lunes, 20 de enero de 2025

Punto y coma.

 



Comentario radial y escrito.

 

 

 

Para calmar los nervios y sacudirme la guerra, vi una película titulada “Número 24.”

Relata acontecimientos ocurridos durante la ocupación nazi en Noruega.

De la resistencia heroica, joven, de una gran parte de su población, de su trabajo de inteligencia y desenmascaramiento de los pronazis noruegos, que denunciaban codiciosos y serviles a sus propios conciudadanos.

Una escena muestra la tortura infligida a un muchacho perteneciente a la resistencia exigiéndole denunciar a sus camaradas.

Por su silencio, le obligaron a ingerir aceite hirviendo.

Lo quemaron por dentro.

Aterrorizados se preguntaban del porqué de la existencia de seres humanos con capacidad de discernir, actuaran de esa manera tan inhumana.

Que puede transformar a seres humanos en bestias.

Mi paisito, Chile, vivió también ese tiempo vil y despreciable, denotando una ausencia total de empatía, de honradez social y cívica.

Asomo esta barbarie de ideas infernales, al ver por mi ventana, ese caminar arrogante, ese ardor de 86 años antiguo, dominante, amenazador del nazismo, del fascismo, del neoliberalismo que amenaza la vida entera.

Yo, grito desesperado:

¡Buscar al enemigo cierto!

La ultraderecha y sus derivados son perros de presa inventados para cuidar a muerte los intereses de los dueños del capital.

Y además de perros de presas, son traidores; en la Segunda Guerra Mundial le mordieron la mano al amo.

O quizás no; fueron mandatados a matar, a destruir la vida, a utilizar la guerra para empezar de nuevo.

Era necesario el caos, la miseria a gran escala.

No olvidar nunca, que los grandes beneficiarios de la muerte, es la industria de las armas y de los príncipes de la guerra.

Una cuestión tan igual, tan inmoral como lo es hoy.

Las mismas ideas con edades diferentes, otros apellidos, otra historia; otras ideas con un mismo raciocinio.

Ese razonar que salpica los caminos, carboniza los aceres, para bendecir y proteger la explotación del hombre por el hombre.

Y sobre todo, perpetuar los intereses del Imperio.

Única manera y forma, que un minúsculo grupo de personas puedan ser dueños de la vida y de la muerte de todo un planeta.

Entreabro mi portal antiguo, alcanzo a ver a un niño, asustado como un gorrión, sacando con la mano restos de comida de una olla.

Espera del mundo, de ti, de mí, que se acabe la muerte y pueda volver a Gaza, a juntar escombros.

El olvido es una epidemia muy re grande.

Es cuestión de cambiar nombre, enredar la mariposa, buscar lo bello y la mentira en lo atrayente, humear mortal los panales de abejas y estamos al otro lado.

Mi colectividad política ha salido de una experiencia complicada, complicada y maravillosa a la vez.

Es como un parto, recién comienza la vida.

La vigilancia revolucionaria cobra un papel muy relevante.

Y tan relevante que, para continuar, se hace necesario ajustar, pienso yo, el método científico, es decir, la DIALECTICA.

Pero para eso, debemos tener la película muy clara.

La cuestión ideológica es el arco, el yunque, el acorde fino, vigilante.

Decimos, que, a través de la lucha de clases, hay que barrer con el oponente e implantar la dictadura del proletariado.

Se implanta de la misma forma que la ha implantado la oligarquía terrateniente, con el martillazo de fondo de Toro y Zambrano.

Desde esos tiempos, que los olvidados han estado en litigio con el riquerio.

Los tiempos que hemos vividos, que han sido de vacas gordas y vacas flacas, nos dejan un tanto cínicos.

Más bien vulnerables, muy vulnerables, muy solos.

Las desilusiones dañan, sacuden el espíritu, matan.

El Conservadurismo, los momios, han sido unos bellacos, unos socialmente ignorantes, unos tardíos. Con lo que se sabe del abogado del diablo, hay que ser badulaque querer levantar una “Estatua para Piñera”

No tienen idea lo que ha sufrido el pueblo, no sienten, ni por cachativa, la metamorfosis brutal de nuestra sociedad, su desapego del azadón.

Lo digo también por mí.

Solito me subí al tren de Don Lucho, todavía sigo, sabiendo que sería un continuo movimiento, que lo tuyo no es solo tuyo, si te quedas con sus aromas y sueños, eres privilegiado.

La cuestión para mí es una búsqueda como la de México.

Hacer cosas para el pueblo y con el pueblo; eso POR el pueblo me suena extraño.

“No vamos a regresar al modelo neoliberal, no vamos a regresar al régimen de corrupción y de privilegios, no dejaremos que regrese la decadencia del pasado donde se gobernaba para unos cuantos”.

Eso dijo su mandataria la semana pasada.

Y no es poca cosa, está en la ira del huracán.

Mire usted, un encargado de seguridad del país mexicano salió más tímido que Pablo Escobar.

Tengo fe en que irán paso a paso siendo Emiliano Zapata.

La ignorancia y la pobreza son las causas de estas plagas que corroen la dignidad humana.

Hablaba recién de la dialéctica como método científico para intercambiar ideas, propuestas para dignificar la vida de los pueblos.

Yo creo, que hubo un destello de esto en el gobierno Popular de Salvador Allende. Pero las ansias de poder y protagonismo severo de cierto sector de centro y derecha y de izquierda también, obligo al Imperio a soltar sus esbirros y conservar identidades.

Cualquier hacer político que se haga en nombre de la clase y vaya en desmedro de las esperanzas real del pueblo, es una desviación ideológica trágica.

La Vigilancia revolucionaria tiene que cambiar pañal.

 

Alejandro Fischer Alquinta

Estocolmo20250119