Hoy se cumplen 99 años del natalicio de Ramona Parra, Heroína de las
Juventudes Comunistas, asesinada por Carabineros de Chile, en la Plaza Bulnes
de Santiago, el día 28 de enero de 1946 junto a otros cinco trabajadores.
Entregamos a nuestras lectoras y lectores del Boletín Rojo un escrito
del recordado Historiador Iván Ljubetic Vargas.
En su 99
natalicio:
UNA
HEROÍNA LLAMADA RAMONA PARRA
Iván Ljubetic Vargas,
historiador del
Centro de Extensión e
Investigación
Luis Emilio
Recabarren, CEILER
“ Ramona Parra, joven
estrella
iluminada.
Ramona Parra, frágil heroína,
Ramona
Parra, flor ensangrentada,
amiga
nuestra, corazón valiente,
niña
ejemplar, guerrillera dorada:
juramos
en tu nombre continuar la lucha
para
que así florezca tu sangre derramada”.
(Pablo Neruda: “Canto General”)
28 DE MAYO DE 1926
Fue en la noche del 28 de mayo de 1926. En el hogar ubicado en calle Baldomero Flores
Nº 2470 de la comuna de Independencia, doña Aurelia Alarcón empezó a sentir los
dolores del parto.Su esposo – don Manuel Parra- salió a buscar la matrona.
Llovía torrencialmente y las calles eran un barrizal. La partera se negó a ir.
Entonces, don Manuel –desesperado- regresó a su hogar. Le
pidió a un tío que fuese a buscar un taxi. Nació la niña y el auto no
llegaba. Doña Aurelia se desangraba.
Entonces don Manuel hizo una manda a San Ramón. “Le pondré Ramona a la niña si
el auto llega antes que la llama alcance esto”, prometió, haciendo una cruz en
la vela que había encendido al santo.
El taxi apareció en el
preciso instante en que el fuego llegaba a la marca. Estuvieron a tiempo en el hospital para que doña Aurelia
se repusiera. Cumplió su manda don Manuel. Y la niña se llamó Ramona, Ramona Aurelia Parra Alarcón.
INGRESA A LAS JUVENTUDES COMUNISTAS
Ramona se matriculó en el Instituto Superior de Comercio para estudiar contabilidad.
El 15 de enero de
Al año siguiente, entró
trabajar como obrera en el Laboratorio
Recalcine, que estaba ubicado en Avenida Matta esquina Vicuña Mackenna y
continuó sus estudios en cursos vespertinos. Se decidió a emplearse en Recalcine
con el objeto de ayudar a la mantención del hogar y, además, para estar en
contacto directo con los trabajadores y participar en el sindicato.
UNA MUCHACHA LINDA EN TODO SENTIDO
Quienes la conocieron
personalmente la describen como una muchacha hermosa, dulce, tierna, agradable,
buena amiga y excelente compañera. Inquieta y audaz. Muy responsable en el
cumplimiento de las tareas. Valiente, brava en la lucha.
Samuel Riquelme,
entonces dirigente de las Juventudes Comunistas de Santiago, evocó en el
año 2001: “Yo recuerdo que nuestra organización
era en ese entonces, una organización pequeña numéricamente. Éramos pocos, no
era una gran Juventud Comunista... sin embargo, nuestra organización movilizaba
a grandes sectores juveniles contra el fascismo. Y este es un aspecto también
que yo quisiera hablar sobre Ramona. Ramona era una muchacha realmente tierna,
una joven hermosa, pero -a la vez, para
emplear los términos de ahora- era una
mujer brava... brava en la lucha contra el fascismo, de una valentía realmente
extraordinaria”.
LA LUCHA CONTRA LOS FASCISTAS
“Con esa pequeña
juventud –continúa Samuel Riquelme- teníamos que salir a la calle a pelear
contra el fascismo... y los fascistas... bueno... como siempre... y en esa
época en que ellos estaban obteniendo algunas victorias (en la segunda guerra
mundial), estaban insolentes, prepotentes y yo recuerdo que nosotros examinamos
este problema en la Dirección de la Juventud, ellos se habían ganado parte de
la calle.
Salían a la calle a
aterrorizar al pueblo. Resolvimos que había que salir a enfrentar al fascismo,
que ellos no podían, así no más, ganarse las calles de Santiago, ahora Ramona a
pesar de sus cortos años jugó un papel importantísimo en esa lucha contra
el fascismo, un gran papel. Recuerdo
algunos hechos: los jóvenes fascistas organizaron un acto desde la Universidad
de Chile.
