Comentario radial y escrito.
Para calmar los nervios y
sacudirme la guerra, vi una película titulada “Número
Relata acontecimientos ocurridos
durante la ocupación nazi en Noruega.
De la resistencia heroica, joven,
de una gran parte de su población, de su trabajo de inteligencia y
desenmascaramiento de los pronazis noruegos, que denunciaban codiciosos y
serviles a sus propios conciudadanos.
Una escena muestra la tortura
infligida a un muchacho perteneciente a la resistencia exigiéndole denunciar a
sus camaradas.
Por su silencio, le obligaron a
ingerir aceite hirviendo.
Lo quemaron por dentro.
Aterrorizados se preguntaban del
porqué de la existencia de seres humanos con capacidad de discernir, actuaran
de esa manera tan inhumana.
Que puede transformar a seres
humanos en bestias.
Mi paisito, Chile, vivió también
ese tiempo vil y despreciable, denotando una ausencia total de empatía, de
honradez social y cívica.
Asomo esta barbarie de ideas
infernales, al ver por mi ventana, ese caminar arrogante, ese ardor de 86 años
antiguo, dominante, amenazador del nazismo, del fascismo, del neoliberalismo
que amenaza la vida entera.
Yo, grito desesperado:
¡Buscar al enemigo cierto!
La ultraderecha y sus derivados
son perros de presa inventados para cuidar a muerte los intereses de los dueños
del capital.
Y además de perros de presas, son
traidores; en la Segunda Guerra Mundial le mordieron la mano al amo.
O quizás no; fueron mandatados a
matar, a destruir la vida, a utilizar la guerra para empezar de nuevo.
Era necesario el caos, la miseria
a gran escala.
No olvidar nunca, que los grandes
beneficiarios de la muerte, es la industria de las armas y de los príncipes de
la guerra.
Una cuestión tan igual, tan
inmoral como lo es hoy.
Las mismas ideas con edades
diferentes, otros apellidos, otra historia; otras ideas con un mismo
raciocinio.
Ese razonar que salpica los
caminos, carboniza los aceres, para bendecir y proteger la explotación del
hombre por el hombre.
Y sobre todo, perpetuar los
intereses del Imperio.
Única manera y forma, que un
minúsculo grupo de personas puedan ser dueños de la vida y de la muerte de todo
un planeta.
Entreabro mi portal antiguo,
alcanzo a ver a un niño, asustado como un gorrión, sacando con la mano restos
de comida de una olla.
Espera del mundo, de ti, de mí,
que se acabe la muerte y pueda volver a Gaza, a juntar escombros.
El olvido es una epidemia muy re
grande.
Es cuestión de cambiar nombre,
enredar la mariposa, buscar lo bello y la mentira en lo atrayente, humear
mortal los panales de abejas y estamos al otro lado.
Mi colectividad política ha salido
de una experiencia complicada, complicada y maravillosa a la vez.
Es como un parto, recién comienza
la vida.
La vigilancia revolucionaria cobra
un papel muy relevante.
Y tan relevante que, para
continuar, se hace necesario ajustar, pienso yo, el método científico, es
decir, la DIALECTICA.
Pero para eso, debemos tener la
película muy clara.
La cuestión ideológica es el arco,
el yunque, el acorde fino, vigilante.
Decimos, que, a través de la lucha
de clases, hay que barrer con el oponente e implantar la dictadura del
proletariado.
Se implanta de la misma forma que
la ha implantado la oligarquía terrateniente, con el martillazo de fondo de
Toro y Zambrano.
Desde esos tiempos, que los
olvidados han estado en litigio con el riquerio.
Los tiempos que hemos vividos, que
han sido de vacas gordas y vacas flacas, nos dejan un tanto cínicos.
Más bien vulnerables, muy
vulnerables, muy solos.
Las desilusiones dañan, sacuden el
espíritu, matan.
El Conservadurismo, los momios,
han sido unos bellacos, unos socialmente ignorantes, unos tardíos. Con lo que
se sabe del abogado del diablo, hay que ser badulaque querer levantar una
“Estatua para Piñera”
No tienen idea lo que ha sufrido
el pueblo, no sienten, ni por cachativa, la metamorfosis brutal de nuestra
sociedad, su desapego del azadón.
Lo digo también por mí.
Solito me subí al tren de Don
Lucho, todavía sigo, sabiendo que sería un continuo movimiento, que lo tuyo no
es solo tuyo, si te quedas con sus aromas y sueños, eres privilegiado.
La cuestión para mí es una
búsqueda como la de México.
Hacer cosas para el pueblo y con
el pueblo; eso POR el pueblo me suena extraño.
“No vamos a regresar al modelo
neoliberal, no vamos a regresar al régimen de corrupción y de privilegios, no
dejaremos que regrese la decadencia del pasado donde se gobernaba para unos
cuantos”.
Eso dijo su mandataria la semana
pasada.
Y no es poca cosa, está en la ira
del huracán.
Mire usted, un encargado de
seguridad del país mexicano salió más tímido que Pablo Escobar.
Tengo fe en que irán paso a paso
siendo Emiliano Zapata.
La ignorancia y la pobreza son las
causas de estas plagas que corroen la dignidad humana.
Hablaba recién de la dialéctica
como método científico para intercambiar ideas, propuestas para dignificar la
vida de los pueblos.
Yo creo, que hubo un destello de
esto en el gobierno Popular de Salvador Allende. Pero las ansias de poder y
protagonismo severo de cierto sector de centro y derecha y de izquierda también,
obligo al Imperio a soltar sus esbirros y conservar identidades.
Cualquier hacer político que se
haga en nombre de la clase y vaya en desmedro de las esperanzas real del
pueblo, es una desviación ideológica trágica.
La Vigilancia revolucionaria tiene
que cambiar pañal.
Alejandro Fischer Alquinta
Estocolmo20250119