Se cumplieron 130 años del nacimiento de Augusto César Sandino, “El
General de los hombres libres” como lo definiera la poetisa chilena Gabriela Mistral,
Premio Nobel de Literatura.
Entregamos a nuestras lectoras y lectores del Boletín Rojo un escrito
del recordado Historiador Iván Ljubetic Vargas.
En el 130 aniversario de su nacimiento:
AUGUSTO
CÉSAR SANDINO, EL GENERAL DE LOS HOMBRES LIBRES
Iván Ljubetic Vargas, historiador del
Centro
de Extensión e Investigación
Luis Emilio Recabarren, CEILER
Augusto Nicolás Calderón
Sandino nació el 18 de mayo de 1895 en
la ciudad de Niquinohomo (Departamento de Masaya, Nicaragua). Hijo de Gregorio
Sandino -un adinerado cultivador de café-, y Margarita Calderón, una indígena
sirvienta en la plantación de éste. En
TESTIGO DE LA INTERVENCIÓN YANQUI
Sandino tenía 17 años de edad,
cuando en julio de 1912, presenció la primera intervención de las tropas
estadounidenses en Nicaragua Éstas apoyaron al Gobierno conservador del
presidente Adolfo Díaz, ante a una sublevación en su contra. El 4 de octubre de
1912, el general liberal Benjamín Zeledón, murió en combate al ser derrotadas sus fuerzas de la fortaleza
de El Coyotepe, tras feroces combates en la entrada de la ciudad de Masaya. El
joven Sandino quedó impresionado con la imagen del general patriota, cuyo
cadáver era llevado en una carreta por los Marines para ser sepultado en el
pueblo de Catarina.
SE FORJA COMO COMBATIENTE ANTIIMPERIALISTA
En 1921 Sandino se dirigió a la costa caribeña de
Nicaragua. Después a Honduras, donde trabajó como empleado en un ingenio
azucarero.
En 1923 viajó a Guatemala, donde laboró en las
plantaciones de la United Fruit Company. Después, a Cerro Azul en Veracruz (México) donde fue
empleado de empresas petroleras.
Durante su estada en México
comenzó a tomar parte en diversos grupos
revolucionarios. Sandino se convirtió en un ferviente defensor del
nacionalismo y, sobre todo, del antiimperialismo, en particular en la
resistencia contra la ocupación estadounidense. Sandino regresó a Nicaragua el
10 de junio de1923.
GABRIELA MISTRAL SOLIDARIZA CON SANDINO
En ese año 1923, Gabriela Mistral,
poeta chilena Premio Nobel de Literatura,
llamó a los pueblos del continente a sumarse al pequeño David que
enfrentaba al Goliat prepotente. Se refería a la lucha por la Independencia de
Nicaragua que librada César Augusto Sandino contra el invasor yanqui. Gabriela
pedía que todos los países de América
Latina cooperaran con dinero y con toda clase de ayuda a la lucha
desigual, que era la causa de todos los pueblos de América morena.
Convocó, con voz encendida, a los jóvenes para que formaran una legión de
combatientes e ir a pelear junto a los hermanos
nicaragüenses, ofrendando –decía-
incluso lo más preciado que tiene el ser humano, su propia sangre, en
señal absoluta de sacrificio solidario.
GENERAL DEL EJÉRCITO LIBERAL
Durante la Guerra
Constitucionalista (1926-1927) entre conservadores y liberales, Sandino obtuvo armas y organizó un grupo de combatientes, conocido como Los Montañeses. El 2 de
noviembre de 1926 atacó el cuartel conservador en el poblado de El Jícaro. Obtuvo un contundente éxito. Sandino y sus hombres fueron incorporados a
las filas del Ejército Liberal Constitucionalista. Designado general en jefe
del Ejército Liberal de Las Segovias, Sandino la convirtió en su base de operaciones, hasta
llegar a controlar Jinotega.
Alcanzó varias victorias sobre las
tropas conservadoras. Ello atrajo nuevos
efectivos a su columna, la llamada Columna Segoviana. Llegó a contar con 800
hombres de caballería. Los triunfos de Sandino, contribuyeron -en parte- para
que los liberales tomaran la iniciativa en la guerra y empezaron el avance
general hacia el Pacífico.
GOBIERNO AUTORIZA INTERVENCIÓN YANQUI
El 6 de febrero de 1927, los
liberales sitiaron la ciudad de Chinandega. Luego de cruentos combates,
lograron tomarla. Quedaron numerosos muertos y heridos de ambos bandos. Entonces
el presidente nicaragüense autorizó al Mayor James J. Meade para que sus marines reemplazaran a las
tropas conservadoras en la defensa de Managua, pues con la caída de Chinandega,
la capital quedó seriamente amenazada.
El 19 de febrero de 1927, una
compañía de marines ocupó Chinandega. Para entonces, el número de marinos
estadounidenses en Nicaragua había ascendido a 5.000 y 464 oficiales. Los
invasores participaban activamente en los conflictos internos de Nicaragua.