Hubo una manifestación
callejera preparada por ellos. A la vez, todas las fuerzas antiimperialistas,
antifascistas de esa época, organizamos actos de contramanifestación, de modo
que hubo grandes combates en el centro de Santiago... y ahí estaba Ramona...
combatiendo... siempre ella andaba con una carterista, de esas colgantes...
pero nunca la andaba trayendo vacía esa carterita la Ramona, siempre la andaba
trayendo con unas piedras que se usaban entonces para combatir el fascismo,
puesto que ellos incluso salían armados a la calle, tenían unos cinturones con
unas hebillas inmensas, con la svástica, hebillas inmensas de cobre o de
bronce...”
COMPROMETIDA CON LA CAUSA
Ramona Parra se entregó
de lleno a la causa de la construcción de un mundo mejor. Su hermana Olga la
recordaba diciendo: “Quizás algún día me
case. Pero, por el momento tengo ya mi compromiso”
Era la Encargada del Frente Femenino en el Comité Regional Santiago de las Juventudes Comunistas.
OBRERA EN UN LABORATORIO
En Recalcine, Ramona trabajaba envasando medicamentos. Por su fraternidad y seriedad era querida y respetada por sus compañeras de la industria, a pesar de tener sólo 18 años.
La mayoría de las operarias recibían y leían con atención los volantes y folletos que ella les entregaba. También concurrían a reuniones y mítines a que las invitaba.
Estela Rozas, ex
presidenta del Sindicato Recalcine,
cuenta: “Ramona andaba siempre con libros, con cuadernos, en el rato que
nos quedaba después de la colación, ella escribía y estudiaba. Ella, sin dejar
de ser alegre era muy seria en ese aspecto y no nos hacía caso cuando la
invitábamos a conversar. Ramona trabajaba ayudar en su casa y estudiaba de
noche para poder superarse y poder cumplir su anhelo de seguir hacia delante”.
SIEMPRE SONRIENTE
Ramona era, por entonces
–relata Américo Zorrilla-, una muchacha
delgada, pálida, de rostro muy agradable. Siempre con una sonrisa a flor de
labios. En la prensa apareció una fotografía suya de fines de 1945. La llevaban
detenida dos carabineros a raíz de su participación en una manifestación
callejera. Ella va sonriendo, con su gesto habitual”.
“HOY TENEMOS QUE PARTICIPAR”
El lunes 28 de enero de
1946 Ramona llegó, como siempre, puntual al laboratorio. Se colocó su blanco
delantal. Se sentó ante un largo mesón donde estaban alineados miles de
frasquitos. Sus ágiles manos los iban colocando en cajitas. Sonría. Sin dejar
de trabajar conversaba con sus compañeras:
- A no
olvidarse que tenemos que ir esta tarde a la concentración convocada por la
CTCH. Es a las 19 horas, en la Plaza Bulnes. Hay que ir a solidarizar con los obreros de
las oficinas salitreras Humberstone y Mapocho, que están en huelga contra los
abusos de sus empresas. Hay que a protestar porque el gobierno del
Vicepresidente Alfredo Duhalde les ha anulado sus personerías jurídicas de los
sindicatos de ambas oficias, para favorecer, como siempre a los patrones”.
MARCHARON A LA PLAZA BULNES
Finalizada la jornada
laboral las operarias del Laboratorio Recalcine, con el estandarte del
Sindicato, marcharon hacia la Plaza Bulnes. Se integraron a la larga columna de
trabajadores, que portaban banderas chilenas y rojas, estandartes sindicales,
pancartas y que gritaban combativas
consignas.
Eran las 19,15 horas. La
plaza estaba colmada. Veinte mil voces cantaron el Himno Nacional. Había
comenzado el acto.
MONTADA LA PROVOCACIÓN
En la autorización para
el mitín, la Intendencia de Santiago
colocó la condición ridícula, pero sobre todo provocadora, que los
manifestantes sólo podían estar en un
lugar determinado de la plaza. Pero la multitud no cabía en el sitio señalado.
Los carabineros daban caballazos y palos a quienes pasaban del límite fijado.
Los policías, armados como para una batalla, fueron creando intencionalmente un
clima de irritación, de choque, de violencia. Preparaban las condiciones para
una masacre planificada con premeditación.
UNA VALIENTE MUCHACHA
Especialmente brutal fue
el comportamiento de las fuerzas represivas en el sector frente al entonces
Ministerio de Defensa. Allí estaban,
entre muchos otros, los del sindicato Recalcine. Indignada ante la actuación de carabineros,
una muchacha rubia se acercó a un oficial y protestó airadamente. El policía respondió con un golpe que la
derribó al suelo. La joven se puso de
pie y le lanzó a la cara un puñado de pasto que ha recogido en su caída. Era
Ramona Parra. El oficial sacó su revólver y le disparó en la cabeza,
hiriéndole de muerte. Ese balazo fue el
comienzo.
CON BALAS
DE GUERRA
“En un momento
determinado – relata Américo Zorrilla testigo ocular de los hechos – yo
presencié desde muy cerca cuando un oficial dio una orden, los carabineros
pusieron una rodilla en tierra – toda una hilera de carabineros – y apuntando
hacia la masa de gente, empezaron a disparar.
