domingo, 3 de julio de 2016

Entrevista a César Bunster en El Siglo. Encargado de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Chile






“La paz es una victoria y un reconocimiento de la representatividad de las Farc-Ep”

“Los pueblos siempre están a favor de la paz. Si adoptan la lucha armada lo hacen como último recurso ante la imposibilidad de luchar pacíficamente por sus derechos”.

César Bunster, Encargado de Relaciones Internacionales del PC

                    

El dirigente sostuvo que el acuerdo de fin del conflicto armado en Colombia inicia “una nueva etapa de transformaciones democráticas”. Afirma que, al estar aliada con el ultraconservador Álvaro Uribe, con este hecho “la derecha chilena ha sido derrotada”. Indica que “los pueblos de América Latina han ido construyendo una nueva realidad en nuestro continente” y sostiene que “la lucha armada cumplió un papel en varios países de nuestra América, pero no creo que las izquierdas latinoamericanas la hayan absolutizado”.

Hugo Guzmán R.

Estaba en San Salvador, en el encuentro del Foro de Sao Paulo, cuando se firmó el acuerdo de dejación de armas y fin del conflicto armado entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (Farc-Ep). Desde la capital salvadoreña siguió de cerca el episodio y accedió a contestar las preguntas de El Siglo.

César Bunster Ariztía, Encargado  de Relaciones Internacionales del Partido Comunista de Chile, aborda el contexto y la proyección de los acuerdos de paz en Colombia. Asevera, como primer elemento, que “la clase dominante y su Ejército en Colombia no pudieron aniquilar la rebelión del pueblo y tuvieron que abrirse a una  negociación política” y señala que ahora viene un periodo de  transformaciones políticas y democráticas.

¿Dónde situarías los ejes del significado de la firma de acuerdo de paz entre las Farc-EP y el Gobierno?

Lo primero que hay que decir es que el acuerdo de paz, completo y definitivo, está por firmarse. Se ha avanzado en los seis puntos del acuerdo general y concretamente en los primeros cinco: en lo relacionado con la participación política; desarrollo agrario integral; cultivos ilícitos; derechos de las víctimas y  sistema de justicia especial para  la paz; y cese bilateral general de hostilidades y proceso de entrega de las armas por la insurgencia. Este último aspecto fue  firmado en La Habana el pasado día 23, con gran respaldo internacional, incluyendo el de la Presidenta de Chile, Michelle Bachelet, como uno de los países garantes y acompañantes de este proceso. Falta todavía el punto de refrendación de los acuerdos, pero con el anuncio del 23 se puede decir que el  proceso ya es irreversible. Creo que este acuerdo es quizás el acontecimiento más importante de las últimas décadas en Colombia. Llegar a la solución a un conflicto armado que cumple 52 años y que ninguna de  las dos partes pudo resolver  por la vía de la guerra, constituye una conquista política de todo el pueblo y sus diversas  manifestaciones. El pueblo de Colombia conquista la paz no  sólo con el cese al fuego, sino iniciando una nueva etapa que  permita transformaciones democráticas. En ese sentido, esto  es algo histórico para Colombia y América Latina.

¿Se consagró la salida política?

Sí. Las guerras se resuelven con  la derrota militar de una de las partes. Pero a pesar de todo el apoyo del imperialismo, tanto político como militar, del verdadero genocidio contra el pueblo y sus organizaciones, la clase dominante y su Ejército en Colombia no pudieron aniquilar la rebelión del pueblo y tuvieron que abrirse a una negociación  política. Desde esa perspectiva, la paz es una victoria y un reconocimiento de la representatividad de las Farc- Ep, organización con la cual se hizo necesario buscar una  salida política. No ha habido  ninguna renuncia a las ideas o a los principios, pero ahora esa confrontación será sin el uso de las armas. El corazón del acuerdo de paz apunta precisamente a desterrar para siempre el uso de violencia para eliminar al opositor político, resolviendo las contradicciones a través de la lucha de masas y la actividad  política institucional. Para ello es imprescindible la democracia en Colombia y el acuerdo plantea reformas políticas para la paz. En este sentido, las organizaciones populares en Colombia han planteado la necesidad de una Asamblea Nacional  Constituyente.

La derecha chilena siempre respaldó la tesis militarista de Álvaro Uribe, no dejó de calificar de terrorista a las Farc- Ep y criticó la postura del PC respecto a Colombia. ¿Cómo queda ahora?