SANDINO SE REBELA CONTRA TRAICIÓN
Ante el eminente peligro de una
intervención directa de Estados Unidos contra los liberales, el jefe de su
ejército, José María Moncada, decidió pactar. A pesar que tenía el control
sobre casi todo el país, se rindió a la entrada de Managua. Con fecha 4 de mayo de 1926 firmó el Pacto del Espino Negro, en que aceptó la continuidad del gobierno
conservador hasta las elecciones de 1928.
Sandino se opuso a la paz impuesta
por las fuerzas de ocupación y se retiró al inexpugnable cerro El Chipote,
donde tenía su base principal.
En respuesta a la cobarde acción de Moncada, Sandino exclamó: “No me
vendo, ni me rindo. Yo quiero patria libre o morir”. A partir de ese momento
enarboló una bandera roja a la que agregó una franja negra. Así señaló su
decisión de que la lucha sería hasta conseguir la libertad o la muerte.
SANDINO INICIA LUCHA CONTRA
INVASORES
Con sólo veintinueve hombres (eran
30 con él) y 40 rifles, Sandino inició una guerra nacional contra el invasor y
los gobiernos entreguistas de Díaz y Moncada.
En un Manifiesto fechado el 2 de septiembre de 1927, Sandino planteó que: ya no se trataba de una guerra
civil, sino una lucha entre patriotas e invasores, porque tanto conservadores
como liberales habían pedido la intervención de los marines estadounidenses.
Poco a poco Sandino incrementó sus
efectivos, hasta llegar a tener unos 6000 hombres. Era el llamado Ejército
Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN). Contribuyó a aumentar el sentimiento antiimperialista los desmanes
cometidos por los infantes de marina estadounidenses, quienes acostumbraban
violar mujeres campesinas en los lugares que ocupaban.
LA GUERRA DE GUERRILLAS
El 16 de julio de 1927 tuvo
lugar la histórica batalla de
Ocotal. Sandino, después de tomar casi
toda la ciudad, fue obligado a retirarse
luego que sus tropas fueran diezmadas por aviones de la marina
estadounidense que bombardearon y ametrallaron la ciudad.
La población civil de Ocotal
sufrió el primer bombardeo aéreo por un
escuadrón de aviones de la historia de la aviación militar.
En este primer combate, Sandino
fue derrotado por la preparación y poder de fuego de los marines. Entonces
empleó la guerra de guerrillas.
En el combate de "El
Bramadero" (27 de febrero de 1928), las tropas de Sandino infligieron una
terrible derrota a una patrulla de invasores. En la fase final del combate los
sandinistas utilizaron los temibles machetes, herramientas de trabajo del
campesino nicaragüense convertidas en eficaces armas blancas capaces de
decapitar de un solo tajo a un hombre. A partir de ese momento los marines,
quienes llamaban «bandidos o bandoleros» a los hombres de Sandino, empezaron a
llamarlos «guerrilleros».
SANDINO HONRA DE LATINOAMÉRICA
En 1928, estando en París volvió a
escribir sobre el héroe nicaragüense: “El general Sandino carga sobre sus
hombros vigorosos de hombre rústico, su espalda viril de herrero o forjador,
con la honra de todos nosotros. Gracias a él la derrota nicaragüense será un
duelo y no vergüenza; gracias a él, cuando la zancada de botas de siete leguas
que es la norteamericana, vaya bajando hacia el
Sur, los del Sur se acordarán de ‘los dos mil de Sandino’ para hacer lo
mismo”. (Citado por Mario Céspedes en Recados para América. Textos de Gabriela
Mistral”. Santiago, 1978, página 45)
LA GUARDIA NACIONAL DE NICARAGUA
Al comprobar los oficiales
estadounidenses que los marines eran incapaces de derrotar a los soldados de
Sandino, decidieron emplear la táctica de enfrentar a nativos contra nativos. Comenzaron a formar
un nuevo ejército nicaragüense, la llamada Guardia Nacional de
Nicaragua, entrenado, equipado y financiado por EE. UU., y comandado por
oficiales estadounidenses. Si bien esto significó un aumento considerable de
las tropas que combatían a Sandino, no influyó en el curso de la guerra de
forma significativa.
Los sandinistas expandieron sus
zonas de operaciones más allá de Las Segovias alcanzando zonas de Jinotega, Matagalpa,
Chontales, Boaco, Chinandega, la costa Caribe e incluso la capital Managua. Las
propiedades de los estadounidenses eran destruidas en los numerosos ataques
sandinistas, y los colaboracionistas capturados eran sumariamente ejecutados.
NICARAGUA NO ES UNA COLONIA
En 1931, estando en Nueva
York, Gabriela Mistral escribió un recado titulado “La cacería de Sandino”. Allí
denunció:
“Míster Hoover (Herbert Klark
Hoover presidente de EE UU entre 1929 y 1933) ha declarado a Sandino ‘fuera de
la ley’. Ignorando eso que llaman derecho internacional, se entiende, sin
embargo, que los Estados Unidos hablan del territorio nicaragüense como del
propio, porque no se comprende la declaración sino como lanzada sobre uno de
sus ciudadanos: ‘Fuera de la ley norteamericana’...