Fueron varias descargas, por orden del oficial. Quedaron muchas personas heridas, fueron seis
los muertos. Inmediatamente después de
eso, los carabineros se replegaron, desaparecieron y dejaron la plaza llena de
gente botada en el suelo, algunos heridos, otros muertos. Había sangre por todas partes. La gente que en el primer momento había
arrancado, volvió ahora. Algunos hacían
parar a gritos los autos y camiones que pasaban, para llevar los heridos a la
Asistencia Pública”.
SEIS MUERTOS EN LA PLAZA
Los seis asesinados eran
trabajadores. Cuatro de ellos comunistas. Sus nombres: Manuel Antonio López,
Lisboa Calderón, Alejandro Gutiérrez, César Tapia, Filomeno Chávez y Ramona
Parra.
Sí. La valiente y
ejemplar joven comunista, obrera de Recalcine, estaba ahí, tendida en la
vereda. Pálida, más pálida que de costumbre. Era la palidez de la muerte. En su
sien un círculo, una perforación nítida,
sin que saliera sangre de ella. A su lado, de pie, una hermana y otros jotosos. La miraban con
dolorosa impotencia.
EN LA POSTA CENTRAL
Ramona fue conducida a la Posta Central. Una persona
que estaba allí relata: “Lo más terrible fue la llegada de la gran dirigente de
las Juventudes Comunistas, compañera Ramona Parra, que venía con una profunda herida a bala en la cabeza.
La masa encefálica la
traía prácticamente deshecha, como si una tropa de caballos hubiera pasado por
encima de ella. Murió a los quince minutos de haber llegado, en medio de la
indignación y consternación de los médicos y practicantes”.
ESCRIBE “EL SIGLO”
El miércoles 30 de enero
de 1946 “El Siglo” escribió: “Ahora están en la morgue, desnudos y serios.
Están tendidos en bandejas entre las heladas paredes blancas... Está Ramona con
el cuerpo nacarado y ceroso, con un tiro caminando de sien a sien y los cascos
de los caballos impresos en el cráneo. Es duro contemplar, tendida y fría, a
una niña de ojos amoratados por los golpes. Es doloroso comprender, 20 años
truncados de una obrera, y saberlos repletos de anhelos y proyectos”.
LA LUCHA CONTINÚA
Superando el terror y la sorpresa inicial, los trabajadores reaccionaron
con indignación. Muchos de ellos empaparon sus
pañuelos, camisas, hojas de periódicos y las enarbolaron como banderas.
Marcharon por las calles céntricas de Santiago. No se veía ni un carabinero.
Las masas eran dueñas de las principales vías de la capital. Pero, a pesar de
tanto odio acumulado, actuaron con enorme
disciplina y responsabilidad.
CHILE ENTERO CONTRA EL CRIMEN
Ese mismo miércoles 30 de enero
de 1946, desde tempranas horas los trabajadores chilenos, convocados por la
CTCH, paralizaron sus labores en repudio a la represión del gobierno de
Duhalde. También, en la tarde de ese miércoles 30, tuvieron lugar los funerales
de las seis víctimas de la masacre perpetrada en la Plaza Bulnes. El velatorio
se había efectuado en el local de la CTCH, ubicado en calle Santo Domingo 1887.
De ahí partió el multitudinario cortejo. Marcharon las columnas con banderas
rojas y estandartes sindicales. Llegaron
al Cementerio General. En el Mausoleo del Sindicato de Cristalerías Chile
fueron depositados los seis féretros.
Ahí descansan los restos de la heroína juvenil, Ramona Parra.
NO AL OLVIDO
La de la Plaza
Bulnes es una de las 55 masacres
perpetradas por la reacción en el siglo XX. No puede ser olvidada.
Como canta el poeta:
“Aunque los pasos toquen
mil años este sitio,
no borrarán la sangre de los que aquí
cayeron.
Y no se extinguirá la hora en que caísteis,
aunque miles de voces
crucen este silencio.
La lluvia empapará las
piedras de la plaza,
pero no apagará vuestros nombres de fuego.
Mil noches caerán con
sus alas oscuras,
sin destruir el día que esperan estos
muertos”.
LAS BRP
Las Juventudes Comunistas no han olvidado a su heroica militante. El
Quinto Congreso Nacional, celebrado
entre el 8 y 13 de febrero de 1966, acordó en su homenaje crear las
Brigadas de Propaganda Ramona Parra, las combativas BRP. También le dieron el nombre de “Ramona” a la revista
dedicada a la joven generación, que
se publicó entre 1971 y 1973.
Ramona Parra sigue viviendo en los corazones comunistas, de los jóvenes de las Juventudes Comunistas y en los
jóvenes del Partido, porque un comunista es joven hasta la muerte.