Comentario radial y escrito.
Camino por una humanidad,
indecentemente pisoteada. Los valores y principios morales, éticos, que
vestimos hoy, han sido construidos por
civilizaciones por más de 3.000 años antes de Cristo; me atrevo a decir
atorado, con profunda tristeza, que tenemos el alma desparramada y pisoteada,
como hojas de otoño.
Por allá o por acá, por ahí
también, somos los causantes de la muerte y de las lágrimas de niños
hambrientos de todo.
Somos los causantes de nuestra
propia tragedia.
Hay algunos, con granos de
soberbia e ignorancia, con pobreza hereditaria, con empatía desnutrida,
cachiporras y embolados, especulan con la
dignidad de vivir; otros, una minoría inmensa, con toneladas de misiles,
que les atornillan privilegios y autoridad para pavimentar el pan.
A que adefesio humano, a que líder
político, se le puede ocurrir, darle al emigrado un monto considerable de
dinero, para que regrese a sus orígenes, y se las arregle como pueda; o como, a
otra lumbrera, alquilar un pellizco de tierra a un país, en este caso, Albania,
y construir en él, un campamento, estilo campo nazi de concentración, llevar
ahí los despojados de todo, a la espera de no sé qué cosa.
Lo importante es, que los 120
millones de refugiados y desplazados de África, Asia, América, no entren al
jardín inmaculado de Europa.
Quizás, me falte estudios, pero
tengo la impresión, que el genocidio salvaje consumado en nuestro sur de
américa se siente más benevolente en comparación con lo que hizo el
colonialismo europeo en Asia, África, india.
Este neoliberalismo que vuela y
agoniza, inventa de la nada sus trincheras, provoca en su agonía, caos
terroríficos, para ahogar, destruir, desvirtuar los procesos sociales que se
están dando en beneficio de los pueblos.
Sientan Colombia, Venezuela,
Chile, Cuba, Honduras, Bolivia, Yemen, Sudan, Eritrea. Sostengan Gaza, Líbano,
arropen al pueblo sarahui.
El buen vivir del pueblo, su
dignidad satisfecha, significa para el riquerio, una perdida considerable e
imperdonable de sus sagrados privilegios.
Que puede suceder en un país que
va saliendo de sus propios demonios y se le alforja una inmigración
instrumentada, provocada, mandatada a desestabilizar, sin tener el país de
acogida, los recursos para atenderla.
Y más aún, una inmigración
escogida, y, en su mayoría de un lumpen proletario o delincuencia
profesionalizada, organizada para crear caos en las prioridades de los planes
de cualquier gobierno.
Que puede sucederle a un pueblo
que viene saliendo, entrando y entrando otra vez, de un neoliberalismo salvaje,
fascistoide, si no es, una fobia imparable, manipulada por los medios de
comunicación a una aprensión, un miedo, al recién llegado, al inmigrante,
provocando así, una desestabilización generalizada.
Todo nuestro sur subiendo para el
norte, tiene esa maldición selectivamente sembrada.
La idea, los planes del riquerio
eran, son, mantener el hacer del neoliberalismo y despistar lo más posible, la
atorrante corrupción existente de “rey a paje” que azota no solo a nuestro
paisito, vean ustedes la nueva versión libertaria y patriótica del León
trasandino.
Este crimen político judicial que
hicieron y que hacen en mi paisito, no conto con la virulenta ansia de poder de
algunos peones y alfiles que gritaron de pura celosía, una podredumbre pegada
como luche en la institucionalidad del país.
En unos días más, en este octubre,
Chile, mi paisito, sus habitantes, tiene que elegir a representantes a través
del voto.
Es decir, parir, a través del
sufragio, el mentado y escurridizo poder popular.
El sufragar, es una conquista del
desarrollo intelectual del ser humano, de su salud ciudadana.
La mujer en mi pais, en 1935 le
dieron el derecho al sufragio solamente en las municipalidades, en 1949, le
dieron permiso para participar en las elecciones presidenciales.
Es decir, su opinión, sus derechos
fueron negados por 125 años.
Para que hablar de los ciegos y de
los analfabetos, estuvieron 160 años esperando.
El voto es un ladrillo, que junto
a otros ladrillos edificaran mi hogar.
Como quiero que sea mi hogar, depende
de mí sentido de clase, de mi relación social y de trabajo con mi colectivo
país. Y, no es cualquier cosa, yo seré, de todas maneras, el responsable de los
amaneceres que vendrán.
