domingo, 24 de abril de 2011

JUVENTUDES COMUNISTAS DE CHILE: 50 AÑOS DE LUCHA


EDITORIAL

JUVENTUDES COMUNISTAS DE CHILE:

50 AÑOS DE LUCHA


Férreamente unida a su Partido, luchando con audacia y contribuyendo a forjar la más amplia unidad juvenil contra el fascismo, las Juventudes Comunistas de Chile, la querida y aguerrida Jota, arriba a sus 50 años de vida.

Cuando la dictadura que a sangre y fuego cercena las libertades de nuestro pueblo, tiene el anticomunismo como mascarón de proa, con qué orgullo y responsabilidad los jóvenes comunistas celebran su cincuentenario siendo el más numeroso, organizado e influyente destacamento juvenil político chileno, siempre presente en las luchas del pueblo y marchando a la cabeza de los combates de la juventud por sus derechos.

Gran mérito el de nuestros jóvenes, pues si bien la Jota a lo largo de su historia ha debido pasar por difíciles pruebas, nunca como ahora ha sido necesario contar con tanto valor, audacia y conciencia para ser uno de los suyos, para ser dignos herederos de Ramona Parra, Alicia Ramírez, José Ricardo Ahumada, Víctor Jara, Choño Sanhueza, Juan Antonio Chávez, Luis Alberto Corvalán, Luis Orellana y tantos otros jóvenes que entregaron sus vidas por la causa que juraron defender.

Con el temple de sus 50 años de combates, poseedora de ricas tradiciones, la Jota continúa cumpliendo con honor la misión de ser el destacamento juvenil del Partido Comunista de Chile, de ser escuela de comunismo.

En sus filas los jóvenes se forman en el cariño y respeto a la clase obrera y el pueblo, en el odio a la tiranía y la explotación, conocen de la ciencia que transforma el mundo y del internacionalismo proletario, aprenden de la sencillez de los humildes y a ser ardientes defensores de la obra de la clase obrera en el poder. En la Jota es donde se forja ese joven "... honrado, intrépido y valeroso...Que vive lleno de inquietudes, que tiene penas y alegrías, que es un enamorado de la vida, pero que jamás vacila en arriesgarla y entregarla si la causa asi lo exige".

Los primeros antecedentes de la organización de los jóvenes comunistas chilenos son cercanos a la fundación misma del Partido y consecuencia del trabajo de Recabarren. Ya en 1923 el primer grupo de jovenes comunistas de Antofagasta anotaba con claridad en su Programa la comprensión cabal de lo específico, lo singular de su aporte en la lucha revolucionaria: "... Hasta hace poco se consideraba innecesario que los jóvenes presentaran reivindicaciones suyas especiales, aparte de las comunes con los obreros adultos... mas la realidad y la experiencia han demostrado que si hay que presentarlas y defenderlas simultáneamente, porque existen problemas diferentes que, aunque todos problemas de clase, presentan distintas peculiaridades". Estos mismos jóvenes serian quienes editarían en 1924 su periódico "La llamarada".

Organizaciones semejantes existieron en el salitre, en el carbón, en algunas ciudades y en centros universitarios de Santiago.

A todos ellos cupo destacada participación en las luchas que sacudieron al país en ese entonces y de manera especial las acaecidas durante la crisis de los años 30 que tan duramente golpeó a nuestro pueblo. Estuvieron en la organización de huelgas y junto a los desocupados y sus demandas y brindaron apoyo efectivo a. la lucha de los marinos insurrectos y a la generación del vasto movimiento de solidaridad que salvaría sus vidas y lograra su amnistía. Solidarizaron con las luchas de los campesinos y encabezaron las movilizaciones de los jóvenes y en particular de los estudiantes por sus derechos.

Precisamente en atención a la contribución que venían entregando esos grupos de jóvenes comunistas y como manera de estimular su desarrollo a nuevos niveles, el 5 de septiembre de 1932, cumpliendo una resolución del Comité Central del Partido, se reunieron en Santiago jóvenes de todo el país con el entonces Secretario General, compañero Carlos Contreras Labarca, precediéndose a estructurar nacionalmente a las Juventudes Comunistas de Chile, las que tomaron por misión ser escuela formadora de comunistas y aplicar, en el terreno de la juventud, la linea política del Partido.

Fue de meridiana importancia que desde el nacimiento mismo de la Jota, estuvieran presentes en el Partido las observaciones de Lenin relativas al trabajo con la juventud: "... No pocas veces sucede que los representantes de las generaciones maduras y viejas no saben acercarse como corresponde a la juventud, que, necesariamente, está obligada a aproximarse al socialismo de una manera distinta, no por el mismo camino, ni en la misma forma, ni en las mismas circunstancias en que lo han hecho sus padres. Por lo tanto, entre otras cosas, debemos estar incondicionalmente por la independencia organizativa de la unión juvenil, y no sólo por el hecho que esa independencia es temida por los oportunistas, sino por la esencia misma del asunto. Porque sin una total independencia, la juventud no podrá formar de si misma buenos socialistas, ni prepararse para llevar el socialismo hacia adelante.

¡ Por la independencia plena de las uniones juveniles; pero también por la plena libertad de crítica de sus errores entre camaradas! No debemos adular a la juventud..."

