domingo, 15 de mayo de 2022

ROQUE DALTON

 


En el 87º aniversario de su nacimiento:

 

 

 

 

                                                              Iván Ljubetic Vargas, historiador del

                                                              Centro de Extensión e Investigación

                                                              Luis Emilio Recabarren, CEILER

 

                           


Roque Antonio Dalton García nació en  la popular barriada  San José de  San Salvador, El Salvador,  el 14 de mayo de 1935. Cursó sus primeros estudios en los colegios religiosos Santa Teresita del Niño Jesús y Bautista, para ingresar posteriormente en el Externado de San José, donde en 1953 obtuvo el graduado como bachiller.

Desde joven manifestó una firme conciencia social. Ello  le llevó a militar en los movimientos revolucionarios que luchaban por las mejoras sociales en Centroamérica.

En 1953 estuvo en Chile, donde cursó  Derecho en la Universidad de Chile. En este país inició sus estudios del marxismo.

Cuando retornó a El Salvador, donde estudió Ciencias Sociales en los años 1954 a  1959, se convirtió en un inquieto protagonista de la política local. Luego, en 1956, siendo estudiante de  Leyes en la Universidad de El Salvador, fue uno de los miembros fundadores del Círculo Literario Universitario.

En 1957 viajó a  Moscú como delegado salvadoreño en el Sexto Festival de la Juventud y los Estudiantes por la Paz y la Amistad.  En 1961, en  la Universidad de México  estudió Etnología.

 

POETA REVOLUCIONARIO

Por entonces ya era Roque Dalton una de las voces jóvenes más prometedoras de la poesía hispanoamericana contemporánea. Algunas de sus primeras composiciones fueron galardonadas en varias ediciones del Premio Centroamericano de Poesía (1956, 1958 y 1959). En 1963, con la publicación de uno de sus mejores poemarios, El turno del ofendido, se consolidó como el poeta salvadoreño más relevante de su tiempo. La obra fue distinguida con una mención honorífica en el certamen Casa de las Américas, certamen que siete años después ganaría con el poemario Taberna y otros lugares (1969).

 

MILITANTE COMUNISTA

Su actividad política corría pareja a su dedicación a la creación literaria. En 1958 ingresó al  Partido Comunista Salvadoreño, Fue detenido y  encarcelado en varias ocasiones en El Salvador. En 1961 fue expulsado de su patria, Salió  al exilio. Residió y trabajó en Guatemala, México, Checoslovaquia y Cuba. Realizando esporádicas visitas a su país natal.

Se ganaba la vida con los ensayos y artículos que iba publicando. Viajó por motivos periodísticos o por razones políticas, a las Repúblicas de Vietnam y Corea, y a numerosos países europeos y sudamericanos, principalmente en  Cuba. En la Isla  terminó de forjarse como escritor. Se involucró en la vida cultural de este país y también recibió instrucción militar tras la  invasión de Bahía Cochinos.

En 1964 retornó a El Salvador. Fue tomado preso y  sometido a interrogatorio por un agente estadounidense de la  CIA.

En 1969, regresó a Cuba y ganó el Premio de Poesía Casa de las Américas. por el libro “Taberna y otros lugares”.

 

SE INCORPORA A LA LUCHA ARMADA

En 1973 regresó a su patria para alistarse en las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), donde tomó el pseudónimo guerrillero de Julio Delfos Marín. Colaboró activamente con esta organización clandestina partidaria del enfrentamiento directo y la lucha armada.

Roque adoraba al Partido Comunista, tanto que puso su vida al servicio de éste. Criticó las desviaciones reformistas que se anidaban en la dirección del ERP, y realizó propuestas tácticas en ese marco. Esta actitud valerosa de crítica y autocrítica interna, y por supuesto, su posicionamiento político, le valieron un estigma que sus adversarios supieron entretejer, para acusarlo primero de disidente, y luego de pertenecer a la CIA.

 

ASESINADO POR LA CIA

En consecuencia de esta patraña, urdida por Joaquín Villalobos, Alejandro Rivas Mira y Vladimir Rogel Umaña, Roque fue asesinado el 10 de mayo de 1975. Su cuerpo  fue abandonado en un paraje agreste donde fue despedazado y devorado por las fieras. Esta ejecución desencadenó airadas protestas en los círculos intelectuales, especialmente entre los escritores hispanoamericanos, abanderados en su condena por el argentino Julio Cortázar

Fidel Castro, que era amigo de Roque Dalton, se encargó de denunciar esta atroz injusticia declarando que quien pertenecía a la CIA, era Joaquín Villalobos. Asunto que el tiempo, se encargó de corroborar.

