domingo, 5 de enero de 2020

EL ANTICOMUNISMO SUCIA ARMA DE LA BURGUESÍA




El anticomunismo tiene dos formas fundamentales: el exterminio físico de los comunistas y la propaganda negra tergiversando, mintiendo sobre sus objetivos y métodos. En Chile tenemos ejemplos de ambas formas.



                                               Iván Ljubetic Vargas, historiador del
                                               Centro de Extensión e Investigación
                                               Luis Emilio Recabarren, CEILER



El anticomunismo ha sido la bandera pirata enarbolada por la burguesía y por aquellos que le sirven de cómplices.

¿Por qué utilizan con mayor fuerza  el anticomunismo en los momentos álgidos  de un país? Porque la burguesía sabe que los  trabajadores   constituyen  la única clase social capaz de encontrar una salida democrática a la crisis y que son los comunistas, surgidos del seno de esa clase, los que -al final de cuentas- mostrarán el camino para esa salida.

El anticomunismo adquiere dos formas principales: el exterminio físico de  dirigentes y militantes comunistas y la propaganda negra, tergiversando sus acciones y pensamiento.

EL EXTERMINIO FÍSICO DE LOS COMUNISTAS

Sobre la primera forma, en Chile encontramos muchos ejemplos. Durante la dictadura de Ibáñez  (1927-1931) numerosos dirigentes comunistas, luego de ser terriblemente torturados, fueron relegados a las regiones más inhóspitas del territorio, a las islas Juan Fernández, a Rapa Nui, etc.

El 25 de diciembre de 1931, más de 30 militantes comunistas de Vallenar fueron sacados de sus casas y asesinados por carabineros.

El 26 de junio de 1932 fue detenido en Antofagasta, por la policía de Investigaciones, el joven profesor y dirigente sindical Manuel Anabalón Aedo.  Conducido a Valparaíso, lo asesinaron en medio de terribles tormentos. Fue un detenido desaparecido durante meses. El 21 de diciembre de 1932  un buzo encontró su cadáver en el fondo de la bahía de Valparaíso.

Muchos comunistas han sido  asesinados en diversas masacres contra los trabajadores.
En la masacre de Ranquil (Julio de 1934) fueron asesinados a lo menos dos comunistas, el cacique mapuche Ignacio Maripe y el profesor Juan Leiva Tapia.
 
En la masacre de Plaza Bulnes (28 de enero de 1946) de los seis obreros asesinados, cinco eran  militantes comunistas, entre ellos estaba  Ramona Parra.

El 21 de octubre de 1947 González Videla inició la represión contra los comunistas, los que más habían trabajado para hacerlo presidente. El 3 de septiembre de 1948 promulgó la ley maldita que, durante diez años, hasta el 6 de agosto de 1958, mantuvo ilegal y perseguido al Partido Comunista.

El 1 de abril de 1957 fue asesinada la joven comunista Alicia Ramírez en las protestas contra el alza de la movilización. 

En la matanza perpetrada en Santiago en un desfile de la CUT (3 de noviembre de 1960) fueron asesinados dos trabajadores, entre ellos el  obrero comunista Vladimir Tobar

En la masacre del mineral de cobre de El Salvador,  perpetrada el 11 de marzo de 1966, entre las 8 víctimas, hubo  dos dirigentes sindicales comunistas: Ramón Santos Contreras y Raúl Monarde.

En la Plaza Tropezón  de Quinta Normal, el 8 de julio de 1970  fue asesinado por un carabinero de civil,  el joven comunista Miguel Ángel Aguilera en los marcos de un paro de la CUT.

11 de septiembre de 1973: golpe cívico militar fascista. Tomó el poder Pinochet, el mayor anticomunista de nuestra historia que, utilizando el terrorismo de estado implantó el neoliberalismo y perpetró el genocidio de nuestro pueblo. Su objetivo era terminar con el enemigo interno: el comunismo.

Más de 500 dirigentes y militantes comunistas  cayeron heroicamente en la lucha contra la dictadura fascista, dos direcciones clandestinas del Partido Comunista y una de las Juventudes Comunistas. Otros miles fueron detenidos, torturados, exonerados, lanzados al exilio.

11 de septiembre de 1993 luego de una masiva marcha, se realizó el acto recordando y rindiendo homenaje a las víctimas de la dictadura. Habló Sola Sierra. Después lo hizo Gladys Marín. De pronto disparos. Cayó asesinado otro mártir de las Juventudes Comunistas: Octavio Araya Ortiz. Nueva víctima de carabineros.


LA PROPAGANDA NEGRA CONTRA LOS COMUNISTAS

El Manifiesto del Partido Comunista,  elaborado por Carlos Marx y Federico Engels y publicado por primera vez el 24 de febrero de 1848, comienza diciendo: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Contra este fantasma  se han conjurado en santa jauría todas las potencias de la vieja Europa, el Papa y el zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes”.

El Partido Comunista de Chile no es un fantasma que recorre nuestra geografía. Surgió del seno de la clase trabajadora el 4 de junio de 1912. Tiene programa, su objetivo  estratégico  para este período es conquistar un Chile Democrático.