Cuál es el silabario, la bola de
cristal para achuntarle al candidato que llevara mi voz ciudadana a los
parlamentos.
Esta interrogante es muy
complicada, tiene que ver con la educación cívica, tiene que ver incluso con la
cachativa, con el hambre y con el frio.
El primer ministro de Israel, por
ejemplo, Benjamín Netanyahu, ha sido electo en varias contiendas electorales,
sin embargo, Satanás, comparado con él, es una guagua para jardín infantil.
La mayoría de los presidentes en
américa latina, electos por la ciudadanía, han estado al servicio de las
oligarquías.
Esta realidad, exige la
organización social y política del pueblo, exige la democratización del estado,
urge, una constitución política al servicio de los derechos del hombre.
El peor enemigo de la cordura y de
la reflexión son la mayoría de los medios de comunicación masiva, que, sin
lugar a duda, una mentira, la pueden transformar en una herramienta que anula
todo sano juicio y puede sin asco, crucificar a Cristo al lado de Mahoma.
La utilización de los medios de
comunicación, son para Donald Trump un yacimiento, lo andan matando a cada rato
para aparecer en la prensa mundial y manipular.
Al término de la segunda guerra
mundial, quedando muros, ladrillos sin vida ni suspiro, con 60 millones de
muertos, un mundo de ausencias devastadas.
La guerra es una bestia sin
astucia ni sabiduría.
Sabedores de su bestialidad, los
vencedores, unos más vapuleados que otros, algunos intactos por la distancia,
se organizan para poder resolver los litigios de otra manera.
Deciden darle a la humanidad razón
de vivir, sentido común; así, en un abril de 1945 la extraña Organización de
las Naciones Unidas es procreada.
Cinco meses más tarde, en agosto, para dignificar el acuerdo, los gringos dejan las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en una espantosa sombra.
Seguía siendo el bélico Japón una amenaza para los nuevos acuerdos que se trenzaban entre las potencias beligerantes, no, de ninguna manera. Japón se convirtió en un terrible emisario.
La bomba no fue dirigida al Japón, aunque en él, hayan perecido más de 120.000 vidas humanas, más de 130.000 heridos, la ignominia fue una advertencia a otras potencias emergentes o en remojo, fue una diabólica muestra de su inmenso poderío.
Y hoy, con una potencia mil veces mayor de destrucción masiva, juegan con la vida jugando “al poto sucio”
Desde ese tiempo, el vivir de la
humanidad es regulado, permitido por la razón o por las ansias hegemónicas del
Gran Capital.
Digo por la razón, recordando, en 1962, los misiles en Cuba apuntando para el norte.
Un desastre habría anidado en nuestra américa.
Como se arregló el entuerto.
Al desmantelar los misiles
soviéticos en Cuba, los Estados Unidos se comprometían a no invadirla y
desmontarían sus propios misiles apostados en Turquía.
Los dirigentes actuales, las empresas multinacionales, la Banca y los generales de la guerra nos tienen miserables, sin saber qué hacer con el cordón umbilical
Los dirigentes de Europa hablan, escuchan, discuten las mociones, las aplauden o proponen otras.
Todo esto, expresado con tal personalidad y convencimiento, que te hace dudar el origen o la salud de las neuronas que ellos visten.
Las guerras no son solo herramientas para flagelar la vida o la muerte, son para mentir descarado, para invisibilizar la infamia de la explotación del hombre por el hombre, son para mantener a las oligarquías nadando en privilegios, pese, a que esta ecuación maldita, vaya matando paulatinamente la estabilidad climática del planeta.
Si ellos, tienen ese esperpento,
que tendremos nosotros que los dejamos manejar la vida.
Esto que nos ocurre, son bofetadas a la vergüenza.
La evolución del ser humano, su adaptación al medio, su sobrevivencia, ese ser que hace las cosas, que, yo, le llamo “Mi dios de los coloraos” sufre y lamenta su vivir, desarrollando sin embargo su cognitivo, esa lucha de clases, de correlaciones de fuerza, es un himno al coraje, a la tenacidad, descubriendo cada vez más, lo maravilloso de la vida, del vivir.
Los habitantes del planeta, somos hijos del emigrar, del movimiento, sin este caminar, la especie humana no existiría.
El saber que más de 120 millones de refugiados y desplazados no tengan idea que pasara cuando amanezca, me tiene enloquecido y también agradecido.
Yo sé lo que se siente, yo sé lo
que se vive; 48 años atrás, tampoco sabía, del otro amanecer.
Alejandro Fischer Alquinta
Estocolmo 20241020