 

LA AMISTAD DE FIDEL CON ROQUE DALTON

El escritor argentino Julio Cortázar relata en uno de sus libros de memorias:

 “La amistad de Roque con Fidel Castro comienza una noche de 1962 mientras labora en Radio Habana, cuando el equipo completo de la radio decide irse de fiesta. Roque se queda atendiendo la programación que le dejan ya producida. Esa noche llega en una visita sorpresiva Fidel Castro a la Radio y tras el enojo que le causa la irresponsabilidad del personal, entra en contacto con aquel muchacho enclenque, de mirada vivaz y desgarbado, con la nariz ganchuda y una expresión melancólica en su rostro que no se cansa de bromear. Así se inicia una amistad testimoniada en el artículo de Julio Cortázar, "Una muerte monstruosa"

Esta amistad hace que Fidel Castro le encargue la redacción de "¿Revolución en la revolución? y la crítica de derecha", que sirve para defender las tesis foquistas de Régis Debray, que aún guarda prisión en Camiri, Bolivia, y que Dalton le dedique a Castro su obra "Un libro rojo para Lenin".

 

OBRA LITERARIA  DE ROQUE DALTON

Alcanzó a ser un gran poeta y narrador porque su creación artística fue eminentemente social. En su obra se reflejan las problemáticas sociales de su tiempo desde una perspectiva superadora y transformadora.

No se trata de una producción panfletaria, como algunos podrían pensar. De lo contrario, Roque rastreó los cambios que se operaban en la sociedad, y los expresó artísticamente. En su obra despunta lo no-estático, el movimiento incesante de la vida, el curso cambiante en la sociedad. Allí aparece el Roque cultor, el Roque creador.

Una parte de su obra ahonda en las aproximaciones entre el relato breve y el poema en prosa, tentativa en la que alcanzó buenos resultados. Un equilibrio entre calidad del lenguaje, ingenio, intelecto, amor humanista y visión política confluyen en sus mejores títulos, como en su célebre Taberna y otros lugares (1969), merecedor del premio Casa de las Américas, tal vez su libro más importante. Antes había publicado La ventana en el rostro (1961), El turno del ofendido (1963), El Mar (1964) y Poemas (1968). Luego publicó los libros Las historias prohibidas de pulgarcito (1975, poesía); y Pobrecito poeta que era yo (1976, novela).

Póstumamente aparecieron algunos títulos inéditos y varias recopilaciones antológicas de sus versos, como Poemas clandestinos (1980), Un libro rojo para Lenin (1986), Un libro levemente odioso (1988), En la humedad del secreto (antología compilada por Rafael Lara Martínez, San Salvador, 1994) y Antología mínima (a cargo de Luis Melgar Brizuela, San José de Costa Rica, 1998). En el campo del ensayo, publicó una monografía titulada El Salvador (1963), un ensayo sobre César Vallejo (1963) y un volumen de testimonios aparecido bajo el epígrafe de Miguel Mármol (1972). Compuso además algunas piezas teatrales, como Caminando y cantando (publicada en 1976) y Los helicópteros (escrita en colaboración con José Napoleón Rodríguez, e impresa en 1980).


 

 


HOMENAJES A ROQUE DALTON

 

Recuerdos-Homenajes

Por Ernesto Cardenal

 

“Roque Dalton yo lo recuerdo riendo. Flaco, de un blanco pálido, huesudo, narizón como yo, y siempre riendo. No sé por qué siempre te recuerdo riendo, Roque Dalton. Un revolucionario reidor. No es que los revolucionarios sean especialmente serios ni mucho menos, pero es que él era un revolucionario especialmente reidor. Se reía en primer lugar de él mismo. Se reía de cosas ridículas de El Salvador, y siempre estaba hablando de El Salvador y es que quería muchísimo a su país, Pulgarcito. Se reía de la burguesía salvadoreña naturalmente, y nos hacía reír a todos. Se reía de los jesuitas con los que se había educado y en cuyo colegio había «perdido la fe» (también se reía de esta expresión) para entrar al Partido Comunista y también se reía de cosas de su Partido Comunista (pero de todos modos era su partido)”.


 

Roque Dalton

Por Eduardo Galeano (2010)

Hace treinta y cinco años, Roque fue asesinado mientras dormía.

Yo soy uno de sus muchos dolientes.

Fui su amigo, y lo sigo siendo.

Su asesinato me dolió, y me sigue doliendo.

La impunidad me indignó, y me sigue indignando.

La impunidad estimula a los criminales, y los militantes que matan para castigar la discrepancia no son menos criminales que los militares que matan para perpetuar la injusticia.

Aquí va mi abrazo, de muchos brazos, a los familiares de Roque, a sus amigos, a sus compañeros, y a las muchas y muchos que no lo conocieron pero lo aman amando las palabras que nos dejó.

 

 

Flor para Roque

Por Silvio Rodríguez

 

No sé si le habrá dolido

el tiro que lo mató,

pero sé que su asesino

matándolo se murió.

No sé dónde lo pusieron

a dormir el desamor.

Hoy debo mirar al cielo

si quiero darle una flor.

Aída, Juanjo y Jorgito,

de cinco quedaron tres.

¿Dónde están Roque y Roquito?

¿Cuándo comienza después?

Roque Dalton fue mi amigo.

Él era un poco mayor

y ahora me resulta un hijo

necesitado de amor.

No es venganza lo que quiero,

sino dejar una flor

donde escondieron los huesos

de un héroe de El Salvador.

 



                   

 El Che y Roque Dalton