Jamás ha participado en un golpe de estado ni en una conjura antidemocrática. Nunca ha recibido coimas de empresas para votar en el Parlamento leyes a favor de ellas. Ninguno de sus militantes ha sido condenado por recibir sobornos ni por corrupto.

En este período parlamentario no ha apoyado ninguna ley represiva.

Pero, los anticomunistas han pretendido y pretenden tergiversar su limpia historia, su consecuente vocación unitaria. Ello con un enorme apoyo de los medios de comunicación monopolizados por los grandes empresarios, por la burguesía.

GABRIEL SALAZAR

Es el caso de un historiador llamado Gabriel Salazar, muy aplaudido por la derecha.
Con fecha 22 de octubre de 2019, el periódico La Tercera publicó una entrevista en que el historiador difarió desde  el “reventón histórico” hasta “una escalerita para llegar a la Asamblea Constituyente”, pasando por una extraña clasificación de los “vándalos” y del “pueblo mestizo”. Pero no podía faltar, como es su obsesión, el ataque al Partido Comunista.

En parte de su afiebrada entrevista afirmó: “La clase política civil es, toda ella, neoliberal. ¿Y la izquierda? «Hoy día no hay izquierda en Chile, el Partido Comunista está, de frentón, dentro del sistema, se está rigiendo por la Constitución del ’80, está jugando a las alianzas dentro del sistema. Y seguramente todos van a coincidir que aquí la lucha es contra el enemigo, que dijo el Presidente, que son los vándalos”.

El Partido Comunista es el partido revolucionario de la clase trabajadora, una de las dos clases antagónicas del sistema capitalista. Se rige por sus principios marxista-leninistas. Lucha contra el neoliberalismo y su Constitución. Para hacerlo debe estar dentro y no fuera del sistema, así como lo está su clase social. De acuerdo con su vocación unitaria, el Partido Comunista lleva desde su fundación una consecuente política de alianzas. Y esto no lo podría hacer desde la luna o marte. Y algo más en estos días sublevación popular, el Partido Comunista fue el primero que planteó la renuncia del presidente Piñera y estuvo en primera línea en la acusación constitucional contra él.

LA DEMOCRACIA CRISTIANA

Fuad Chahín, presidente  de la Democracia Cristiana (DC), sostuvo  que los comunistas “votaron en contra de la idea de legislar la reforma para permitir el plebiscito y desencadenar el proceso constituyente”. Agregó  provocativamente que  “Votaron igual que Ignacio Urrutia (Partido Republicano), criticaron a quienes habíamos adoptado y logrado este acuerdo”. Y, con prepotencia, advirtió: si van a estar en la batalla de aprobar una nueva Constitución en el plebiscito del 26 de abril, “si se quieren sumar, está bien, pero claramente en una tercera línea”.

¿En qué línea debería estar la DC que, impulsada por su anticomunismo, apoyó el golpe del 11 de septiembre de 1973 y la dictadura fascista en su primer tiempo?

REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA

Catalina Pérez, presidenta de Revolución Democrática (RD), haciendo alarde de un fuerte anticomunismo,  afirmó que el Partido Comunista (PC) está “saboteando el proceso constituyente”.

Luego, entrevistada en La Tercera, enfatizó: “Son ellos quienes van a tener que explicarle a Chile sus razones para restarse y para haber renunciado a hacer política. El Partido Comunista, contradiciendo toda su historia, no fue parte del proceso”.

Catalina Pérez indicó que “no hay argumentos para no sumarse a un acuerdo por más democracia y por una asamblea constituyente”.

Resulta extraño que la presidenta de Revolución Democrática hable de “asamblea constituyente”, cuando ella con su firma, cediendo ante la presión de la UDI, aprobó   el siniestro cambio de esa exigencia del pueblo movilizado por “Convención” constituyente, que no son lo mismo.
Es igualmente extraño, que se sigan llamando “Revolución Democrática”, cuando en ese mismo viernes 15 de noviembre de 2019 aprobaron   una Convención sin paridad de género, sin escaños reservados para los pueblos originarios y sin garantías para los independientes. Además, en la sesión de sala de la Cámara de Diputados del miércoles 4 de diciembre, junto a la  derecha y otros sumaron los 127 votos con que se  aprobaron los  proyectos de leyes represivas de Piñera.

En esa ocasión, los diputados comunistas votaron en contra.

LOS PORFIADOS HECHOS

Los hechos posteriores dieron la razón a los partidos que no aceptaron ser parte del “Acuerdo  por  la Paz Social y una nueva Constitución”: el Partido Comunista, el Partido Progresista, la Federación Regionalista Verde Social, el Partido Ecologista Verde, el Partido Humanista, Convergencia Social, el Partido Igualdad y el Movimiento Democrático Popular.

Los partidos que firmaron ese acuerdo han entrado en serias crisis y confrontaciones. Es el caso de los partidos de oposición y la UDI, incluso entre UDI y sus socios de Chile Vamos.

Consecuente con su actitud  frente al Acuerdo, el Partido Comunista en la Cámara de Diputados votó en contra del proyecto, en general, del plebiscito para una nueva Constitución.