“La frase cocedora de Mr. Hoover
suena como ese Halalí de las grandes cacerías, cuando sobre la presa que ha
asomado el bulto en un claro del bosque, el cuerno llamador arroja a la jauría.
Es numerosa la jauría esta vez hasta ser
fantástica: sobre unas lomas caerán cinco mil hombres y decena de aeroplanos. También
equivale la frase a la otra de uso primitivo: ‘Tantos miles de pesos por tal
cabeza’, usada en toda la tierra por los hombres de presa.
Lástima grande que la cabeza
enlodada del herrero que la prensa yanqui llama bandido, sea, por rara
ocurrencia, una cabeza a la cual sigue anhelante el continente donde vive toda
su raza y una pieza que desde Europa llaman de héroe nato y de criatura
providencial los que saben nombrar bien...
Mr. Hoover, mal informado a pesar
de sus veintiún embajadas, no sabe que el hombrecito Sandino, moruno, plebeyo e
infeliz ha tomado como un garfio la admiración de su raza, excepto uno que otro
traidorzuelo o alma seca del Sur.” (Mario
Céspedes: obra citada, páginas 92 y 93)
SE VAN LOS MARINES
En 1933 el presidente Franklin
Délano Roosevelt proclamó la “política de buena vecindad”, lo que significaba
la retirada de todas las fuerzas militares de Estados Unidos de los países de
la cuenca del Caribe, incluyendo Nicaragua. Sin embargo, conscientes de su
derrota, ya desde hacía algún tiempo los marines preparaban su retirada:
paulatinamente dejaron de participar en los combates, y no sólo entrenaban
clases y soldados, sino también oficiales nativos.
En 1933 las fuerzas
estadounidenses oficialmente abandonaron el territorio nicaragüense, sin haber
podido matar o capturar a su enemigo, y menos aún vencerlo.
LA PAZ
Retirado los marines, Sandino
envió al nuevo presidente liberal, Juan Bautista Sacasa, una propuesta de paz,
que fue aceptada. El 2 de febrero de 1933 terminó oficialmente la guerra. El
ejército de Sandino, exceptuando a un grupo de protección de 100 hombres, fue
oficialmente desarmado. La Guardia Nacional, que tenía como Jefe Director a
Anastasio Somoza García y que aún no era autoridad militar reconocida como tal
en la Constitución, se hizo cargo de la seguridad en todo el país. Provocó
abusos contra los sandinistas, al estar estos desarmados.
EL ASESINATO DE SANDINO
En la noche del 21 de febrero de 1934 Augusto
César Sandino -en compañía de su padre, Gregorio Sandino, el escritor
Sofonías Salvatierra (ministro de Agricultura) y sus lugartenientes, generales
Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor- acudieron a una cena en La Loma
(Palacio Presidencial), invitados por el Presidente Juan Bautista Sacasa. A la
salida de dicho evento el coche en el que viajaban fue detenido. El cabo de
guardia que les detuvo -era en realidad Lisandro Delgadillo, un mayor
disfrazado- los condujo a la cárcel de El Hormiguero. Sandino, Estrada y
Umanzor fueron llevados al monte La Calavera en el campo de Larreynaga. Allí, a
la señal de Delgadillo, el batallón que custodiaba a los prisioneros abrió
fuego matando a los tres generales. Ello ocurrió a las 11 de la noche del 21 de
febrero de 1934. Detrás de este horrible crimen estaba Anastasio Somoza García,
entonces director de la Guardia Nacional, cargo designado por el Presidente
Sacasa bajo la presión del Embajador estadounidense Matthew E. Hanna.
Al día siguiente, la Guardia
Nacional destruyó la cooperativa que Sandino había establecido en el poblado de
Wiwilí, matando o haciendo prisioneros a sus integrantes.
LOS SOMOZAS
EN 1936 Anastasio Somoza García derrocó al presidente Sacasa y se tomó el poder. Gobernó de manera
dictatorial durante 40 años, con breves períodos en los que imponía un
presidente títere y contando siempre con el respaldo de EE. UU. Esto le
permitió acumular una enorme fortuna.
Anastasio Somoza García fue
baleado en un acto de ajusticiamiento el 21 de septiembre 1956 por el joven
poeta Rigoberto López Pérez. Al frente del país quedaron, sin embargo, sus
hijos Luis Somoza Debayle, como presidente, y Anastasio Somoza Debayle, como
jefe director de la Guardia Nacional. Ambos continuaron la política de su
padre.
EL FRENTE SANDINISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL
Carlos Fonseca Amador y otros
revolucionarios, fundaron en 1961 el Frente Sandinista de Liberación Nacional
como un movimiento de oposición armada a la dictadura de los Somoza. En 1979
derrotaron al hijo menor de Somoza
García (Anastasio Somoza Debayle). Vencieron los revolucionarios nicaragüenses y gobernaron
desde 1979 hasta 1990.
Después, con los triunfos
electorales, del 10 de enero de
2007 y del 6 de noviembre de 2016, el
Frente Sandinista de Liberación Nacional, ha gobernado otros dos períodos. En
los tres, el presidente ha sido Daniel
Ortega Saavedra.