por años, hasta 2012, cuando el entonces
presidente, Mauricio Funes, pidió perdón en nombre del Estado tras una
sentencia condenatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
UNA VEZ MÁS LA GARRA DEL IMPERIALISMO
Wilfredo Medrano, representante de los sobrevivientes ante la CIDH, le
asegura a BBC Mundo que la operación formó parte de una serie de estrategias
diseñadas desde Estados Unidos para combatir la insurgencia en Latinoamérica.
Afirma: "Bajo el gobierno de Ronald Reagan se destinaba al gobierno
de El Salvador casi US$1 millón diario, que iba a pertrechos militares,
adiestramiento, alimentación, colaboración de asesores o la formación de los
batallones de contrainteligencia que fueron a formarse al Comando Sur o a
Georgia".
En su criterio, EE.UU. implementó en El Salvador técnicas de guerra que
incluso habían fallado en Vietnam, como los desplazamientos forzosos, la
destrucción de poblados, bombardeos y aniquilamiento de poblaciones.
Cínicamente, el gobierno de Estados Unidos, por años, ha asegurado que
su ayuda iba destina a la consolidación de la democracia en El Salvador.
“PROPAGANDA COMUNISTA”
Cuando la prensa estadounidense publicó informes sobre lo sucedido en
diciembre de 1981, el entonces subsecretario de Estado para los derechos
humanos y asuntos humanitarios, Elliott Abrams, descartó las denuncias como
"propaganda comunista".
Un día después de los reportes, certificaría ante el Congreso que en El
Salvador se estaban dando pasos "fabulosos" en pro de la democracia.
Informes desclasificados años más tarde demostraron que Abrams, ahora
enviado especial de Trump a Venezuela, estaba al tanto de lo sucedido en El
Mozote y ocultó deliberadamente la información al Senado.
LA ACOSTUMBRADA IMPUNIDAD PARA LOS ASESINOS
Casi 40 años después, nadie ha sido juzgado. Una ley de amnistía de 1993 impidió por más
de 20 años que se investigara lo sucedido.
Finalmente, en 2016, un dictamen de la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la ley y, poco después, un juez ordenó que se reabriera el caso.
Casi tres años después, la causa todavía está en fase de instrucción y
se desconoce si llegará finalmente a juicio.
Pero lo que más preocupa a los sobrevivientes, sin embargo, es un
proyecto de "ley de memoria" que amenaza con enviar otra vez a los
archivos la investigación sobre aquellos días de finales de 1981.
"Se concede amnistía amplia, absoluta e incondicional a favor de
todas las personas, independientemente del sector al que hubieren
pertenecido". (Artículo I, anteproyecto de nueva Ley de Reconciliación
Nacional).
Los sobrevivientes se oponen a la nueva ley de reconciliación que
discute el Congreso.
FUENTE:
Lioman Lima: “Masacre de El Mozote…” (BBC News/Mundo, 1 de abril de 2019)