En el caso del conflicto colombiano, la derecha chilena ha estado siempre aliada a los sectores más extremos, retrógrados y militaristas de la derecha colombiana,  representada efectivamente por Uribe. Es evidente que esa derecha guerrerista de Uribe que hoy se esfuerza por sabotear el proceso de paz y promover una campaña del  terror en su contra, ha sido derrotada rotundamente por los  acuerdos de paz. En consecuencia, la derecha chilena también ha sido derrotada, así como todas las campañas de acusaciones falsas que intentó levantar contra el Partido Comunista de  Chile. En cambio, lo que ha prevalecido -con el beneplácito del  mundo entero- es la postura del  PC chileno que apoyó siempre los esfuerzos del pueblo colombiano por lograr la paz y la solución política del conflicto.

En su momento las guerrillas de El Salvador y Guatemala firmaron procesos de paz. Ahora lo hace la guerrilla colombiana. ¿Cómo ves que  terminen así largas luchas armadas en la Región?

Creo que ello demuestra que los  pueblos siempre están a favor  de la paz. Si adoptan la lucha  armada lo hacen como último recurso ante la imposibilidad de luchar pacíficamente por sus derechos y en respuesta a la violencia, a las masacres y a la  guerra sucia en su contra. Pero apenas conquistan -a través de la lucha armada- la posibilidad de seguir luchando por otros medios, siempre prefieren la paz. Sin embargo, es evidente que la lucha armada ha jugado un papel muy importante en esos países.

 ¿Esto es parte de una nueva realidad, un nuevo tiempo en América Latina?

Creo que efectivamente los pueblos  de América Latina han ido construyendo una nueva realidad en nuestro continente. Han quedado atrás las dictaduras que nos asolaron en el pasado. Conforme a las especificidades, a sus historias particulares y al desarrollo de sus procesos de lucha, se han desarrollado experiencias emancipatorias muy interesantes y creativas. Basta mirar el tesón, la resistencia heroica y por sobre todo la solidaridad de la Revolución Bolivariana, proceso iniciado, desarrollado e inspirado hasta hoy por un militar como el Comandante Hugo Chávez. Pensar en lo que significa el Buen Vivir o el Vivir Bien en Ecuador y en  Bolivia; lo que han significado los gobiernos y procesos revolucionarios encabezados por guerrilleros triunfantes en Nicaragua y El Salvador; lo que implicó elegir a un dirigente sindical y a una guerrillera en  Brasil a la presidencia de ese  gran país; lo que se ha logrado con la fórmula del Frente Amplio en Uruguay; así como las nuevas victorias y nuevos desafíos que enfrenta Cuba heroica y socialista. Dentro de  estas experiencias, también se enmarca el proceso chileno que a través de una alianza política inédita en nuestro país se llevan a cabo reformas estructurales, largamente postergadas, a favor de nuestro pueblo. También hay que señalar que frente a estos cambios se ha desatado una contraofensiva muy fuerte de parte de las derechas criollas y el imperialismo. Las tácticas usadas son similares: el uso de los monopolios comunicacionales, la oposición férrea del empresariado y el impacto sobre la economía, las  acusaciones de corrupción, el  manejo del poder judicial con propósitos políticos, el empleo de sectores lumpen para desprestigiar al movimiento social, la exacerbación del tema de la delincuencia, etc.

¿Esto quiere decir que la opción militar de izquierdas latinoamericanas fue fallida?

La lucha armada cumplió un papel muy importante en varios países de nuestra América, pero no creo que las izquierdas latinoamericanas la hayan absolutizado, ni que haya sido  un dogma. Creo que las condiciones han ido cambiando y los revolucionarios han adaptado sus formas de lucha conforme a esas realidades objetivas. El legado de la lucha armada en nuestro continente está íntimamente ligado con las realidades que vemos hoy en los procesos progresistas.

La Presidenta Michelle Bachelet  informó que 75 militares  chilenos trabajarán en la implementación de los acuerdos, ¿lo encuentras conveniente?

Es positivo que la comunidad internacional acompañe los esfuerzos del pueblo colombiano por una solución política. Una de las tantas tareas de la comunidad  internacional es ser garantes para que los acuerdos se cumplan. Efectivamente hay desconfianzas mutuas entre las Farc-Ep y el Gobierno colombiano. Por lo tanto, los garantes son importantes y es positivo que militares chilenos aporten en ese sentido, de la misma forma que lo va a hacer la Organización de las Naciones Unidas y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños.


ELSIGLO 1 DE JULIO DE 2016