Las condiciones estaban maduras para el paso dado por el Partido. Las Juventudes Comunistas ganaron en cohesión y mística, perfilandose desde entonces como la potente organización que llegarían a ser. A partir de 1937, bajo la secretaria general de Ricardo Fonseca, la Jota afianzó definitivamente su organización leninista y su gravitación en el movimiento juvenil se acrecentó considerablemente. Los mejores rasgos de este camarada ejemplar se transmitían en el fragor de los combates a la organización juvenil. La Alianza Libertadora de la Juventud, constituida con la participación de varias juventudes políticas, constituyó un aporte valioso en la lucha de los demócratas chilenos contra el fascismo y la guerra y contribuyó en forma importante al triunfo del Frente Popular en 1938.

Como preludio a la 2a Guerra Mundial, la España Republicana es asediada por los fascistas. La Jota impulsó con fuerza la solidaridad con los patriotas españoles. En caravanas recolectó ayuda material para enviarles y en mitines denuncia la barbarie del franquismo. Iniciada la guerra por la Alemania hitleriana, volcó junto al Partido toda su energía por la derrota del nazi-fascismo. En 1942, tomó la iniciativa de la realización del ler. Congreso de la Juventud Antifascista, en que participaron jóvenes comunistas, radicales, socialistas, católicos, protestantes y de centros culturales y deportivos .

En septiembre de 1943, el acto de masas celebrado en ocasión de su aniversario fue dedicado a los heroicos soldados y al pueblo soviético que hacían frente a la agresión de la maquinaria de guerra hitleriana.

La traición de González Videla, a cuyo triunfo las JJCC habian aportado, las obligó a trabajar en la clandestinidad, cumpliendo con abnegación y firmeza, también en ésta, el papel histórico que les asignara el Partido.

Si una constante en la vida de la Jota lo constituye su vinculación, impulso y organización de los jóvenes chilenos en la lucha por sus derechos, también lo es su internacionalismo. La marcha de Valparaíso a Santiago en solidaridad con Vietnam y Cuba revolucionaria, realizada en el marco de la campaña mundial "La juventud acusa al imperialismo" y donde participaron todas las juventudes políticas a excepción de la derecha, constituye un simbolo de la vastedad de acciones emprendidas en apoyo de estos y otros pueblos agredidos por el imperialismo.

En su Sexto Congreso Nacional, realizado bajo la consigna "La Juventud junto a la clase obrera por la Patria y la Revolución", se delineo lo que seria su grandioso aporte, junto a las demás juventudes de la Unidad Popular, en la conquista del gobierno popular del presidente Salvador Allende. Sus gloriosas Brigadas Ramona Parra contribuyeron fundamentalmente para que el pueblo ganara la "batalla de los muros", que fue preludio del triunfo popular del 4 de septiembre.

Puede afirmarse que la conquista del gobierno popular no habría sido posible sin el concurso del fuerte movimiento juvenil que acompañó a la Unidad Popular. A su vez, no es posible entender el desarrollo de ese movimiento juvenil sin el trabajo y aporte de los jóvenes comunistas.

Factor importante en el triunfo, la juventud fue también actor importante en las realizaciones del gobierno popular.

Impulsó el trabajo voluntario, las brigadas de la producción y del rendimiento estudiantil, el trabajo en las JAP, la investigación, desarrollo y difusión de nuestros valores artísticos y culturales, amén de sus acciones en defensa del Gobierno ante la acometida fascista.

Siendo el movimiento juvenil chileno una fuerza de consideración, presente desde largos años en la vida política y social del país, el fascismo le teme. Buscando neutralizarle y en la intención de agrupar a su lado a un sector, ha combinado la represión con la demagogia y el crimen con la adulación. Mientras en las cárceles y campos de concentración cerca del 80% eran jóvenes menores de 30 años, el propio tirano señalaba explícitamente a la adolescencia y la niñez como objetivos centrales de su maquinaria ideo-politica-propagandística. El despojo a los planes y programas de estudios de todas las materias que permiten formar una visión científica del mundo y la sociedad y su saturación, en cambio, de materias y actividades que exaltan el chovinismo, el individualismo y la violencia, así como el papel que en esa misma dirección juegan la mayoría de los medios de comunicación de masas y los enormes recursos entregados a la denominada Secretaria de la Juventud y a la Dirección General de Deporte y Recreación, son sólo una parte del poderoso mecanismo utilizado por la dictadura en la búsqueda de su declarado objetivo de "crear una generación con una nueva mentalidad".

Es evidente el daño irreparable que esta política de la tiranía ha causado a una parte de la juventud, lo que se suma a su larga lista de crímenes. Pero, a nueve años de su instauración, al revés de lo supuesto por el déspota, los nuevos jóvenes, como sus predecesores, mantienen un alto espíritu solidario, y un ideario democrático y de justicia social, rechazan el consumismo y los valores fatuos de los seudo héroes que les tratan de imponer. Son ellos los que crecientemente se incorporan al combate antifascista, comprendiendo que la satisfacción de sus justas aspiraciones presentes y futuras, que la posibilidad de ser hombres cabales y dignos pasa directamente por el derrocamiento de la tiranía.

Son estos nuevos jóvenes los que se expresan a través de las ...


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EN EL 50 ANIVERSARIO DE LAS JJCC

EDITORIAL


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JUVENTUD

Rafael Dias: Un aniversario en medio de la lucha

Alejandro Yañez: El treinta aniversario de la Jota

Documentos publicados en:

BOLETIN DEL EXTERIOR PARTIDO COMUNISTA DE CHILE

N°55 - Septiembre - Octubre 1982

paginas N°8 - 28